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Capítulo 5: EGO.

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1 año después.
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En el bosque dónde Issei (quién cumplió 15 años) entrenaba con su madre Miki, el castaño se encontraba lanzando huelgas con el Espadón llamado Zangetsu, se estaba acostumbrando bastante bien al peso de la espada tanto que ya podía luchar por más de 1 horas y apenas si su resistencia tendría algún cambio aparente.

"Te has acoplado muy bien a las posturas todo este tiempo." Miki quién estaba sentada en la rama de un árbol almorzando habló.

Las palabras de la castaña llamaron la atención de Issei quién la volteó a ver dejando aún lado lo que hacía. En todo el año que pasó entrenando las posturas que le enseñaron las logró realizar ligeramente bien, no era un experto, más bien se le podría considerar un novato bastante bueno, tal vez por encima de la media quizás.

"¿Oka-san?"

"Ise, vayamos a cazar Röwanas, tal vez con eso se pueda realizar la cena." Miki bajó del árbol y cayó de pie al suelo para luego hacer un poco de estiramientos.

Las Röwanas son bestias anfibias de Rango 'E' que básicamente eran cómo ranas del mundo humano, lo que los diferenciaba era el gran tamaño que poseían estás midiendo más de 5 metros de alto y siendo de color amarillo todos los machos menos las hembras que medían 4 metros y eran de colores variados cómo el violeta, rojo y blanco. La fuerza que tenía está raza no era algo de que preocuparse porqué no eran muy diferentes a Ranas comunes del mundo humano, sólo resaltaban por su abismal estatura.

"¿Está bien?" Confundido no supo porqué su madre le pidió eso. "¿Sairaorg también irá?"

"Para nada, el está cazando Torpos."

Los Torpos son bestias de Rango 'C' los cuáles podían dañar con sus colmillos o garras de 7 centímetros el duro cuerpo de un demonio de clase media que era cómo el acero dependiendo con cuál de estás criaturas te encontrarás, eran cómo lobos pero de 2 metros y con un pelaje café violeta. Para Issei, qué Sairaorg estuviera ahora mismo cazando a uno de esas cosas lo frustró bastante, su amigo y rival siempre estaba un paso adelante de él a pesar de esforzarse mucho para alcanzarlo y superarlo.

"Lo sientes verdad." Miki habló con seriedad atrayendo la atención de su hijo.

"¿Sentir el qué?"

"El ego. Esa necesidad que sientes de atender desmedidamente tú propio interés sin importarte el de los demás, aplastarlos y ser mejor que nadie." La castaña se acercó a Issei y cuándo estuvo frente al chico lo miro a los ojos. "¿Verdad?"

El castaño dio un paso atrás, aunque no era algo viable él si lo pudo ver, los ojos de su madre desprendían un aura azul que lo intimidaban, eran unos de locura extrema que paralizaba su cuerpo, pero por alguna razón se sentía identificado.

"Ego..." Susurró inconscientemente el castaño.

"Esta es la etapa dos de la Fase 3 del entrenamiento, y tratarás de identificar tú ego, liberarlo, al hacerlo alcanzarás la cúspide de tu poder.." Miki tomó de la solapa de la camisa a su hijo quién veía esos ojos egocéntricos con terror y ¿emoción?

"¿O-oka-san...?"

"El ego no es algo malo, es parte de tú naturaleza cómo demonio, si no lo aceptas no serás más que basura en este mundo dónde todos los débiles quieren aplastar al más fuerte por demostrar quién es el mejor. Sólo el fuerte sobrevive." Soltando de la solapa de la camisa a Issei se apartó.

El castaño se tranquilizó un poco, los ojos de su madre lo dejo bastante nervioso asique aprovechó el momento para descansar y tomar aire, aún así las palabra Ego se grababa en su mente y poco a poco empezaba a comprender su naturaleza, esa misma que controlaba su cuerpo.

"Ego..." Los ojos de Issei parecieron ser apoderados por locura antes de que los mismos desprendieran luego un aura azul metafóricamente hablando.

"Así es, acepta tú ego y serás más fuerte, obtendrás la convicción de avanzar para obtener ese deseo egoísta de aplastar a Sairaorg, aplastarme a mi, a tu padre, a tus enemigos... Y recuerda, desear ser el mejor no es malo, al contrario, te hará poderoso."

