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ꕤ「capitulo 22」


Desde que había despertado esta mañana, Taehyung se había sentido un poco extraño, algo inquieto y con necesidad de estar cerca de su alfa.

Probablemente sabía el motivo, su celo estaba cerca, según lo que indicaba su calendario faltaban entre dos y tres días para que sucediera. Siempre duraba entre tres y cuatro días, debido a la falta de su alfa en veces anteriores, días que eran una cruel tortura para Tae, pues su familia solía encerrarlo en el sótano hasta que terminará, y aunque no era incómodo del todo estar ahí abajo, pues tenía un colchón, sábanas y Karina le llevaba comida y agua, seguía siendo un horrible tormento, sus celos siempre eran más intensos, ya que a que apenas hace un año se había presentado como omega.

Y eso lo preocupaba un poco, su amigo Jimin le había comentado que después de conocer a tu destinado, el celo es aún peor si no lo pasas con esa persona.

Parejas destinadas.

¿Era muy rápido para hablar sobre eso?

Era algo que Taehyung comenzó a preguntarse desde esa conversación con Jimin.

Aunque Tae tenía una idea de como se sentía conocer a tu destinado (por historias que le solía contar su madre) no estaba seguro del todo, pues sentía algunas de las emociones intensas que le había hablado su progenitora, pero no sabía si Jungkook sentía lo mismo. Su madre le había contado que cuando conoces a tu destinado lo sabes de inmediato, y no negaba que cuando había visto a Jungkook por primera vez, sintió algo especial y desconocido revoloteando en todo su pecho, ¿tal vez emoción? no estaba seguro de cómo describirlo, pero recuerda que esa noche, simplemente quiso lanzarse sobre el alfa y que lo abrazara por siempre.

¿Debería de hablar sobre eso con Jungkook?

No, tal vez pensaría que estaba loco, o se burlaria de él, Jungkook es demasiado perfecto, su destinado no podía ser un omega como él, Jungkook tenía que estar con alguien igualmente perfecto.

Aunque dudaba que existiera alguien así, no podía existir alguien tan perfecto como Jungkook.

Sonrió bobamente al recordar al guapo alfa.

Llevaban una semana sin verse, "una completa tortura", como le había llamado el dramático de Tae. Pues la última cita que habían planeado, se había visto interrumpida debido al atareado horario del alfa, y aunque hablaban cada noche, ya sea por llamadas o mensajes, Taehyung necesitaba los abrazos y besos del alfa, lo extrañaba mucho.

Y el estado en el que se encontraba no ayudaba mucho, quería ver al alfa una vez más antes de que empiece su celo para no extrañarlo tanto.

Así que ahora se encontraba escogiendo un atuendo bonito para ir a visitarlo a su empresa. Por lo que había dicho Jungkook hoy no tenía tanto trabajo, saldría temprano e irían a cenar a un restaurante, sus padres estaban por irse de casa por almenos dos días debido a los viajes de trabajo de Dawn, y estaba casi seguro de que Karina los acompañaría a Nueva York.

Era el día perfecto para escaparse y estar con su alfa.

Se decidió por un cardigan azul pastel, una faldita blanca, unas medias igual blancas hasta las rodillas y converse azules.

Se dió un baño, cepillo sus dientes, secó su cabello y se vistió con la ropa previamente elegida. Se colocó frente al espejo y observó detenidamente su reflejo.

Se veía muy lindo.

Al escuchar el motor de un auto, se asomó por la ventana, vió como el auto de los señores Kim se alejaba a lo lejos.

Claro que se irían sin despedirse al menos.

Aunque Taehyung sintió una sensación extraña en el estómago, solo suspiró y se dispuso e inspeccionar de nuevo su reflejo.

Esta noche saldría a cenar con Jungkook, a un restaurante, su primera cita formal. ¿Se veía lo suficientemente bien? ¿Al alfa le gustaría su ropa? No lo sabía pero esperaba que si, le había encantado su atuendo y hoy si podría usar una de sus atesoradas faldas.

Se sonrió así mismo con seguridad, tomó su celular, las llaves y salió de la casa hacía una parada de autobús.





Al llegar al edificio donde trabaja Jungkook, saludó animadamente a la recepcionista de entrada, era una amable chica beta, de largo cabello castaño con la que Tae había hablado un par de veces.

Subió al elevador, sintiéndose un poco abrumado e incómodo al sentir el aroma y las miradas de los alfas que iban en el mismo. Se abrazó así mismo pegándose lo más posible a la pared, pues cada vez iban entrando más personas y el espacio era pequeño.

Pero definitivamente la situación empeoró cuando el elevador se detuvo en algún piso, que Taehyung no sabía con exactitud cuál era; y se adentraron alrededor de siete alfas, que a juzgar por su apariencia, acababan de salir de una larga junta.

Ahogo un gemidito asustado, cuando sintió a su lado (muy cerca para su gusto) a un alfa grande con un amargo aroma a tabaco. Trato de ignorarlo, pero fue difícil al sentir la mirada de ese hombre inspeccionando todo su cuerpo.

—Hola, omega bonito—habló el rubio, con una voz rasposa y desagradable.

Tae sintió una especie de miedo, mezclado con ansiedad.

Quería a su alfa.

Su omega atemorizado por el aura dominante del hombre; se hizo bolita y chilló tratando de llamar a su alfa.

—¿No te enseñaron que era de mala educación no responder a un alfa, omega?—volvió a hablar, esta vez acercando su rostro más de lo debido.

Taehyung se había mantenido todo el tiempo con la mirada hacia el frente, pero esta vez no pudo evitar cerrar los ojos, estaba desesperado, quería llorar.

