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004

Sigo en esta realidad cuando despierto al día siguiente. Estoy sentado en mi cama, mirando las cortinas que han sido abiertas por Hyonu que se gira hacia mí.

— Tuve que despertarte porque van a tomar tus medidas; necesitas ropa con urgencia.

No puedo decir nada; el bostezo me lo impide. Pero Hyonu no se detiene ahí porque se mueve a mi ropero, sacando varias prendas que me quedaran grandes porque he bajado de peso. Supongo que se refiere a eso.

Por cierto, ayer también conocí a los demás omegas de la residencia: tres chicas y un chico, muy lindos y agradables que me trataron con mucha dulzura y me aseguraron que este es el mejor lugar para estar. Una de ellas, lleva seis meses aquí. Es huérfana, así que la señora P'i la está ayudando a estudiar para que pueda conseguir un trabajo e iniciar su vida. La segunda lleva ocho meses y se va en una semana a un nuevo poblado. La tercera chica y el chico son hermanos, tal parece que sufrían explotación infantil por sus padres, así que escaparon.

Aunque he leído el cómic, me sorprende que ahora sé más detalles de este universo. Quiero decir, la trama original está enfocada solo en Jungkook y Kunwoo, pero ahora estoy conociendo como los personajes "extras" se desarrollan en un universo completo. Es fascinante y siento demasiada emoción y curiosidad.

Quiero decir, no es que haya recorrido todos los países en mi mundo, pero ¿conocer uno nuevo? Sin palabras.

— Todas estas prendas son tuyas, pero necesitan ajustes. Así que, levántate, desayuna y baja.

— ¿Todas las prendas serán mías? No necesito tanto —comenté, mirando hacia el ropero.

Hyonu se gira sobre sus talones, su mirada es tan fría y me pregunto si es algo personal hacia a mí. Se siente como si odiara interactuar conmigo. Supongo que será exhausto para él lidiar con cuatro omegas y ahora yo sumándose a la ecuación. Sin embargo, voy a esforzarme: voy a encontrar algo qué hacer e iré a otra parte.

— Es un regalo de la señora P'i, y deberías disfrutarlo: incluso si sales de aquí en busca de un trabajo, no tendrás éxito asegurado.

Quería decirle algo, pero nada salió de mi boca. Quería confrontarlo: preguntarle cuál era su problema. Quiero decir, no es que esté mintiendo, pero no es necesario decirlo. No soy estúpido, sé que quizá no pueda valerme muy bien por mí mismo porque es un mundo completamente nuevo, pero...

— Desayuna, y baja.

Salió de la habitación no sin antes acercarse a mi armario para llevarse toda mi ropa y miré las mantas que me cubrían. ¿Podía bañarme antes? Alcé un brazo y tomé una inhalación de mi axila, y me quedé estático en la posición.

¿Ese...? ¿Ese es mi olor?

Bajé el brazo y quité las sábanas para ponerme de pie. Hice la cama con rapidez, me dirigí hacia el comedor y tomé el desayuno que constaba en unos panes parecidos a las tostadas francesas, había un té y unos huevos, no creo que sean de gallina: son de color azul.

Sin embargo, todo estaba delicioso y me lavé los dientes antes de bajar. Escucho las voces antes de entrar a la habitación: hay una mujer muy alta, con ropa a mí parecer muy exótica, pero elegante. A su lado, está la señora P'i quien sonríe con su rostro fino, sabio y fresco como una rosa.

— Es un omega joven, está un poco delgado, pero es hermoso. Te encantará trabajar con él.

— Los omegas —responde la otra mujer con una sonrisa perezosa—, mágicos y dulces, pero cuando son hermosos están llenos de esperanza, placeres y alegría. ¡Qué magnífico regalo de la vida!

La señora P'i se ríe con mesura y dirige su mirada hacia la entrada, encontrándome.

— ¡Oh, ahí estás! —luego, se dirige de nuevo a la otra mujer— ¿Su aroma? ¿No es maravilloso?

— Un joven muy prometedor, bendecido, claro está —ella responde, mirándome fijamente.

Ella da un par de pasos hacia mí, y luego gira a mi alrededor.

— Sí, está un poco delgado. Sin embargo, ¿cuándo una enfermedad ha sido amable con alguien? —ella se posa frente a mí otra vez y tengo que alzar la barbilla para poder verla a los ojos—. ¿Puedo tocarte, jovencito...?