Miki logró su cometido, lograr hacer dudar a su hijo de lo que debería hacer, sabía que simples palabras no bastaría para convencer a alguien del todo asique le haría cambiar ese pensamiento tan mediocre con la Etapa 2 de la Fase 3 del entrenamiento que será cómo una preparación para la Fase 4. Básicamente le hará creer a Issei que Sairaorg siempre está un paso por delante de él cuándo en realidad los dos son igual de fuertes y tienen la misma preparación quel otro, esto le ayudará al castaño a superarse cada día y comprenderá mejor su naturaleza y ego ayudándole a que lo acepte.

"Seré el más egoísta entre los egoístas, voy a aplastarlos a todos y voy hacer yo quién se convertirá en Maou Lucifer Sairaorg... Este es mi ego."

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C

on Sairaorg.

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"¿Lo entiendes?"
Gorou quién tenía de la solapa del suéter al Bael lo soltó dejándolo caer de trasero al suelo, el chico pelinegro por otra parte tenía una expresión aterrorizada mientras veía fijamente a su maestro.

"Ego..." Susurró Sairaorg para luego mirarse las palmas de sus manos. "Aplastar a todos..."

Un aura violeta emanaba metafóricamente de los ojos del Bael. Gorou por otra parte miró sobre su hombro para ver al oji violeta, sonrió al notar cómo este comprendía rápido su naturaleza egoísta.

"Así es... Ise es más fuerte que tú y por eso está cazando ya a Torpos, criaturas de Rango 'C', si quieres alcanzarlo y demostrar que serás tú él Maou Lucifer deberás ser el mayor egoísta entre los demonios."

Engañando al Bael con que su hijo era más fuerte Sairaorg apretó sus puños, no iba a dejar que Issei le ganará, le prometió a su madre que sería él más fuerte de todos, para eso debía  aplastar a su rival y amigo...

"Voy hacer el más fuerte." Fue el susurró del chico pelinegro de 17 años.

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C

lan Gremory.

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En uno de los clanes más poderosos del Inframundo una chica pelirroja de 16 años caminaba por pasillos del gran castillo que era su hogar. No sé le veía expresión alguna en su rostro, sólo serenidad cómo si su alrededor no le importará.

"¡Tonta! ¡¿Qué haces?!"

La voz de una servidumbre llamó la atención de la pelirroja quién se detuvo, volteó a una habitación y notó que era el lugar dónde las sirvientas preparaban los grandes banquetes a su familia. Sin importarle nada entró a esa sala de cocina y vio a una mujer peli azul con su mano levantada lista para darle una bofetada a su inferior.

"¡Tonta!"

La sirvienta peli azul abofeteó a la otra chica quién cayó de trasero al suelo y con lágrimas en sus ojos, su mejilla golpeada rápidamente tomó un color rojo junto a la marca de la mano de su abusadora quién luego le escupió.

"¡Perdóneme por favor Vectalia-Sama!"

"¡¿Qué te perdoné?! ¡¿Enserio?! ¡Arruinaste la cena que le daríamos a Lord y Lady Gremory junto a Rias-Sama está noche! ¡¿Y todavía pides disculpas?! ¡Descarada!"

"¡Por favor perdóneme! ¡Sé qué arruiné la comida! ¡Perdone mi error!"

"¡Cállate!"

La servidumbre conocida cómo Vectalia alzó su mano de nueva cuenta pero está vez con poder demoníaco de color violeta cubriéndolo, un aura tan densa y poderosa que podría dejar muy mal herida a la sirvienta pelinegra quién estaba de trasero en el piso llorando.

"Este golpe talvez te deje inconsciente."

Con esas palabras Vectalia bajo su mano dispuesta a abofetear a la pelinegra quién cerró sus ojos. "¿Eh?" La sorpresa de la sirvienta peli azul fue evidente cuándo su brazo no avanzó más, extrañada volteó a ver a esa persona que la detuvo y nunca espero encontrarse con una cabellera roja cómo la misma sangre.

"Haz llegado muy lejos."

"Ri-¡Rias-sama!"

Asombrada y temerosa de encontrase con la heredera del clan Gremory hizo una reverencia en señal de respeto. Por otro lado la pelirroja llamada Rias veía cómo escoria a la sirvienta peli azul, no sólo por lo que acababa de hacer, sino también porqué era lo menos que se merecía una basura de Clase Baja.

