Jésica
El despertador suena y busco a tientas para apagarlo, entonces mi mano se encuentra con otra, de repente abro los ojos y ve a Ian sentado sobre mi mesita de noche leyendo mi diario como si nada ¡¿Qué hace con mi diario?!

-¡Dame eso! -exclamo molesta intentando quitárselo pero él lo aleja.

-No, esto es interesante. -habla y luego lee en voz alta -"Ayer le di su merecido a Ian, como siempre, le ordené a mi novio que lo tire dentro del contenedor porque ahí es donde pertenece" Eso lo escribiste a los 12 años. -sonríe haciendo que me moleste más.

-Dame eso ahora. -digo más calmada pero firme.

-¿Por qué no me lo quitas? -dice en un tono juguetón mientras avanica el diario en mi cara.

-Te voy a... -estuve apunto de levantarme cuando recordé un pequeño detalle, entonces tomo las sábanas que me cubren con firmesa.

-¿Qué pasa? ¿Quieres que lo siga leyendo? Puede que encuentra algo muy intimo en este pequeñito libro. -sonríe y mueve sus cejas de arriba a bajo.

-No lo leas, es que...

-¿Qué? -interrumpe curioso.

-Duermo sin ropa... -susurro cubriendo un poco mi rostro con las sábanas para disimular mi sonrojo.

-No escuché lo que dijiste. -habla negando suavemente.

-Duermo sin ropa... -repito aún más bajo.

-No te entiendo nada. -dice haciendo que me harte.

-¡Duermo desnuda! ¡¿Ahora sí entendiste?! -exclamo poniéndome de pie y asegurándome de que las sábanas me cubran.

-Wau... n-no te-tenía... i-idea. -tratamudea estando paralizado.

-¡¿Qué quieres?! -pregunto frunciendo el ceño.

-Que me ayudes con Teo. -contesta volviendo a la tierra -Las cosas están peores. Encontré a Teo en el parque de diversiones e intenté hablar con él pero apareció Michael y lo cagó todo. -me cuenta mientras se sienta en mi cama.

-Mmm... será un poco más difícil de lo que pensé pero haré que ese bebé hable contigo. -le aseguro haciendo que sonría.

-Gracias, ahora sólo queda por decir algo. -habla sonriente.

-¿Qué?

-Buenos días.