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Capitulo 10

- Si, si lo sé... - murmulla Jimin, caminando por todo el cuarto, sin tener ningún rumbo en especifico - ¡No es fácil!

- Mira, Jimin - se escucha de la otra linea - sabes que no estaba de acuerdo con ese estúpido matrimonio y ahora no es solo eso, también te emborrachas junto a él.

- ¿Y qué querías? ¿querías que me prostituyera para conseguir dinero? y no estoy borracho.

- Es lo mismo que estás haciendo ahora, te prostituyes solo que con un solo hombre.

Jimin soba su sien frustrado y se deja caer en la cama, intenta finalizar la llamada pero no puede. Debe dejar todo claro.

- Mira... Este chico es hetero... Ni si quiera me va a tocar, mucho menos se va a sobrepasar.

- Tss... Eso dices ahora - dice y escucha un enorme silencio en la linea -. Bueno, debo irme, Jimin.

- Espe-

La llamada es cortada.

Jimin toma entre sus manos su cabello y lo jala, mientras aprieta sus labios, intentando no gritar tan alto, todo era tan confuso y frustrante.

Detiene sus acciones cuando la puerta del cuarto es abierta un poco, dejando ver la cabellera negra de Yoongi asomarse por el borde.

- ¿Puedo entrar? me sacaste de nuestro cuarto de hotel, Jimin- ah... - se queja.

- Entra...

Yoongi entra lentamente, observando como el rostro de el rubio luce cansado y estresado. Se acerca a la cama y se sienta en el borde de esta.

- Mañana será especial para nuestras madres. ¿No crees?

- ¿De qué rayos hablas?

- Mañana eligen nuestros trajes, antes del día "especial".

Jimin se detiene a pensar en las fechas, terminando en que, efectivamente, pasado mañana seria su boda con Yoongi.

Suspira cansado y lleva sus manos a su rostro, tapándolo y lloriqueando fingidamente.

- Hay que dormir, Jimin. - habla tranquilo Yoongi, tratando que el menor se relaje un poco.

El rubio asiente, su cabeza duele y lo menos que quiere es pensar en los problemas que está empezando a tener.

Se recuestan en la cama, mirándose directamente a los ojos, sin decir ni una palabra, Jimin cierra los ojos y termina durmiéndose, siendo observado por Yoongi.

Las facciones de Jimin eran tan delicadas, su piel es completamente lisa y suave, sus mejillas son rellenas y se sonrojan con facilidad dándole un toque adorable, sus labios son rellenitos y rosados y de estos salen pequeños suspiros cuando duerme, su nariz es pequeña y delicada. Simplemente es un ser... único.

- Cualquiera puede enamorarse de ti cuando te observan a los ojos... - susurra Yoongi, sin apartar la vista del menor.

Con cautela y por simple "curiosidad" lleva hacia atrás el cabello de Jimin, que tapa su frente y un poco de sus párpados y ríe al observar los bonitos lunares que adornan su frente.

Yoongi cae dormido, apreciando al pequeño rubio que tanto odiaba en un principio.

Mientras los problemas personales de Jimin aumentaban...

Su relación con Yoongi iba mejorando...

(...)

- ¡Oh dios mio! ese traje es tan hermoso - exclama la madre de Jimin, mientras admira a su hijo que viste un hermoso traje blanco con finos bordes negros en las mangas - te ves muy bien, querido.

- Si... te ves tan delicado, Jimin.

- ¿Y? da igual - escupe el chico con rudeza -. Ni que me fuera a casar con un hombre maravilloso para importarme esto...

Sin embargo, Jimin miente, sabe que Yoongi no es del todo malo.

Los ojos de las dos mujeres se abren con sorpresa, por las palabras tan bruscas que el chico a soltado sin pensar.

La señora Park borra su sonrisa a su hijo y observa a la señora Min, volviendo a sonreír como que si nada ha pasado.

- Jimin... no bromees de esa manera, querido.

El rubio ríe sarcásticamente e inicia a desabotonarse el fino y caro saco, mientras observa fijamente a su madre por medio del reflejo del espejo, gira sobre sus talones y sigue clavando su mirada en la señora.

- Sabes que no bromeo, madre. Sabes el motivo del porqué hago esto...

- No te atrevas, Park Jimin.

Y Jimin la desafía.

- Lo hago por dinero, lo hago porque me estás obligando.

- Nadie te puso un arma en la cabeza, Jimin.

