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Jungkook
Al final había sido imposible dar con el número de Taehyun en el grupo del profesor de idiomas, en ese grupo estábamos los alumnos de tres salones de clases y algunos del tercer año, era imposible buscarlo ahí porque habían mas de ciento cincuenta contactos y yo era demasiado vago para escribirle a cada número, así que decidí esperar unos días para poder obtener confianza del castaño y que fuera el mismo quien me lo compartiera.
No me gustaba que el tiempo corriera y no hubiéramos hecho nada del trabajo aún.
El profesor de biología se encontraba frente al salón y todos le miraban con atención, la clase había terminado pero él había decidido quedarse para hablar durante unos minutos más sobre el concurso.
— ¿Algún alumno de los que están en mi clase de artes plásticas ya tiene por lo menos un boceto de la obra que va a presentar? —preguntó y Lee Min Yu levantó su mano.
— Yo la tengo profesor, preferí dejarla en mi casa pero tengo algunas fotos que podría mostrarle.
Ante su respuesta él asintió y yo levanté mi mano.
— ¿Yo puedo tener un salón para el trabajo hasta las ocho de la noche? —pregunté.
—Claro Jeon, entonces como hay otro alumno que también me pidió tal cosa podrás hacerlo.
Sonreí asintiendo. Miré con disimulo hacia el final de la clase y Taehyun me observó con el entrecejo unido.
Llevaba días evitándome y no lograba descubrir ni siquiera como era su rostro completo. Creo que me tenía miedo por mi insistencia en que se quitara la mascarilla. Pero entiéndame también un poco.
Descubrí por unas chicas parlanchinas en el pasillo que había un alumno que por las noches se quedaba practicando su canto, seguramente para el concurso, les habían oído porque ese día habían tenido que limpiar su salón de clases y había anochecido, pero como ponía seguro en la puerta no pudieron descubrir quien era.
La gente seguía ignorándolo, pero yo era el único que lograba notarle. Sabía que bajo esa mascarilla se ocultaba un precioso rostro, se le notaba, y yo estaba dispuesto a descubrirlo.
Soy bien curiosito.. a veces.
— Bien, pueden retirarse. —el profesor me miró. — Y tú Jungkook puedes buscarme luego de finalizar tus clases para proporcionarte la llave del salón.
— Gracias señor Chan. —agradecí mientras asentía y justo antes de levantarme de mi asiento para seguir a los demás alumnos hacia la clase de matemáticas, un mensaje llegó a mi celular.
Namjoon hyun:
Kook, hoy se jugará en nuestra casa. Los padres de Jimin han llegado y no podemos esta noche ir allá.
Yo:
Hoy no podré hyun. Quizás el otro viernes.
Después de recoger la llave con el profesor caminé por los pasillos vacíos de la escuela con lentitud, llevaba en mis brazos un lienzo no muy grande, y los pinceles y las pinturas de óleo en mi mochila.
En un principio no querían darme el mismo lugar, pero gracias a mi insistencia y mi buen juego de palabras me dejaron estar en el mismo compartimento que el castaño. De todas formas mi buen ejemplo me dejaba obtener muchas cosas aunque también tenía sus cosas no tan buenas.
Mi debate para convencerlo fue que yo era de pintura y él de canto, no podríamos robarnos nuestros trabajos ya que eran materias diferentes.
Mi objetivo era conseguir la cercanía hacia el chico y todo se estaba dando acorde a lo planeado.
No se oía ni siquiera una música puesta, solo.. silencio. Toqué con mis nudillos la puerta y no escuché ninguna respuesta.
— Ábreme Taehyun.
Se escuchó un suspiro y entonces unos pasos, me abrió. Sus ojos se veían nerviosos, con un ligero temor y después de echarme una mirada de arriba abajo se movió cortando la mirada y abriendo completamente la puerta.
Me dio la espalda y pude detallar completamente su esbelta figura, su elegancia al caminar, su porte recto, su espalda ancha y su bonito trasero.
Con el lienzo entre brazos caminé dentro del salón y cerré la puerta con una de mis piernas.
— Ponle seguro a la puerta. —comentó él en voz baja de espaldas a mi.
— Oh claro. —cerré la puerta y caminé hasta una esquina del salón para obtener mi caballete.
Saqué de mi mochila las pinturas, los pinceles y puse el lienzo donde debería ir.
Miré la habitación buscando algún tipo de inspiración, incluso a través e la ventana, hasta que mis ojos se detuvieron en la única persona que estaba conmigo en ese instante, en Tae.
Él observaba pensativo la libreta que entre sus manos tenía. Y entonces, ya sabía que debería pintar. Con pasos parsimoniosos me acerqué a su anatomía.
Cuando estuve a menos de dos metros de él, notó mi presencia y se tensó. Di tres pasos más y nuestros cuerpos estaban más cerca.
— ¿Qué.. qué haces? —me miró y yo fijé mis ojos en los de él.