—¿No hablas?—preguntó con burla acercándo su rostro hacía el cuello de Tae.—No temas, omega, no te haré daño.

—A-léjese por favor—su voz salió bajita y más como una suplica.

Taehyung observó un momento a su alrededor, todos los viejos alfas que estaban ahí, solo lo miraban por burla.

¿Por qué nadie lo ayudaba?

—Esa b-—la molesta voz del alfa a su lado, fue interrumpida por el elevador abriéndose en el piso veintisiete. Tae agradeció a todos los dioses existentes y salió casi corriendo de la caja metálica.

Respiró hondo y se dispuso a caminar hacia la oficina de su alfa, cuando esa misma voz rasposa lo detuvo e hizo erizar su piel.

—Detente, omega—ordenó con voz demandante a sus espaldas. Taehyung quiso tratar de ignorarlo y seguir caminando, pero esta vez sintió que la sangre se le heló.

—Dije que te detuvieras—gruñó el rubio con su voz de alfa.

Tae soltó un gemidito asustado y obedeció, con la cabeza gacha, volteo sumiso.

Cuando vió los pies del alfa acercarse a él, parándose justo en frente; sintió un nudo en la garganta y los ojos cristalizados.

—Así me gusta, te ves tan bonito así, omega—dijo con burla acercando una de sus asquerosas manos a su cara, y acariciando su pómulo.

Para su desgracia no había nadie cerca; sintió como una lágrima silenciosa se deslizaba por su mejilla.

—Oh, no es necesario llorar, bonito. Ahora discúlpate, por tratar de huir de mi.

Tae soltó un suspiro tembloroso.—L-lo siento—titubeó bajito aún sin levantar la mirada.

—Hm, ¿Qué tanto lo sientes?

Más lágrimas salieron de sus ojitos, cuando el alfa pusó su cara en su cuello y olisqueo desesperado.

—Tan bonito, ya quiero tenerte e‐—fue interrumpido por un fuerte gruñido a sus espaldas.

—Aléjate de él—bramó una voz profunda y demandante que Taehyung conocía muy bien.

El alfa rubio se alejó casi de inmediato.

Taehyung sintió la tranquilidad recorrer todo su cuerpo cuando vió a Jungkook posarse frente a él, protegiéndolo.

—¡¿Qué crees que hacías, bastardo infeliz?!—gruñó Jungkook muy enojado al alfa rubio.

El hombre pareció retroceder un poco intimidado, pero rápidamente recomponiendose.

—Solo acompañaba a tu amigo, no es para que te enojes, Jeon—se excusó tratando de parecer relajado.

—Vi lo que le hiciste, imbécil, no vuelvas a acercarte a él, o juro que te mataré, Eunwoo.

El rubio bufó, pero se notaba su incomodidad con la amenaza, aún así, no cedería tan fácil.

—Hm, tranquilízate, Jungkook, no es para tanto, además, él me provocó, se nota a metros de distancia que es una pequeña zo-—se calló, cuando en un rápido movimiento, Jungkook lo tomó por él cuello y lo estampó contra la pared.

—Escucha bien lo que te diré, imbécil, si te acercas de nuevo a mi omega, si lo ves, o al menos estas en el mismo lugar que él, pagarás muy caro, y juro que lo lamentarás.—el enojo destellando en sus ojos, la voz lenta y amenazante hizo temblar al otro alfa, quien trago saliva y asintió.

—Ahora discúlpate—jaló por el cuello de la camisa al alfa más bajo y lo pusó frente a Taehyung, quien aún seguía temblando, con la mirada gacha.

—Siento haberte incomodado—rodó los ojos, el omega solo asintió levemente sin mirarlo.

—Ahora lárgate de aquí—gruñó Jungkook empujándolo, el rubio caminó lo más rápido posible, desapareciendo entre los pasillos.

Jungkook se acercó rápidamente al omega.

—¿Estas bien, mi amor?—preguntó con una voz tranquila, sin querer alterar más al omega.

Pero Tae solo se abrazó fuertemente a él y enterró su rostro en el fornido pecho, el alfa lo envolvió con sus brazos y besó su cabello.

—Gracias, alfa—lloriqueo el omega aspirando el aroma a café amargo y tierra mojada que desprendia el alfa para tranquilizarlo.

—No tienes que agradecer, Tae—Jungkook tomó el rostro del omega entre sus manos y acarició sus mejillas, eliminando las lágrimas con sus pulgares y dejando un besito en la punta de su nariz.

—Vamos a mi oficina—tomó la manita de Taehyung y caminaron a su oficina, Jungkook cerró la puerta y se sentó en su silla.—Ven aquí, amor.

Tae se acomodó en su regazo, con el rostro enterrado en el cuello del alfa y Jungkook lo abrazó.

—¿Quieres hablar de lo que sucedió?—preguntó con cautela, sin querer incomodar al omega.

Tae soltó un suspiro tembloroso—Bueno, cuando subí al elevador, unos pisos después subió él, desde que entró me estuvo molestando, pero yo no lo provoque, lo juro.

—Esta bien, omega, se que no lo hiciste.

—Y cuando salí, el me siguió y uso su voz de alfa, y me estaba oliendo y diciendo cosas feas—sintió como Jungkook retuvo un gruñido y se puso rígido—Lo siento, alfa.

—No, amor, no tienes por qué disculparte, ese idiota no debió acercarse a ti.

Jungkook besó los labios de Tae delicadamente y acarició sus mejillas.

—Si alguien vuelve a molestarte, solo tienes que decirme y estará muerto.



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