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[3]

Sona no sabía cómo se había metido en esta situación.

Todo había comenzado cuando anuncio a su prometido que ya había llegado a la casa, abriendo la puerta con la llave que tenia como regalo de su prometido. Solo poner un pie en la casa y ya tenía a su prometido abrazando sus piernas con lágrimas de alivio, eso la confundió y sorprendió al no entender que pasaba. Hasta que alzó su mirada.

En primera, sus padres simbólicos habían venido de visita de forma sorpresiva, como siempre la amable Miki y el estricto sargento militar, Gorou. En segunda, la hermana adoptiva de Issei que pronto se volverá también su cuñada (aún cuando suene raro) estaba también ahí, pero como siempre, tenía sus mejillas hinchadas. Claramente estaba celosa ¿eran celos de hermana o algo más? No lo sabía y tampoco le importaba a decir verdad, puesto que si era la primera posibilidad, era algo normal, se ha visto varias veces y eso era algo pasajero. Pero si fuera la segunda, pues ahí si habría un ligero problema, para ella. Sona sonreía de forma ligera de forma amable, cosa que sólo sus futuros padres se creyeron, más no la rubia. Sabía que Sona estaba fingiendo y esa sonrisa amable, en realidad era una de burla dirigida hacia ella. La verdad eso la hacía enojar un poco, pero no podia hacer más que bajar la mirada resignada y morderse el labio. Entendía muy bien lo que pasaba con ella, si, lo admite, ella eligió mal por ser una jovencita tonta, manipulable e ingenua. Pero ya no podía hacer nada, Jura sería su próximo esposo y no había nada que pueda hacer para evitarlo, porque no era posible que Issei vaya a luchar contra su propio hermano por ella, después de todo solo era un humano común y corriente, además de que no posee conocimientos sobre el mundo sobrenatural. A veces se pregunta ¿porque se lo ocultan a Issei? Talvez era para protegerlo de los peligros de los mundos a los cuales pertenecían, de todas maneras a pesar de aceptar que se equivoco y no podía reparar su error, no podía evitar ponerse un poco molesta. Pues Sona le sonreia de forma descarada y directamente al saber que le pasaba, le restregaba en la cara que era su mujer y no ella. Eso la fastidiaba bastante y eso Sona lo disfrutaba, pues vio a quien una vez desecho su amor por su prometido por su gemelo. Ahora arrepintiendose al no tener ninguna oportunidad al pronto estar casado.

Si, Sona era una mujer caprichosa, engreída y vanidosa, todo en su interior. Pero siendo sinceros ¿que mujer no lo es? Añadiéndole tambien un plus del hecho de que era una demonio de clase alta.

Si era sincera, le agradaban los tres, aún cuando Asia desarrollará de forma tardía sentimientos por su prometido, no podía sentir odio hacia la rubia. Puesto que no habían motivos para hacerlo, ella estaría prontamente casada con Jura al igual que ella con Issei, así que no había peligro. Issei quería a Asia, pero aprendió a cambie exitosamente su amor romántico a uno fraternal ¿como lo hizo? No lo sabía, pero lo logró. Ahora para Issei, Asia es su muy querida hermana menor y eso fastidiaba a la rubia y le daba gracia a la pelinegra. Ojala su diversión siguiera así por mucho tiempo mas. Sus suegros, no podía decir nada negativo de ellos, excepto que Gorou era extremadamente estricto, como todo un militar, siendo toda su familia tambien "víctima" de sus temperamento y personalidad, excepto su esposa e hija menor. Pues solo Issei y Jura fueron criados como si fueran casi soldados, siendo su madre la del amor, comprensión y ternura. Su padre era la seriedad, severidad, disciplina y valor de la familia Hyoudo. Claro que no significa que era un maldito con sus hijos, pues les daba amor a su modo, pero la que si se llevaba su amor de forma indispensable, era su hija menor, la consentida de su padre. Algo que sus hijos veían con ligeros celos y envidia, no les parecía justo, pero era lo que había, además de ser un poco comprensible. Era científicamente comprobado que los padres tienen un sentido de protección aún más avanzado por sus hijas que por sus hijos, era como un sistema natural de protección. Sin duda en la familia Hyoudo era más beneficioso ser mujer que hombre y el destino más agradable y llevadero de la única hija del matrimonio era prueba suficiente para comprobar aquello.

Pero volviendo con Sona, ella sabía que su futuro esposo no se sentía muy cómodo con ellos ahí presentes, bueno, con su padre siendo más directo y sin querer se cruel con el (bueno, talvez un poco) puesto que su madre y Asia siempre fueron buenas y amorosas con el. Nunca ha querido quedarse a solas con su estricto padre, era incomodo para el, sentir sus miradas y palabras duras. Era como si estuviera juzgandolo por cualquier cosa y no se equivocaba del todo.

---Padre, madre. Pequeña Asia---mencionaba lo último con ligera burla para molestara, cosa que al parecer funcionó. Pues una. Vena resaltó de su frente a pesar de tener su siempre sonrisa inocente---es muy agradable verlos este día.

---Dilo por ti ¡uf!---susurraba incomodo, hasta que sintió un disimulado golpe de codo en sus costillas. Siendo la culpable su prometida que nunca dejó de sonreír---d-digo lo mismo jeje.

