Chapter one
Hoy, cinco años después, vivía el mejor momento de mi vida. Después de haber pasado un tiempo de aislamiento social fuera, en donde había experimentado una de las mejores sensaciones de libertad que pudiese haber imaginado jamás, me disponía a regresar a mí pais natal. Con la incertidumbre a flor de piel a causa de lo que podría estar esperándome allí, tome una gran bocanada de aire y tome con firmeza la mano del gran amor de mi vida.
—Kim Hwan, recuerda siempre, nunca sueltes mi mano y mantén la cabeza gacha—le dije con seguridad, viendo como la puerta de aquel avión privado se abría lentamente—No quiero que esos buitres vean tu rostro, están como locos afuera.
—Si papá.
—Listo para descender, señor Kim—comentó una de las azafatas del avión—Su familia lo espera al comienzo de la escalera, tenga usted un buen retorno.
Suspire.
—Gracias Lily.
Avance con mi hijo a mi lado, entre cerré los ojos ante la efusividad asquerosa de los paparazis, por inercia acerque a mi hijo, evitando que los ojos de aquellas personas lo mirasen más de lo debido. Él había crecido en un ambiente totalmente pacífico, en donde no conocía lo que eran los medios de comunicación, no sabía de cámaras ni de celulares, y estaba muy orgulloso de que su crianza haya sido así.
Y lo que me preocupaba enormemente ahora era que tal escena le había atacado demasiado. Mire con enfado a todos en cuanto me encontré bajando las escaleras del avión. Gire completamente su cuerpo cuando nos hallábamos oficialmente en suelos coreanos, dejando solo su pequeña espalda visible hacía los entrevistadores.
—Hijo..
Musito mi madre, quien se hallaba frente a nosotros junto al resto de la familia. Sus ojos brillaban como nunca antes los había visto, y sabía perfectamente que se debía a que Kim Hwan se encontraba por fin ante su presencia, su único nieto varón.
—Déjame ver a mí nieto—intento acercarse pero inmediatamente lo alejé de ella. Evidentemente me miro consternada.
Aclare mi garganta y hable.
—Aquí no lo vas a ver, primero entraremos al auto—dije serio, ella se limitó a asentir y entonces se dispuso a regresar al auto. Me giré otra vez y sonreí por debajo de mi cubrebocas al ver a la única persona que me emocionaba ver ante mi regreso—Eloísa, estas tan hermosa como siempre..
Ella me sonrió y se acercó para darme un efímero abrazo, pero que estaba cargado de cariño y añoranza, ambos sin duda alguna nos habíamos extrañado mucho.
—Y tú no cambias para nada tampoco. Mi hermanito mayor tan encantador y serio como siempre—alzó la mano y acarició mi rostro por sobre la tela que cubría mi cara—No sabes cuanto te extrañe estos años, ambos sin duda me hicieron mucha falta.
Sonreí.
—Ya tendremos tiempo para ponernos al día, hermana. Vamos al auto ahora, este niño esta ansioso con tantas cámaras..
Ella asintió, la puerta del auto se encontraba abierta, nuestra madre ya estaba arriba, acompañada de nuestro padre que no quiso poner un pie abajo. Y lo entendía, quizá hubiera deseado que me quedara más tiempo fuera del país.
Subí primero a Hwan, y luego subí yo. Mi hermana ingreso poco tiempo después. Deje de cubrir el rostro de mi hijo, y permití que se acercará de manera tímida a los brazos abiertos de su abuela, ella no tardó en envolverlo con cariño, sabía que él afecto que le tenía mamá a Hwan era sincero. Me alegraba de cierta manera.
—Mira lo lindo que estas, Hwan..—comentó con evidente emoción.
—Y lo grande que esta, ya es todo un caballerito—agregó mi hermana. Después de eso, el auto se sumió en un silencio, nadie más dijo nada, hasta que mis ojos se fijaron en la silueta de mi padre, que se hallaba mirando por la ventana, y hasta ahora me daba cuenta de lo delgado que se encontraba, su piel pálida y bajo sus ojos unas ojeras que jamás vi, antes que me fuera—Papá, ¿No vas a decirle nada a Taehyung? Acaba de regresar con Hwan..
El hombre tocio fuertemente antes de girarse completamente a nosotros.
—¿Cómo has estado papá?—me anime a preguntar, este asintió lentamente.
—Bien, no te preocupes—contestó fríamente—Me alegra ver que ambos aterrizaron con bien, es bueno tener por fin a mi nieto en casa junto a su familia..
