Capítulo 4
Los pasillos del hospital estaban desolados y en medio de aquel escenario fantasmal Yon esperaba sentada en medio de un frío pasillo, todo se había vuelto un completo caos, un dirigente Norcoreano había sido envenenado y todos sospechaban de todos.
En medio de su revoltijo de pensamientos, el sonido de una puerta llamó su atención y levantó su cabeza encontrándose con el sargento quien no le permitió pararse y por el contrario se arrodilló para quedar a su altura.
– Y-yo... N-Nosotros de verdad lamentamos esto, se lo juro que en ningún momento quisimos que esto pasara... – Yon ya ni siquiera sabía qué decir y ante su preocupación el sargento Jeon apretó suavemente una de sus manos para calmarla.
– Le creo, le creemos señorita Yon, de no ser por usted el sujeto habría escapado... pero esto ahora se volvió un conflicto a gran escala.
– Si... lo entiendo mejor que nadie... Yo solo pasaba para avisarle que su helicóptero ya cruzó la frontera y aterrizara en unos 10 minutos – Ambos se levantaron e hicieron una corta venía para despedirse en lo que el equipo médico entraba para preparar al padre de Seokjin para ser trasladado de nuevo a su país — Sargento... ¿Podría hablar con los mandatarios para que no cancelen la cumbre? Una guerra de más de 70 años es suficiente ¿No cree?
El Sargento rio un poco ante la petición y la idea que se le acababa de ocurrir.
– Señorita Yon, soy un simple soldado de las fuerzas elite, mi voz en aspectos políticos es casi inexistente... pero no se preocupe, se de alguien que ayudará con gusto, por ahora vaya a descansar y espere que los volvamos a contactar.
No tuvo chance de hablar con nadie más ya que por seguridad en menos de una hora todos habían cruzado la frontera y ahora le tocaba encargarse de manejar un escándalo que acaparaba las noticias del mundo entero.
✒📜🌙
Los días pasaron, las semanas pasaron y el gobierno Norcoreano seguía negándose a comunicarse o dar algún tipo de noticia, por lo que las esperanzas de seguir con las conversaciones cada vez desaparecen más.
– Tengo malas noticias – Jimin entró a la oficina de Hoseok lanzando una carpeta en la mitad de la gran mesa donde trabajaban – Norcorea por fin contestó, dicen que la única manera de que las conversaciones sigan es que se hagan en su territorio.
– Bueno eso no está tan mal, es entendible.
– Por tres meses mínimo.
Todos los presentes quedaron con la boca abierta, eso significaba que tendrían que vivir como mínimo tres meses en el país vecino sin forma de volver, comunicación escasa y básicamente ninguna garantía de seguridad.
La oficina quedó en silencio por un segundo, mientras todos dirigían sus miradas a los 3 abogados que se veían metidos en este lío.
– Okay... le diré al gobierno que solo cuenten conmigo – Hoseok se levantó hablando seguro y determinado – No pienso poner sus vidas en esto, ahora todos deben prepararse para mi ausencia... Yon quedas a cargo – Yon se levantó de golpe llamando la atención de todos.
– Ni siquiera lo pienses Jung Hoseok, me voy contigo – Jimin aclaró su garganta haciendo saber que él también tenía algo por decir.
– Nos vamos contigo.
– Tres hacen un equipo y no pensamos dejarte en esto solo – Se escucharon susurros de admiración que terminaron en un aplauso ante la valiente decisión.
– Gracias, de verdad – Hobi se limpió las lágrimas que amenazaban con salir y abrazó a sus empleados que sin duda recibirían un aumento.
– ¿Quién le va a decir a San? – De inmediato el abrazo se disolvió y todos volvieron a lo suyo.
– Suicida pero no tanto querida.
Yon llegó a casa y se tiró en el sofá derrotada por el día, comenzó a pensar en todo lo que pasaría de ahora en adelante y fue cuando por fin cayó en cuenta de lo que estaba haciendo.
Viviría en Norcorea
Sin escapatoria
Sin seguridad
Poniendo su vida en juego... de nuevo
Y sin poder evitarlo el miedo se apoderó de ella al punto de casi hacerla caer cuando el sonido de la puerta le sacó un buen susto, se recompuso y se dirigió a abrirla, pero al ver quien era solo pudo tirársele encima y comenzar a llorar.
– ¿Mal momento? – Yon asintió en lo que se calmaba y entraban para acomodarse – Bueno estoy para escucharte.
– Jisoo no me vas a creer a donde será mi próximo viaje.
Después de una larga charla Yon estaba preparada para recibir el regaño de su existencia cuestionando las decisiones de vida que tomaba y el hecho de tener cordura, pero como era de esperarse Jisoo tan solo la escucho atenta y la calmo.
– ¿Estás segura que quieres ir? Sabes que si te arrepientes Hobi no te dirá nada
– Si, si quiero ir... solo que tengo miedo de dejar a San solo en Seúl y bueno también de lo que nos pueda pasar... pero solo se vive una vez ¿No? y creo que es una oportunidad única – No era momento de ser cobarde, esto podría definir su carrera, su pasado y más importante aún la situación política de dos naciones.
– San está grande y nos tiene a nosotras, a Chan, a su grupo y a tus padres, estará bien, ahora debes pensar en ti .
Se tomó un momento para evaluar la situación con cabeza fría, pero por donde lo viera su respuesta seguía siendo que sin duda quería ir... sentía que debía ir, su responsabilidad social y hambre de aventura eran más grandes que su instinto de preservación.
– Bueno entonces levántate, tenemos maletas que hacer – Ambas rieron y se adentraron al armario para comenzar a organizar el equipaje.
– Por cierto ¿a qué se debe tu maravillosa visita?
– Quiero que revises unas letras que escribí – Yon dio saltitos de alegría ante la noticia.
– ¡Por fin las dejarán hacer sus letras!
– No... pero lo estamos negociando – De inmediato se detuvo cambiando su rostro a frustración total.
– Por ese tipo de cosas me alegro de no haber debutado con ustedes – Como respuesta fue noqueada con un almohada que le lanzó Jisoo con toda la intención de matarla.
– Cállate Yon... sabes que siempre serás nuestra líder – Ambas rieron y cambiaron el tema para no caer en depresión ante aquella conversación que las ponía tan sensibles – Todo listo, antes de irte ve a visitarnos y por última vez ¿estás segura de esto?
– Si, muy segura... es momento de ser valiente.
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