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Chapter four

Quizá me había demorado más de lo que hubiera deseado, porque cuando salí a sus espaldas, tan rápido como si mi vida dependiera de verle una vez más a la cara y darme cuenta una vez más que estaba con vida, él ya no estaba allí. Se había esfumado tan rápido como aquella vez.

Había perdido la oportunidad de decirle quizá lo muy confundido que estaba, y lo feliz que me sentía por saber que estaba bien. Aunque pensándolo mejor, no creía que hubiera sido capaz de decirle algo en verdad, por más mínimo. Seguramente no hubiera creído en mis palabras, porque el confiaba en otra versión de la historia, no la misma que yo. Ambos nos habíamos aferrado a una verdad que difería de la otra.

Me tuve que pegar firmemente los pies al suelo para no acercarme y envolverlo en mis brazos, no obstante, temía que si lo tocaba este se desvanecería entre mis dedos, y no quería que eso sucediera. Por lo que tan solo me limité a verle a esa escasa distancia, tuve que aguantarme las ganas de decirle la verdad, aguante las ganas de llorar, de gritar, de soltar todo ese agrio sentimiento que me llenaba por dentro. Tan solo me vi en la obligación de limitarme a añorarle en silencio, de adorar cada hemisferio de su rostro en mi mente, y de tragarme ese no sabes la falta que me hiciste, porque desgraciadamente habían personas que no quisieron vernos felices.

Y por esa injusticia, debía limitarme.
Y porque también ya no tenía el derecho. Debía respetar su espacio, hasta que las circunstancias fueran favorables para mi, para poder contarle toda la verdad. Y decirle que jamás quise alejarme de él.

Que en verdad deseaba tener esa familia con él. Tan solo que el miedo fue muchísimo más fuerte que yo ese día, y terceros supieron utilizar eso muy bien a su favor.

Jadee de cansancio cuando me detuve fuera de las instalaciones. Pase mis manos por mis cabellos y deje que todo el aire que estaba en mis pulmones saliera de lleno hacia el exterior. Haberlo visto había sido más impactante que verlo por la televisión, había sido totalmente irreal, que creí que estaba en una ensoñación.

Fue todo tan rápido.

Mi celular comenzó a sonar incesantemente dentro de mí abrigo. Sin mucho más que hacer al respecto, decidí atender la llamada, el remitente era Jihyo.

—¿Diga?.

Jeon Jungkook, ¿Fuiste a buscar un baño a la frontera con Corea del Norte? Te has tardado una infinidad, la señorita Kim esta con nosotros esperando, su hermano se tuvo que ir por asuntos de emergencia, vente enseguida, por favor. Solo faltas tú para completar el acuerdo.

Tragué saliva.
Así que ellos eran los nuevos socios..

—Voy enseguida, te veo allá.

Y colgué.
Mire a mi alrededor antes de entrar. Con la esperanza de que aún estuviera por allí, pero la verdad era otra, él había huido de mi y las razones eran muy simples, debía aceptarlo, costará lo que costará, por el momento ya no tenía nada que hacer allí.

Arregle un poco mi ropa y trote de vuelta.
La reunión ya debería estar en sus últimos minutos de acuerdo a lo que Jihyo me había dicho, yo debería ser el encargado de ofrecer la oferta y hacernos ver a todos beneficiados con los resultados de este. Aunque no eran muchas las dudas que la señorita Kim pudiera tener, de esto ya se había hablado con anterioridad y todos estuvieron de acuerdo, aún así, si era necesario explicarle todo otra vez, lo haría sin mayor problema, ese era mi trabajo.

Cuando llegue fuera de la sala, tome una gran bocanada de aire y giré la manilla para poder entrar finalmente. Eran tres las personas que estaban allí, y una de ellas no me quitaba los ojos de encima, verla fue tan duro como ver a su hermano hace unos pocos minutos, y me había causado un sentimiento terrible de nostalgia, en donde con suma facilidad me embarque a esos días en donde nos familiarizamos.

Los presentes se pusieron de pie.

—Empresaria Kim, le presento al director financiero, y también quién es mi esposo—mire de reojo a Jihyo quien sonreía de manera sutil a Eloísa, su sorpresa fue relativamente perceptible, pero aún así no dejó de estrechar su mano con la mía.

—Es un placer, director Jeon.