Gorou vio con respeto a su nuera, no sabia que dijo su irrespetuoso hijo, pero Sona lo puso en su lugar. Esa mujer tenía carácter y por eso le agradaba bastante, podría poner recto a su hijo tonto. Algo que talvez necesite en estos momentos.

Y admitía que Jura también, pero más severo. Solo esperaba que Rias y las demás pudieran ponerlo recto.

---Dime Sona---comenzaba a hablar el padre ante de beber su café---¿nuestro tonto hijo te ha causado problemas?

---Oye...---trato de hablar con una vena pulsante en su cabeza.

Sona suspiro.

---A veces me causa problemas y tensiones, ya sabe. Es bastante imprudente en su trabajo---cada palabra de Sona, eran como flechas que atravezaban su alma y ego. Pero Sona sonrió---aún así, amo a este imprudente. No puedo decir nada contrario a esto.

Issei se sintió conmovido, Sona era la mujer perfecta ¿que hizo para merecerla? No lo sabía, pero que bueno que lo halla hecho. Porque tenía la suerte de tener a esta perfecta mujer como su futura esposa.

Sus padres no podían pensar lo contrario, esa chica en serio era perfecta para su hijo. Se notaba que aceptaban a la pelinegra como una nueva hija, Miki sonreía enternecida al recordar sus tiempos de jóvenes entre ella y Gororu, el mencionado estaba sonriendo ligeramente al saber que su tonto e imprudente hijo tendría a una buena mujer que lo amaría y por sobre todo, lo protegería. Porque sabía que ella siendo una futura líder de una de las familias nobles del infierno, podría mantenerlo a salvo de todo lo sobrenatural que intenten contra el. Pues siendo el hermano del Pilar de las facciones, podrían querer usarlo para llegar a el. Puesto que era solo un humano que pueden usar a sus anchas al no tener poderes.

Pero sin que ellos supieran, de hecho Issei no necesitaba protección. El solo bastaba y sobraba.

Aunque de hecho si estaba genuinamente feliz por la felicidad de su futuro hermano legal, Asia también sentía incomodidad y por supuesto, celos. Hubiera decidido mejor las cosas, pensarlas de diferente manera, pero no. Ella se aferro a Jura por todas las acciones que él tomó con ella, incluso sus padres legales le aconsejaban que pensara bien las cosas, pues hasta ellos sabían que estaba cometiendo un error. Sabían que el amor que Asia erróneamente creía sentir por Issei, no era fraternal, era romántico. Pero ella no lo queria ver ni admitir.

Fue demasiado tarde cuando logró descubrir, reconocer y aceptar dichos sentimientos, pero ya era tarde. Se había comprometido con Jura, ella sabía que la había cagado y no podía hacer nada ya. No podía cancelar su compromiso con Jura y tratar algo con Issei, pues eso sería muy mal visto por todos y pondría al castaño menor en peligro por las represalias de terceros. Así que entendiendo que fue por su propia culpa, acepto el erróneo destino que ella mismo se creó en su ensañamiento por Jura. Resignada decidió velar por el bienestar y felicidad de su verdadero amor.

Pero eso no significa que no doliera.

---Ademas me he dado cuenta de que es demasiado torpe como para dejalo solo---con esas inocentes palabras, destrozó las emociones de Issei. Aunque los demás pensaban lo mismo que ella---no sobreviviría si no estoy ahí para el.

---Ay mi corazoncito---internamente el castaño lloraba ¿así lo veían todos? Al parecer si---se que soy un poco imprudente pero ¿en serio tienen esa visión de mi?

---Veo que las cosas no han cambiado---decía Gorou con una sonrisa de satisfacción y de brazos cruzados---eso nos genera mucha alegría y calma de que podrás cuidar de este descuidado hijo nuestro.

---Pinche mamon 💢

---Es un buen chico---ahora hablaba Miki llenado de alegría a su hijo---como dicen por ahí "detrás de cada buen hombre, hay una gran mujer" esto se demuestra---señalaba a los dos que sonreían ante aquel cumplido---puedo ver la gran vida que ambos van a tener.

---Eso lo se---decía Issei y bajo la mesa, para Sorpresa de Sona, este tomó su mano. Pero segundos después entrelaza sus dedos con los de el---me encargarte de hacerla lo más feliz posible---declaraba para felicidad de la misma Sona, solo que como siempre, no lo demostraba en el exterior. Pero en el interior era un caso bastante distinto.

---¡YEEEEEEEEEEEEEEI!

Una chibi Sona brincaba alegremente de aquí para allá dentro de su mente.

En el exterior, Sona se veía igual, solo que con un sonrojo ante aquella declaración de su prometido. Arreglaba sus lentes con sus dedos de forma ligeramente torpe, un tic que todos conocían de ella. Eso hacía cuando estaba muy nerviosa o feliz.

Todos sonreían al verla en ese estado tan adorable.

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Rias llegaba a la mansión Hyoudo con cansancio, ya sea físico o mental o ambos al mismo tiempo. Las palabras de Sona le habían golpeado muy fuerte, ella sabía que no lo decía por maldad, así no era ella, solo era demasiado franca y directa por el bien de quien la oyera. Así era ella.

