Capitulo 11
El día había llegado...
Jimin estaba ya en el lugar donde se realizaría la ceremonia y estaba apunto de salir huyendo.
La "pelea" creada por Yoongi el día anterior, había puesto las cosas tensas entre ellos dos, se acostaron en la misma cama, pero sin compartir ni una sola palabra, al contrario de los días anteriores que habían compartido, y eso había hecho dudar a Jimin que esa noche había sufrido de insomnio por extrañar a alguien...
Jimin moría por dentro, estaba apunto de casarse con un millonario solo por dinero y eso lo hacia sentirse terriblemente horrible consigo mismo.
Todo iba mal, ni siquiera usaría el traje que le gustaba si no que usaría aquel traje blanco, haciendo que por simple lógica se diera a entender que él era la "chica" en la relación, pero claro, su bella madre había elegido ese fino traje solo por su costo tan elevado.
- Odio esto... - susurra, observándose en el espejo con desagrado.
- ¿Jimin?
El mencionado gira sobre sus talones, encontrándose con la madre de Yoongi, sorprendiéndolo. La mujer se acerca a él y toma sus manos entre las suyas.
- Pequeño Jimin... Sé que esta boda es solo por interés por parte de ustedes y nosotros... - habla con voz tranquila - pero si no quieres casarte, no lo hagas, no quiero que seas infeliz.
- No se preocupe... yo la considero como una madre, por lo que no cancelaré esta boda.
El rostro de la señora se ilumina con una linda sonrisa como la de su hijo, y sus ojos se llenan de lágrimas de felicidad, ella sabia que Jimin era diferente.
- Yoongi sacó su sonrisa, madre...
Ella chilla de felicidad y estruja las mejillas del chico entre sus dedos, haciendo que estos se vuelvan rojos de la pena.
- Mira Jimin, sé que este matrimonio no es por amor, pero debo confesarte que me encantaría que mi hijo se enamore de ti y que tú te enamores de él, por lo que yo siempre te daré mi apoyo.
Jimin asiente sin entender muy bien lo que la señora Min quiere llegar, pero entiende cuando ella deja en su pequeña mano una pulsera de plata, adornada con diminutos diamantes alrededor.
- Es mi regalo de bodas, espero que te guste...
- Claro que si, madre. Gracias.
Susurra, completamente anonanado con el regalo que su futura suegra le había entregado, extiende su brazo y le pide a la mujer que se lo ponga y ella inmediatamente lo hace con gusto.
Jimin siente su cara arder y su garganta cerrarse por el nudo que intenta salir, por lo que inicia a sollozar.
Siente el amor maternal en su suegra, algo que su propia mamá no le puede dar y piensa que es tan irónico que la gente crea que las suegras son malvadas, porque en su caso, no es así.
- Le agradezco, de verdad que me ha hecho el día feliz...
La señora toma entre sus pálidas manos el rostro de Jimin y lo observa con dulzura y compasión.
- Desearía tenerte como mi hijo y tratarte como te lo mereces... - musita.
Jimin aprieta sus labios e intenta no llorar de nuevo, ahora sabe que su suegra se ha dado cuenta de lo mala que es su madre con él.
- M-Madre...
- No te guardes esas lágrimas y palabras, debemos llorar cuando es necesario y ser fuertes cuando también se necesita serlo.
(...)
Jimin exhala e inhala repetidas veces, tiene ganas de llorar por los nervios que lo han invadido y no sabe que hacer ni que decir.
Uno de los organizadores de la boda le piden que entre al salón y enseguida se escucha la típica canción de las bodas, poniéndolo ansioso y nervioso.
- ¡Esto no puede ser! - grita y se acerca al pasillo .
Se pone de pie frente a la puerta y se impresiona por la cantidad de flash de las cámaras que lo dejan pasmado, parpadea varias veces y se centra en el chico pelinegro que está de pie en los escalones del altar, observándolo con indiferencia. Jimin lo ignora y mejor inicia a caminar de manera lenta, deseando que su padre estuviera ahí para él, diciéndole y deteniéndole que lo que estaba apunto de hacer era una locura.
So Eun y Taehyung lo observan con una gran sonrisa a Jimin y lo alientan a que siga caminando en el gran pasillo, Jimin asiente siguiente su camino con un nudo en su garganta.
Y se sorprende al ver que ya esta en el altar, levanta el rostro, mirando a Yoongi, quien ahora, a diferencia a unos segundos atrás, le mira con una pequeña sonrisa surcando sus labios, apreciándolo de pies a cabeza.
- Te ves bien...
- G-gracias...
El abogado norteamericano que hablaba con dificultad el coreano inicia a hablar sobre lo "bello" que es el matrimonio y que no se puede limitar el amor por la razón de que sean dos personas del mismo sexo,haciendo que la señora Park ruede los ojos por la "estupidez".
Luego de unos diez minutos de solo habla de parte del abogado, se da iniciada la verdadera ceremonia y es ahí cuando deja de escuchar lo que el señor dice.
Se pone a pensar en cosas bobas, como el hecho de que no cambió sus zapatos y que está usando los mismo zapatos viejos de siempre, que su padre hace como dos años le regaló en su cumpleaños y ese fue el ultimo regalo de su padre, por lo que han sido sus zapatos favoritos desde entonces.
