La luna llena brillaba en lo alto del cielo, iluminando las ruinas de lo que alguna vez fue Magnolia, la ciudad que albergó al gremio de Fairy Tail. Solo el eco de los recuerdos y la brisa del viento parecían vivir en aquel lugar desolado. En el centro, entre las piedras quebradas y los cimientos derrumbados, una figura solitaria se mantenía de pie, observando el horizonte con determinación.

Issei Dragnnel, el último Dragon Slayer, era el descendiente de una mezcla inigualable de linajes: el poder de Natsu Dragnnel y Lucy Heartfilia corría por sus venas, junto con la fría determinación de Grey Fullbuster y la devoción de Juvia Lockser. Laxus Dreyar, Wendy Marvel, Gajeel Redfox, Cobra, Sting Eucliffe y Rogue Cheney también eran parte de su herencia. Él era la culminación de todos esos poderes legendarios.

Con una chaqueta desabotonada y una bufanda que evocaba la de su antepasado Natsu, Issei dejó escapar una exhalación de vapor, calentando el aire a su alrededor. Tenía el corazón cargado de memorias y promesas incumplidas. Los dragones habían vuelto una vez más, y el legado de Fairy Tail ahora pesaba sobre sus hombros.

Issei: "No puedo fallarles... no otra vez."

Cerró los ojos, recordando el rostro de sus ancestros. Recordaba las palabras de su abuelo, Natsu, antes de desaparecer en la última batalla:

Natsu: "Nunca olvides quién eres, Issei. Somos fuego, somos lucha. Y más que nada, somos familia."

El aire a su alrededor comenzó a vibrar mientras su magia Dragon Slayer se activaba. El fuego bailaba en sus manos, pero este no era un fuego normal; era un fuego envuelto en sombras, una mezcla de la magia de Natsu y Rogue. Su magia era única, una fusión de elementos que le permitía manipular tanto la luz como la oscuridad.

De repente, un rugido rompió el silencio, proveniente de las montañas distantes. Los dragones se acercaban.

Issei: "Es ahora o nunca."

Avanzó hacia el origen del sonido, su corazón latiendo con fuerza. Mientras lo hacía, escuchaba las voces de aquellos que lo habían guiado a lo largo de su vida.

Laxus: "El poder no lo es todo, chico. La fuerza real proviene de cómo proteges a los tuyos."

Wendy: "Recuerda, el viento siempre está de tu lado. Siente cómo fluye y te guiará."

Gajeel: "No seas blando. Haz que tus ataques cuenten."

Al llegar a la cima de una colina, vio a los dragones en el cielo, enormes y majestuosos, pero esta vez no era como en los cuentos que había escuchado. Estos dragones estaban corrompidos por una magia oscura, algo que nunca antes había enfrentado.

Agnologia: "¿Tú, humano, crees que puedes detenernos?"

Issei sonrió, su confianza se filtraba con cada palabra que pronunciaba.

Issei: "No solo soy humano. Soy un Dragon Slayer, y vengo de una larga línea de los mejores."

El líder de los dragones rugió, y una llamarada oscura descendió sobre Issei. Sin dudarlo, levantó las manos y creó un escudo de fuego y sombras, desviando el ataque.

Issei: "¡Fuego del Dragón de Luz y Sombras!"

Saltó hacia el dragón, lanzando un puño cubierto en llamas que impactó con fuerza, sacudiendo la bestia. Sin embargo, el dragón no cayó tan fácilmente.

Agnologia: "Eres fuerte, pero no lo suficiente."

Issei sintió el peso de esas palabras. Sabía que, a pesar de todo su poder, solo él no sería suficiente para detener a los dragones.

De repente, sintió una presencia familiar a su lado. Un viento suave lo envolvió, y entonces lo vio: el espíritu de su antecesor, Natsu Dragnnel, apareció a su lado, con esa sonrisa confiada que siempre tenía.

Natsu: "¡Vamos, Issei! ¡Demuestra de qué estás hecho!"

Con la aparición de Natsu, los espíritus de los demás también surgieron a su alrededor. Grey, Laxus, Wendy, Gajeel, Sting, Rogue, todos estaban ahí, brindándole su apoyo.

Grey: "No pierdas la concentración. No te dejes llevar por la emoción."

Juvia: "Juvia siempre estará contigo, Issei. Nunca lo olvides."

El fuego de Issei se intensificó. Con los espíritus de sus antepasados a su lado, lanzó su ataque final.

Issei: "¡Rugido del Dragón de Luz y Sombras!"

Una explosión de fuego y oscuridad se liberó de su cuerpo, envolviendo al dragón líder y consumiéndolo por completo. El cielo se llenó de luz, y los dragones restantes huyeron en todas direcciones.

Cuando el humo se disipó, Issei cayó de rodillas, exhausto pero victorioso. Las voces de sus antepasados se desvanecieron, pero su presencia permaneció en su corazón.

Issei: "Lo logré... Fairy Tail, lo logré."

Con la mirada fija en el cielo, Issei supo que había cumplido con su deber. Aunque era el último de su tipo, el espíritu de Fairy Tail continuaba vivo a través de él. Y mientras los dragones existieran, siempre habría un Dragon Slayer dispuesto a luchar.

Fin.

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