Había pasado unos cinco días, donde la mudanza de apartamento se retrasó, por culpa de la madre de Yoongi que no quería dejar ir las pertenencias de su hijo. Diciendo que extrañaría ver el cuarto desordenado de Yoongi, algo demasiado estúpido para el pelinegro, sin embargo, no todo era malo.

Ni Jimin ni Yoongi pueden quejarse del otro, los dos se están tratando bien como que si de verdad fueran buenos amigos.

La rutina de los días había sido así: despertarse juntos, bañarse cada quien en su baño, desayunar mientras miraban televisión, Yoongi irse a trabajar y Jimin ordenar la casa y preparar postres con la ayuda de una repostera profesional que el menor había contratado, esperando aprender para crear su propia pastelería y de último acostarse juntos a la hora que viniera el pelinegro, para hablar de su día.

Y como Jimin ya se sabía esa rutina de memoria, iba a cometer una travesura mientras el mayor no estaba en el apartamento.

(...)

El día había sido largo y ajetreado para Yoongi, ser el director de una marca famosa de ropa en Asia no era nada fácil, crear nuevos e innovadores diseños y volverlos realidad era agotador, más para él, que no le gustaba el mundo tan demandante de la moda. Odiaba ver a los modelos ponerse los nuevos diseños, porque se miraban demasiados delgados para su gusto, por lo que cree que los diseños deben verse mejor en alguien como Jimin.

Pero dejando eso de lado... desde que los dos jugaran y bromearan entre sí, su relación había crecido bastante, por lo que solo quería llegar a casa, comer unas galletitas hechas por Jimin y acostarse en su gran y cómoda cama mientras le contaba al menor lo malo que había sido su día.

Sube al ascensor y pulsa la tecla que indica el piso donde queda su apartamento, se recuesta en una de las paredes del ascensor,  cruza sus brazos y cierra sus ojos, descansando la vista.

El ascensor indica  su llegada y se abren las puertas, sale de éste y camina a paso lento a la entrada de su apartamento, cuando está de pie frente a esta, mete la llave en la cerradura y abre, entrando casi de inmediato.

Deja sus zapatos en la entrada y tira su bolso, estirándose al instante y gimiendo de satisfacción al estar sus pies en contacto con sus pantuflas calentitas.

Escucha como de la habitación que comparte junto a su esposo, se escuchan unos jadeos y gemidos. Rápido se pone alerta, pensando en que quizás el menor haya tenido un accidente y esté quejándose del dolor.

Corre hacía la habitación y abre la puerta del cuarto con rapidez, azotandola contra la pared, está apunto de exclamar el nombre del rubio, pero lo que ve en esos momentos no se lo permite.

Frunce su ceño, hace puños sus manos, haciendo que sus nudillos se tornen blancos por la fuerza que ejerce y se queda un rato a mirar, sin creer lo que está pasando frente a sus ojos.

Jimin se encuentra en el regazo de un chico que desconoce, mientras se besan con pasión y rudeza, gimiendo en medio del jugoso beso, el rubio se restriega obscenamente en la entrepierna del otro, haciendo que el de abajo solo apriete con fuerza la cadera de Jimin y gima en respuesta, jadeando el nombre del supuesto tierno e inocente chico que conoce. Yoongi agradece de que aún se encuentren con ropa.

Yoongi no sabe que hacer, siente una sensación horrible atravesando su pecho y estómago.

Simplemente está enojado.

- ¡Jimin!

El chico rubio se sobresalta, chilla molesto cuando es empujando hacía un lado de la cama por su acompañante, bufa molesto y se pone serio cuando observa a Yoongi frente a ellos con una expresión de molestia y desaprobación.

- ¿Qué ocurre aquí?

El chico junto a Jimin, observa al pelinegro como un gatito aterrado, acomoda los tres primeros botones de su camisa que habían sido desabotonados por el rubio y sin mediar palabras con ninguno de los dos, sale de la habitación espantado, en tanto Jimin tiene sus ojitos bien abiertos por ese acto de cobardía por parte del chico.

Te dejaré en abstinencia por dejarme solo, maldito... Piensa, escuchando como la puerta del apartamento es cerrada con fuerza, dejando el apartamento en pleno silencio.

El silencio es tan perturbador para el menor que no sabe como actuar, Yoongi se acerca al chico y lo toma del brazo, haciéndolo levantarse de la cama que comparten de un solo jalón, produciendo que el chico se queje por la manera tan brusca en que lo está tratando, aunque realmente parece que Yoongi no sabe lo fuerte que lo está tomando.

- ¡M-me lastima!

Yoongi suelta al chico asustado al escuchar a Jimin jadear, haciendo que este vuelva a sentarse en la cama.