Solo dejó su bolso a un lado y se sentí pesadamente en el sofa de la recepción, para segundos después, caer de lado acostada sobre el. Este sofa tenía historias.

Recordaba varias veces en el pasado, cuando su mente ingenua (y admitía que egoísta y mimada) pensaba que todo era miel sobre hojuelas. Al ser parte de una familia de nobles, tenía una vida privilegiada y sin problemas. Claro que exceptuando el hecho de que estaban por usarla como moderna de cambio por estatus con un patán lujurioso, pues eso ya lo perdono y sus padres aceptaron sus fallas. Ahora debería ser feliz, pues tenía amigos verdaderos, una familia amorosa y que respeta sus decisiones y un prometido poderoso y que se amaban mucho. Eso debería ser así.

Pobre ingenua.

Es verdad lo que dijo, al menos solo las dos primeras partes. Porque la tercera, tenía sus dudas. Tenía demasiadas en realidad.

Su amor antes ardía con la intensidad de un volcan en erupción, pero actualmente ahora solo había una llama corta. Ahora solo el tiempo y el destino decidirían si aquella llama se volvería un incendio o se apagaba de forma definitiva, Jura era el causante de una parte del problema y admitía que ella era la otra. No queria meter a las demás, porque al parecer ellas no tenían ningún problema con la escasa relación que tenían con el portador de Ddraig. Debía admitir que eso era algo muy penoso y no quería decirlo, pero también era algo patético. Era como si les encantará humillarse frente a él ¿Acaso llamar su atención era algo demasiado importante? Creía que no valía tanto la pena al final y por eso Akeno ganaba la mayoría de las veces, pues Rias ya no tenía esas ganas de luchar por el. Porque además de empezar a sentir verguenza de su infantil comportamiento, sentía que Jura no daba de su parte. Era como si fuera un emperador romano viendo un espectáculo en un coliseo.

Y eso no le gustaba a ella ¿Acaso era una especie de bufón ante sus ojos? Pues lo sentía, porque Rias Gremory no era la payasa de nadie. Tal vez por eso era que su relación con Jura se había desnivelado estos últimos años, pues era algo frío con ella. Si era así, es una lastima, pues ella no iba a comportarse como una adolescente desesperada por la atención de un joven apuesto. Ya no era esa niña inmadura o al menos ya no tanto, porque aún tenía ligeros arranques de ira cuando la molestaban demasiado. Pues aún no le gustaba que se metieran tanto con ella, en serio amaba a Jura y gracias a eso era que lo había soportado todos estos años, pero ya estaba perdiendo la paciencia y empezaba a no soportaba ese comportamiento tan superior que había adquirido durante el descubrimiento y ascenso de su sacred gear. Cosa que empeoró actualmente con todo ese poder y estatus que había obtenido por sus hazañas y poderes, pero no era un bocazas que humillaba a todos. Era arrogante, superior y algo vanidoso, pero se preocupaba de los demás a su modo, sus poderes y habilidades no nublaban su juicio y tomaba muy en serio su papel como pilar de las facciones. Todo eso lo volvían alguien perfecto para la alianza.

Eso no podía importarle menos, con o sin poder y títulos, ella amaría sin dudar a quien lograra robar su noble y amoroso corazón. Así era ella y talvez eso fue lo que la metió en este mar de temores y dudas.

---Tantos recuerdos que pasamos aqui---mencionaba con una mirada nostálgica y acariciaba un poco el mueble donde se acostaba---¿Acaso algunos de esos fue falso?

Ahora que lo pensaba bien, en cada recuerdo, eran ellas quienes se acercaban a él para comenzar distintas cosas. Charlas, besos, caricias y otras cosas ¿Alguna vez tomó siquiera la iniciativa? No lo recordaba en lo absoluto, si lo mengalizaba bien, era como un dueño llegando a su hogar y sus mascotas llegaran a recibirlo con alegría. Esa comparación la enojaba un poco, pero no podia llevarle la contraria. Era demasiado similar.

Tenia varios recuerdos que le daban mucha lástima y culpa dentro de si, en cada uno de ellos, tenía a Issei como protagonista. Muchas veces eran cuando en este mismo sofa, veía confundida a un Issei fingiendo su tristeza con una ligera sonrisa, cuando ella y las demás, llenaban sin pena ni gloria a Jura de mimos, caricias y palabras de amor. En ese entonces, ella no estaba al tanto de que Issei estaba enamorado de ellas, eso lo supo mucho tiempo después. No podía imaginar ver a la persona que ama ignorandola sin querer, para mostrarse amor con la que sí es dueña de su corazon. Eso le hacía preguntarse varias veces ¿por cuanto tiempo tuvo que soportar el sufrimiento de su corazón partió y como pudo hacerlo? Issei era una persona noble con un espíritu y corazón fuertes, porque si lo comparaba con ella, Rias admitía que habría caído en una depresión de la que hasta el día de hoy saldría, pero el siguio adelante y superó todo aquello que lo hizo sufrir sentimentalmente. Eso solo hacía que lo admirara aún más dentro de su mente y alma.