— Taehyung, me llamo Taehyung —y le entrego mi mano.

Ella sonríe de nuevo, antes de tomar mi mano y subir sus dedos cálidos hacia mi muñeca.

— Como subirás de peso, dejaré la ropa lista para ello. Por ello, las prendas te quedarán un poco sueltas al principio.

Asiento en entendimiento. Ella luego me suelta y se acerca a mi ropa que se encuentra doblada sobre la mesa central. La señora P'i me sonríe cuando la nueva mujer me entrega una prenda y me pide que me vista. Alzo mi camiseta cuando la señora P'i me detiene con una exclamación.

— ¡Oh, no, no! —ella ríe—. Taehyung, no puedes desvestirte así ante la gente.

La miré confuso.

— ¿Por qué no?

— Eres un omega, cielo. Debes tener cuidado a quién muestras tu piel.

La realidad me cae como una bofetada: es verdad, no soy un chico en la Tierra, soy un omega en un omegaverse. Me sonrojé, pedí disculpas y me fui al baño más cercano. Me puse la prenda que es un traje completo, con aberturas en la cintura y se mueve como el agua.

Regreso con ambas mujeres y la costurera toma una cinta medidora para empezar su trabajo. Siento sus dedos posándose con ligereza de vez en cuando ahí donde ajusta la cinta. La veo anotar y luego me manda a cambiar de nuevo.

Repetimos este ritual hasta que he terminado con todas las prendas y es hora del almuerzo.

— Ya está —la mujer dice—. Me llevaré todas las prendas y te las enviaré en dos días, ¿está bien así?

— Sí, tengo unas prendas de repuesto para él —la señora P'i comenta—. Y muchas gracias por venir aunque sé que estabas ocupada.

— No es ningún problema. Lo que sea por una vieja amiga.

Ambas se sonríen, la mujer me mira y me da una inclinación de cabeza. Agradezco con una reverencia y la veo salir. Hyonu entra con una bolsa de tela para guardar las prendas, yendo detrás de la costurera. La señora P'i me mira cuando estamos solos.

— Iré a revisar el almuerzo, hace hambre ya, ¿no es así?

— Claro —digo y me rasco la oreja— ¿Puedo ayudar en algo?

— No, ya hablaremos de tus tareas en el hogar, ¿está bien?

— Bien.

— Me preocupa que no recuerdes nada, así que creo que lo mejor es que descanses y te relajes. Luego nos ocuparemos de tu futuro.

— Bien —no sé qué más decir, pero agrego:— gracias.

— No hay de qué.

Luego ella se va y me quedo en el lugar. Sin saber qué hacer. Subo las escaleras hacia a mi habitación y decido tomar una ducha. Las prendas extras que ha mencionado la señora P'i están en el ropero y son de mi talla, aunque son insípidas y simples. El almuerzo está listo, así que me encuentro con el resto de omegas en el comedor, y comemos de forma abundante.

El resto de los omegas se dirigen a hacer sus tareas, y Hyonu y la señora P'i deben hacer un mandado así que salen de casa. Doy una vuelta por la residencia de nuevo hasta que caigo en la biblioteca, que tiene una puerta abierta.

No pensaba entrar. Sin embargo, los libros en mi habitación no poseen libros de historia y me siento atraído hacia a ello: ¿qué ha vivido Yathor? ¿Qué ha vivido el resto del mundo?

Así que entré. Como si de un sueño se tratase: las repisas son tan altas, hasta el techo, llenas de libros de tapas gruesas, algunas más desgastadas que otras y creo que está muy bien organizado. Me muevo hacia el símbolo con el que inicia la palabra historia y me encuentro con una selección poco modesta.

Supongo que iniciar con Yathor está bien; es lo que más conozco, así que tomé varios tomos para luego sentarme en un sillón con una mesita a un lado. Dejé los libros sobre ella y tomé uno al azar.

El sol está cayendo mientras tengo el libro abierto en mis piernas. He leído un cuarto del libro y se siente como leer un cuento de hadas tétrico y mágico al mismo tiempo. Las guerras me han recordado un poco a mi propio mundo, y las revoluciones me han sorprendido. Yathor es un país muy viejo, y la familia Jeon comenzó a gobernar de forma reciente gracias al poderoso padre de Jungkook.