"Vectalia ¿cierto?" El tono de voz de la heredera era de despreció.

"Si señora."

"Señorita." Rias corrigió a la servidumbre y emano su aura de la destrucción qué liberó una presión que puso de rodillas a la peli azul. "Recuérdalo." Pisando la cabeza de Vectalia dijo.

"S-si seño-ñorita Rias." Fueron sus palabras.

Vectalia se sentía humillada, siempre era así, los fuertes humillaban a los débiles y aunque él ego de la demonio le pedía a gritos aplastar a la mocosa sabía que fue algo imposible, ella vivió más de 780 años y tenía el poder de un Clase Media a mitad de camino a comparación de esta niñata de 16 años, sabía qué soñar con derrotar a la genio Rias Gremory nunca sucedería, esa diablilla es tan fuerte como un Clase Alta a Inicios de camino, sumándole el Poder de la Destrucción del Clan Bael y las reservas mágicas del Clan Gremory era simplemente idiota el sólo pensar siquiera levantarle la mano a alguien de ese calibre.

"Así suena mejor. Ahora, me retiró."

La pelirroja se encaminó a la puerta del lugar dispuesta a dejar la habitación pero se detuvo en el instante, mirando sobre su hombro observó a la pelinegra todavía tirada en el piso, suspirando sé dio media vuelta para acercarse a ella y tenderle la mano.

"¿Estás bien?" Preguntó.

"S-s-¡sí!" Dijo al instante la sirvienta.

"No te preocupes, toma mi mano."

"Co-cómo ordene señorita Rias."

Tomando la mano de la pelirroja está la ayudó a levantar, inmediatamente hizo una reverencia mientras no para de agradecer mientras Rias se sentía abrumada ante tanta formalidad y suspiro en cansancio.

"No me tienes que agradecer tanto, a todo esto, ¿cómo te llamas?"

"¡Perdone mi estupidez e imprudencia Lady Rias! ¡Me llamó Violet Pêtäl! ¡A sus ordenes!" Vociferó la pelinegra haciendo otra reverencia.

"Ya veo. Entonces Violet, si alguien te vuelve a molestar..." Dándole una mirada a Vectalia. "No dudes en llamarme." Liberando su instinto asesino que estremeció a las demonios.

Rias no le dio más importancia a la situación y se dio media vuelta caminando a la puerta para luego salir de la habitación dejando un silencio incomodó en el lugar.

La pelirroja ciertamente despreciaba a los débiles, en parte es un estereotipo que reflejó de los nobles, pero eso no significó que no tuviera su corazón que era bastante noble en ciertas situaciones donde sentía que tenía que intervenir, esa amabilidad pocas veces la mostraba a excepción de su nobleza. Pero lo resaltante en ella era su ego, un egoísmo ardiente por ser la mejor y más fuerte... Quería aplastar a su hermano, no en el mal sentido, sino en lo competitivo.

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C

on Issei.

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"Röwanas... Criaturas de Rango 'E'. Seres tan débiles que ni siquiera son considerados como bestias, debiluchos cómo esos nunca representarían ningún problema para mi."

Issei quién caminaba junto a su madre Miki se encontraban ya en el hábitat de las Röwanas, aunque está es su primera vez cazando a estás criaturas poco le importaba cuándo la gran confianza en su fuerza lo nubló. La castaña por su parte supo que su hijo actuaba cómo un estúpido arrogante, pero no le daba tanta importancia porqué ella también se comportó de esa manera en su juventud al creer que era invencible, ciertamente sabía que iba llegar este momento asique dejaría que él mocoso chico de 15 años se estrellara contra la realidad.

"Es hora de llamarlos." Dijo la castaña quién creó una espada de hielo en su mano.

Miki tomó una bocanada de aire tan profundo que cuándo sus pulmones se llenaron por completo expulsó exhalando el oxígeno almacenado, sus venas se marcaron en toda su piel y su aura mágica empezó a rodearla reforzando su cuerpo aumentado al doble sus capacidades físicas. Alzando la espada de hielo pero de forma invertida con la punta del arma apuntando al suelo la bajo clavándola, al instante todo empezó a temblar e Issei se sorprendió y sin poder evitarlo cayó de trasero al perder el equilibrio.

'I-I-¡increíble!' Pensó en Shock.