---Sufriste tanto tiempo por nuestra culpa---mencionaba con pena al recordar lo que alguna vez sintió por ellas y tuvo que obligadamente olvidar para no seguir sufriendo por un amor no correspondido---perdoname por no haberme dado cuenta antes, por no verte más que mi mejor amigo. Por no amarte como te lo merecías.

Luego se sentó y suspiro resignada, no había nada que pudiera hacer, Issei estaba con Sona y era su prometido. De hecho se sentía genuinamente feliz de que halla encontrado la felicidad, se lo merecía después de todo lo que sufrió con ellas. Se sentía estúpida por nunca haber visto el dolor de su mejor amigo, de hecho ¿podría seguir llamándose así? Porque apenas Jura le dijo palabras lindas y dulces, su relación casi quedó en la inexistencia y se volvió sumisa Jura, su amistad con Issei se quedó relegado a un sitio sin importancia. Recién se llegó a enterar de su compromiso este año ¿tanto lo había abandonado? Se sentía de lo peor, porque no estaba al tanto de algo tan importante. En compensación le deseaba toda la felicidad posible del mundo.

Aunque debía admitir, que le daba un mal sabor de boca que sea Sona quien ahora lo tenga a él. No sabía el porqué, no, de hecho si lo sabía, sólo que no lo quería admitir en voz alta y era obvio y se sentía estúpida por no haberlo aceptado en su tiempo. Solo podía resignarse a su vida como ella misma la eligió.

---¿Rias? Ya has vuelto---una sonriente Akeno llegaba bajando las escaleras---no notamos cuando llegaste.

---Si, no quería molestarlas. Solo quería lanzarme al sofa---respondía estirandose y sentándose en el mueble---he estado sintiendo mucha presión y tensión por todo lo que hemos estado viviendo---era una ligera mentira, pues si bien la universidad y cosas sobrenaturales la tenían muy estresada, había algo que la tenía aún más pensativa y desmotivada. Tenía que ver con el hermano menor de su prometido.

No sabía el porqué, pero sintió una gran incomodidad al mencionar aquello. Esa palabra que antes le generaba tanta felicidad, ahora le generaba dudas. Así como toda su vida en general.

---Te entiendo, yo estoy igual. Pero no es nada de una taza de café no solucione---mencionaba Akeno y se le vino una idea---creo que preparare un poco en este momento ¿deseas también?

---Si, por favor. Estaría muy agradecida.

Akeno no dijo nada más y se fue a la cocina, Rias veía a su reina, la verdad es que había cambiado un poco ¿era en serio que Akeno ahora prefería el café en lugar del té? Eso era algo un poco sorprendente, pues casi rompía su imagen de Yamato nadeshiko [la representación de la mujer japonesa perfecta] aunque para los extranjeros, eso no era tan importante. Recordaba cuando dejó de beber té, cambió al café cuando se entero que a Jura le gustaba dicha bebida. Nunca la bebió porque algunos decían que era muy amargo a pesar de los endulzantes que le pusieran, así que nunca se atrevió. Pero viendo como Jura lo bebía sin problemas, quiso intentar lo mismo que su prometido. Esta demás decir que le gustó bastante, ahora era casi imposible el verla sin una taza de café caliente a su lado, preparaba té para los demás y dicha bebida negra para ella. Podría decirse que se había vuelto una adicta a la cafeína y no la podía juzgar, pues dicha bebida la había ayudado bastante en su vida. En especial durante sus dolores de cabeza causada por su agitada vida.

Eso la llevó a preguntarse ¿que tanto habían cambiado ella y todos quienes la rodeaban? Era una muy buena pregunta que nadie podía responder.

¿Tan ciega estaba en ese amor? Al parecer si y ahora que estaba abriendo poco a poco sus ojos, podía observar la verdad. No iba a mentir, dolía y mucho, se había perdido tanto por seguir su encaprichamiento y enamoramiento por Jura, que al parecer se había perdido varios momentos importantes y otros no tanto. Eso la hacía molestar por ver que en serio se había vuelto una mujer bastante inmadura y terca como si aún fuera una adolescente.

---Aqui tienes---Akeno llevaba ambas tazas el café en una charola---cuidado que aún está caliente.

---Gracias---dijo tomando la taza y soplandole para enfriarlo lo suficiente como para tomarlo aunque eso no funcionó del todo---¡oh! En serio esta caliente jaja---decía tras haberse quemado un poco la lengua.

---Te lo dije---mencionaba una divertida Akeno para luego también tomar un poco de café, solo que esta si estaba más acostumbrada al café caliente. Por lo que fue un alivio para ella---esto es relajante.

---Si que lo es---admitía dejando que aquella bebida caliente pasar su garganta hasta su estomago---¿Dónde se encuentran las demás?---preguntaba al no sentir las presencias de ninguna de las chicas ni sus próximos padres legales.

---Bueno, las chicas salieron a hacer sus cosas. Yo no tenía nada que hacer y por eso me quedé aquí---mencionaba recordando lo quw había dicho las chicas y sus planes---mientras que los padres de Jura y Asia fueron a visitar a Issei, estaban muy preocupados. Por eso del incendio del día de ayer---suspiro al sentirse preocupada por el castaño menor, pues ella también vio las noticias. Se llevó un bien susto---hubiera querido ir, pero me enteré tarde que iban a visitarlo. No puedo ir a su casa ahora porque sería algo incómodo llegar de sorpresa.

