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"Como cada mañana desde que te vi por primera vez, te observe salir de tu universidad... Ahora siendo más cuidadoso de que no me vieras, aunque debo admitir que me gustaría ver tu sonrisa cada día"
Dan de nuevo había sido recogida por aquel chico como cada día después de sus clases.
—¿Como te fue hoy? Amor.—Preguntó Cory, su novio desde que lo conoció en el instituto antes de graduarse.
—Bien, cada semestre me gusta más esta carrera.—Habló con una sonrisa.
—Créeme a veces pienso en cambiarme a pedagogía, economía es complicada.—Se quejó.—¿Harás algo más tarde?
—Tengo que ir a la biblioteca, necesito un par de libros que no encuentro en línea.—Recordó.
—¿Y a que hora piensas regresar a casa?
—Ni siquiera vas a notar mi ausencia.—Le mostró una sonrisa de cariño.—No tardaré casi nada.
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"Quizás tú también habías sentido lo mismo que yo, ¿Como era posible que estuvieras frente a mi con una sonrisa? ¿Habías venido aquí para poder verme?"
—¿Lo tienen?—Dan habló un tanto extrañada por el silencio que el empleado de la librería había hecho.
—¡Oh! Si, "Piensa mejor, sin pensar demasiado"—Joe quien se había quedado embobado con la chica que tenía enfrente se acercó a los estantes que tenían aquellos libros solo frecuentados por...—¿Estudias pedagogía?
—Si, adoro a los niños, espero graduarme y ser una buena maestra.—Comentó recibiendo aquel libro entre sus manos.—Gracias.
Ella levantó su mirada hacia el causando así más intriga sobre Joe.
—Por cierto, ¿Hay algo de Vladimir Nabokov?
"Escritor ruso y reconocido novelista, veo que te gustan sus sátiras. Parece que te interesa la lectura más allá de los libros de estudiantes."
—La Dávida.—Nuevamente empezó a caminar entre los pasillos buscando aquel libro solicitado.
—Oye, ¿Nos habíamos visto antes?—La de rasgos asiáticos habló un tanto nerviosa, no solía socializar mucho con las personas.
—No que yo recuerde.—Mintió.—De haberlo hecho recordaría tu rostro a la perfección, es difícil de olvidar.
—¿Eso es un halago?—Habló con diversión.
—Quizás... Y aquí está Nabokov.—Tomó el libro de la estantería para así entregárselo.
Ella nuevamente le agradeció sujetando ambos libros contra su pecho, a simple vista Joe parecía alguien interesante y bueno o al menos esa fue la impresión que tuvo Dan.
—Espero verte de nuevo, tal vez podría darte la reseña de "La dávida".—La joven se despidió de Joe marchándose así al departamento que compartía con su novio.
"He caído rendido a tus pies, haría todo para que seas mía y te lo voy a demostrar, voy a enseñarte cuanto te amo"
Luego de un par de minutos andando por la calle finalmente llegó a su departamento, como era costumbre para ella se quitó sus zapatos y los cambio por unas cómodas pantuflas.
—¿Cory?—Lo llamó extrañada cuando escuchó unas risitas en la sala.
Al recargarse en el marco de la puerta observó a la chica que estaba junto a su pareja, sabía que a veces el llevaba mujeres a su casa y luego de mucho tiempo finalmente le había dejado de afectar, o eso es lo que quería creer.
—¡Dannie!—Su novio la recibió levantándose del mueble con una sonrisa.—Te presentó a Margaret, es una amiga de la universidad.
—Hola...—Ahí estaba esa inseguridad que le causaba verlo con otras mujeres.
—Yo creo que, ya me voy.—La chica algo incomoda se levantó despidiéndose de ambos con una sonrisa.
—Te veo mañana, Marga.—Cory le mostró una sonrisa encantadora antes de guiñarle el ojo.
—No lo puedo creer.—Murmuró la azabache dejando ver su enojo.
—¿Qué?—La sonrisa en el rostro de Cory se había marchado.
—Creí que ya no me restregarías en la cara a esas mujeres.—Gruñó dejando sus libros en la isla de la cocina.
—No empieces con tus escenas de celos.—Habló molesto.
—¿Escena dices?—Lo miró incrédula.—¿Que harías tú si me vieras aquí a solas con otro hombre? ¿Hmm?
—Mato a golpes a ese tipo y tú no te librarás tampoco.—Amenazó.
—¿O sea que tú puedes estar con otras y yo ni siquiera puedo tener amigos?—Se sentía cansada de la relación abusiva en la que había estado durante 3 años.—¿Escuchas lo que dices?
—Si, Dan.—Se volteó a ella ya bastante harto de sus reclamos.
A pasos lentos se acercó tomándola de la cadera para así pegarla a él enterrando sus dedos haciendo un poco de fuerza.
—Auch.—Se quejó tratando de separarlo de si.
—¿Quieres hacer esta escena? ¿O prefieras que sea lindo contigo?
—Ya, dejémoslo así.—Sus manos temblaron.
—Así me gusta.—Le dio un beso casto dejando de hacer fuerza y dándole la espalda.—¿Como te fue en la librería?
—Bien supongo, no hubo nada en especial.—Mintió, realmente aquel hombre que la había atendido había llamado mucho su atención, tenía ganas de conocerlo y quizás hacerse su amiga.
—De acuerdo, haz algo de comer, muero de hambre.—Suplicó.
Dan realmente se estaba cansando de el pero al mismo tiempo tenía miedo, no quería quedarse sola, a pesar de todo Cory era el único que la había "amado" y no podía perderlo.
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