Sonreí ante lo último dicho.
Mi padre abrió sus brazos e incentivo a Hwan a que se acercará a sus brazos.
—Dale un abrazo a tu abuelo, muchacho..
Fue una escena muy conmovedora para mi indudablemente. Luego de un par de minutos papá había dejado libre a Hwan, y este rápidamente regreso a mi regazo, en donde se puso a jugar con Eloísa a un lado de nosotros. Mamá le dio órdenes al chófer de que finalmente emprendiera marcha hacia nuestro hogar ..mi hogar.
—Corea del Sur se regocija de alegría ante la inesperada llegada de uno de los hijos pródigo de los empresarios más influyentes de nuestra nación, se trata ni nada más ni nada menos que el hijo mayor de Kim Hyun y Kim Jiyu. Quien se habría ido de su lado a los veinticinco años, regresando con un pequeño niño de su mano, a sido sorpresa para todos sin duda alguna, ¿Quién será ese niño que ahora ocupa las portadas de los diarios de toda Corea? Quédense en sintonía por favor, para saber más sobre este afamado empresario y su regreso..
Con algo de molestia apague el televisor y solté el control remoto sobre el sofá de la estancia. Pase mis manos por mi rostro, eche mi cabeza para atrás y suspire.
—Era seguro que no tardarían en pasar la noticia de tu regreso en televisión, Tae—comentó mi hermana con resignación—Tú mismo los viste en el aeropuerto, eran decenas de entrevistadores esperando una exclusiva contigo, obvio todos van a querer saber quien es Hwan, por sobre tu inesperado regreso a Corea, hermano.
—Estúpidos buitres, no tienen nada mejor que hacer—exclame con enfado.
—Al fin y al cabo ese es el trabajo de esas personas, Taehyung—carcajeo poco—Vivir de esta manera nos perseguirá por siempre, por el simple hecho de ser figuras públicas—suspiro. Sabía que a ella también le exasperaba esta situación—No podemos hacer nada contra aquello..
Bufé.
—Maldita herencia familiar.
—Jodida herencia familiar..—repitió mi hermana mientras le daba un sorbo a su copa de vino—¿Quieres una copa?.
Negué.
—No gracias, iré a ver a Hwan, más tarde si quieres te cobro la palabra—le dije.
—Como quieras, Hwan esta con mamá, ella le está enseñando su nuevo cuarto—sonrió—Esta al lado del que era tu cuarto, para que lo tengas cerca en caso de algo.
—Iré a ver, te veo después—avise y camine hacia los pasillos. Recordaba muy bien lo que era la distribución completa de la casa. Me detuve por un momento afuera de mi cuarto, la puerta estaba entreabierta y me sorprendió ver que después de cinco años, todo seguía relativamente igual.
A tan solo unos metros se encontraba el cuarto que estaba destinado a mi hijo. Abrí la puerta con suavidad, sin querer provocar ningún tipo de ruido, y miré hacia su interior. La habitación estaba muy bien ordenada, con tonalidades pasteles, un cuarto muy infantil sin duda, habían autos pequeños y aviones colgados del techo. Y desde afuera, pude notar solo una foto que estaba en el velador, a un lado de la cama, podía verme perfectamente con un bebé de casi dos meses en mi brazos.
La primera fotografía que pude tomarme con Hwan, y había sido en el hospital. Con solo verla, mis recuerdos rápidamente me habían embarcado a esos días grises. Ese día sin duda había sido el más aliviador de todos, desde que mi hijo había nacido.
Después de haber despertado del coma, tan solo pude tener en mis brazos treinta minutos a Hwan, antes que su respiración comenzará a dificultarse y tuvieran que arrebatármelo inmediatamente para llevarlo a neonatología y tratar de regular su respiración, fueron momentos difíciles. Como padre primerizo, lo único que quería en esos momentos era ver a mí bebé, y no fue hasta las una de la madrugada de ese día, que pude tener noticias de mi hijo.
Insuficiencia renal me dijeron. Con un pronostico de vida, no más de dos días.
Mi mundo se había ido abajo ese día.
Y no hice más que rezar por su bienestar. Necesitando con toda mi alma el apoyo de él, añorando con todas mis fuerzas que las cosas no hubieran acabado así, era difícil aceptar que mi hogar no regresaría nunca más, pero, ¿Qué más podía hacer?, mi deber era seguir adelante, debía ser fuerte, porque en esos momentos mi hijo me necesitaba más fuerte que nunca.