Rias lo admitía, se sentía igual que Akeno en estos momentos. Ahora deberían estar en una reunión familiar y ellas estarían de más.

---Eso es verdad---respondía la pelirroja también preocupada, pero entendiendo la situación. Aunque eso no significaba que su preocupación bajara ni un poco---ya les preguntaremos cuando vuelvan.

---Supongo que si---respondía un poco aliviada al recordar que pronto volverían de su visita al hijo menor---oye Rias, tengo una duda que me esta carcomiendo desde hace tiempo. Espero me la puedas aclarar---decia cambiando a una mujer seria y dejando su taza en la mesa frente a ella.

Rias estaba sorprendida y confusa por el repentino cambio de ánimo de la pelinegra miko.

---Eh, claro. Te responderé lo que desees si esta en mis conocimientos---respondía un poco nerviosa, pues la mirada de su reina era algo penetrante. No entendía que le pasaba de un momento a otro.

Akeno suspiro, tratando de encontrar las palabras adecuadas para cuestionar a su rey. Pero debía aclarar sus temores y dudas que esta misma le había engendrado con su dudoso comportamiento de estos días.

Solo esperaba que sus temores no sean reales o Rias tendría muchos problemas con las facciones.

---Dime, tu....---no tenía el valor para seguir, pero no había marcha atrás. Así que respiro profundo y prosiguio---¿aún amas a Jura?

---¿E-Eh?

Rias quedó petrificada ante el cuestionamiento de Akeno, no se lo espero. Fue algo bastante sorpresivo en realidad.

Y lo peor era que no sabía que responder.

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Situacion incómoda y momento incómodo, eso era lo que sentía Issei en esos momentos. En esos momentos desearía no haber aceptado las vacaciones que le dieron.

Issei se encontraba sentado en medio de la sala, no estaba solo, pues su padre se encontraba ahí sentado frente a él, con una mesa en medio de ambos. No sabía cómo comenzar una conversación, no tenía temas en su mente y las que tenía, no sabía si le interesarían a su padre. Su prometida, madre y hermana simbólica se encontraban en la cocina preparando el almuerzo, aún cuando Issei prácticamente le rogó a su primerida que les permita ayudarlas al saber cocinar, pues el sabía hacerlo perfectamente. Las tres se negaron de forma rotunda alegando de que necesitaba descansar de su trabajo.

Claramente esto fue una artimaña de las tres, pensaban que esos dos necesitaban tiempo juntos para convivir como padre e hijos que son. Solo que al parecer no estaba saliendo como estaba planeado, pues se notaba que Issei estaba nervioso, su padre, obviamente no. El era un severo y estricto militar entrenado por años, hasta que se júbilo. Pero que se halla retirado, no significaba que se halla perdido su personalidad o rutina. Hasta parecía que se había fortalecido aún más, algo que lo agobiaba a él y a su mellizo. Lastimosamente sólo el debía sufrir en este momento, pues Jura se encontraba al otro lado del mundo cumpliendo su dueño. A veces se maldecia por no haber tenido un sueño similar y así estar lejos de toda esta incomodidad, pero luego desetimaba dichos pensamientos estupidos. Pues estaría lejos de su familia y por sobre todo, no estaría comprometido con Sona. Ese era uno de sus más grandes motivos para no salir huyendo de su temible padre.

Pero entonces ¿que podría hacer ahora? No creía que su padre este animado o ansioso de iniciar una conversación, su rostro severo con los ojos cerrados y brazos cruzados, no denotaban lo que se llamara "ánimo e interes" aunque debía ser justo, su padre siempre había tenido ese rostro y personalidad de tener metido un palo en el culo.

Pero entonces ocurrió un milagro.

---Entonces....¿Como te ha ido en la vida?

Pues su padre fue quien comenzó una conversación, eso fue sorprendente al este nunca iniciar nada. Eso lo dejó mudo de la sorpresa por unos segundos hasta que volvió en sí y se digno en responder.

---P-Pues, bien. Eso creo---respondió Issei un poco dudoso en cómo responderle a su padre sin ofenderlo por accidente.

---¿Llamas bien a casi morir envuelto en llamas?---preguntaba con una ceja alzada dudoso de su respuesta.

---Bueno, son gajes del oficio. Tu sabes---respondia Issei rascándose la nuca sin saber que más decir---debes entenderlo, tu anterior profesión era peligrosa también. Eras militar después de todo y ahora eres un detective de la policía retirado.

Un silencio incómodo nuevamente reino en el lugar, pues ambos se quedaron callados. Issei se puso nervioso al sentir que la había cargado de algún modo, su padre era alguien demasiado estricto como para dejar pasar este tipo de "atrevimiento" de parte de su hijo, así que ya se estaba preparando para un fuerte regaño por parte del militar Hyoudo, esos que duraban horas y que amenazaban con dejarlo sordo o llevarlo a la locura en cada ocasión, pero milagrosamente no ocurrió nada. El patriarca solo se mantenía en silencio, jugando sus manos, sin duda estaba algo tenso. Pero era algo sorprendente el verlo en dicho estado.

