Otra clase de problema
Jésica
Todo el tiempo que Ian estuvo en el hospital yo cuide de él, sus padres lo venían a visitarlo y traían cosas para como una manta favorita que Ian que tenía de pequeño, tambien un osito color baige, pero hay un problema... Ellos no tienen idea de que su hijo y yo estamos saliendo, bueno no saliendo, sino que estamos juntos.
Amber e Ian se mudaron con la pareja gay para ser una familia, pero yo no le caigo muy bien a Josh y a Alex.
-Ian, hola. -digo entrando por su ventana.
Hay un bulto en la cama tapado con las sábanas, entonces -Esta es mi habitación. -me dice Amber levantando su cabeza y estando adormilada.
-Uy... lo siento. -me disculpo y salgo por la ventana de nuevo hasta dirijirme a la habitación del chico basura.
-Es esta. -entro en silencio y me acerco a la cama, un chico lindo con el cabello casi rubio se encuentra durmiendo de perfil mientras abraza a un osito color beige.
-Ian. -susurro haciendole cosquillas en su naríz con la punta de mi cabello -Despierta.
-Uh... mmm... -hace unos ruidos con su boca.
-¡IAN! -exclamo haciendo que caiga al suelo del susto.
-¿Jess? -murmura frotando sus ojos teniendo el osito en su mano derecha.
-Hola, vine a verte. -digo sonriendo y ayudandolo a ponerse de pie.
-Nos vimos hoy en la escuela. -dice bostezando.
-Ya sé, es que... -me siento en el borde de la cama y pienso en qué decir, no debo meter la pata.
-¿Crees que es muy pronto para decirle a tus padres lo nuestro? -digo un poquito nerviosa.
-Claro que no, lo nuestro empezó cuando eramos niños tontita. -sonríe y me da un beso.
-Entonces... ¿Cuándo se lo diremos? -quisiera nunca haber preguntado porque ahora nos encontramos caminando hacia la habitación de sus padres.
Él abre la puerta y dice -Padres, escuchen... quiero decirles que Jésica es mi bellísima novia cobra. -le doy un golpe por haberme llamado así.
-¿Ian? -pregunta Alex.
-¿Tu qué? -pregunta Josh sin abrir los ojos, claramente ambos están dormidos.
-Sólo quería decirles eso. -luego de eso volvemos a su habitación pero algo raro pasa. Ian cierra la puerta detrás de él y le coloca el cerrojo.
-¿Qué haces? -pregunto seria.
-¿No crees que ya es tiempo? -pregunta con su voz un poco ronca.
-¿Qué? -de repente él se acerca a mí y coloca sus brazos a cada lado de mi cuerpo acorralándome contra la pared de su cuarto.
-No te hagas, eres más experta que yo en esto y sé que también quieres. -susurra en mi oído.
-Entiendo pero...
-¿Pero qué? -pregunta acariciando mi cuello con la punta de su nariz y luego con sus labios haciendo que se me erize la piel.
-Sabes que soy virgen, Ian y tengo miedo. -murmuro agachando la mirada.
-Que raro ¿Tú con miedo? Esa no es mi Jésica. -broméa soltando una risa. En ese momento lo tomo de los hombros y lo guio a la cama, en ese momento ambos caemos sobre la misma.
-Esta vez no terminarás adolorida, lo prometo. -susurra para luego besarme apasionadamente, yo correspondo sin duda.
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