No tenía tiempo para extrañar.
Horas más tarde, después de haber pasado toda la noche despierto, pidiendo a los cielos que salvarán a mi bebé, llega el doctor que estaba a cargo de Hwan, y me dice que todo estaba bien, sus signos vitales se habían estabilizado, y que el peligro de muerte se había esfumado.
Kim Hwan era un guerrero, mi milagrito.
Toque la puerta dos veces y pase.
Mi madre detuvo todo movimiento, dejando sobre el suelo a Hwan, quien hasta hace un rato estaba jugando en los brazos de mi madre, creyendo ser un gran súper héroe salvando a la ciudad bajo él.
—¿Te ha gustado la habitación, Hwan?—pregunté, caminando un poco más allá con las manos en mis bolsillos delanteros—Mira los detalles, hay aviones en el techo.
Él asintió tímidamente.
—Me gusta mucho.
Sonreí.
—¿Le diste las gracias a tu abuela?.
Asintió lentamente.
—Muy bien, cielo.
—Me gustan los aviones, y me gusta que la abuela no haya olvidado ese detalle la vez que le dije cuando aún vivíamos en ese lugar tan bonito, papá—su mirada siempre se mantuvo gacha, una de las características más notorias de Hwan, era que era muy tímido a la hora de hablar cuando habían más personas aparte de mi—Dijo que me regalaría más si quería.
—Siempre y cuando tu comportamiento sea correcto chiquito ¿De acuerdo?—me sonrió pequeño y asintió rápidamente.
—Si lo permites..—comenzó hablando mi madre de pronto—Quería llevar a Hwan a tomar un helado, será cerca de casa para que no te preocupes, Eloísa se cercioro de que los periodistas no estuviesen fuera..
Debo admitir que dude mucho.
Pero al ver los ojos brillosos de mi bebé, fue casi imposible decirle que no. Temía porque esos buitres lo acosaran en la calle, era tan solo un niño de cinco años, no debía pasar por situaciones como esa.
—Esta bien, pero ten mucho cuidado mamá, esas personas estarán pendientes de lo que hagamos mínimo una semana. No quiero que después la cara de Hwan esté pegada en cada uno de los diarios de este país cada vez que salga por un café.
Ella negó.
—Descuida, seré precavida. Tal y como lo fui con ustedes antes de que sus rostros salieran a la luz—dijo con seguridad—Hwan, mi niño, ¿Puedes esperar en la sala con la tía Eloísa? Iré inmediatamente.
Mi hijo me vio antes de hacer algo.
Le asentí para incentivarlo, eventualmente salió del cuarto, sin antes tomar uno de los aviones que habían sobre la cama.
Una vez salió de la habitación, borre mi sonrisa y observe a mi madre atento.
—¿Qué tienes que decirme?.
Ella cambió su semblante drásticamente, dejando esa amabilidad y dulzura fuera.
—Se que nuestra relación no es la mejor, Taehyung. Pero desde que te fuiste no hubo día en que no me preguntara si estabas viviendo correctamente, ¿Fue así? ¿Te hizo falta alguna cosa estos años?.
Le miré sorprendido.
—¿Qué te hace dudar sobre eso madre?. Sabes lo responsable que soy con mis obligaciones, no iba a darme el lujo de vivir la vida a la suerte con un bebé en mi vida, ni estando solo lo hubiera hecho..
—Me alegra escuchar eso.. y me enorgullece la educación que le has dado a mi nieto, me hacer ver que cumplí correctamente con mi rol de madre hasta que fuiste un adulto, has sabido educar y darle valores a Hwan, te felicito Taehyung.
—Gracias mamá, ¿Tienes algo más que decirme? Hwan te esta esperando.
—De hecho, si, hay algo más..—le mire con atención, dándole a entender que hablara—Tú.. ¿Te has vuelto a comunicar con él?.
Quede petrificado en mi lugar.
Le miré serio, con cierta pizca de molestia al preguntarme algo tan absurdo.
—¿Por qué me preguntas eso, mamá?.
—Quiero saberlo.
Suspire.
—No mamá, Jeon Jungkook desde esa tarde, jamás se volvió a comunicar conmigo—dije claro y firme, mi corazón latía desembocado en mi pecho—¿Te quedas más tranquila, mamá? Jeon Jungkook hace mucho tiempo que dejo ser parte de mi vida, no volverá ahora.
