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Día 2: Cuentos de Disney

Un Rusia/Hércules para ustedes!


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2-De Disney

Aunque pudiera sorprender a cualquiera que lo ve, Rusia no siempre fue el Country poderoso que todos conocen, de hecho, fue un pequeño enclenque durante la mayor parte de su juventud. Era delgado como un palo, alto como un poste y torpe como un pato con las alas atadas; quedó al cuidado de personas totalmente desconocidas cuando su padre, URSS, fue ''desintegrado'' hasta que muchos años después descubrió que realmente URSS no estaba muerto como había pensado.

El reencuentro de padre e hijo fue conmovedor, pero URSS no estaba del todo feliz al ver el saco de huesos que era su hijo así que lo envió con el mejor de los mejores para ser su tutor y que lo convirtiera en un digno sucesor suyo y, por encima de todo, un digno representante de su amada tierra. Así pasaron los años hasta que Rusia se convirtió en lo que es ahora, un guerrero fuerte, frío e imparable, pero sentía que debía hacer algo más, que algo más faltaba.

—Quiero un reto mayor —exigió a su nuevo tutor.

—No, aún no estás preparado —trató de rebatirlo.

—Por favor, necesito convertirme en la potencia que mi padre alguna vez, si no lo hago... —sentiría que lo estaba decepcionando, es lo que quiere decir, pero no se atreve. Finalmente logró convencer a su tutor que le dijo que irían a Latinoamérica.

En el viaje con curiosidad el joven soviético le preguntó que tenía de especial esa ''Latinoamérica'. Este le explicó que era un lugar difícil y peligroso, plagado de problemas que era ideal para que extendiera su mano como lo hacían otras potencias y sacar beneficio de esto. Rusia no estaba muy seguro de esto, pero siguió a su tutor allí dónde lo guiaba; en algún punto en el camino, entre arboles exóticos y pirámides demasiado magnificas para haber sido construidas por la mano del hombre escucharon un grito seguido de improperios altisonantes que ninguno de los dos había oído jamás.

Sin prisa ni pausa corrieron al origen de los gritos encontrándose con una escena que dejó a Rusia sin aliento. Un joven Country, o al menos asume que es más joven que él por su baja estatura y su cuerpo demasiado delgado para ser saludable, corría por un río maldiciendo con cada tropiezo; tenía el cabello corto ensortijado que caía del mismo color de su rostro que representaba su país, verde, blanco y rojo con algo que parecía una mancha en el centro de su rostro pues no logra divisarlo bien.

Pronto a la escena se suma un Country mucho más grande y fuerte, cuyo rostro está cubierto por franjas rojas y blancas, una parte de su rostro, a la altura de su ojo derecho, está de azul con múltiples lunares blancos que asemejan estrellas. Este Country logra alcanzar al más bajo tricolor sosteniéndolo con fuerza del brazo.

—¡Suéltame cerdo! —grita el mas bajo pataleando y lanzando puñetazos con su brazo libre.

—Ese... es USA —dice su tutor en voz baja para no llamar su atención señalando al de rojo, blanco y azul mientras lo empuja suavemente. —¿Querías demostrar ser digno de ser una gran potencia? Ahí está tu oportunidad. Recuerda lo que te dije, analiza lo que está pasando, ataca cuando sea necesario y no intervengas sin...

Pero Rusia ya no está a su lado ni mucho menos escuchándolo.

—Oh, así me gusta indio salvaje —dice el tal USA riendo mientras forcejea con el más bajo tratando de deshacer su ropa.

—Alto —dice con fuerza cruzándose de brazos interrumpiendo el forcejeo entre ambos Country que se giran a mirarlo. USA gruñe y se acerca a él arrastrando al más bajo con fuerza alzándose en toda su estatura tratando de intimidarlo.

—Fuera de aquí... comunista —gruñe al reconocer los colores en su rostro.

—Disculpe... caballero, le pido amablemente que suelte al joven... ­—mira al tricolor en busca de una mirada de agradecimiento o un gesto de alivio, pero se encuentra con una expresión hostil y fastidiada.

—No te metas dónde no te incumbe mocoso —dice rasguñando los dedos de USA tratando de soltarse.

—¿Joven? —parpadea—, pero no eres... hm ¿no eres un país en problemas?

