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Jungkook

Gracias a mi insistencia, Jimin me había dado por fin el número de Taehyun y me encontraba en mi habitación frente al ordenador dudando en si debía de escribirle o no.

Era solamente para cosas de escuela, pero aún así me sentía ansioso al saber si me respondería rápido o no, bien o cortante, normal o distante.

Por otra parte no me quedaría más opción que ir a su casa y obligarlo para que termine su parte y hacer la a presentación en diapositivas. Aunque no si eso daría resultados me di cuenta que Taehyun es tímido, no sumiso.

— Escríbele de una vez por todas. —comentó mi hermano.

Yo miré con sorpresa hacia el umbral de escritorio y levanté una ceja.

— ¿Tú no estarías en entrenamiento hoy? —pregunté, dejé mi celular a un lado para voltearme y mirarlo de frente.

— Si.. bueno, hoy no era muy importante, puedo hacerlo aquí.

Y si, mi hermano era un atleta. Un beisbolista reconocido en el país, y solo por ser uno de los mejores de vez en cuando podía hacer estas cosas.

Yo en si, ya era popular en la universidad por ser guapo, pero ser hermano del mismísimo Jung Kae era todo un privilegio, lastimas para las chicas porque yo era gay.

— Pero no me cambies de tema enano, ¿quien te tiene así? Indeciso.

Suspiré. No se le iba nada.

— No.. es nadie hyun. Olvida eso. —complete y solté aire por la boca. Me toqué el cabello desacomodado el flequillo y después volviéndolo a peinar.

— Te gusta —acusó—, y mucho.

Negué, y volví a coger mi celular para echarle una ojeada al contacto.

En línea.

— Vete a entrenar, has algo productivo. —dije y el chisto la lengua.

Caminó apresurado en mi dirección y me quitó el celular de las manos.

— ¿Quién es mi cuñado? —miró la pantalla de mi celular y levantó una ceja. — ¿Lo has agregado como "Osito"? Mira que eres cursi Jungkook.

— ¡Yah! Dame el puto celular. Deja de husmear. —grité e intente quitárselo de la d manos pero al ser más esbelto que yo no lo conseguí mucho.

— Haré las cosa por ti.

Me miró y arqueó su boca en una torcida sonrisa. Cerré mis ojos para no volverme loco ahí mismo.

Yo sabía completamente lo que podría llegar a hacer mi hermano. Aún no me saco de la cabeza el día que en su cumpleaños número veintitrés hizo una fiesta donde invitó toda su escuela y quizás fueron muchas personas de la preparatoria que me conocían y nos vieron prácticamente desnudos, no cómo adultos sino con fotos de nuestras infancia.

Fue vergonzoso y horrible. A él le daba igual, pero quería hacerme pasar vergüenza delante de mis compañeros. Nuestra relación es amor-odio y a pesar de que ese que me adora aveces sus bromas se pasan de la raya y me enfurecen mucho.

— Hola, me presento —comenzó a grabar una nota de voz y yo palidecí en ese instante. No, esto no.— soy Jeon Jung Kae, hermano mayor de Jungkook y tú cuñado.

— ¡Hyun dame el celular! —grité y el dejo de grabar para mandar la nota de voz.

Logré quitarle el aparato pero ante mi molestia el solo se encogió de hombros y se burló mostrándome su lengua como todo un adulto responsable.

— El daño ya está hecho, de nada sirve que me quieras matar con la mirada. —prosiguió y se dedicó a husmear entonces mi habitación.

Yo me concentré por unos segundos en el celular y al ver que marco el leído ya no tenía remedio. Suspiré y le escribí nervioso tras ver su chat con un "escribiendo".

Yo:
Perdón por eso. No se si te sentirías cómodo recibiendo un mensaje mío ya fuera para cosas de escuela, así que mientras me debatía si te escribía o no mi hermano agarro mi celular y te mando eso.

Osito:
Esta bien Jungkook, no te preocupes. ¿Para que me necesitas?

Digamos que me sentí aliviado de que no lo tomara a mal, y a la vez con una pequeña decepción ya que no era la respuesta que me estaba esperando.

Sonreí a la pantalla del celular y cuando pretendía escribir algo más un grito proveniente de Jung Kae me hizo darme cuenta de que no se había largado de mi habitación.

Levanté una ceja porque no sabía el porqué de su repentino grito y entonces sentí mis mejillas calentarse.

Mi hermano había descubierto el cuadro de mi exposición casi listo. Estaba claro que era Tae, porque se notaba que eran sus ojos pero como él nunca le había visto supongo que se sorprendió porque mi talento había mejorado muchísimo.

— Esto está increíble. —se giró a mi y señaló el cuadro de espaldas a él.

Yo mostré mi enojo y le empujé por el pecho.

— Vete de una puta vez de aquí Jung Kae, y no me revises las cosas. —bramé.

El levantó las manos en señal de rendición pero juguetonamente.

— Vale, vale, perdóname. —me miró sonriendo. —¿Te pone de mal humor ser no correspondido?

Bufé y le tire una almohada a la cabeza. Por momentos como este quería ser hijo único o por lo menos el mayor de los dos.

— Que te pierdas. —escupí.

El no dijo nada y cerró la puerta tras de él. Yo pude calmarme un poco cuando me encontré completamente solo y después volví a cubrir el cuadro con una sábana y cambiarlo de lugar por si volvía a meterse alguien tan curiosos como mi hermano.

Desbloqueé mi celular y volví al chat con TaeHyun, quien me había mandado algunos mensajes más.

Osito:
¿Que es? ¿Puedo ayudarte en algo?
¿Hola?
Bueno, cuando puedas me dejas los mensajes.

Yo:
Perdóname dejarte hablando solo, mi hermano seguía molestando. Necesito que pongamos un horario para estos días ponernos a trabajar en terminar el trabajo pendiente que tenemos y montar las diapositivas.  Si lo deseas podemos hacerlo vía Skype, y así creo que te será un poco más fácil.

Tras unos minutos el leyó mi mensaje y el "escribiendo" volvió a aparecer en el lado superior derecho de la pantalla.

Osito:

Esta bien, ahora tengo algo pendiente. Más tarde te diré para poder empezar el trabajo.

Le respondí con un emoji (👌🏻) y fue todo lo que hablamos. Me dediqué a seguir con mi pintura mientras escuchaba música en los audífonos.

Sentí delante de mi m, tras el caballete un movimiento. Termine de dar algunas pinceladas para finalizar por hoy mi trabajo y miré por encima del caballete.

— ¿Tae? —me levanté nervioso de la silla.

Si ve lo que estoy pincelando esto puede ponerse feo, puede no gustarle y echarme palabras que corten mi inspiración y no me autorice a presentarlo en el concurso ya que es literalmente una parte de su rostro. No se su reacción por lo tanto solo me propongo sacarlo de la habitación hasta que pueda poner el cuadro en un lugar donde nadie pueda verlo.

— No debí entrar sin antes tocar.. —comentó a través de la mascarilla mirándome con pena en la mirada. — No te vi conectado y —se rascó la nunca— sentí que era mejor venir a verte personalmente, era mejor que llamarte. —se encogió de hombros.

No hay tartamudeo, nerviosismo visible. No hay miradas evadidas, ni perdidas en algún lado de la habitación para no tener contacto visual.

— Claro, puedes esperarme en el jardín, antes debo cambiar mi ropa.

El castaño asintió y se dio media vuelta para darle privacidad a Jungkook y preparar las cosas que utilizarían para empezar el trabajo del profesor de idiomas.

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