Ian
-¡Sí, sí, sí! El plan resultó, Teo y tú volvieron a ser amigos. -le digo a Jésica y por primera vez la veo sonreír sinceramente porque las otras veces era teatro para poner celoso a Teo.

-Sabía que mi plan resultaría. -contesta sonriendo.

-Mi plan.

-Fue mío.

-Mio.

-¡Mio! -exclama molesta.

-Y tú eres mía. -contraataco sonriendo de costado porque Jess sonrojó.

Ya salimos de la escuela y la acompaño a su casa, después de que Teo y ella volvieron a ser amigos pasaron todo el tiempo hablando y riendo, fue asquerosamente tierno y emotivo.

Seguimos caminando y le pregunto a Jess sobre qué estaban hablando.

-De nada. -contesta nerviosa.

-No te creo nada. -me cruzo de brazos -Dilo.

-Bueno... como volvimos a ser amigos, no podemos guerdarnos secretos... por eso le conté que lo hicimos. -murmura mientras juega con sus manos.

-¡¿Que hiciste qué?! -me espanto y tomo mi cabeza con las manos -Ay no, esto está muy mal ¡Me dejas mal a mí!

-Teo lo entendió, y por más asco me dé, él acepta "lo nuestro" -hace comillas.

-Ah bueno, entonces podemos decirle al mundo el profundo amor que sentimos, yo primero... -habla y suelto un erupto para después reír -Eso es lo que siento por ti.

-Idiota. -Jésica roda los ojos y me da un golpe en el brazo pero noto que hace un esfuerzo para no reírse.

En ese momento ella recibe una llamada -¿Si mamá? -responde teniendo su celular cerca de su oído.

-Pero... no puedo...

-¿Quiero escuchar lo que dice? -me acerco pero ella pone su mano en mi cara para alejarme.

-Mamá no es justo... okey, okey, yo me encargo. -suspira y corta la llamada.

-¿Puedo ayudarte en algo mi bellísima cobra? -pregunto sonriendo.

-Sí, de hecho, puedes ayudarme en algo. -Contesta Jésica pensativa. Da miedo.