La reacción de Gorou fue el de un suspiro melancólico cuando salió de su trance reflexivo.

---Si, lo entiendo perfectamente bien. Más de lo que crees hijo mio---admitía el castaño mayor observando el suelo con una mirada melancólica y una ligera sonrisa similar---he herido varias veces a tu madre desde que volví a las armas.

---¿Que?

---Antes de que te obtuvieras tu profesión, tu madre lo ocultaba, pero ella lloraba de preocupación. Todo por mi culpa---mencionaba un poco triste de recordar aquellos momentos en donde su esposa ocultaba sus miedos y dolor con una sonrisa amorosa---ella no sabía cuando le llegarían con la noticia de que me han disparado y herido o peor, sus tensiones y miedos eran diarios. Todo eso soporto por varios años sin que yo me diera cuenta---decia riéndose no de gracia, sino de incredulidad. Es increíble que no logrará ver lo que su esposa sufria---recién me enteré no hace mucho de toda su situación.

---Entiendo---decis el castaño sin saber que más decir---¿Como te enteraste?

---Por Asia.

---¿Que?

Gorou suspiro, la verdad era que no estaba cómodo ni a gusto relatando esto, pero la verdad era que sentía culpa. Bastante en realidad, pues no le gustaba reprimir sus culpas. El ejército no lo entreno ni preparó para este tipo de situaciones.

Issei estaba atento a las palabras de su padre, se notaba que había estado guardando todo esto por varios años y necesitaba sacarlo dentro de si. Por respeto a él, dejaba que soltara todo lo que guardaba sin decir nada ni juzgarlo. Puesto que la verdad el no era nada distinto, guardo sus sentimientos por tanto tiempo, que no sentía que pudiera volver a amar o sentir algo por alguien, hasta que llegó Sona. Sin desviarse del tema, Issei quería escuchar a su padre y todo lo que tuviera que decir. Pues admitía que su padre había cambiado ligeramente de personalidad durante estos años, siendo más blando en cuando a personalidad. Aunque seguía siendo alguien muy estricto y severo con todos, excepto su hermana menor. Esa fue la suertuda que fue consentida y preferida por el.

Issei estaban tan absorto, que no se dio cuenta de que estaba conviviendo con su padre tan severo y temperamental. Algo que nunca creyó posible por su forma de ser.

---Asi una vez me dijo que Miki estaba llorando, la encontró en la mesa de la cocina cuando bajó por un vaso de agua. Ambas hablaron y ella la consoló---mencionaba recordando la vez que Asia le contó sobre aquello---dijo que ella se volvió su confidente, ella la escuchaba y consolaba cada vez que aquello pasaba. Estaba aterrada---ahora lo decía con una clara culpa en la cara---Una chica de 16 años, pudo notar aquello y yo siendo un detective de la policía, entrenado en la milicia, no pude. Es algo que no me puedo creer.

---Creo que puedo entenderte.

Issei también se sentía culpable, el siempre vio a su madre como una mujer calmada, pacífica, amorosa y sin problemas en su vida. Que equivocado estaba, lo peor, es que su padre lo supo hace mucho y el recién acaba de enterarse. Eso lo volvía un maldito hijo desconsiderado, eso lo hacía sentir aún peor de lo que ya se sentía. Pues nunca lo noto y su madre sufrió sola todo este tiempo.

¿Jura sabrá de eso? Claro que no, es imposible. El idiota estaba demasiado sumergido en si mismo como para darse cuenta de ello.

---Yo siendo su esposo, nunca lo note. Pero Asia lo hizo con facilidad---mencionaba con algo de pena y vergüenza ante aquello---jaja, una jovencita de 16 años pudo averiguar algo así, cosa que ni yo siendo un detective pudo. Ademas de ser su apoyo moral en mi lugar---reía sarcástico y frustrado por lo que recordaba---no puedo creerlo ¿cuanto peso puse sin saber en una jovencita tan pequeña? ¿Cuanto debió sufrir mi esposa y yo sin darme cuenta? La hice sufrir bastante con mi ignorancia.

Issei no sabía que decir, cada vez que creía saberlo, su mente le decía que no era buena idea y las palabras se quedaban en su boca. No había manera de decirle algo que logre convencerlo o consolarlo.

De hecho ¿como se consuela a un hombre con corazón y personalidad de hielo?

---Solo puedo decir que puedo entenderte un poco.

---No, no lo haces.

---¿Como que no?---preguntaba algo indignado.

Gorou suspiro pesadamente ante la densidad de su hijo.

---¿Crees que tu madre no sufre con lo que haces?---preguntó Gorou de forma sería sorprendiendo con lo dicho por su padre---claro que lo hace, es una profesión muy similar al que tuve anteriormente, también cuando fui militar. Los peligros son altos y eso estresa a tu madre.

---Y-Yo....

Gorou sonrió algo sarcástico y divertido al entender a su hijo en su confusión.

Issei estaba asombrado como impactado, la verdad era que siempre estuvo más al tanto de ser un mejor profesional y salvar todas las vidas que pudiera, que nunca pensó en como dañaba a la gente que los rodeaba con sus movimientos suicidas. Recién ahora estaba siendo consciente de los efectos negativos que su profesión le generaba a los demás ¿como no se dio cuenta?

