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ꕤ「capitulo 16」


Estaba nervioso.

Muy nervioso.

Había dejado de redactar unos informes hace unos minutos cuando recibió la llamada de Taehyung.

El omega le había dicho si podrían estudiar hoy, y ¿quien era Jungkook para negarle algo a Tae?

Así que acepto aunque tuviera cosas que hacer, las ganas de ayudar a Taehyung le ganaban.

Ahora se encontraba buscando algo en su extenso closet después de darse una ducha, ¿debería ponerse un traje, pantalón de vestir? No, muy formal. Simplemente escogió unos jeans no tan ajustados y una camiseta blanca simple, junto sus botas.

Secó y peinó un poco su cabello, para después sepillar sus dientes. Ordenó un poco su casa y espero la llegada del omega.

No iba mentir, estaba jodidamente nervioso.

¿Cómo iba resistir estando tanto tiempo con el bonito omega, sin querer besarlo?

Escuchó el sonido del timbre resonar por toda la casa y se levantó rápidamente del sillón, se miró una vez más al espejo que estaba al lado de la puerta y suspiró tratando de no lucir tan nervioso.

Abrió la puerta y sonrió mostrando sus dientes.

Se quedo embobado mirando al omega.

Se veía jodidamente hermoso.

Pero sintió que en cualquier momento la saliva saldría de su boca si no dejaba de ver las piernas de Taehyung.

—Hola, Jungkook—saludó el omega sonriendo tiernamente.

Jungkook carraspeo y miró la bonita cara del omega—Hola, Tae—sonrió nervioso y se hizo a un lado dejándolo pasar.

—¿Estabas ocupado? no quisiera molestarte—dijo con un pucherito.

—Hm, no, Taehyung, no me molesta, quiero ayudarte—le mostró su sonrisa al omega y sintió sus manos sudar un poco más mientras lo dirigía hacia el living.

—Tu casa es muy bonita, Jungkook.

—Gracias, mi madre me ayudó con la decoración.

—Tiene buen gusto.

El omega observó una gran pintura del alfa y las que parecían ser su madre y hermana, junto al padre de Jungkook.

La persona que haya hecho esa pintura es todo un artista.

—¿Quieres algo de comer o de beber?

—Estoy bien, gracias.

Jungkook asintió y llevó al omega hacía el comedor, recorriendo la silla para él, y sentándose a su lado.—¿Me recuerdas que materias vamos a ver?

—Álgebra y Geometría.—respondió el omega mientras sacaba los cuadernos de su mochila.

—Bien—el alfa tomó el cuaderno del castaño y comenzó a hojearlo—Empezaremos con las bases, así que veremos ecuaciones líneales, ¿esta bien?

—Si





—Entonces A más A es igual a 2A, y A multiplicado por A es A al cuadrado.

—Muy bien, Tae—felicitó Jungkook con orgullo al ver la cara de felicidad del omega.

—No era tan difícil después de todo—Tae se encogió de hombros y miró al alfa.

—Es fácil, solo es cuestión de recordar las fórmulas y las reglas

El omega suspiró algo cansado—Aprendí más contigo en dos horas que con mi maestro en un año.

—Entonces, estoy seguro de que aprobarás ese exámen—dijo muy serca del rostro del omega.

—Gracias, Jungkook—el castaño bajo la mirada algo sonrojado.

—No hay de que, Taehyung

Es tan hermoso, dijo su alfa.

Tae sonrió y sus miradas se encontraron.

Jungkook estaba seguro de que no podrían haber ojos más hermosos que los de Taehyung.

Se miraban con tanta intensidad que no notaron en que momento se acercarón tanto hasta el punto que sus respiraciones se mezclaban.

Y en ese momento, Jungkook sintió como un ligero aroma a jazmines y duraznos dulces se infiltraba por su nariz.

Sintió que como su alfa se removia alterado y emocionado.

Era lo mejor que había olido en toda su vida.

Miró los labios rosados y brillosos del omega y humedeció los propios.

Quería besarlo tan mal.

—Cr‐creo que ya es hora de que me valla, Jungkook, m-mis padres ni siquiera saben que estoy aquí—dijo el castaño sin despegar su mirada de los labios carnosos del alfa.

Jungkook detuvo un gruñido que se formaba en su pecho, no quería que Taehyung se fuera, menos después de que descubrió su aroma. Quería enterrar su rostro en el cuello del omega y marcarlo con su olor.

—Te llevo—suspiró y uso toda la fuerza de voluntad que tenía para apartarse lentamente de Tae.

El omega guardó todas sus cosas en su mochila para después caminar junto a el ojiverde hasta el Range Rover.

El alfa le abrió la puerta a Taehyung y lo ayudó a subir, recibiendo un agradecimiento del omega para después entrar al asiento del conductor.

Por todo el auto se sentia el aroma de Jungkook, esperaba que eso no incomodara a Taehyung.

Bajó un poco las ventanas para que se mitigara el olor.

Tae hablaba y hablaba sobre cosas que hacía o le gustaban y Jungkook no podía estar más encantado escuchando su vocecita, o más interesado en sus anécdotas.

Parecía que el omega le tenía confianza para hablar sobre cualquier cosa, aunque a veces se sonrojaba con la mirada de Jungkook.

—...entonces Baekhyun y yo hicimos el pastel, y Jimin prefirió el mío porque era más lindo, además a Minho no le gusta la vainilla y el pastel de Soobin era de vainilla, y sabía a huevo, el le puso muchos a la masa y le dije que solo eran tres, creyó que yo lo quería sabotear y le hecho siete huevos.

El alfa soltó una pequeña carcajada.

—Soy un excelente chef.

—Tengo que ver para creer, Tae

—¿No me crees? Algún día te cocinare un pastel o galletas, veras que cocino muy bien.





Detente en esta cuadra—dijo el omega.

—¿Por qué?—cuestionó el rizado y se detuvo donde le indicó Taehyung.

—Solo...mis padres no pueden verme llegar contigo.

El alfa se desánimo un poco al escuchar eso.

—De hecho, no pueden verme llegar con ningún alfa. Caminaré—respondió rápidamente el ver el semblante decaído de Jungkook.

—Pero, esta empezando a oscurecer y es peligroso.

—Estaré bien, Jungkook—Tocó ligeramente la mejilla del rizado y sonrió.—Gracias por ayudarme y por traerme.

—No agradezcas, Tae, todavía te quedan unas lecciones.

Taehyung soltó una risita—Dime cuando estés libre.

—Seguramente después del lunes.—ambos rieron.

—Suerte con tu trabajo.—Jungkook sonrió en grande.

—La necesitaba, gracias.—tomó la manita del omega y besó sus nudillos, provocando que sus mejillas se pintaran en carmín.

—Hm, n-nos vemos luego—Tae bajo del auto y se despidió tartamudeando un poco  algo avergonzado.

—Hasta luego, precioso—Jungkook agitó su mano y notó como Taehyung se sonrojaba aún más.

Al ver al omega caminar con dirección a su casa, condució con una sonrisilla hasta la suya. Le gustaba mucho Taehyung, y hoy había percibido su aroma, muy leve, pero olía delicioso.

Si es omega.

Su omega.



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