Pasaron las semanas y yo siempre le llevaba la tarea a Teo, por suerte su mamá entendió que no soy una mala persona y nos dejó ser amigos, pero, como ya dije antes, me acostumbré a subir por la ventana y llegar a la habitación de Teo.

Teo
Ian me invitó a ir a un concurso de skate, yo ni loco me vuelvo a subir a una patineta, mi pierna se curó hace poco y no quiero volver a romperla.

-Teo, viniste. -dice al verme y me saluda para que me acerque.

-Hola, vine a verte como lo prometí. -contesto dándole un abrazo.

-Me siento más seguro ahora que estás. -habla haciendo que me sonroje.

-B-Bueno... rompete una pierna. -digo haciéndolo reír.

-Tengo que irme, soy el próximo en competir. -se aleja mientras mueve su mano.

-Hola Teo, ven con nosotros. -me saludan los padres de Ian.

-Hola. -contesto y vamos a nuestros asiento.

Ian comienza con su número compitiendo con otro participante, ese otro chico patina mucho mejor que él -¡Vamos Ian, puedes ganar! -grito para alentarlo, él me mira y asiente serio. Creo que hará ese truco que estuvo practicando pero no lo ha perfeccionado y pude lastimarse.

Y como lo pensé, Ian hace esa maniobra volando varios metros después de pasar por la rampa y da giros en el aire.

-Lo hizo. -miro sorprendido pero algo sale mal y él termina cayendo.