— Me parece encontrar una linda galaxia en tus ojos Tae, acabo de encontrar la mejor cosa para pintar en mi lienzo.
— ¿Pero.. que.. qué hablas Jungkook? —me parecía tierno lo nervioso que se ponía cuando yo estaba cerca.
— Soy capaz de dejarla en mi mente porque pintarla para alguien más me haría sentir celos. —dije y él me miró arrugando su entrecejo.
— ¿Qué es lo que no pintarías para alguien más lo mire? —preguntó un poco curioso y sin tartamudear.
— Tus ojos tiene una hermosa galaxia dentro Tae.
— ¿Mis..ojos?
Decidí no responderle, pero después de sonreírle volví a mi lienzo. Lo miré por encima de este y le sonreí otra vez. Él en cambio negó con la cabeza y susurró algo que no escuché por la insoportable mascarilla.
Mis trazos eran firmes y de un momento a otro había llegando a mi cuerpo y mente la inspiración. Las líneas de mi maqueta eran concisas, perfectas y sin errores.
Estaba pintándolo a él, y se me hacía tan fácil que me sorprendía. A pesar del nerviosismo de Taehyun pareció que se encontraba más clamado, y ignorándome siguió escribiendo letras en su libreta.
Luego de un rato le vi comenzar a recoger sus útiles y entonces dejé de trabajar en mi trabajo para la exposición para mirarlo.
— ¿Has terminado? —inquirí.
— Si, ya me iré. —anunció y el cierre de su mochila sonó indicando que la había cerrado.
— Entonces te llevaré, solo me faltan unos detalles del boceto que podría reglar perfectamente en casa.
El negó.
— Gracias, pero me iré en bus.
— ¿Te irás solo? —asintió mirando el suelo y sujetando las cuerdas de su mochila con dureza.
— Mis hermanos no pueden venir hoy por mi. —susurró y entonces me miró.
— Te llevaré entonces. Es tarde.
Comencé a recoger mis cosas y cubrí con cuidado el lienzo, no quería que nadie lo viera hasta el día del concurso, y menos él ya que era el modelo.
— No, puedo irme en bus.
— Yo hablé afirmando Kim Taehyun, no te he preguntado.
Juro que por la expresión que hizo con sus ojos había apretado los labios, pero eso era imperceptible ya que no podía ver más abajo del puente de su nariz.
El castaño volvió a mirarme y suspiró resignándose a lo que había dicho. Recogí mis útiles finalmente, cerramos el salón, guardé las llaves en mi mochila y salí con él siguiéndome calladamente hasta el estacionamiento.
Quité la alarma, mi vehículo sonó y se iluminó por unos segundos.
— ¿Iremos.. en.. esa moto? —sonreí de lado.
— Por supuesto. —acaricié con amor mi moto. — ¿Acaso no es una preciosidad?
— Bueno yo..
Saqué de mi mochila una chaqueta de cuero negra. Se la tiré a la cara y con sus reflejos la agarró rápido. Yo me remangué la camisa de uniforme y mis tatuajes salieron a la vista.
El se quedó un momento ensimismado mirando la tinta sobre mi piel.
— Póntela, te dará frío. —ignoré su curiosidad por mis tatuajes y el adiós e su trance para ponerse la prenda. Me subí y coloqué la mochila en el timón. — Venga, será divertido. —le animé al verlo en la misma posición sin moverse.
Obedeció y se subió. Sus piernas me rozaron durante unos segundos y la electricidad se apareció otra vez. Nos colocamos los cascos y yo me preparé para arrancar la moto.
— ¡Ay diosito cuida de mi! —susurró con un palpable miedo.
Yo sonreí para mi. Ahogó un grito cuando hice rugir la moto y solté una carcajada.
También me ponía un poco más feliz porque estaba hablando más de lo habitual y eso me dejaba saber que de cierto modo le era de agrado hacia su persona.
O tal vez no y yo solo estaba jodiéndolo mas. Quizás solo consiga alejarlo más.
A pesar de que eso me daba más puntos porque era una señal de que me estaba ganado poco a poco su confianza, no podía estar cien por ciento seguro . Esta puede ser la única vez que tenga la oportunidad de acercarme a él para ganármelo y acelerando de ese modo puede no ser un método para ello.
— No vas a morir. —dije mirándole por el rabillo del ojo.— Pero será mejor que te sujetes de mi.
Él negó y dijo:
— Estoy bien así. —sonreí y asentí bajo mi casco sabiendo que después de que echara la moto a andar su idea cambiaría.
— Como desees querido castaño.
Aceleré, salí de parking de la escuela y entonces sus brazos me rodearon la cintura, con fuerza. Sonreí otra vez por dentro del casco cuando aceleré más y le escuchaba pedir por no morirse en esos instantes.
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Ay bueno Jungkook ya estamos posesivos y mandones.
Hombre suave que esto apenas empieza. JAJAJAJA.
Doble actualización, sigue leyendo. »»»
Un besote, Ann.
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