---Le haces lo mismo que yo, ambos arriesgamos nuestras vidas para salvar a otros sin tener en cuenta los sentimientos de los demás. Eso la hace temer todo un siempre---revelaba a su hijo que no salía de su estado de culpa---viendolo de esa manera, no hay mucho que decir. Tu y yo somos iguales en hacer sufrir a tu madre, aunque hay alguien que nunca lo ha hecho. Jura al menos es más considerado teniendo esa profesión claramente más segura.

Issei apretó sus manos en tensión y nervios, ahora estaba recordando y reconsiderando varios hechos que hizo en su vida, no hizo nada malo en el pasado, de hecho no ha hecho nada malo hasta ahora. Puesto que su profesión era la de salvar vidas y proveer seguridad sin importar el costo de sus actos.

Logro con éxito lo primero, pero fallo en dar seguridad a todos. Pues su familia entera estaba asustada por el.

Era un maldito desconsiderado sin prudencia, saltaba al peligro sin medir las consecuencias de sus actos. Aún cuando tuviera estas habilidades físicas y mentales extremadamente desarrolladas y obtenidas de forma desconocida ¿de que servían si no podía contárselo a su familia y amigos? Desearía poder hacerlo para calmar a su madre y los demás, pero no podia. Este secreto era un maldito martirio que lo carcomia día a día, si se supiera esto, su madre podría dormir más tranquila ¿cuántas lágrimas debió haber derramado hasta ahora por su culpa? No se lo podía imaginar sin querer romper en llanto el mismo, pero no podia evitarlo. Esta era su profesión y no podía dejarla al ser su sueño, pero ¿valia la pena seguirla si dañaba a sus seres queridos? Las dudas lo asaltaban, imaginar a su madre llorando por el pánico y la tensión, siendo consolado por Asia, era desgarrador. Pero no podía dejar atrás su profesión elegida, sus dones pueden salvar vidas de mejores maneras que los humanos normales. Por eso debía seguir.

¿Debia contarle? No, definitivamente no. Podría ser tachado como un fenómeno y eso no lo quiere y peor si viene de su propia familia. Pero el otro motivo, sería que todos estarían en peligro. Había visto muchas películas como para saber que gobiernos harían lo que fuera por tener a un super-humano trabajando en sus filas, incluso meterse con personas inocentes. Eso era algo que no quería para nada.

Ademas ¿y si venían los hombres de negro por el? No quería imaginarlo.

---No puedo decir que abandonare mi trabajo, no puedo hacerlo. Es mi deber seguir---Gorou suspiro fastidiado al recibir aquella respuesta de su hijo---pero puedo prometer ser más cuidadoso en la próxima misión.

---Issei, eso no es suficiente y lo sabes. Tu madre....

---No, no metas a mamá en esto. No tiene nada que ver---respondia Issei tratando de no caer en las palabras de su padre---es mi profesión, lo que yo soñé siempre seguir. No puedo abandonarlo ahora....

Gorou volvió a suspirar y pensar en como convencer a su hijo.

---Escucha Issei, se que es lo que siempre has querido. Pero ¿no hay algo más a lo que quieras especializarte?---preguntaba su padre esperando una respuesta positiva---si es por los estudios y dinero, no hay problema. Puedo pagar para que estudies otra profesión...

---Alto, detente ahí padre. No sigas---decía Issei de teniéndolo con una mano al frente y una en su rostro tratando de calmarse de toda esta situación tan abrumadora---no es necesario que sigas, lo siento. Pero dejo negarme a esto.

---¿Por qué?---preguntaba Gorou un poco molesto y tenso ante la negatividad de su hijo por una profesión más segura---¿Que te hace querer seguir ese camino? Sabes que puedes morir en cualquier momento.

Issei estaba tentado en responder con la verdad, que el era algo aún más allá de un humano y que un incendio no podría lastimarlo de mucha severidad. Su mente y cuerpo al parecer habían roto sus límites en algún momento y de alguna forma que desconocía. Eso le ha ayudado a seguir adelante sin muchas complicaciones y salvar muchas vidas, incluido la suya misma. En serio era tentador el contarles todo.

Pero no podía, las razones ya las había dado anteriormente. Debía mantenerlos seguros.

---Es lo que yo decidí seguir, mi sueño. La profesión que anhele desde siempre---daba sus puntos y era verdad, pues siempre soñó con salvar vidas. Ahora que lo había obtenido no iba a abandonarlo---no puedo seguir otra carrera que no me apasione.

---Hubiera querido que tuvieras otra profesión, una más calmada y segura. Como tu hermano---mencionaba aquello e Issei suspiro, pues le molestaba que lo compraran con su hermano. Eso no era tan necesario---ese idiota es futbolista y uno muy famoso, es más seguro. Deberías seguir algo similar---sugirio para luego pensar en algo---¿Que piensas del boxeo?