Como si no me conociera en absoluto.


Haber logrado llegar a casa había sido más complicado de lo que imagine. No podía simplemente tomar el auto de mi hermana menor porque ella guardaba las llaves, y pedir un taxi no era precisamente lo mejor que podría hacer ese momento.

Por lo que no tuve más remedio, que marcarle al único amigo fiel que tenía.

—Aún no me has dicho que demonios fue lo que te paso—comentó con tranquilidad, mientras sus ojos iban puestos en la ruta—Debo admitir que me preocupaste un poco, Kim Taehyung. Pensé que estarías con Eloísa, pero cuando te vi solo en aquel parque y con una cara paranoica total, guau, no deje de pensar en lo peor, sabes..

—Tranquilo, no sucedió absolutamente nada, solamente me tuve que regresar a casa antes de lo previsto, Eloísa se quedó en la reunión que te comenté anoche para lograr cerrar el trato con empresas Jung' s—tome una pausa y proseguí—Y eso de que me viste con cara de pánico debe ser otra de tus exageraciones, solo no quería que algún periodista me viera por allí.

—Mm, ajá. Se que algo te pasó, te conozco mosco, Kim Taehyung—dijo soltando una leve carcajada—Pero sabes que respeto por sobre todas las cosas tu privacidad así que no insistiré en saber absolutamente nada, lo importante es que ya estas conmigo y ahora te llevare a tu casa—comentó, dándome una efímera mirada, a la cual correspondí y sonreí—Tuviste suerte que me encontrara en mis treinta minutos libres ¿Y sabes una cosa? últimamente la sala de emergencias a estado repleta cada hora.

—¿Qué? ¿Muchos accidentes?.

—Más que nada adultos mayores con problemas cardíacos, y el resto accidentes en el trabajo—comentó como si se tratara de algo común en su vida—Mi turno termina en unas cuantas horas al menos, mañana si que no tendré tiempo para absolutamente nada, comienza mi turno de cuarenta y ocho horas seguidas..

Reí poquito ante su emoción.

—Te dije que ser doctor te consumiría mucho en un futuro pero no me creíste..

Sonrió.

—Lo sé, admito que tienes razón, pero al menos es algo que amo, lo que no hace tan tedioso todo el trabajo que hago, ni el tiempo que invierto en el, ¿Entiendes?—asentí lentamente, dándole una mirada.

—Por supuesto que entiendo. Me alegra que seas feliz haciendo lo que amas.

Sonrió de vuelta y creo que la conversación había terminado allí. No faltaba demasiado para llegar al barrio de donde vivía, mire por la ventana, casi nadie se encontraba divagando por allí, y ante esa soledad de las calles, volví a sentir ese pesar en mi deshecho corazón.

Y permití a mi mente desenvolverse y embarcarme a recuerdos pasados. No pude evitar no sentirme impotente por dejarme vencer por esto, por dejar que ese desgraciado nuevamente me hiciera sentir mal por sus acciones, me enfade conmigo mismo por sentirme triste y arrepentido por algo que yo no ocasione.

Pero quizás ese sentimiento de arrepentimiento se debía a otras cosas, y es que quizá si hubiera seguido los consejos de mamá, nunca habría dejado que Jeon Jungkook entrará en mi vida. Ese bastardo no merecía que le entregará mi corazón, mi afecto, mi fidelidad, ese amor tan incondicional que siempre le di.

Me demostró que nunca se lo mereció.

—Hey, ¿Estas bien?.

Giré y miré a Jimin.

—¿Uh?.

—Estas llorando, ¿Sucede algo? ¿Quieres que me detenga o vaya más rápido?—disminuyó poquito la velocidad y me miro preocupado, rápidamente seque aquella lágrima rebelde que se escapó y le di una total y completa sonrisa fingida—¿Tae..?

—No es nada, no te preocupes.

Él se limitó a asentir y regreso su vista al volante, no tardamos en llegar después. En ese momento fue cuando pensé, que haber dejado ese lugar no había sido la acción más inteligente y madura acorde a mi persona. No debí haber huido, porque yo no debía sentir pena ni vergüenza por absolutamente nada, aquí el único tonto culpable de mi estrés en ese momento era ni nada más ni nada menos que Jeon.

