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Capítulo 4: Un camino el cuál seguir 3/3

Dos años pasaron desde que Issei y Sairaorg empezaron a entrenar para fortalecerse con el objetivo de ganarle al otro en la meta de volverse Maou Lucifer, en este tiempo el castaño ya tenía 14 años y el Bael 16, los dos habían aprendido muchísimo cómo también se volvieron fuertes tanto que podrían rivalizar con Demonios de Clase baja a mitad de camino, parecía insignificante a los ojos de diablos de alto rango pero para ambos es un gran avance y de hecho a si lo era si se tenía en cuánta que eran unos mocosos aún.

En estos momentos Issei se encontraba sentado en una roca escuchando a su madre Miki atentamente cómo si se tratase de una clase, hace unos días logró superar la Fase 2 del entrenamiento qué le había costado más de 2 años de puro esfuerzo y ciertamente se sentía orgulloso de eso. Recapitulando, a lo largo de ese lazo de tiempo aprendió a usar la espada de manera decente y gracias a los entrenamientos de su padre ganó un cuerpo delgado pero tonificado, en resumidas cuentas bastante atlético que le ayudó a ganar la suficiente fuerza física cómo para considerar liviano un peso de 45 kilogramos, logrando blandir cualquier espada de hielo creado por su madre, esas mismas armas que antes lo aplastaban por lo que pesaban ahora apenas y si lo sentía. También al cumplir la edad de 15 años pudieron descubrir su afinidad elemental, no hubo mucho misterio puesto que fue alguien que resultó normal, poder demoníaco cómo cualquier otro y ya aúnque el castaño terminó decepcionado.

"Es momento de pasar a la Fase 3 del entrenamiento." Miki quién le hablaba a Issei dijo con sus brazos cruzados. "Aprenderás mis posturas con la espada."

"¿Posturas? ¿Qué es eso?"

"Básicamente movimientos con la espada las cuáles son requeridas y necesarias en ciertas ocasiones." Explicó.

"Oh entiendo... Cómo armas secretas o algo así ¿no?"

"Más o menos, pero para realizar esos movimientos necesitarás mi espada ya que las posturas son exclusivas para está arma."

Miki quién traía algo que colgaba en su espalda envuelto en vendas la tomó y empezó a retirarle el vendaje con mucha delicadeza. Los ojos de Issei sólo veían esto con intriga y entusiasmo ante la espada que estaba apuntó de ser revelada a sus ojos mismos que tenían estrellas brillando intensamente.

"Está espada me acompañó en más de 932 batallas a lo largo de mi vida cómo Caballero en la pequeña ciudad [Läbbyrag], es bastante vieja el arma pero se encuentra en perfectas condiciones."

"¡Increíble!" El gran entusiasmo de Issei en ese momento fue más que palpable.

Cuándo Miki retiró el vendaje dejó a la vista el arma, un espadón de gran tamaño que se vía pesado, el filo de la hoja tenía una leve curva y el mango estaba hasta el pomo del arma envuelto en vendas tan largas que al final terminó dejando vendaje restante cómo de medio metro. No poseía guardamanos lo que indicaba que en una lucha tendrías que tener bastante habilidad para que la espada de tu oponente no se deslizará por la tuya y terminará por rebanarte las manos o dedos.

"Está es mi espada, Zangetsu se llama."


Los ojos de Issei pasaron de impresión a aburrimiento y luego decepción, nunca se espero que una espada que la catalogaba cómo legendaria por tantas batallas que fue usada en las manos de su madre fuera tan simple. Casi tuvo ganas de palmearse la cara por tal tontería y mirando a su madre apuntó con su dedo índice el arma.

"Oka-san.. ¿Esa era tu espada?"

"Si."

Tras la respuesta de su madre medito un par de segundos intentando procesar esas palabras, al final terminó soltando un suspiro de cansancio mientras se encogía de hombros cómo diciendo 'ya que'. Miki no apreció está actitud de su hijo de buena manera y tomó las mejillas del castaño con sus dedos mientras infló sus cachetes en un puchero bastante tierno.

"¡Auch! ¡Me duele Oka-san!"

"¡¿Porqué fue ese suspiró tan decepcionado?!"

"¡Po-por nada! ¡De verdad!"

