Ian
¡¡Jésica acaba de besarme!! ¡¿Entienden eso?! Creo que debo tomar esta situación y tratarla como un adulto...

-¿Quién tiene un arma? La necesito urgentemente para meterme una bala en el cráneo. -pienso seriamente.

-¿Por qué Teo ya no quiere ser mi amigo? -murmura Jess para ella misma pero la escucho. Creo que debo dicerle algo para que se sienta un poco mejor.

-Ni siquiera sé por qué tú y Teo se hicieron amigos, eres muy maleducada e insoportable. -digo normalmente y después reacciono... ¿Por qué dije eso? Traté de ser sensible, no insensible.

Jésica me mira con el ceño fruncido y me grita -¡Escucha bien niño basura! -me señala con su dedo y luego pone ambas manos en su cintura -Yo le salvé la vida a Teo cuando tú te fuiste. -escupe cruzándose de brazos.

-Sí claro, las personas se morirían a tu lado. -hablo sonriendo.

Jess me mira y suspira -Ian... -que raro, nunca me llama así -Cuando te fuiste Teo quedó destrozado y más porque no te despediste, al día siguiente cuando fue a la escuela se enteró que me besaste y fue... cuando lo encontré en el baño con las venas cortadas.

-¿Qué? -mi sonrisa se borra por completo al escuchar esto.

-Se había cortado las venas y... entré en pánico, lla-llamé a una ambulancia, le salvé la vida y entendí que debía cuidarlo... así nos hicimos amigos. -dice agachando la mirada.

Sin pensarlo dos veces, me acerco a ella y la abrazo, Jésica se asusta un poco por mi acción e intenta soltarse pero yo sólo profundiso en abrazo sin aflojar mi agarre.

-Yo causé eso y debo asegurarme que no vuelva a pasar lo mismo. -murmuro para luego deshacer el abrazo -¿Me ayudaras? -pregunto mirando a los ojos de Jésica.

-Sí, lo haré.