El sol tan solo comenzaba a salir, pero Yon ya se encontraba con las manos en el trabajo, necesitaba adelantar todo lo posible para tener tiempo y cumplir con el plazo de tres días por el ahora apodado tirano de los caballos.

En lo que se sumergia en su mundo, llegó Soobin junto con Hobi y una cafetera llena de justo lo que necesitaba, cafeína.

– Disculpe la imprudencia, pero me cruce al señor Hoseok anoche y me pregunto por usted, así que no pude negarme a contarle el pequeño incidente del baile – El enorme guardaespaldas parecía haber reducido su estatura al estar cabizbajo ante lo que él consideraba una falta a su confidencialidad.

Al final para eso los entrenaban, seguir orden, no tener criterio propio y ser una tumbas, pero Yon lo veía como un gesto de genuina preocupación, que le daba esperanza en construir una amistad con ellos.

– Soobin… gracias por contarle, cómo ves a veces me meto demasiado en mi mundo y necesito de personas como ustedes que me ayuden a calmarme, así que levanta la cara, no has hecho nada malo.

Después de levantarle el ánimo se tomó unos minutos para comer algo y  seguir  en lo suyo hasta que fue hora de prepararse y entrar a lo que parecieron interminables reuniones llenas de debates y discusiones.

Después tuvieron que reunirse para organizar la llegada del presidente y otros diplomáticos que tan solo irían a las reuniones principales por cuestiones de agenda y seguridad nacional.

Al terminar tan solo querían volver a tumbarse en la cama, pero aún había mucho que hacer.

– Me encargare de lo demás, nos vemos mañana, Seokjin necesito finiquitar unas cosas en tu oficina – Min salió con su equipo siendo seguido de Namjoon y Seokjin quien se detuvo un momento junto a Yon.

– Nos vemos más tarde – Ambos asintieron y tomaron sus caminos.

La ahora autodenominada domadora se cambió rápido y salió junto a su sombra camino a los establos donde encontró a la yegua acicalando a su bebe.

Después de varios minutos logró que confiara lo suficiente para sacar a ambos del establo y llevarlos al campo de entrenamiento sin morir en el intento, comenzó con el adiestramiento con lo poco que recordaba y lo que había leído hacia 1 hora del libro que Soobin había conseguido para ella.

Pero los avances eran demasiado lentos y lo último que tenían era tiempo, así que intento ponerle el cabestro dando como resultado que una de las sogas le quemara la mano al no haberse puesto guantes.

–¡Señorita! – Soobin llegó corriendo con un botiquín que rápidamente Yon tomo para desinfectarse y vendarse.

Se sentía extremadamente frustrada, por la yegua y por ella misma, nunca había cometido un error de semejante magnitud y ahora lo estaba pagando de una manera ridícula.

– Debería detenerse señorita Choi – Aquello le saco una pequeña risa, sin duda el hombre que le llevaba un metro de estatura no conocía el mini demonio de tasmania que tenía enfrente.

– No es como que tenga opción Soobin, básicamente estoy siendo chantajeada, además me prometí no volver a rendirme… por cierto mis amigos me dicen Loto así que sientete libre de llamarme así y por último por favor pasame unos guantes.

Volvieron a lo suyo sin percatarse que un observador curioso había estado mirando hacía un rato y ante el incidente decidió involucrarse.

– Por lo menos ya deja que se le acerquen humanos – Kim Taehyung se disponía a tocar el hombro del Yon pero fue interrumpido por la yegua y su pequeño quienes se le abalanzaron haciendo que cayera de espaldas.

– No todos los humanos, aún no le cae bien supongo – Le ayudó a levantarse con una sonrisa al ver la pequeña venganza que habían tomado por ella  – No es necesario que esté aquí señor Kim

– Pero quiero estarlo, seré tu estudiante – Más que una pregunta sonó como una imposición que solo género en Yon ganas de amarrarlo a un poste para que dejara de molestarla – Además parece que necesitas un ayudante.

– Ya lo tengo, Seokjin se ofreció, así que no debería preocuparse.

– Bueno yo no lo veo – Yon se quedó pensativa al respecto, el sol ya casi se ocultaba y no había rastro de Seokjin y por mas que no quisiera darle importancia, debía admitir que le molestaba el hecho que la dejaran plantada – Aprendo rápido…

Sin más remedio se dio por vencida y continuó con su labor junto con la molesta compañía hasta que la luz cesó por completo y su cansancio fue demasiado como para continuar.

Volviendo a su habitación se encontró con Seokjin, pero decidió ignorarlo ya que no se encontraba con el mejor humor como para tener alguna discusión.

Pero él tenía diferentes planes, se asombró al verla llena de barro y aún más cuando cruzó por su lado sin decir palabra, era obvio que estaba enojada, no había cumplido su promesa, pero necesitaba explicarse.

– Yon… iba camino a buscarte, de verdad disculpame, Min me encerró en la oficina y no pude salir hasta ahora…

– Si si esta ocupado, de hecho todos aquí lo estamos… y yo estoy cansada… así que si me disculpa.

Siguió su camino hasta su habitación donde tomó una ducha rápida e intentó trabajar, pero falló, quedando completamente dormida en su escritorio.