"Eso espero Ise."

Soltando la mejilla del castaño se cruzó de brazos mientras Issei sólo se sobaba la zona herida con algunas lágrimas por las comisuras de sus ojos. Miki no tardó en lanzarle a Zangetsu al oji miel quién sin haberse esperado eso fue aplastado por la espada, el peso fue tanto que hasta polvo se levantó por la forma brutal en cómo se estrelló al suelo repentinamente.

"Mis huesos."

"Levántate, es hora del estudio teórico, después seguimos con el práctico." Issei hizo lo solicitado y se puso de pie mientras Miki tosía un par de veces para la preparación de su explicación.

Shatter.

Desciendes del aire con la espada levantada y con un corte descendente usando todas tus fuerzas lanzas un poderoso corte para dividir a la mitad al oponente.

High attack range.

El resto de venda que sobra del mango lo amarrarás en tu antebrazo para que puedas soltar la espada y a largar el alcance del arma gracias a que el vendaje tomaría y conectaría a Zangetsu contigo, lo siguiente sería lanzarte al enemigo mientras realizas giros a altas velocidades lo cuál gracias a él alargamiento del alcance de los ataques lograrías crear una defensa y ataque imparables dando la impresión de un diluvio de cortes que reduciría a pedazos de carne a tu oponente, el único punto malo es que acaba tu resistencia de forma monstruosa siendo casi imposible usarla en todas las ocasiones.

Guillotine type Crusher.

En el momento que tu enemigo se lancé a ti muévete a un lado dando un paso lateral y cuándo éste esté pasando de largo al lado tuyo vas a decapitarlo de un sólo tajo limpió como si fuera una guillotina.

Thrust.

Cuándo tu enemigo este fuera del rango de la espada lanzarás la misma hacia tu enemigo cómo una lanza, y lo mejor es que no la perderás, podrás regresarla hacia a ti gracias aquél vendaje sobrante del mango lo tendrás amarrado en tu antebrazo pudiendo traer el arma de vuelta a ti.

Vanishing cut.

Es la mejor de todas mis posturas sin duda, lo malo es que para realizarlo el control mágico es necesario junto a la magia [Mana Illusion], una buena velocidad y agilidad también son requeridas para este complicado movimiento. Básicamente te lanzarás a tu oponente a toda velocidad y en el camino te moverás rápidamente al punto ciego del enemigo dejando una ilusión de ti en tú lugar, así podrás confundir a tu rival cuándo este intenté golpearte sólo traspasará la imagen hecha de Maná mientras tú estas atrás de él.

Issei oyó todo con atención impresionado, la forma en que su madre redactaba y explicaba el uso de las cinco posturas parecía bastante fantasioso al punto de dudar qué alguien pudiera hacer esos movimientos tan increíbles. Pasaron unos segundos y el castaño seguía procesando lo escuchado, Miki notó esto para en él segundo siguiente arrebatar a Zangetsu de las manos de su hijo.

"Te lo mostraré." Dijo la castaña con algo de molestia.

Realizando cada uno de los movimientos dichos por ella la boca de Issei se abrió tanto que su mandíbula cayó al suelo en impresión y estupefacción, esas posturas que parecían imposibles fueron hechos posibles por su madre quién los hacía tan fácil como respirar. Ciertamente se preguntaba cuánto tiempo le tomaría hacer lo mismo que Miki, ¿realizarlo con tanta facilidad era posible para él?

"Increíble." Musitó el castaño en impresión.

"La primera vez se ve complicado, pero con él tiempo se hará tan fácil como respirar, enserio, sólo necesitas esforzarte más."

Al parecer las palabras de su madre animaron al castaño quién se había desanimado al pensar que nunca lograría realizar tales movimientos que parecían complicados e imposibles para él. Sonriendo se animó así mismo después para recuperar sus ánimos, si se dejará vencer ahora ¿de que le serviría haber entrenado por dos años con gran esfuerzo? Tampoco se iba permitir perder contra Sairaorg, de seguro el debe estar usando cada gramo de su fuerza para entrenar con su padre, e Issei no pensaba perder contra su rival.

"¡Si! ¡Voy a entrenar con todas mis fuerzas!" Dijo firmemente el oji miel quién apretó su puño en decisión.

