Creí que este lugar se iría como mi pasado, aunque sea de una manera lenta, pero que poco a poco desaparecería y no quedaría nada que recordar más que en mis pesadillas. Pero estaba de vuelta: Mint- Eye estaba delante de mi.

El lugar estaba demasiado tranquilo, no se escuchaba ni el sonido de los pájaros. Era demasiado inquietante, pero lo que me incomodaba más era pensar en lo que les estarían haciendo a ellas. Cuando me largue de aquí pensé que no habría forma en la que me trajeran aquí a propia voluntad y ahora mírame... Tenía dos debilidades y estaba aquí por "voluntad propia"

Di el primer paso, luego dos y así hasta que entré a ese enorme edificio, me daba una idea de donde podrían estar, así que bajé hasta llegar a las "prisiones" que tenían escondidas de la mayoría, pero para mi, eran más que conocidas, Rika solía traerme mucho aquí abajo...

Cada vez que bajaba un escalón terribles recuerdos llegaban a mi mente, no podía negar que estaba asustado, después de todo, este era el lugar del que tanto quería escapar. Pero tenía que ser fuerte, tenía que serlo para salvarlas, ellas eran lo más importante que tenía.

—¡Saeran, por fin llegas! — al bajar el último escalón, escuche la voz de una mujer... Rika

Ella corrió hacia mi y me abrazó con mucha fuerza. Yo enseguida la aparté y la fulmine con la mirada; antes podría haber aceptado el abrazo con mucho entusiasmo, pero ahora solo la odiaba

—¿Porqué tan malo? ¿No estas feliz de regresar a casa? — Rika colocó su dedo índice en sus labios e inclinó ligeramente la cabeza

—¿Dónde está Eris y Lucy? — no tenía tiempo que perder con ella. De reojo mire cada una de las celdas que estaban ahí cerca en busca de algún rastro de ellas, pero no estaban ahí

—¿Y no preguntarás por mi? "¿cómo has estado Rika? ¿Qué has hecho? ¿Cómo han ido tus planes?"

—¡Dime donde están! — con ella no podía evitar perder la paciencia. Di un paso hacia adelante, le quería demostrar que yo era el que mandaría aquí, que ella ya no me intimidada.

—... — su expresión cambió por completo, se aquella sonrisa angelical cambió a un rostro sin vida y totalmente serio —. Bien, sígueme.

Se dio media vuelta y caminó hasta la última celda del pasillo, ahí estaban Eris y Lucy; Eris estaba atada de las dos manos a unas cadenas y Lucy simplemente estaba sentada a su lado, sin ningún tipo de atadura. Yo corrí hacia la celda y me agaché, Lucy corrió hacia mi y me abrazó con fuerza, estaba temblando y estaba muy fría...

—¡T-Tio Saeran! — gritó entre lágrimas — ¡Tengo miedo! ¿Dónde estamos? Eris... Eris está..

—Tranquila, resolvere todo esto rápido — le murmure al oído. Acaricié su cabello con suavidad y me puse de pie — ¿Qué quieres?

—¿Porqué crees que quiero algo? — respondió con una sonrisa burlona

—Por favor, no me hagas reír - respondí molesto —. No creo que las hayas raptado solo porque las extrañas

—Bueno, tienes razón — se acercó a mí y acarició mi mejilla —. Te extraño a ti... Ya no eres el mismo de antes, eso me alegra pero... Ahora tienes otras debilidades...

Aparte su mano y de reojo miré a las chicas : si, eran mi debilidad.

—Quiero que vuelvas a casa, ¡que volvamos a ser una familia feliz!

—Nunca fuimos una familia.

—¿No? ¿Y quien cuidó de ti tantos años? ¿Quién te educó y te ayudó a ser fuerte?

-—Sueltalas — no podía argumentar nada contra eso. Si, ella fue casi una madre, pero una muy retorcida

—Lo haré si aceptas volver. Y sabes lo que tienes que hacer...

—¡No lo hagas, Saeran! — gritó Eris. Intentaba forcejear pero obviamente las cadenas ya le habían lastimado las muñecas y era un intento en vano

Rika sacó de un bolsillo el frasco con aquella droga de color celeste. Ya sabía a dónde iba esto : quería completar el plan que Eris jamás pudo, quería volverme a dominar y que me volviera dependiente de ella.

—Si lo hago, ¿las liberarás? — apreté los puños. Se sentía tan horrible no poder hacer algo más para evitar esto

—¡Claro! Pero solo si la tomas. Oh, cierto, mejoré la dosis ~ ¡no necesitarás tomar de estas diaria, con una será más que suficiente para volverte fuerte!

Maldición...

Tengo que, aún si eso significa que yo..

—Bien, lo haré — enseguida dije eso, dos hombres me sujetaron por los brazos y me metieron a la misma celda en la que estaban Lucy y Eris.

Me hicieron ponerme de rodillas frente a ellas, luego Rika se puso delante mío y con su mano izquierda hizo que abriera la boca y con la mano derecha me dio a beber el líquido.

Conforme entraba a mi garganta sentía sus efectos: un fuerte dolor de cabeza, una extraña sensación en todo mi cuerpo de frío y calor. Se sentía mucho más potente, jamás me había sentido así de mal antes, mi visión se ponía muy borrosa y apenas podía escuchar algo sin que la cabeza me doliera

—¡Te dije que esta nueva dosis era muy buena! Ya está surgiendo efecto...

—¿T-Tio....? — Lucy se acercó a gatas hacia mi

—Sueltenlo. Volveremos en un rato por él — Rika se dirigió a la salida y cerró con llave la puerta — Iré a traerte un regalo Saeran, ¡por favor espera un poco ~!

Los hombres ya me habían soltado por lo que caí al suelo como un costal. Cuando nos dejaron solos, Lucy se puso a mi lado y puso sus dos pequeñas manos en mi pecho.

Poco a poco perdía la conciencia, el dolor de cabeza me estaba matando y los gritos de Lucy no ayudaban. Se escuchaba como si estuviera debajo del agua... Todo tan lejano y borroso.

—¡Saeran, Saeran....! — Eris seguía gritando pero no funcionaba.

La droga ya había entrado a mi cuerpo y había cumplido su función. Ya no sabía quienes eran, donde estaba, quien era...

Ya no era yo.