Ian
Jésica está aquí y esos sujetos pueden lastimarla.

-¿Y esa chica? -dicen los hombres.

-Hey idiotas ¡Dejen a Ian y a Mike! -les dice firmemente.

-¡Mátenla también, conoce a Michael! -ordena su jefe. Los dos hombres la rodéan y tienen intenciones de lastimarla.

-¡Corre Jess! -le digo intentando ponerme de pie.

-No, no te voy a dejar así, todo golpeado. -contesta negando.

Esos sujetos corren hacia ella pero Jésica toma unas botellas y las lanza hacia ellos.

El vidrio de las botellas se rompen contra ellos, cortandolos con sus puntas afiladas. Los sujetos caen al suelo heridos y ensangrentados, para acabarlos, Jésica los golpea con un taco de billar en el rostro a cada uno.

-Falta el jefe. -habla ella caminando hacia el hombre bajo y regordete que estaba dándole ordenes a los simios.

-No te muevas. -ese tipo saca un arma y apunta a Jésica.

-¡No dispares! -exclamo. En ese momento el arma dispara y Jess cae al suelo.

-¡No!

Otro disparo se escucha en el lugar pero fue Mike esta vez quién disparó. El tipo cae al suelo produciendo un ruido seco.

Yo me acerco a Jésica como puedo, ella se encuentra tendida en el piso y está sangrando.

-Aguanta Jess. -murmuro acariciando su cabello, ella se encuentra inconciente, como si estubiera dormida.

-El desgraciado ya no causará problemas. -habla Michael suspirando y guardando su arma -Gracias por intentar ayudarme. -agrega.

-¡No! ¡Por culpa de esto Jess está herida! -contesto molesto mientras la tomo entre mis brazos.

-Pero...

-Más te vale que no metas a Teo en estos asuntos porque si esto le llega a pasar a él, voy a hacer que lo lamentes. -le advierto.

-No me digas...

-Lo digo en serio. -sin no tener nada más que decir, me voy de ese lugar.