"Eso me alegra. Ahora entrena."

Lanzándole el Espadón a Issei este no se espero está acción y cayó al suelo con la espada aplastándolo mientras Miki caminaba en una dirección bostezando por el aburrimiento.

"¡Oka-san!" Reprochó el castaño.

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2 horas después.

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Ya habían pasado las horas e Issei en estos momentos se encontraba tomando del mango a Zangetsu mientras respiraba agitadamente, desde que empezó a practicar [Shatter], la postura más fácil a comparación de los demás, comprendió porqué esto no iba hacer tan sencillo. En resumen el movimiento consistía en saltar en el aire y descender del mismo para atacar a tu enemigo aprovechando la fuerza de la caída que vuelve más potente el corte dividiendo en dos cualquier cosa que se le atravesará al filo de la espada, pero no era tan simple, debías ser rápido y bastante para hacía evitar que el oponente esquivará o contraatacará.

"Maldición, pasa el tiempo y no logró hacer bien la postura." Musitó Issei por lo bajo.

"¡Vamos Iseeeee!" Miki que gritaba a lo lejos sentada en una roca le daba ánimos a su hijo quién tuvo una gota de sudor bajando por su cien.

"Si si Muchas gracias por la ayuda." Susurró sarcásticamente. "¿Acaso no debería estar aquí para corregirme en mis errores?" Dándole otra mirada a su madre la encontró ahora durmiendo y con una burbuja saliendo de su nariz. "¡¿Se durmió?!" Sin poder creer lo sucedido sólo pudo palmearse el rostro.

Agitando su cabeza bruscamente de un lado a otro apartó todas esas distracciones y se concentró en lo que estaba haciendo. Flexionando sus piernas bajó su centro de gravedad en una postura lista para saltar cómo lo había venido haciendo, aumentando su agarré en el mango del Espadón soltó un suspiró al tiempo que cerró sus ojos, abriéndolos de nueva cuenta y con determinación estuvo listo para dar un saltó pero su cuerpo no le respondió y terminó tirado boca abajo en el suelo.

'Maldición, eh saltado tantas veces que mis piernas ya no me responden y mis brazos también están cansados.' Fue su pensamiento.

En el suelo intentó levantarse con ayuda de sus brazos que lo impulsaban, ciertamente fue doloroso el sentir como tu cuerpo ardía por el agotamiento, lo que no se esperó fue que alguien lo ayudó a levantar usando el truco de la muleta humana para que se pudiera mantener de pie. Al ver a la persona que lo había ayudado se encontró con su madre Miki quién le daba una sonrisa maternal que alegró a Issei.

"Creo que es todo por hoy, vayamos a casa."

"S-sí." Fue la respuesta del castaño.

Se sentía tan cansado que no se creía capaz de ponerse de pie por su propia cuenta, era mejor dejarlo para mañana cuándo se haiga recuperado en su totalidad.

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2 meses después.

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"Lo estás haciendo bien Sairaorg."

Gorou quién entrenaba con el Bael esquivaba los golpes del mismo con facilidad, el gran crecimiento que tuvo el pelinegro era impresionante para un mocoso de 16 años quién avanzaba muy rápido, ya siendo tan poderoso cómo un Clase Baja a mitad de camino, si le enseñará a como reforzar sus puños estaba seguro que en fuerza bruta se potenciaría a niveles abismales, tal vez igualándolo. Había oído de la boca de Sairaorg que su familia lo consideraba un inútil, pero no es así, el gran talento del oji violeta si existía, y lo estaba presenciando de primera mano con los meses que transcurría.

"¡Aún puedo seguir!"

El Bael lanzó un golpe al rostro del castaño quién iba a esquivar, pero nunca se espero que esto fuera una finta y verdaderamente Sairaorg intentó golpearlo con un rodillazo en su estómago. Gorou detuvo el ataque entrante con sus mano y con un cabezazo golpeó la frente del pelinegro quién cayó derrotado al suelo.

'Es demasiado fuerte.' Pensó el oji violeta.

Pasaba el tiempo y aunque si encontraba mejora no se veía ganándole al castaño quién era su maestro, simplemente el abismo que los separaba era abismal y por más que quisiera no podía ni siquiera tocar a Gorou que nunca se había visto obligado a peleado enserio con él. Esto frustraba a Sairaorg día tras día, quería ser fuerte, más fuerte que nadie para así ganarle a Issei, su rival y amigo.