Nunca se imaginó que un Clase Baja con la fuerza de un Clase Media fuera tanto cómo para provocar un sismo, esto le hizo preguntarse que tan fuertes debían ser los Clase Altas si estos superaban a los de Rango medio y por mucho. Cuándo todo se calmó la castaña madre del castaño sacó su espada de hielo la cuál desapareció en partículas de luz.

"Listo. Eso atraerá a las Röwanas. Prepárate."

"Espera espera, ¿yo sólo peleare contra una multitud de esas criaturas?"

"Sí. Y te advierto, no te confíes." Dijo para luego desaparecer de la nada.

"¡Oka-san!" Reprochó el castaño.

Antes de que intentará moverse de el lugar en dónde estaba parado temblores sacudieron el suelo alarmando a Issei, rápidamente notó que a lo lejos una manada de Röwanas gigantescas de color amarillo daban saltos brutales acercándose a él a una velocidad que no se esperaría de criaturas tan grandes. Tomando a Zangetsu que colgaba en su espalda la blandió y puso una expresión sería, era su primera vez cazando a estás cosas y ciertamente se sentía confiado por el progreso de su poder.

"Todos son machos." Musitó.

Cuándo la gran manada sólo estuvo a unos cuantos metros de él pensó en usar High attack range, pero recordó rápidamente que ese movimiento lo realizaba de forma mediocre y si lo usará ahora terminaría con su poca resistencia en un instante, indiscutiblemente era una mala idea. La primera Röwana saltó hacia Issei y descendió de los aires a gran velocidad con clara intención de aplastarlo, el castaño sin pensárselo retrocedió lanzándose para atrás abriendo distancia, su boca se abrió en incredulidad al ver el resultado del aterrizaje de la criatura amarilla que provocó un cráter de dos metros de diámetro.

'I-Increíble.' Sorprendido en sus pensamientos agitó su cabeza de un lado a otro para concentrarse.

Desgraciadamente el poder tomar un respiro no fue posible cuándo una Röwana descendió del cielo aterrizando a su espalda unos metros cerca de él agrietando el suelo y levantado una cortina de polvo que atrapó al castaño. Issei rápidamente se puso nervioso al ser incapaz de ver algo pero no pudo pensar más al sentir una lengua que se enrolló en su cintura.

"Mierda."

La lengua se contrajo y llevo al castaño fuera de la nube de polvo directo a la boca de una Röwana que intentó devorar a Issei. En un acto reflejo el castaño cortó la lengua logrando liberarse al último momento, cuándo cayó al suelo se recompuso para luego alejarse de las criaturas de Rango 'E' que lo ponían en un aprieto que nunca se espero estar. Para su desgracia otro sapo gigante que estaba en los cielos tras un salto aterrizó frente a él bloqueándole la ruta de huida.

"Son demasiado." Exclamó. "Tsk." Chasqueo su lengua. "Entonces tendré que luchar con todo lo que tengo." Musitó con seriedad.

Tomando la venda restante del mango de Zangetsu la amarró en su antebrazo así conectando el arma con su brazo derecho, si quería salir vivo tenía que luchar con todo lo entrenado, aunque por dentro sentía emoción lo que causó que inconscientemente su ego empezará a emanar de sus ojos representado cómo un aura azul.

Lanzándose a la Röwana con una velocidad decente la criatura decidió reaccionar estirando su lengua hacia Issei quién se detuvo, dando un paso lateral esquivó el ataque que pasó de largo, al ver la larga lengua a su lado alzó su espada y la cortó con un corte descendente causando el rugido de dolor cómo el de un león que provino del gran sapo amarillo. Miki quién veía la pelea a lo lejos sonrió en satisfacción al ver cómo su hijo logró hacer una perfecta [Guillotine type Crusher], pero sabía que eso no era suficiente.

El castaño quién había cortado la larga lengua del sapo sintió de la nada como su espalda fue golpeada duramente siendo mandando a rodar por el suelo, cuándo se detuvo y recompuso vio que el causante fue la otra Röwana que lo embistió cómo un toro enojado.

'Mierda, mi espalda, tienen una fuerza impresionante sólo para hacer unas criaturas de Rango 'C.' Pensó el Castaño.