- Demonios Jimin... dime que hacía ese chico aquí. - habla, tratando de no gritarle al chico. 

Jimin se acomoda en la amplia cama, carraspea y cruza sus piernas totalmente avergonzado, aún tenía una erección en medio de sus piernas y era incómodo que Yoongi lo viese así.

- Hyung... yo, bueno él es Jungkook.

- ¿Y?

- Es mi novio - balbucea inaudiblemente , jalando hacia abajo su enorme suéter.

- ¿Qué? - le pregunta.

- E-es mi novio... -dice, tartamudeando en el intento - lo siento...

- Jimin... - pronuncia el mayor con un tono de regaño y advertencia - es-

Jimin parpadea con cierta sorpresa, se levanta de su lugar y toma las manos del pelinegro entre las suyas, apretándolas con fuerza, mientras hace una reverencia en modo de disculpa.

- ¡Perdoneme hyung! - exclama, haciendo una reverencia de noventa grados.

- Niño tonto. Me molesta mucho de que hayas metido al apartamento a tu novio sin mi autorización y es más molesto el hecho de que no vino a presentarse, se fue como un cobarde y te dejó a ti solo para enfrentarte a mí, es estúpido, además...

- Es un chico muy tímido, hyung - interrumpe y observa al pelinegro fruncir de manera exagerada su ceño - lo siento... ¿qué decía?

- ¿Por qué haces esto? ¿por qué quieres el dinero? ¿seguro que es porque quieres visitar otros países?

- No... Jungkook es menor que yo y es mi novio hace más de tres años, hemos planeado ahorrar el dinero que obtenga por ser su esposo y luego fugarnos lejos de mi madre.

- Entiendo...

Y ahí estaba de nuevo... ese sentimiento de tristeza y decepción invadiendo su pecho; decepción porque nuevamente alguien lo había buscado y utilizado solo por el dinero; y tristeza porque iniciaba a tomarle cariño al chico y que tuviera novio lo hacía sentirse... ¿mal? ¿traicionado? Si, eso era, se sentía mal por el chico. Jimin debía tener un mal novio para que buscara alternativas tan estúpidas y locas para conseguir dinero ¿qué no podía conseguir un empleo de medio tiempo?

Yoongi no le gusta Jimin, solo sentía compasión por el rubio o eso era lo que quería creer...

Yoongi vuelve a la dura realidad, lleva sus dedos a su cabello haciendo que desaparezcan en su abundante cabello negro, suspira con cansancio e intenta dejar todo en claro con una última pregunta.

- ¿Me estás diciendo que me estás engañando? - Jimin asiente, apretando sus labios - ¡No llevamos ni una semana de casados, Jimin! - grita y escucha luego de unos segundos al menor reír. -¿De qué te ríes?

Jimin vuelve a carcajarse con ganas, llevando sus manos a su estómago, tratando de detener el dolor en éste.

- D-de la broma que acaba de hacer... - contesta, limpiándose las lágrimas producidas por la risa; sin embargo, su risa se apaga, al ver el rostro de Yoongi aún serio. - Sabe que nos casamos sin sentimientos de por medio, ¿Verdad?

- Lo sé... e-es solo que estoy impactado. Lo siento... - responde con vergüenza - ¿por qué no me dijiste antes?

- Quería ya estar seguro antes de decirle, pero le prometo que romperé con mi novio si usted no acepta a que siga con él.

- Haz lo que quieras - responde, chasqueando la lengua con indiferencia, este era un chico interesado, como cualquiera por lo que no se preocuparía más - solo sé precavido, que las cámaras no te vean, siempre seguirás actuando como mi esposo.

- ¿Entonces me deja? - pregunta y brinca con anticipación.

- ¡Si! - responde exasperado, se tira a la cama con un poco de asco -. Pero eso no significa que dejaré que hagan cosas aquí. - apunta la cama.

- ¡Gracias! - le responde y se tira junto a Yoongi en la gran cama - ¿tienes hambre? Jungkook había pedido una pizza, así que ya vendrá.

- Oye mocoso, ¿por qué me hablas formal cuando necesitas algo?

Jimin se encoge de hombros y sonríe ampliamente,  abrazando al pelinegro por la cintura, poniendo su cabeza en el pecho del mayor, éste rueda los ojos, acostumbrado ya por las muestras de cariño de parte del pequeño rubio.

- Hyung... no piense que solo estoy aquí porque necesito del dinero, sino también porque me gusta su compañía.

Y algo en el interior de Yoongi se remueve, haciéndolo sonreír, teniendo miedo que Jimin escuche sus latidos fuertes.

M a r u~