---Padre, ya se boxear, además de practicar karate y kung fu. Son tres grandes disciplinas que aún sigo---le respondía revirando los ojos al ver como su padre había olvidado aquello---además ¿Sabes cuantos traumatismos cerebrales y muertes existen a causa del boxeo? No creo que sea algo seguro del todo---mencionaba reflexivo y haciendo pensar a su padre también---padre, no voy a cambiar mi decisión. Soy bombero y mi profesión es salvar vidas---le dejaba en claro sin mostrar signos de cambiar de opinión---respete tu profesión militar por tantos años, así como la policíaca. Por favor ¿Crees poder respetar y apoyarme en la mía?

Gorou estaba en medio de una encrucijada, además de sorpresa. Pues por primera vez, Issei le estaba pidiendo algo, cuando desde que entró en la juventud había dejarlo de hacerlo. El sentir que al menos uno de sus hijos aún queria su apoyo, se sentía bien. Pero no sabía que hacer, pues su hijo prácticamente estaba cometiendo suicidio con esa profesión, respetaba al cuerpo de bomberos, pero era una profesión igual o más peligrosa que ser un policía. No era algo que quisiera que su hijo sufriera.

Pero había algo en los ojos de su hijo que le recordaban mucho a él, esa determinación férrea a seguir sus convicciones, sin querer dar marcha atrás a sus decisiones. Simplemente era como verse así mismo de joven y gracias a eso, tuvo que reprimir sus impulsos de darle un golpe en la cara, pues recordaba que a esa edad cometió muchos errores que hicieron sufrir a su familia y siempre había deseado volver al pasado para darse una golpiza así mismo y hacerse reflexionar sus acciones. Pero ese no era el punto en este momento, pues a diferencia de su estúpido yo del pasado, Issei no era un maldito rebelde sin causa que todo le valía una mierda. El luchaba por algo bueno y que salvaba vidas, no era justo el quitarle eso a la gente. Pues el salvaría luchas vidas inocentes.

Además se notaba en sus ojos, estaban llenos de determinación en seguir su profesión sin importar las consecuencias. Nada lo haría cambiar de idea en estos momentos y eso hizo crecer dentro de él una inmensa sensación de orgullo.

Asi que sólo suspiro resignado y una imperceptible sonrisa.

---No vas a cambiar de idea ¿verdad?---preguntaba ya sabiendo la respuesta y el asentimiento de Issei se lo confirmo---muchacho torpe, te vas a terminar matando. Pero eso ya no importa mucho.

---¿Que puedo decir? Soy tu hijo después de todo.

Ambos se quedaron en silencio por unos segundos, hasta que ocurrió algo que nadie nunca se espero ver en sus vidas. Empezaron a reír juntos.

Issei riendo de forma normal y Gorou de forma leve.

Ninguno de los dos se dio cuenta que en todo este tiempo, habían sido vigilados por las féminas, estas habían oído todo. Varias emociones se desataron dentro de ellas, pena, lástima, culpabilidad y por último, alegría. Pues a pesar de que Issei nunca iba a renunciar a su trabajo, al menos a partir de ahora sería más prudente y cuidadoso. Al menos eso era suficiente para calmar las ansias y tensiones de la castaña mayor.

Momentos después, decidieron entrar con la comida ya hecha y a ambos les brillaron los ojos de lo bueno que se veía dicho banquete, porque eso era lo que tenían frente a sus ojos y el delicioso aroma que emanaban se lo confirmaba. Disfrutarán sin duda de un gran banquete, todos se sentaron en la mesa como la familia que eran. Asia no estaba presente porque recibió una llamada y tuvo que salir a contestar, pero eso no duró mucho. Pues entró momentos después con una sonrisa leve.

---Buenas noticias familia---anunciaba la rubia llegando a la mesa y sentándose.

---¿De qué se trata?---preguntaba Gorou ansioso por empezar a comer.

---Jura volverá al país dentro de dos días.

Aun cuando sonreía, así como la madre y un poco Sona (aunque en realidad no le importaba Jura en absoluto) en la mesa había un par que lo hacían de forma forzada. Al parecer la noticia afecto a todos de forma muy distinta.

---Genial, el idiota va a volver más pronto de lo que esperaba. Esto no terminará muy bien.

Al parecer los tres varones Hyoudo no se llevaban del todo bien.

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En el cielo de alguna parte del mundo, un avión volaba sobre las nubes. Era un vuelo comercial, pero de todas formas tenía primera clase. Ahí se encontraba una persona degustando de una buena comida de alta clase.

Era literalmente Hyoudo Issei, pero su mirada era más afilada y su cabello estaba peinado hacia atrás. Con calma y parsimonia cortaba un trozo de una carne cocida de alta alcurnia antes de degustarlo, para luego servirse un poco de vino y tomar una copa como todo un noble. Sin duda disfrutaba de los placeres de la clase alta y es que técnicamente lo era, al menos en el mundo sobrenatural. En el humano era una super estrella de fútbol, aunque eran casi lo mismo en cuanto a beneficios. Así que podía disfrutar de su vida en ambos mundos sin ningún problema.

---Esto es vida---mencionaba con calma y luego se limpiaba la boca con una servilleta---espereme familia, que ya estoy por llegar. Lo mejor de ambos mundos.

Sin dudas habría algo de problemas con el arribo de uno de los pilares de las facciones.

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