Para su desgracia su pierna izquierda fue tomada por una lengua babosa y viendo que fue causado por otra Röwana comprendió que se descuidado, el gran sapo contrajo su lengua y está vez si devoró a Issei quién no pudo hacer nada. Pero algo pasó, la mandíbula de la criatura se abrió dejando ver al Hyodou mismo que con sus piernas abría la parte superior de la boca y con su espalda la parte Inferior de la bestia Rango 'E' con dificultad, ciertamente el castaño le estaba agradeciendo a su padre por fortalecerlo físicamente brindándole una fuerza cómo para soportar la presión que generaba la mandíbula del ser que quería cerrar su boca.

Issei por su parte veía con gran asquerosidad el interior de la boca del sapo gigante, tenía colmillos filosos de 7 centímetros por lo menos y su larga lengua tomaba la espada del chico evitando que este intentará algo, poco a poco la presión generada por la mandíbula que quería cerrarse abrumaba las piernas del castaño quién por cada segundo que pasaba flexionaba sus extremidades inferiores al estar perdiendo territorio gracias a la gran fuerza que lo aplastaba.

Miki quién veía algo preocupada cómo su hijo hacía palanca con su cuerpo enteró para no quedar atrapado en la asquerosa boca del sapo amarillo palideció. Aunque quería correr y ayudarlo se detuvo así misma, sólo la haría cuándo verdaderamente estuviera en problemas, con el entrenamiento que le dio no creía que él castaño en verdad perdiera por eso, y si lo hacía quedaría tan decepcionada que ya ni lo entrenaría más.

"¡¡¡¡¡Aaaasrrrggghhhhh!!!!!"

Con un gran gritó el castaño pareció no soportar más la gran presión pero de la nada dio una pirueta hacia atrás saliendo de la boca de la Röwana en un movimiento y llevándose consigo un colmillo de la criatura quién dio un rugido de dolor.

"[Thrust]." Musitó por lo bajo.

Todavía en el aire frente a la cara del sapo amarillo lanzó a Zangetsu a la Röwana quién fue apuñalada en uno de sus ojos, otro rugido de dolor no se hizo esperar por parte de la criatura mientras Issei usaba el vendaje restante que conectaba el mango con su antebrazo para traer de vuelta su espada aterrizando en el suelo.

'Mierda. Me vi muerto en varias ocasiones. Tengo que tener cuidado." Pensó en preocupación.

Las demás Röwanas al ver a su compañera muerta se lanzaron al castaño con sus boca abiertas llenas de colmillos listos para devorar al oji miel quién se preocupó ante esto. Aumentando su agarre en Zangetsu tragó saliva y mordió su lengua intentando tranquilizar sus nervios de estar cerca a la muerte, este momento fue perfecto para usarlo, era ahora o nunca, aunque no lo tenía dominado y en general todavía seguía siendo un asco en ese movimiento tenía que hacerlo.

"Vanishing." Murmuró.

Todos las Röwanas hay presentes se acercaron cada vez más al castaño que seguía inmóvil pero por alguna extraña razón este se veía más transparente cómo un fantasma, de la nada uno de esos grandes sapos estiró su lengua pero no hacía Issei sino al cielo, cuándo la lengua tomó la pierna de alguien las demás criaturas fijaron su vista arriba viendo que se trataba del Hyoudou.

Issei por su parte solo pudo chasquear su lengua al ser descubierto, todavía no dominaba la magia de ilusión por lo cuál las Röwanas se dieron cuenta quel que estaba parado hay no era él sino alguien falso, además que no sabía muy bien como ocultar de manera perfecta su presencia algo que dejó al descubierto su ubicación.

Sin previo aviso y en los aires la Röwana que tomaba su pierna contrajo su lengua y lo estrelló contra el suelo, el castaño casi tuvo la necesidad de caer en el mundo de los sueños pero supo que no era el momento si es que quería seguir viviendo. Levantándose con ayuda de las manos sus brazos flaqueaban temblando cómo gelatina, era horroroso el sentir los huesos rotos junto a sus órganos hechos mierda le gritaban que dejará de moverse.

"N-no quiero morir..." Murmuró sin fuerzas. "Oka-san... Oto-san... Isae-chan... Sairaorg..."

Los recuerdos de sus padres y hermano junto al Bael que consideraba también parte de su familia apareció en su mente, sus brazos ya no le dieron para más cayendo boca abajo en el suave césped que ondeaba con el viento. Uno de los 34 sapos amarillos ávidos en el lugar tomó con su lengua a Zangetsu que se encontraba al lado de Issei y la tiró lejos para qué así este no tuviera ninguna posibilidad de ataque.