—Mira chamaco, primero que nada, joven precisamente no soy —dice dejando su forcejeo un segundo para mirarlo—, sí, estoy en problemas, pero no necesito que me hagas paro, ahueca el ala —hace un gesto de desdén con su mano libre, abanicándola hacia abajo tratando de echarlo.

Rusia parpadea sorprendido, ¿chamaco? ¿ahuecar el ala? ¿Eso que significaba? Sacude su cabeza y dirige nuevamente su vista hacia ''USA''

—Miré, le recomiendo que...

Sus palabras se cortan cuando el otro lo golpea con fuerza haciéndolo perder el equilibrio y caer al río. Trata de levantarse desorientado y se gira alzando sus puños para golpear al Country, pero su aspecto de pescado mojado solo lo hace reír estruendosamente antes de golpearlo con fuerza mandándolo de regreso al rio mientras que el tricolor, al que supuestamente iba a salvar, rueda los ojos con fastidio. Se vuelva a levantar sacudiendo su cabeza oyendo a medias los gritos de su tutor.

Molesto por la aparente derrota se gira hacia el Country antes de que se pueda llevar al joven y arremete contra él golpeándolo con fuerza y pateándolo lejos de ambos; si bien con esto logra que suelte al tricolor, el brusco movimiento lo hace caer al río empapándose por completo.

—Oh cielos, disculpe —dice alzándolo en brazos caminando a una roca cercana dejándolo sobre ella, —¿Se encuentra bien?

—De maravilla —responde con sarcasmo apartando el pelo de su rostro. Rusia parpadea fascinado con la belleza del joven, pero al oír a USA correr hacia él le sonríe pidiéndole disculpas antes de arremeter contra él nuevamente.

El joven tricolor los observa pelear mientras exprime su cabello arreglando su ropa para verse lo más decente posible ignorando las miradas del tutor del país que había aparecido de la nada a ''salvarlo''. No lo va a admitir en voz alta, ni bajo tortura, pero el poste fortachón es bastante guapo y no se reprime de admirar como sus músculos se marcan bajo la ropa ni cada pequeño detalle de su cuerpo.

Cuando la pelea termina con USA gritando que volverá luego y se la iba a pagar; el tricolor baja de la roca buscando en el agua un zapato que acaba de notar perdió en el forcejeo. Rusia, que rueda los ojos ante los regaños de su tutor decide ignorarlo buscando con la vista al joven para asegurarse que está bien quedándose paralizado una vez más.

El joven, inclinado hacia el agua para sacar su zapato lo mira de regreso y le sonríe con suavidad de forma altanera y para nada agradecida. Suspirando y sintiéndose caminar sobre nubes se acerca al joven ofreciéndole una mano.

—¿Puedo ayudarle...?

—México —le interrumpe girándose golpeando su pecho con sus empapados zapatos con una mirada nada amigable—, los idiotas que tengo por amigos me dicen Chaneke, pero si oigo a alguien más hacerlo le arranco las bolas —dice con una fingida sonrisa dulce antes de apartarse de él—. Y tú, ¿tienes un nombre además de esos... pectorales? —pregunta mirándolo de arriba abajo mordiendo sus labios.

—Yo... yo... —dice riendo nerviosamente por la mirada que le dedica.

—Awww además de poste tartamudo —dice riendo.

—Mi nombre es Rusia —dice aclarando su garganta—. Y hm, ¿cómo terminaste involucrado con...?

—¿La gorda? Pues que por pendejo ofrezco la mano y me toman el brazo completo —dice poniéndose sus zapatos cuando logra sacarles gran parte del agua. Cuando no parece entender México rueda sus ojos—. Dile a tu amigo que te lo explique. Gracias por el paro no solicitado Ru-ru, fue un placer —dice con sarcasmo.

—No quieres... ¿te gustaría te acompañe?

México ala una ceja mirándolo divertido. ¿Quién se creía ese muchachito? Aunque su rostro se le hace vagamente familiar y se pregunta si es que lo ha visto antes. Se encoje de hombros para si mismo.

—Has hecho más que suficiente —palmea su hombro—, estaré bien. Me sé cuidar solito —le lanza un beso coqueto—. Hasta la vista poste.

Y sin más México empieza a caminar alejándose de allí dejando tras de sí a un suspirante Rusia. Tal vez, piensa para si mismo el soviético, pueda encontrarse con el hermoso México en mejores circunstancias, pero, por ahora, debe hacerle caso a su tutor. Su prioridad debe ser, ante todo, enorgullecer a su padre.

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