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22.

- ¿Qué diablos, Chaeng? - fue lo primero que dijo Joy tras abrir la puerta de su departamento - ¿Esa es la joya Kim?
                     
- Sí, es ella. Ayúdame. - tomó el bolso de Jennie y abrió más la puerta para que yo pudiera pasar sin problemas - ¿Puedo ponerla en la habitación de invitados? - asintió - Gracias, ahorita regreso.
               
- Claro que tienes que regresar, idiota, me debes una explicación.
                     
Ignoré su comentario y me encaminé por el pasillo más largo de su departamento donde estaban las tres habitaciones; abrí la tercera puerta de una patada ya que tenía a Jennie en mis brazos y después la deposité delicadamente en la cama de la habitación.
                     
Quité sus zapatillas y las coloqué en el suelo. Mordí mi labio inferior al verla moverse en la cama, su vestido se había subido un poco y ahora tenía una buena vista de sus piernas y parte de su trasero. Tuve que cerrar los ojos y respirar profundo para no hacer una tonteria como estirar mi mano y tocarla sin su consentimiento, a veces no podía controlar esos pequeños instintos primitivos de tocar algo lindo.
                     
- Necesitas una pijama. - le dije a pesar de que no podía oírme porque estaba dormida - Espero no te moleste usar algo mío.
              
Afortunadamente había dejado ropa en el departamento de Joy de aquella vez en la que estuve viviendo temporalmente con ella. De unos cajones saqué un short morado y una playera blanca que eran de mi propiedad y los puse sobre la cama.
                     
- Vamos, Chaeyoung, solo tienes que quitarle ese vestido con los ojos cerrados para que no se vea como si quisieras aprovecharte de ella. - me dije a mí misma.
                     
Me senté en la cama a su lado y con cuidado fui quitando los tirantes del vestido, después de liberar sus brazos opté por continuar a bajar el cierre, el cual afortunadamente se encontraba a un costado del vestido y no en la parte trasera. Me detuve de golpe cuando Jennie comenzó a murmurar cosas sin sentido, pero después de unos segundos continué con mi tarea de desvestirla.
                     
Decir que fue difícil cambiarla de ropa se queda corto a como fue en realidad esa labor, pero finalmente logré mi cometido e hice que la pelinegra durmiera con ropa cómoda.
                     
Cuando salí de la habitación de invitados me encontré con Joy apoyada en la pared del pasillo con los brazos cruzados mirándome.
                     
- ¿Me vas a explicar por voluntad propia o quieres que te saqué la información a palos?
                     
Suspiré y con la mano le indiqué que me siguiera. Llegando a la sala, ambas nos sentamos en el sillón de extremo a extremo viéndonos de frente.
                     
- Salí con ella al NuktaPlaza. - hizo un ademán de querer hablar pero la detuve - Escucha, he hablado con ella un par de veces anteriormente y si te soy sincera me tiene encantada, ahora entiendo porque Jackson está obsesionado con ella. Simplemente la chica es hermosa en muchas maneras y me fue inevitable sentirme atraída físicamente por su belleza. La invité a salir y aceptó, ¿ubicas a su amiga que casi me deja ciega? - asintió - Bueno, ella fue también, así que técnicamente no estuvimos en una cita. - aunque yo la considero como tal, pensé - Y bueno, ambas se pegaron una borrachera tremenda y las he llevado a casa a ambas, pero no tengo ni la menor idea de dónde viva Jennie así que la traje contigo porque no la iba a llevar al departamento por mi compañera. - mentí.
                     
- Para el carro, amiga. ¿Estás loca?
                     
- ¿Por?
                     
- Es hermana menor de nuestro jefe, ¡Nuestro jefe! ¿Captas? Te estás metiendo en terreno equivocado, Chaeng.                                
                       
- No tiene nada de malo.

- Taehyung va a cortarte la cabeza. Y lo más seguro es que sus cinco hermanos restantes te coman viva. Y ni hablar de el patriarca de la familia, él le dará a sus perros las sobras que dejen sus hijos cuando coman de tu carne.

- ¿Me estás jodiendo? ¡Eso es enfermo!

- Yo solo te advierto. - se encogió de hombros - No me gustaría enterarme que te usaron de cena navideña.

- Nadie va a comerme.

- Claro, porque la persona que quieres que te coma está durmiendo justo ahora. - rodó los ojos y le aventé un cojín por su comentario.

- No quiero que ella me coma. - dije - En todo caso sería al revés. - murmuré.

- Eres un jodido asco, la chica está inconsciente y tú estás pensando en devorarla para saciar el hambre perverso que tienes de su envidiable cuerpo. Joder, Chaeng, comportate.

- ¿Te estás oyendo?

- Obviamente me estoy oyendo, no soy sorda, idiota. - se levantó del sillón - Será mejor que vayamos a dormir, ¿quieres que te dé sábanas para la otra habitación o dormirás en el sillón?