El castaño al borde de la inconsciente no veía que sucedía por estar boca abajo pero si supo que se acercaba su fin. Una de las Röwanas dio un poderoso salto y cayó encima de la espalda de Issei con tanta fuerza que él oji miel pensó que había quedado inválido al no sentir sus piernas, lo siguiente fue un ahogado grito de dolor que viajo a grandes distancias sin duda, las aves salieron volando de los árboles asustadas al igual que otras criaturas de un diminuto tamaño cómo perros de seis patas o serpientes con dos cabezas.

"¡¡¡¡¡¡¡HAAAAAAAAHHHHAAAAHHHHAAAAAAAHHHHHH!!!!!!!!"

Las demás Röwanas se acercaron a Issei todos dispuestos a devorarlo, iba hacer una gran cena sin duda pero alguien interrumpió el momento, un sujeto cayó del cielo y aterrizó en el suelo generando un pequeño temblor, los sapos gigantes fijaron su vista en el recién llegado que resultó ser Miki quién traía una expresión de pocos amigos junto a con una espada de hielo en su mano derecha.

"Veo que se divierten malditos estúpidos." Su voz seca y enojada hizo que los Röwanas retrocedieran por instinto. "Ahora la pagarán."

Una ventisca de viento emano de Miki mandando a volar a unos cuántos sapos, de inmediato blandió su arma y se lanzó entre las criaturas restantes balanceando su espada de hielo de un lado a otro cortando de paso a quién se le atravesará en el camino. Sangre púrpura, baba, lenguas y un cúmulo de cosas asquerosas pertenecientes a las Röwanas se esparció por el césped siendo una masacre unilateral ante las bestias Rango 'E' quiénes nunca tuvieron oportunidad alguna, aunque la castaña no usaba sus posturas al ya no tener a Zangetsu poco le hizo falta, con una velocidad, fuerza y habilidad abrumadora cercenó a todos los sapos amarillos que se le atravesó.

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3

0 minutos después.

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En las calles del pueblo dónde la familia Hyoudou vivía Miki quién caminaba a su hogar toda bañada en sangre púrpura perteneciente a las masacradas Röwanas tomaba a cierto castaño de la pierna mientras lo arrastraba por el suelo en su andar, con su otra mano libre se echó en su hombro a Zangetsu a la vez que con magia de viento que era al igual que él hielo su especialidad mantenía flotando aún gran pero muerto sapo amarrillo que la seguía a su espalda.

"Fue una gran caza, tendremos comida como para dos meses, aunque debería apresurarme, Isae ya tuvo que haberse despertado." Musitó para si misma.

Al seguir caminando junto a él inconsciente Issei quién lo traía arrastrándolo de la pierna se encontró en el camino con su esposo Gorou y aún lastimado Sairaorg que a comparación del castaño venía consciente aunque ayudado a caminar por el Hyoudou mayor.

"¡Querido! ¡Sairaorg!" Llamó la castaño atrayendo la atención de los mencionados.

Gorou y el Bael miraron en dirección de la voz y al ver que se trataba de Miki sonrieron aunque no por mucho tiempo al notar el estado catastrófico de Issei quién era arrastrado. El castaño cuándo vio las condiciones de su hijo se preocupó de sobre manera y casi tuvo la necesidad de soltar a Sairaog mismo que ayudaba a caminar usando el truco de la muleta humana para ver cómo se encontraba el Hyoudou primogénito, pero tuvo que desistirse.

"¡Ise!"

Contrario a lo que se esperaba Sairaog fue el primero en mencionar y gritar el nombre de su amigo y rival en preocupación, en su ignorancia y engaño en que se encontraba se preguntó ¿qué tan fuertes eran los Torpos cómo para dejar a un Clase Media así?

"Ise! ¡¿Pero querida que les paso?!"

"Ah... Sobre eso, pues es una larga historia." Dijo Miki al tiempo que suspiró en cansancio.

Fin del capítulo.

Bueno hasta acá el capítulo de hoy, espero que les haya gustado.

Cómo ven, en cada capítulo trató de mostrar la vida de algunos personajes para más relleno xd, ok no, trató de profundizar más en alguno de ellos. Me gustaría que me diran ideas y recomendaciones para parejas del Harem.

Bueno, me despido ¡adiós!

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