La tensión se siente en el aire, ni Jimin ni su mamá apartan la mirada del otro, matándose con ésta.

- Tú no debes hacerlo, Jimin. No debes casarte si no quieres. - habla la mamá de Yoongi.

La madre de Jimin toma con demasiada fuerza el brazo de su hijo, clavándole las uñas, lo jala llevándolo lejos de la señora Min y quedan frente a frente.

- Mira, Jimin - comienza amenazante - no sé lo que planeas, pero espero que no me afecte. Te casarás quieras o no.

- Lo haré, mamá - contesta, quitando sin nada de delicadeza las manos de su madre que reposaban en sus hombros -. Pero no implica que estaré fingiendo ser feliz, porque no lo estoy.

- Da igual lo que sientas.

Jimin chasquea la lengua con molestia y sale del cuarto donde se preparaban los trajes.

- ¡La odio! - grita al ya estar fuera y solo.

Camina con paso fuerte y rápido por el pasillo. Desabotona el primer botón de su fina camisa y afloja sin ningún cuidado la corbata que lleva.

Jimin camina hacia los baños y al encontrarlos entra con rapidez, éste saca su teléfono de el bolsillo de su pantalón e inicia a marcar un número, sin ver claramente por culpa de las lágrimas acumuladas que tiene en sus ojos. Maldice por lo bajo apretando sus dientes, parpadea repetidas veces dejando salir por fin las lágrimas, ahora pudiendo marcar sin problemas.

El chico empieza a irritarse cuando su llamada no es recibida, camina de un lado a otro por los baños y al desesperarse aun más, vuelve a sollozar como un bebé. No obstante, luego de unos segundos después, la llamada se da iniciada.

- ¿Kookie? - pregunta Jimin inseguro - ¡Jungkook! - se escucha un largo silencio y Jimin prosigue - te extraño tanto... ya no soporto a mamá, kookie...

Jimin guarda silencio y se concentra en cada palabra que el chico en la otra linea dice, pero alguien mucho mas "importante" interrumpe.

- ¿Jimin?

El rubio levanta la mirada exaltado, brinca del susto al verlo y cuelga con rapidez la llamada, haciendo que el viejo teléfono caiga y termine de quebrarse.

- ¡Joder, no! - grita y levanta su teléfono - ¡se arruinó!

Jimin inicia a balbucear palabras sin sentido, guarda el teléfono en la bolsa de su pantalón de vestir y lleva con sensualidad su  cabello hacia atrás.

- ¿Qué quieres, Min? - pregunta con voz ronca - dime.

- Nada, es solo que... te observé llorando y me preocupé - responde y mira al menor tensarse.

- Olvídalo.

Jimin camina hacia la salida del baño, pero es detenido por Yoongi. El pelinegro tiene una mirada indescifrable en su rostro y eso asusta al rubio.

- ¿Qué te pasa?  - le pregunta e inicia a forcejear al ver que él no lo soltará, pero Yoongi tiene aun mas fuerza - s-sueltame.

Yoongi afloja su agarre y el menor sin perder tiempo se suelta, alejándose e hiendo a la salida. Pero no dura demasiado, éste gime de dolor cuando es estampado a la pared más cercana, abre los ojos confundido y corta su respiración al observar a Yoongi demasiado cerca de él.

Jimin se siente incómodo, a decir verdad, la posición es demasiada comprometedora y se siente demasiado vulnerable, puesto que sus manos están sobre su cabeza siendo sostenida por la mano izquierda de Yoongi y sus pelvis chocan de vez en cuando entre sí.

- ¿Con quién hablabas? - pregunta al fin.

- N-no es importante...

- No intentes tomarme el pelo, Jimin - dice susurrando y lleva su mano libre al expuesto cuello del menor - ¿Quién es ese tal, Kookie?

- N-no es... - el rubio intenta responder, pero la mano del mayor haciendo presión en su cuello no lo deja - hyung...

- ¿Qué tramas?

- Te j-juro que... n-no - habla sin sentido puesto que Yoongi presiona más.

- Escucha bien, mocoso. Te juro que si estás haciendo algo para hacerme perder y quitarme todo el dinero, yo mismo te mataré. - amenaza y al ver el asentimiento de cabeza de Jimin, deja de hacer presión en el cuello de el menor - ¿oíste?

- E-estás loco... - le contesta tosiendo - ¡no hay razón por el cual casi afixiarme, la llamada no tenía nada que ver contigo!

- No te creo.

- Púdrete, Min.










Maru~

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