Jésica
Le mandé un mensaje de texto a Ian diciendo que iría con Teo a una pizzería y es el momento para que él hable con el pequeño.

-Nos vemos allá. -murmuro bloqueando mi celular. Espero que Teo salga y caminamos a la pizzería.

-¿Por qué quieres salir Jess? -me pregunta él.

-No sé, hoy te vi un poco nervioso y tenso. -contesto un poco preocupada. Llegamos al local y pedimos una mesa, tomo asiento y apoyo mis codos en la mesa -Sé que te está pasando algo Teo, puedes decirme, somos amigos. -murmuro tomando su mano, él levanta la mirada y me mira a los ojos por un momento.

-Me molesta lo tuyo con Ian. -suspira teniendo un semblante triste.

-¿Qué? -digo arqueando una ceja.

-Los ví en tu habitación, hacen una linda pareja. -intenta forzar una sonrisa.

Teo
-¿Nos viste? -murmura recordándo lo que pasó, entonces comienza a reír a carcajadas -No es lo que piensas ¿Ian y yo? Jajaja, que ridículo. -limpia unas cuantas lágrimas que salienron de sus ojos.

-Pero...

-Ese idiota sólo estaba fingiendo cuando llamó mi prima Sonya... sabes que ella es muy cruel. -murmura lo último.

-Entonces ustedes no...

-Ni loca. -agrega Jess negando.

-Me tranquiliza saberlo. -suspiro relajado.

-Teo.

-¿Sí? -la miro curioso.

-No te trage aquí sólo para comer pizza sino que para arreglar unos problemas con cierta persona. -habla razcando su nuca.

En ese momento Ian se acerca a nosotros -Teo. -me llama haciendo que gire para mirarlo.

-¡¿Qué hace él aquí?! -exclamo poniéndome de pie y estando a la defensiva.

-Teo escucha, Ian quiere hablar contigo y pidió mi ayuda. Sólo escuchalo. -habla Jésica respirando pesadamente.

-¡No, no quiero! -yo camino hacia la salida pero Ian toma mi brazo haciendo que gire -¡Suéltame Ian! -lucho por liberarse y sin que nadie se lo espere, me acerca a él y me abraza.

-Te extrañé mucho bebé. -murmura teniendo escondido su rostro en mi cuello -Ya no me evites Teo, esto me lastima. -susurra en mi oído.

Reuno todas mis fuerzas y lo alejo de mí -¿Que no te evite? Tú te fuiste, escapaste de tu casa ¿Y ahora dice que mi indiferencia te lastima? ¡Mira esto! -quito mis pulceras que tengo en ambas manos, descubriendo mis muñecas y mis cortadas ya cicatrizadas -¡Esto es dolor, pero nunca sabrás cómo se siente porque eres de las personas que hacen sufrir! -sentencio teniendo muchas lágrimas en mis ojos, no tengo nada más que decir y salgo de ese lugar.