"Pudiste confundirme con la finta, eso es un gran progreso." El castaño mayor se agachó frente al derrumbado Bael. "Sigue así, sé que serás más fuerte que nadie." Poniendo su mano en la cabeza de Sairaorg revolvió su cabello.

El peli negro al oír lo dicho por Gorou quedo en Shock por algunos segundos antes de curvar sus labios en una sonrisa. Esas palabras siempre las quiso escuchar de la boca de su padre Lord Bael al menos una vez en su vida, pero aunque no fue cómo el quería esto de igual manera lo hizo feliz.

"Gracias.... Gorou-semsei..."

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Mundo humano.
Italia-Roma.
Vaticano.
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El Vaticano es una ciudad y estado que se encuentra situada en el corazón de Roma. La ciudad del Vaticano es mundialmente conocida por ser el centro neurálgico de la Iglesia Católica. Dentro de éste mismo e inmenso lugar se encuentra una monja rezando arrodillada ante una Cruz, ya estaba ahí desde hace media hora aproximadamente, seguramente esperando algo.

Las puertas del inmenso salón del Vaticano se abrieron de par a par y del mismo ingreso un sujeto que la monja sólo pudo describir como una montaña de músculos de dos metros, su rostro estaba lleno de arrugas y era calvo, dejando notar a leguas su edad de anciano aunque su cuerpo de musculatura abismal no concordaba con su edad de más de 80 años.

"Vasco Strada." Susurró la monja.

"Griselda."

El ahora conocido como Vasco Strada sostenía con su mano derecha el mango de una espada rota mientras a su lado una adolescente de aproximadamente 14 años peli azul se encontraba con una expresión despreocupada.


"Durandal." Musitó la hermana de la iglesia. "¡¿Cómo fue que la rompiste?!" Con un grito exigió respuesta.

Originalmente la espada de Héctor, él la convirtió en la lanza Durindana, y después de que perdió sus rasgos como una lanza, se convirtió en Durandal. Más tarde se dijo que un ángel se la había concedido al rey Charlemagne del imperio franco antes de que fuera otorgada a Roldán o Roland cómo se le conocía más comúnmente. Se observa como el símbolo de la Batalla de Roncevaux Pass mencionado en la Canción de Roldán. Aunque este último intentó romper la espada cuando estaba al borde de la muerte para evitar que cayera en manos de los sarracenos, resultó ser imposible debido a la propiedad indestructible de la espada y terminó por romper la piedra donde la golpeó. Más tarde apareció prominentemente en las leyendas de Charlemagne, actuando como un símbolo de la valentía de su anterior portador. Mandricardo la usó brevemente después de que Roland la dejara.

Durandal no era ninguna broma, desde que Héctor, el primer portador del arma perdiera la vida los Ángeles tomaron la espada que se había convertido en una leyenda y la forjaron desde cero convirtiéndola en la Durandal que se conoce actualmente. Un [Noble Fantasma de Rango A+] que estuviera rota ahora a sus ojos fue una gran ofensa y sorpresa para Griselda quién tenía una mirada perdida.

"Sólo luche contra un Demonio de Clase suprema en Alemania que andaba haciendo cosas turbias por ahí, Xenovia se divirtió mucho ¿verdad?"

El hombre con músculos sobre los músculos bajo su mirada para ver a la chica peli azul que asintió con su cabeza en confirmación. Por otra parte la hermana Griselda Quarta como se le conocía estaba con sus ojos bien abiertos al escuchar eso, ¿había logrado derrotar a un Demonio de Clase Suprema? No importaba si era el Exorcista más fuerte y quién mayor potencial podía sacarle a Durandal, seguía siendo un humano y un viejo decrépito de 82 años, era imposible que lo logrará.

"¡Eso es imposible! ¡Sólo escuche que tu mejor hazaña era haber podido derrotar a tres demonios de clase alta la mismo tiempo!"

"No sabes mucho sobre mi fuerza Griselda-chan." Comentó el viejo Calvo.

"Primero que todo, ¿cómo fue posible que te encontrarás con un Demonio de Clase suprema si esos diablos son bastante escasos y los pocos que hay andan en el Inframundo?"