- Jimin, escucha - susurra Yoongi en la oreja de Jimin, erizandole la piel y haciéndolo saltar del susto - no cambies de opinión, te lo pido.
Asiente, aprieta sus labios y se dedica a escuchar al abogado.
- Min Yoongi, ya has acabado de decir tus votos, seguiré el siguiente paso.
Jimin voltea su rostro hacia el pelinegro, observándolo con sorpresa, se sentía mal, no había escuchado los votos de Yoongi... ¡no escuchó lo que dijo de él y su futuro!
¡idiota! piensa.
- Así que... Park Jimin ¿puedes compartirnos tus votos?
¿Qué estaba pasando? ¡él no tenia ni idea de que debia preparar sus votos!
Jimin dirige su mirada a la señora Min, quien lo observa con una gran sonrisa y con sus dedos pulgares alzados. Se entera de que su suegra habia planeado ese tipo de boda.
- malditos ricos... - murmura entre dientes.
- ¿Qué dijo? - pregunta el abogado.
- N-nada...
- Bien, inicie.
El chico rubio asiente, procesando en su mente las palabras correctas que puede decir para que la prensa y su familia quede satisfecha.
- Bueno, yo debo decir que... que no pensaba en casarme... - dice y siente la cálida mano de Yoongi tomar la suya, apretándola y advirtiéndole con la la mirada - pero cuando te conocí Yoongi, cambie mi punto de vista por completo; sentir tus brazos abrazarme y darme el apoyo que necesito, hablar contigo cuando lo deseo y verte trabajar por mi me hacen saber que eres el hombre ideal que necesito en mi vida. Espero que me ames tanto como yo te amo, quiero pasar el resto de mi vida contigo, te prometo por e-encima d-de todo hacerte... fiel, te amo.
Al instante, Jimin se arrepiente de sus últimas palabras.
Yoongi lo observa con el entrecejo fruncido y su boca ligeramente abierta, está demasiado sorprendido como para hablar o contestar. A pesar de que sabe que esas palabras son aun mas falsas que las que pronunció en sus votos.
- Ahora, Min Yoongi ¿aceptas amar, respetar, estar en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
- Acepto.
- Y tú, Park Jimin ¿aceptas amar, respetar, estar en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
Todas las miradas se fijan en el menor, las cámaras se enfocan en él y toman fotografías insistentemente, mientras que YoonGi aprieta sus manos para que reaccione y conteste. Jimin se arrepiente en ese momento, si se casaba, arruinaría su vida por completo y todo lo que había construido hasta ese momento.
Observa a su suegra y como ella lo mira con ojos suplicantes y llorosos, y vuelve hacia si. A pesar de que solo ha tenido dos charlas con ella, la quiere y admira demasiado como para hacerla sufrir y decepcionarla.
Aún recuerda su primera charla con ella.
- Eres tan delicado y hermoso que estoy segura que Yoongi te amará.
- ¿Pero si no es así? - pregunta - todos odian a los chicos que les atraen otros chicos... ¿de qué sirve que sea bonito si me gustan los hombres? mi madre dice que estoy enfermo...
- Jimin-ah... conmigo no puedes lastimarte así a ti mismo, para mi, no hay ningún problema que te gusten otros chicos.
- Pero-
- Pero nada, hasta incluso amaría que mi hijo te amara, porque no importa el sexo de la persona del cual te enamoras, sino que tan puro y bueno es el amor. Y estoy segura, que cualquier hombre que esté contigo, pasara un buen tiempo.
No podía hacerle eso a la señora Min que tanto le había ayudado con dos simples charlas.
Por lo que observa fijamente a Yoongi y entrelaza sus dedos con los de él.
- Acepto.
Min Yoongi sonríe aliviado y pone sin nada de delicadeza el caro anillo en el dedito anular del rubio y éste hace lo mismo después.
- Por el poder que me otorga el estado de New York, los declaro los esposos Min. Así que, ya puedes besar al novio.
Los dos no se dejan de observar detenidamente, dándose cuenta de la gran responsabilidad que hoy tendrían colgando en sus brazos.
Yoongi se acerca al menor con una lentitud exasperante y planta un casto y rápido beso en la frente de Jimin, sorprendiéndolo ya que sabia que los besos en la frente eran los más dulces y significativos, sin embargo, ignora esa acción segundos después.
- Te pretegeré y trataré bien tanto como tú lo estas haciendo con mi madre. - susurra en su oído, haciéndolo estremecer.
El rubio se asombra ante la silenciosa observación de su - ahora - esposo sin que él se haya fijado, no sabe ni si quiera como Yoongi sabe de su buena relación con la señora Min, pero no comenta nada porque cree que su suegra le dijo algo a su hijo.
Todas las personas se levantan de sus asientos mientras aplauden entusiasmados, la única que no lo hace es la mamá de Jimin, quien solo tiene los brazos cruzados y los labios aplanados, si no fuera porque quiere el dinero, no fingiera y estaría vomitando en esos momentos.
- Gracias... - susurran la pareja al mismo tiempo, mientras se sonríen.
M a r u~
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