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ꕤ「capitulo 41」


Pensaba que se estaba volviendo loca. Y tal vez lo estaba, pero no iba a negar que era extraño lo que veía. No sabía si era una ilusion o en serio vio el auto de su jefe, el señor Jeon pasar frente su casa.

Tal vez no le extrañaba la primera vez, pero ya había pasado repetidas veces. Nunca alcanzaba a ver al conductor, pero juraba que era el auto de Jungkook, y de pura casualidad, minutos despues llegaba Taehyung a la casa.

Probablemente ese omega inutil se estaba vendiendo a un alfa adinerado, fue lo primero que había pensado Karina al ver pasar la Range Rover y Taehyung llegando aproximadamente cinco minutos despues; pues ultimamente el castaño salia muy seguido, y aunque era mejor para todos en la familia, era un poco extraño.

Alguien más inteligente, lo hubiera deducido al instante. Pero no Karina, al menos hoy no.

Rodando los ojos, se terminó de aplicar lapiz labial, tomo sus cosas y salio de la casa sin dedicar al menos una mirada a Taehyung, que acababa de entrar.

Más tarde, ya se encontraba en su escritorio, esperando la llegada del señor Jeon. Si bien había intentado convencer al alfa de darse otra oportunidad, no lo lograba y eso la enfurecía.

El timbre del elevador le hizo levantar la mirada y acomodo rapidamente su escote y cabello al ver a Jeon caminar hacia ella con la vista en su celular y una pequeña sonrisa.

–Señor Jeon.

–Buenas tardes, señorita Kim–apenas la volteo a ver para seguidamente entrar a su oficina sin dejar decir otra palabra a la omega.

La tarde había sido tediosa para Karina, quería hablar con Jungkook, pero parecia muy ocupado, entonces, cuando tuvo que llevarle unos documentos y haberse asegurado de liberar su aroma (lo que estaba prohibido, debido a los supresores que eran obligados a tomar en la empresa) tocó ligeramente la puerta, y despues de escuchar un "pase" por parte del alfa, se adentro a la oficina con una sonrisa.

–Aquí estan los contratos firmados por parte de la asociación con Lee Company.

Colocó los folders en el escritorio, inclinandose levemente sobre este, dejando expuesto su vulgar escote. Jungkook carraspeo notablemente incómodo sin mirar a la omega.

–Gracias, señorita Kim, puede retirarse.

Karina bufó harta.

–Jungkook, debemos hablar de nuestra relación...–pero fue interrumpida por el alfa que suspiró cansado y frotó el puente de su nariz.

–Karina, disculpame, pero ya hablamos sobre esto, solo relación laboral, ya lo sabes.

–Pero no podemos terminar así, Jungkook. Te necesito, mi alfa.

Jungkook pareció horrorizado al escuchar como le llamó.

–Te lo he repetido incontables veces, no soy tu alfa, Karina. Tengo omega y solo te pido que respetes mi relación y te respetes a ti misma.

Sin tomarle importancia a la rubia, tomó las carpetas sobre el escritorio y reviso los documentos, verificando cada firma.

–¿Quién es la omega? ¡Dimelo!–chilló la mujer ya con el rostro de color rojizo.

–No tengo por qué hacerlo. Ahora por favor, sal de mi oficina.

El alfa se levantó de su silla intentando ignorar a Karina, acomodó las carpetas y las guardo en el archivero.

Al darse la vuelta, solo sintió a la omega abalansarce sobre el intentando besarle, pero Jungkook la aparto rapidamente limpiando el lapiz rojo de su barbilla y gruño fuerte provocando que Karina temblara levemente en su lugar.

–¡Carajo! Ya estoy harto de tu actitud, Karina. Y no toleraré acciones como esas. La proxima vez no dudare en despedirte, así que vete de una vez.–su ceño estaba fuertemente fruncido y la mandibula apretaba lo hacian ver intimidante.

La omega gruñó y salió de la oficina acomodando su falda, como si nada hubiera pasado.

Jungkook maldijo enojado, toda su oficina apestaba a Karina ahora. Fue a abrir las ventanas cuando escuchó unos toques en su puerta.

☃️



Taehyung no había dejado de sonreir en todo el día, en la mañana había recibido algunos mensajes de Hannie, (la omega había comenzado a comunicarse seguido con él desde la noche en que la conoció) en la escuela habló con Jungkook durante el receso y en la salida el alfa lo recogió y llevó a su casa como en otras ocasiones. No se habían visto mucho ultimamente debido a sus horarios, pero Jungkook siempre buscaba algun momento libre para ponerse en contacto con él, y eso alegraba el corazón del omega.