Él fue el causante de mi mayor dolor. Y él debió ser quién huyera de mi persona, pero veo que su sinvergüenzura no tiene límites, me cruce de brazos y solté una efímera risa a causa de ese pensamiento.

Jimin había girado hacia la izquierda en un tipo de U y entró en el vecindario de mi casa. No tardó en aparcar pocos minutos después, desabroche el cinturón y giré para verle de frente, el hizo lo mismo.

—Muchas gracias por haberme traído, Jimin, eres muy amable—comenté. Él solo sonrió pequeño y desvío la mirada un poco—Seguramente seguiría por allí, si no hubieses estado desocupado justo ahora.

—Sabes que siempre haré lo posible por no fallarte, si ahora estaba desocupado, no podía simplemente hacer de oídos sordos, siempre que pueda ayudarte, lo haré con el mayor de los gustos, Kim Taehyung—asentí, sintiéndome a gusto con sus palabras, siempre tan encantador—Que eso no te quepa la mayor duda..

—Me alegra saber eso, que tengo alguien aquí en quien confiar ciegamente, gracias Jimin—le di una última sonrisa, y abrí la puerta de copiloto para poder bajarme—Espero verte pronto, ten un lindo día..

—Adiós, Taehyung—dijo mientras agitaba su mano rápidamente en despedida, antes de emprender marcha en su vehículo. Me quedé de pie unos segundos viendo como el auto se perdía por las calles. Cuando entendí que ya era momento de entrar, una personita salio a mi encuentro, aquél niño de pronto elimino toda aflicción con aquella sonrisa que tan solo yo tenía el gusto de presenciar. Sus pequeños brazos me envolvieron y no me dejaron escapar.

—Vaya, ¿Qué significa esta bienvenida?. Pensé que aún seguirías en la cama, hijo, es muy temprano aún para que estés en pie—dije acariciando sus cabellos suaves.

—No me sentí a gusto solo en la casa, papá—comentó en voz baja, sin apartarse aún de mi lado. Pocos minutos después, mi madre apareció frente a nosotros, con un semblante serio, pero no molesto—No quiero que la abuela me escuche, puede sentirse mal si se entera de esto, ¿Ok?..

Quise soltar una carcajada por esto.

—No estas solo, Hwan. Recuerda eso. Y la abuela no tiene porque enterarse, ¿Bien?.

—Ajá..—susurro.

Fue lo único que le dije, y me aparte unos cuantos centímetros para ponerme de pie.

—Me sorprende verte aquí, Taehyung. Creí que estarías con los Jung cerrando el trato acordado—expreso mi madre, sus dudas por supuesto no debieron tardar—¿Vienes solo? ¿En donde esta Eloísa?.

—Ella se quedó en la empresa, mamá. El trato ya está hecho me imagino, yo tuve que retirarme antes, por unos asuntos de importancia que surgieron de repente—trate de decir lo más convincente posible, mamá era astuta, y ahora no quería darle explicaciones—De todas formas, debió haber salido todo bien, no te preocupes, así que con tu permiso, llevaré a mi hijo de vuelta a la casa, hace frío.. y no quiero que se enferme—amague a irme pero las palabras de mamá me detuvieron—¿Necesitas algo más, mamá? Hace frío para estar parados aquí afuera, no crees.

—Quisiera saber que asuntos son más importantes que el tratado con los Jung, Taehyung—tome a Hwan por los hombros y lo puse frente a mi—Si eres tan amable..

—No creo que deba sentirme obligado en comentarte todo lo que haga, mamá, con tu permiso, quiero entrar—dije calmado, y pase por su lado para seguir mi camino hasta dentro de la casa. Hwan se ganó a mi lado y se afirmó de mi mano, era tan suavecita, alzó su rostro y me lanzó un beso, beso el cual alboroto a todo mi corazón, era una ternurita este hijo mío.

—¿Vemos una película, papá?.

—Claro, Hwan. Tú me dices cual, y preparo la habitación ¿De acuerdo?—toque la punta de su nariz de manera amistosa. Mi pequeño asintió emocionado y no tardó en apresurarse para llegar pronto a la habitación. En el camino, no pude evitar desviar la mirada, y ver a papá caminar lentamente al baño mientras se sujetaba de los muebles, como si fuera a caer.

Sentí preocupación y angustia al verlo de esta manera, cuando él siempre demostró ser un hombre muy capaz y con energía, y ahora demostraba que con cada paso que daba, perdía toda su vitalidad, totalmente.