Por supuesto, su hijo no se ha quedado atrás.

Se me había olvidado que en este universo, la gente logra vivir hasta 250 años, por lo que Jungkook, a pesar de tener 43, es muy joven, pero experimentado. Sus manos están manchadas de sangre por las batallas que ha tenido que dirigir, pero eso lo sabía ya...Sin embargo, leer sus proezas me ha generado escalofríos y, al mismo tiempo, fascinación.

— ¿Qué edad tengo? —me pregunté en voz alta.

— ¿Ni siquiera recuerdas eso?

Mi corazón se detuvo un segundo y miré a Hyonu que está en la entrada. Su bufanda sigue sobre su cuello y me pregunto si estará marcado, pero nunca he visto a un alfa pasearse por aquí, a excepción de la costurera.

— No... Hay muchas cosas que no sé...

— Por tu rostro, tendrás 34 o 36. Eres joven.

Asentí y luego el silencio se instaló con nosotros. Hyonu suspiró luego de un momento y habló.

— ¿Te gusta la historia?

— Es... Interesante, me relaja leerla.

— Puedes llevarte los libros a tu habitación; la señora P'i solo pidió que se subieran los que ella supuso te llamarían la atención.

— Oh... Gracias.

— ¿Siempre tienes esa cara?

— ¿Disculpa? —solté.

— Siempre te ves tan desesperanzado y como si no supieras qué hacer. Como un estúpido, sin el menor deseo de ofender.

Mis labios se afinan, y miré el libro sobre mis piernas. Quiero responder, pero mi lengua se queda atascada como siempre.

— Ahí está de nuevo esa cara.

— Yo...

— Ve saliendo; la cena estará lista en un momento.

Él se va. Mordí mi labio inferior, cerré el libro y llevé una mano a mi cara mientras lo apilo junto a los demás. Tomé la pila, la aferré bien con mis brazos y los llevé a mi habitación. Cuando estoy por salir, camino de nuevo hacia el espejo y analizo mi rostro.

Hyonu tiene razón; me veo como un estúpido.

Pero es tan difícil borrar esta expresión: es la que suelo usar frente a mis padres, porque quería evitar que sospecharan de mí. Y aún así mi padre lo descubrió. Ya no vale la pena, pero estoy acostumbrado a sentirme sin emociones la mayoría del tiempo. Lo único que me hacía sonreír de forma genuina eran las interacciones con mi hermana y los cómics...

Supongo que ahora puedo cambiar, pero ¿cómo? La señora P'i querrá encontrarme una vocación, ¿servirá mi carrera en este universo? Y si no, ¿significarán más cambios para mí? ¿Es esto por lo que vine aquí? ¿Porque me sentía miserable con mi vida?

Bajé a comer como Hyonu me lo indicó. El resto de los omegas se encontraban en sus asientos, hablando de forma cómoda entre ellos a excepción de Hyonu que está apartado, mirando hacia una ventana. Los chicos me sonríen y les devolví la sonrisa de forma incómoda, luego tomé asiento.

— Antes de que comamos —la señora P'i dice, llamando la atención de todos—. Me gustaría informarles que la salida de Minjoo en la residencia se ha adelantado.

Miré a Minjoo, la omega que se planeó se fuera la próxima semana. Ella tiene una gran sonrisa en su rostro bonito y sereno, sus labios rosas y su cabello negro como la noche.

— Su tutor ha dicho que Minjoo está muy avanzada en sus clases, por sus conocimientos y talento, por lo que su nuevo jefe se sintió asombrado. Esta mañana, me ha enviado un correo para informarme que ha aceptado su solicitud y que la espera en tres días.

— ¡Oh, qué emoción, Minjoo! —Chunja, otra omega sentada a su lado, exclama—. ¡Sabía que lo lograrías!

— Estamos muy orgullosos de Minjoo —la señora P'i añadió—. Y, por el resto, alégrense de su amiga. Todos tienen una segunda oportunidad y, al igual que Minjoo, les llegará tarde o temprano.

Chunja sigue dando pequeños aplausos hacia Minjoo quien se sonroja ante eso. Los ojos de Chunja están brillosos, y presiento que hay felicidad y tristeza mezclados en ellos porque ambas me habían confesado que se querían como hermanas.

Pero supongo que Chunja sabe que podrá encontrarla de nuevo. Y que Minjoo puede venir a buscarla aquí. 

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