- No, creo que iré con Jennie. - levantó una ceja y yo rodé los ojos - No le voy a hacer nada, imbécil. Estaré ahí por cualquier cosa, debo cuidarla, estar borracha no es muy agradable.

- Eres un ángel con cuernos, Park Chaeyoung. - rió - Anda a hacer tú labor de mamá gallina, nos vemos en la mañana.

- Te odio.

- ¡Lo sé! - gritó desde el pasillo.

- - - - - - - - - - - - - -

Algo estaba causandome molestia en la nariz así que pasé mi mano por ella pero no sentí nada y decidí ignorarlo. Segundos después la molestia regresó y en esta ocasión en vez de pasar mi mano opté mejor por abrir un poco los ojos para ver qué era aquello que me causaba comezón.

- Oh, despertaste. - abrí los ojos por completo al encontrarme frente a mi a Jennie quien tenía uno de sus dedos sobre mi nariz - Lo siento, es que tienes algo rojo y trataba de quitarlo, no esperaba que despertaras.

- No te preocupes. - murmuré con la voz ronca, me levanté un poco del suelo apoyandome sobre mis brazos - ¿Cómo te sientes?

- Confundida. ¿Puedo preguntarte algo? - asentí - ¿Dónde estamos? ¿Por qué estabas dormida en el suelo? y por último, ¿Cuándo fue que me cambie de ropa?

Me levanté del suelo revolviendo un poco mi cabello mientras me sentaba en el borde de la cama al mismo tiempo que Jennie cambiaba de posición recargando su espalda en la cabecera.

- Antes que nada, buenos días, guapa. - nos sonreímos mutuamente - ¿No te duele la cabeza o algo así?

- No, y sinceramente no entiendo porqué si anoche tomé como si mi vida dependiera de eso. - dijo apenada.

- Te despertaste en medio de la madrugada porque querías vomitar, así que luego de acompañarte al baño a que sacarás todo el alcohol que tenías en el estómago fui a la cocina por una pastilla y te hice tomartela.

- Eras tú, no fue un sueño. - murmuró.

- Bueno, ahora debo admitir que es asombroso que pensaras que estabas soñando conmigo, preciosa. - se sonrojó.

- Te dije que no hicieras eso. No estoy muy acostumbrada a que me digan esas cosas.

- ¿No te han dicho lo preciosa que eres? - llevé una mano a mi pecho - ¿Qué clase de gente te rodea? Te aseguro que si nos hubiéramos conocido antes no habría ni un día en el cual te diría lo hermosa, preciosa, y única que eres. - asegure.

- Chaeyoung, eres tan linda. - sonrió un poco sonrojada aún - Gracias, pero bueno, en realidad las personas siempre se han encargado de apreciarme por mi físico, es solo que no me gusta que lo hagan, me incómoda porque me gustaría que en realidad apreciaran algo más que mi cuerpo o mi cara.

- ¿Tu mente? - asintió - Estoy segura que tienes una mente fantástica, guapa. Y disculpa que te lo diga, pero me es difícil no llamarte guapa, pero puedo cambiarlo a otra cosa, ¿qué te gustaría? ¿princesa, cariño, pequeña chica lista, doctora?

- Puedes llamarme como quieras, Chaeyoung. - aceptó finalmente, pero luego agregó: - Excepto, nena.

- Afirmativo, guapa.

- Bien, entonces... - hizo una pequeña pausa - ¿Contestarás mis otras preguntas?

- Cierto, cierto. - rasqué mi nuca - Bueno, estamos en el departamento de una amiga, y la ropa que traes puesta es mía.

- Huele muy bien.

- ¿Qué?

- Tu ropa. Huele muy bien, y es muy cómoda. Creo que voy a robarla. - bromeó empujandome juguetonamente.

- Toda tuya, te ves guapísima con mi ropa. - le guiñé un ojo - Y bueno, contestando a la otra pregunta, estaba dormida en el suelo porque quería estar al tanto de ti, no podía solo dejarte sola en la habitación. Estabas muy bebida e inconsciente que me preocupaba que llegases a vomitar, y dicho y hecho lo hiciste pero afortunadamente estaba a tu lado.

- Eres tan linda, por el amor de Dios. - chilló haciéndome sonreír - Muchísimas gracias, Chaeyoung. Ahora estoy aún más segura que vamos a ser muy buenas amigas. - la sonrisa sincera que tenía en mi rostro paso rápidamente en segundos a ser una sonrisa totalmente falsa al oír aquello.

No, no y mil veces no. Me negaba rotundamente a ser amiga de esta mujer cuando realmente quería intentar algo con ella, pero si debía pasar primero por esa etapa de jugar a las amiguitas pues no me quedaba nada más que aguantarme hasta hacerla cambiar de opinión.

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