No era una exageración lo que salía de su boca, los demonios de Clase suprema eran contados con los dedos por lo raro que son, uno de ellos nace cada Mil quinientos años y no era común que los utilizarán en batallas, cada conflicto que haiga entre alguna de los Clanes se resolvía sí o sí sobre la mesa, nadie estaba dispuesto a desperdiciar las vidas de sujetos tan absurdamente poderosos como ellos quiénes eran vistos cómo bombas nucleares en posesión de algún país que pasaban a ser temidos gracias a su poderío nuclear por decirlo de alguna manera, siendo usados cómo meras armas de intimidación para la persuasión del enemigo.

"No bromeo, enserio exorcice a un demonio de Clase Suprema, era fuerte, me obligó a usar el 77% del poder de Durandal aunque en un descuido golpee la hoja del arma con mi cabeza y se rompió jajajajaja..."

Una gota de sudor bajaba por la frente de Griselda quién se preguntaba que tan roto estaba el exorcista más fuerte cómo para romper a Durandal con el simple choque de su cabeza, sin duda no era un humano común y ciertamente le tranquilizaba el saber que un monstruo cómo el estaba del lado de la Iglesia, tenerlo como enemigo fuera sido bastante o mejor dicho seriamente problemático.

"Cómo sea, ya que me traístes a Xenovia podemos continuar con el entrenamiento, tuvo que aprender mucho al observar luchar al mejor exorcista del Vaticano."

"En realidad eran tan rápidos que ni los vi." Fueron las palabras de Xenovia. "Lo que significa que no aprendí nada y por lo tanto me tomaré este día de descanso."

Dándose media vuelta con una velocidad divina la peli azul pensaba huir de su madre adoptiva pero fue inútil cuándo sintió que algo golpeó su cabeza haciéndola caer duramente de cara al piso.

"¿Adónde crees que vas niña malcriada?" Con una voz bastante oscura Griselda tomó del cabello a Xenovia levantándola a la altura de su cara. "Vamos a entrenar te guste o no."

Vasco por su parte sólo sonrió nervioso por aquella situación pero al segundo siguiente camino en una dirección alejándose de madre e hija que tenían un momento bastante macabro. La monja exorcista notó esto y alzó una ceja en confusión al no comprender en dónde se dirigía el anciano súper musculoso.

"¿Adónde vas?"

"¿Pues dónde más? Voy con el Santo padre para que me ayude con Durandal, ¿no pensaste que la iba a dejar así rota ¿no?"

Griselda esposó una mirada de comprensión y suspiró, sin decir nada más arrastró a su hija adoptiva hacia la salida del lugar para llevarla a entrenar, por parte de la pobre Xenovia está pataleaba sin cesar cómo si fuera un animal que cayó en la trampa de su depredador.

"¡Pero Griselda Oka-sama! ¡Sin Durandal no puedo entrenar!"

"No te preocupes, usaremos a Excalibur Destruction que también se acopla muy bien a ti."

"¡¡¡¡¡Señor ayúdame por favooooooor!!!!!"

Los intentos de Xenovia por persuadir a la exorcista fueron inútiles y al final terminó entrenando con ella todo el día con ayuda de Excalibur Destruction, fue una tortura sin duda alguna y cuándo llegó la noche la peli azul sintió que sus huesos rotos poco le ayudaban a dormir, lo peor de todo es que no pudo cerrar los ojos y al final tuvo que seguir con su entrenamiento al día siguiente sumado al sueño que sentía.

'¿Cómo estará Irina?'

En su entrenamiento esa pregunta se le vino a la mente, la curiosidad por saber que estaba haciendo su amiga sumado al sueño y fatiga que sentía en ese momento causaron que bajará un poco a Excalibur Destruction dejando bastante aberturas en su defensa.

"¡Concéntrate!" La voz de Griselda sacó de sus pensamientos a Xenovia.