Ella asintió lentamente.
—Si eso es todo, me iré ahora. Le daré un abrigo a Hwan antes de salir, hace frío.
Y salí de allí lo más rápido que pude.
Deje las bolsas con las compras del mes sobre el suelo y me tire sobre el sofá.
—No te acuestes de esa manera en el sofá, Jungkook, lo acaban de limpiar, recuerda que tu mascota revoltosa lo manchó de barro con sus patas ayer por la tarde—cerré mis ojos y suspire agotado—¿Jungkook me estas escuchando? Si tienes sueño, ve a dormir a nuestro cuarto.
—Ese perro revoltoso tiene nombre, Jihyo, y no tiene la culpa de absolutamente nada—dije seriamente, me senté en el sofá y la miré a la cara—No fue él quien dejó la puerta del patio abierta en primer lugar, es un animal, no va a entender que esta bien o que esta mal, no quisiera echarte la culpa de esto, pero siempre olvidas que Bam esta en la casa, saliste con prisa..
—Tenía una reunión importante con papá, Jeon Jungkook, ¿Recuerdas que tuve que asistir en tu lugar? Sabes muy bien que los asuntos relacionados con la finanzas los tratas tú—protesto sin mayor enfado. Se alejó de la cocina y se fue a sentar al sofá, el ruido de la televisión de pronto inundo la sala de estar. Camine a la cocina y abrí el refrigerador, tan solo una caja de leche quedaba, suerte la mía—Pero una vez más te salve al respecto.. Deberías agradecer..
Suspire y le sonreí.
—Yo iba a ver televisión—dije dándole un sorbo a mi leche, tome asiento a su lado.
—Te gane.
Paso varios canales, hasta decidirse por fin por dejar las noticias. Saque mi celular y decidí ver si tenía alguna notificación de importancia, últimamente no había tenido contacto con demasiadas personas.
—Vaya, así que estuvo todo este tiempo de vacaciones en tal vez que lugar—dijo con evidente sorpresa Jihyo, arrugue mi entrecejo al escuchar sus palabras—Todo este tiempo pensé que simplemente lo habían hecho desaparecer del planeta..
—¿De que estas hablando ahora?.
—¿Acaso no estas viendo? El hijo mayor de los empresarios Kim esta devuelta en Corea, su cara está en todos los canales nacionales—alce la mirada y vi la pantalla de la televisión. Mire pasmado las imágenes que pasaban unas tras otras. Le quite el control a Jihyo y subí el volumen—¡Hey! No seas así de bruto, Jungkook.
—Guarda silencio, por favor.
—Como ya hemos mostrado, el hijo pródigo de los empresarios Kim, ha vuelto de su exilio en algún paraíso terrenal para pisar tierras coreanas, después de cinco años aislado del mundo le vemos llegando en su avión privado, de la mano de un niño, ¿Quién será ese niño? ¿Algún familiar de la familia Kim? No lo sabemos, el afamado empresario no dio mayores palabras, pero se ve que quiere seguir manteniendo su vida alejada de la opinión pública, ¿Será que regreso para quedarse? ¿O solo es una efímera reunión familiar a la cual asistió?..-
—¿Qué..? Pero que mierda..—dije asustado—No puede ser verdad, no puede ser real..
—¿A ti que mosco te picó, Jungkook? ¿Tan sorprendente es el regreso a la vida social de aquel empresario para ti?—indagó.
No respondí ante sus preguntas y salí rápidamente de allí. Deje todo de lado, y lo único que alcance a tomar fueron mis llaves para no tener que pedirle a Jihyo que me abriera la puerta más tarde.
—¿¡A donde vas tan acelerado, Jungkook!?
No corrí mucho más allá cuando mis rodillas impactaron contra el césped. Mi corazón latía desembocado, pensaba que en cualquier momento saldría disparado de mi pecho, mi respiración comenzó a ser irregular, tan lenta que me quedaba completamente sin aire con cada segundo que pasaba. Llevé mis manos a mi rostro y deje que las lágrimas bañaran mi rostro.
Negué incesantemente.
—Me convencieron de que habías muerto en el parto con ese bebé, Kim Taehyung—solloce con ganas—Por qué tu cara está en todas las noticias entonces ¿Uh? ¿A quién estuve visitando todos estos años en esa tumba?—Ellos me habían mentido.
¡Cha na nan 😱!
¿Qué ha pasado aquí?.
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