Hoy tenía la tarde libre, y qué mejor forma de pasarla, que con su alfa. Por lo que se pusó unos jeans negros ajustados, un sueter de lana azul cielo y sus vans negras. Peinó su cabello y colocó gloss en sus labios para después salir de su casa, agradecía que los señores Kim se encontraban fuera y Karina trabajando, solo esperaba no toparsela en la empresa.

Cuando llegó al edificio, subió al elevador y espero a llegar a su destino. Al abrirse las puertas de metal, se percató de que Karina no estaba en su escritorio fuera de la oficina de Jungkook, frunció del ceño dirigiéndose a la puerta negra, pero el sonido de esta abriéndose lo hizo esconderse detrás de los estantes a un lado de la recepción. Frunció aun más su frente cuando vió a Karina salir de la oficina de Jeon, con una gran sonrisa en el rostro y acomodando su vestido blanco.

¿Por qué Karina había salido de allí tan sonriente?

Se supone que alguien de una casta no dejaba entrar a otra diferente a su espacio de trabajo, mucho menos un alfa a un omega y mucho menos si es tu superior, a menos que le haya dado el permiso. Pero nadie más que Taehyung entraba a la oficina de Jungkook desde que salía con él.

Tae sintió una opresión en el pecho al imaginar a Karina cerca de su alfa.

Cuando vió a la omega desaparecer por el elevador, salió de su escondite y golpeó levemente con sus nudillos la puerta de la oficina de Jungkook.

Escuchó al alfa gruñir al otro lado de la madera y se encogió en su lugar, se estaba arrepintiendo un poco de haber venido.

Dió un saltito cuando se abrió la puerta y se asomó un alfa con el rostro endurecido y el ceño fruncido, que se relajó notablemente y mostró una sonrisa al ver a su omega.

—Tae—exclamó feliz, rápidamente el alfa lo rodeó con sus fuertes brazos y olisqueo sus castaños cabellos. Taehyung suspiró y se aferró a él, hundiendo su carita en el cuello de Jungkook, pero noto levemente un conocido aroma impregnado en su camisa—¿Qué haces aquí, mi amor?

Taehyung disimulo su emoción al escuchar ese apodo.

—Quería verte—dijo con una vocecita adormilada.

—Era justo lo que necesitaba ahora—dejó un besito en la frente de Tae y se hizo a un lado para que entrará a su oficina.

Jungkook frunció el ceño al ver la incomodidad mostrada en el rostro de su omega y como se quedaba parado en el marco de la puerta—¿Qué sucede, Taehyung?

—¿Karina estuvo aquí cierto?—sabía la respuesta, solo quería indagar un poco más.

Jungkook suspiró y asintió levemente.

—Si, ella...vino a darme algunos documentos—el alfa lo miró, atento a cualquier reacción por parte de su omega.

—¿Tu la dejaste entrar?—preguntó.

–Si–El alfa tartamudeo un poco–Pero no es lo que crees.

Taehyung le miró sintiendo su corazón ecogerse cuando vió el menton del alfa manchado de un color rojizo, le limpió con su pulgar percatandose de que era labial.

Jeon pareció recordar algo, ya que abrió los ojos con sorpresa.

–Yo, te lo puedo explicar, Taehyung.

Pero Tae ya no le prestaba atención, solo miraba la mancha en su dedo con los ojos empañados por las lagrimas. Ahora entendía el por qué Karina salió acomodando su vestido y todo su aroma en la habitación y en la camisa de Jungkook.

Su omega comenzó a chillar y lloriquear en su interior.

–Omega–Jungkook intentó acercarse pero Taehyung solo se apartó sin mirarlo, solo veía sus manitas temblorosas.–Tae, se lo que estas pensando, y te juro que no es así, solo escuchame por favor.

Pero el omega evitaba los toques de Jungkook, seguia sin poder procesarlo del todo. Solo sentía a su lobito retorcerse del dolor en su pecho.

–Karina intento besarme pero me aparté al instante. No pasó nada, omega.

–Hueles a ella–dijo con voz temblorosa.

–Dejó su aroma por toda la oficina, pero no estuve cerca de ella, Tae.

Jungkook intentó acercarse a él por segunda vez, pero se detuvó alarmado cuando escuchó al omega lloriquear.

–Mi amor, no llores por favor.–el alfa reflejaba una expresión algo aflijida también, odiaba ver a Taehyung triste.

–Yo...me tengo que ir–el omega salió corriendo de la oficina ignorando los llamados de Jungkook. Por suerte para él, el elevador se iba cerrando cuando entró y solo logró ver a Jungkook una ultima vez antes de que las puertas se cerraran.

No sabía como sentirse, por lo que solamente se soltó a llorar, abrazandose a sí mismo.




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