—Asi como lo dije en la carta... lamento haberlos decepcionado y que crean que está relación solo me causará problemas... sinceramente me siento feliz, he conocido a un buen hombre,que si bien nuestro inicio fue extraño ahora... siento que puedo confiar plenamente en él —eso último lo dijo mirando fijamente a Jungkook —Me esforzaré el doble o el triple para que puedan aceptarnos como pareja...yo, debo irme, solo quería poder hablar con ustedes, ser sincera. Nos veremos otro día, los quiero.

Así fue como ese live de una hora termino, Kayla recostó su cuerpo en el suelo, cerró los ojos sintiendo ese malestar de nuevo, aquel que solo salía cuando la situación era bastante compleja.

—Nosotros nos retiramos.

Los de su staff se fueron dejando a ambos jóvenes solos —Algo me dice...que sucedió algo.

—Hyungwoo...ya no va a trabajar junto conmigo.—la tristeza se podía sentir en sus palabras, era un sentimiento vacío, profundo y doloroso —Fue...todo salió muy mal.

Una o una sus lágrimas fueron saliendo lo que ocasionó que Kayla cubriera con sus manos su rostro en un tonto intento de ocultar su llanto.

Jungkook sabía que había cientos de posibilidades de que algo saliera mal pero nunca imagino que Hyungwoo podría elegir irse. —¿Porque tomo esa elección?

—Yo la tomé...yo lo decidí.

La miraba sin entender por qué lo había echo, Kayla se fue levantando y con delicadeza retiro sus lágrimas brindando le una sonrisa más está solo trataba de hacer la ver bien, como si no le doliera toda la situación.

Jungkook se acercó a ella arrodillándose justo enfrente, sin previo aviso la rodeo con sus brazos otorgando le un cálido sentir.

—No finjas estar bien... Hyungwoo es una parte importante de tu vida, no guardes esos sentimientos,date esa libertad,solo así podrás darle un final a su historia.

Él hablaba por la experiencia. Sin duda verla así causaba cierta molestia pues si por él fuera destruiría todo aquello que logrará causarle sentimientos negativos.

—Gracias Jungkook...—ella paso lentamente sus brazos por su torso hasta tocar con sus palmas su espalda.—No se que haría si no estuvieras en mi vida.

Un latido acelerado se presentó, ese mismo que había ocurrido antes, dónde sus sentimientos florecían y eran vividos .

—Digo lo mismo...

La gratitud no era lo único que surgía ante su encuentro, un sentimiento oculto, y una necesidad de atención y cariño. Ambos estaban cayendo lentamente por el otro más su camino a penas iniciaba, una serie de obstáculos tendría que superar hasta por fin reclamarse mutuamente.