Cerré la puerta con cuidado, había tenido que pausar la película que comenzamos a ver con Hwan, porque el sueño se había apoderado completamente de él, estuve algunos minutos recostado a su lado, velando su sueño, y sintiéndome el chico más afortunado por haber tenido esta oportunidad, este milagro de concebir un niño tan dulce y maravilloso como Hwan.

Camine hacia la sala de estar, y tomé asiento en uno de los sofás. Deje caer mi cabeza hacia atrás y solté un suspiro a la par en que cerré mis ojos, estaba tenso.

A lo lejos alcance a oír el motor de un vehículo, alce mi mano y vi la hora en el reloj que portaba, eran cerca de las once de la mañana. Eventualmente, Eloísa entró a la casa en silencio, sus zapatos sobre la cerámica resonaron como un eco en las paredes, abrí mis ojos y la seguí con la mirada, dejo su cartera sobre la mesa, tiro su abrigo al sofá y se acercó a mi lado.

—¿Solucionaste tu problema, hermano?.

Fue lo primero que pregunto.

—Esta todo en orden, Hwan esta dormido ahora—comenté con simpleza, tratando de no entrar en demasiados detalles que al fin y al cabo no eran necesarios en esta conversación. Eloísa había comentado un simple, "Ah", lo que me pareció extraño—¿Qué tal la reunión? ¿Se cerró el trato?.

—No hay vuelta atrás, Taehyung. Somos socios oficiales de empresas Jung's y este fin de semana se dará un evento en honor a todo lo que se viene por delante—dijo, girando su rostro, para verme a la cara—Para que te asegures de no tener ni un problema ese día, ¿Esta bien? Debes ir conmigo, en representación de papá y mamá, que no pueden ir, claramente ¿Ok?.

Asentí.

—Por supuesto, mi agenda estará liberada para ese fin de semana, no te preocupes.

—Ajá, me parece bien oírlo, hermano—sonrió pequeño, la cual se desvaneció poco a poco con eventualidad—¿Sabías que Jeon Jungkook trabaja en ese lugar?.

Despeje mi garganta.
Y desvíe la mirada al no esperar que fuera tan directa con aquella pregunta.

—¿Jeon Jungkook? No tenía ni la más remota idea de que trabaja allí, ¿Tú como te enteraste de eso, Eloísa?—inquirí.

—Es el director financiero del señor Jung, su mano derecha se podría decir—dijo con total seriedad—Creo que lleva un buen tiempo allí, se encargo de finalizar todos los acuerdos propuestos para este trabajo y de resolver cada una de las dudas que tuve en el transcurso, fue..—suspiro—Más que amable, ¿Tú no te habrás cruzado con él de casualidad cuando fuiste al baño?..

Su pregunta fue desconcertante.

—¿Qué? Por supuesto que no.

Se inclinó levemente hacía adelante, sin quitarme los ojos de encima, parecería que me estaba escaneando lentamente.

—¿Por qué presiento que el mensaje que me enviaste sobre que mi adorado sobrino te necesitaba en casa tiene que ver con un reencuentro con Jungkook?—su pregunta me había descolocado, me puse de pie frente a ella, irritado—Lo viste ¿No es así?.

—No te permito que saques conclusiones de ese tipo, Eloísa—dije, viéndola con seriedad, pero no molesto—No vi a Jeon, no entiendo a que se debe tu conclusión, así que te pido que esta sea la última vez que compartas esas ideas con otra gente, no quisiera que mamá te escuchará—trague saliva—De haberme encontrado con él, lo último que hubiera hecho sería huir de allí como si temiera por algo, ambos sabemos quien carga con culpa en esta historia, y tristemente ese no es ya mi problema, debo seguir con mi vida, como seguramente él siguió con la suya. ¿O me equivoco?.

Y como me hubiera encantado que mis palabras fueran un hecho. Y no una farsa, pero en ese momento me jure, que ese sería el último error que cometería aquí, en el ahora y futuro, huir no era lo mío.

—Jeon Jungkook ya no es tema para mi, y espero que eso siempre lo tengas claro.

Aquel momento de debilidad, sería el último. Que el patán aquel, se de cuenta que nunca lo necesite todos estos años.

¿Qué tal les pareció? :)

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