Viendo el cómo su madre se acercó a ella con una espada de luz la puso nerviosa y lo único en que pensó fue en cubrirse con el plano del Espadón que tenía en mano, para su desgracia Griselda acercó su arma a las manos de Xenovia que tomaba fuertemente el mango de la Excalibur haciendo que los dedos de la chica se quemaran por el elemento de Luz caliente y al no soportarlo más terminó soltando a Destruction siendo desarmada. La exorcista no se detuvo ahí y lanzó un corte al cuello de su hija adoptiva la cuál se le puso la cara transparente como un fantasma y en un acto reflejo de pura suerte logró agacharse pero desgraciadamente su cabello azul largo terminó siendo cortado.

"¡¿Pien-piensas matarme?!" Exclamó Xenovia con un su expresión pálida por el haber estado cerca de la muerte.

"Sí. Es lo menos que te mereces después de que te haiga desarmado de una manera tan ridícula, ¿acaso los 7 años que te estuve entrenando no sirvieron para nada?"

La exorcista peli azul se encontraba de trasero en el suelo mirando a su madre y maestra frente suyo parada de manera que transmitía respeto y terror a aquellos que estuvieran cerca de ella. Griselda era una mujer de unos 24 o 27 años que trabajaba cómo exorcista del Vaticano, es rubia de ojos azules con rangos occidentales y americanos que la hacían parecer una hermosísima actriz de película, tiene unos pechos ridículamente grandes, una parte trasera voluptuosamente firme, piernas de infarto y unas caderas ridículamente anchas sumando todo eso con su vestido de exorcista bastante revelátivo que dejaba a la imaginación, parecía una belleza inalcanzable y de hecho así lo era.


Aunque la rubia es muy bella era todo lo contrario en su fuerza y habilidad, cómo una de las mejores exorcistas del Vaticano sus habilidades con la espada, revólveres con balas de oro puro bañadas en elemento sacro, conocimiento en magia, lucha cuerpo a cuerpo, el uso correcto de su cerebro en la pelea, entre más cosas eran suficientes cómo para que se pudiera enfrentar con demonios de clase alta y salir viva a pesar de ser una humana.

Los clase alta eran los diablos que más renombre y poder tenían en todo el Inframundo, la influencia y palabra de estos era absoluta ante el bajo rango que para ellos eran escorias obedientes. Si comparamos la fuerza de uno de estos diablos de niveles altísimos con la de un humano era algo ridículo y sin punto de comparación, un golpe de uno de esos poderosos seres sería suficiente cómo para dejar cuadripléjica a Griselda o hasta matarla, claro, si el Vaticano no fuera evolucionado en su forma de exorcizar a demonios.

Al ver cómo los demonios se volvían más poderosos con el paso del tiempo decidieron también mejorar, adaptándose más a ellos y con ayuda de la tecnología que iba creciendo a pasos a agigantados la implementaron a aquellos guerreros al servicio de la Iglesia. Ya no eran sólo pistolas de balas benditas, sino que junto a ellas se utilizaron las espadas de luz que fueron bastante efectivas, el traje de pelea de los exorcista de igual manera se vio mejorado y ahora con ayuda del uso de runas nórdicas eran cómo escudos que protegían el frágil cuerpo de un humano de ataques comparables al de un Clase Media, algo increíble para la época.

Aún así habían aquellos guerreros, humanos no con fuerza bruta porque sería imposible, pero si con habilidad para el combate que era suficiente para meter en problemas a Demonios y hasta matarlos si tenían las suficientes habilidades. Era increíble el ver como la rama más débil de la existencia evolucionaba y se volvía no más fuerte, sino más astuto e inteligente cómo para asesinar a seres que los matarían con un simple golpe simplemente explotando los puntos débiles del adversario.

"No es que el entrenamiento no haiga servido, es que estoy preocupada por Irina, hace dos semanas fue a una misión y no ha vuelto."

"No te preocupes por ella, mira el lado bueno, si muere estará en el cielo junto a los Ángeles y Dios gozando de una buena otra vida."

"Su-supongo que tienes razón Griselda Oka-sama." Se rasco Xenovia la cabeza. "¡Espera un momento! ¡Santo cielo! ¡¿Y mi cabello?!"

"Ah, sobre eso, lo corte. Fue tu culpa, nadie te dijo que te desconcentrarás."

Xenovia por su parte se puso a llorar mientras tomaba el cabello azul que estaba en el suelo después de haber sido cortado, deprimida de seguro no saldría de su habitación por unos largos meses.

Fin del capítulo.

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