Capitulo: 2
1 semana después.
Academia Kuoh, club de lo oculto.
– Entiendo, Asia. Así que, Ise... no vino de nuevo ala academia.– Dijo cierta diablesa pelirroja, mirando a la joven rubia sentada en la sala con las demás.
– Hai... Así es, Rias-Onee-sama. Desdé hace un mes, issei-san... no asistía a todas las cases, y ahora comenzó a faltar. Creó que.... fuimos muy malas con Issei-san, al ignorarlo y molestarnos con él.– Dijo con tristeza, agachando su mirada.
– Vamos, Asia... No te pongas triste de nuevo, y levanta la mirada. Yo, estoy segura de que Ise... solo necesita estar un poco de tiempo a solas, y después podremos hablar con el. Verdad, Irina.– Se expresó cierta peliazul.
– Es verdad, Xenovia tiene razón. Issei-kun solo quiere estar solo por un tiempo, y se que nos perdonara por nuestra forma de actuar.– Contestó la castaña mostrando su típica sonrisa, haciendo sonreír un poco a Rias y a las demás, aunque lo que ninguna de ellas notó. Fue la seria y preocupada mirada de cierta ex valquiria, que se encontraba pensando en el castaño, sintiendo una mala sensación.
– No lo entiendo... Porque tengo este mal presentimiento por Issei-kun. Además, esa extraña aura y esas palabras que murmuro esa vez, cuando lo encontré durmiendo en su habitación.– Se dijo la albina mental mente, preocupándose mas por el castaño.
Al mismo tiempo.
Cementerio de Kouh.
Se encontraba cierto joven castaño con su mirada agachada, parado enfrente de tres grandes tumbas conocidas para él. Mostrando una mirada de nostalgia, culpa y tristeza, el castaño se arrodilló tocando el frío concreto de las tres tumbas frente a él.
– Lo siento... Tou-san, Kaa-san.... kiba. Ya tengo que irme, pero en unos cuantos días los volveré a visitar... Como siempre.– Sonriendo con tristeza.
El castaño hablo, derramando unas cuantas lágrimas que limpio con la manga de su sudadera, poniéndose de pie. Mirando las tumbas de sus padres y de kiba, por unos cuántos segundos más antes de darse la vuelta, y empezar a caminar hacia la salida del cementerio de la cuidad.
De nuevo no pudo darse cuenta de la presencia, de la misma mujer que vestía una armadura violeta oscuro. La cual una semana atrás lo vigilaba, junto con la hermosa mujer pelinegra
en aquella ocasión, en la academia Kuo. Y que ahora se mantenía oculta, entre la sombra de los árboles del cementerio, mirándolo retirarse del solitario lugar.
– Humph... no lo entiendo. Enserio, ese chico es... el elegido por nuestro señor. Aunque, puedo sentir un gran poder en su interior.– Pensó con seriedad y sorpresa por el poder de issei.
Mientras tanto...
En en otro lugar de Kuo, en la única iglesia de la ciudad.
– Bien, creó que ya fue suficiente de tanta espera. No lo crees así, Hypnos.– Preguntó con una divertida sonrisa.
– Si, en eso tienes razón, Thanatos. Ya es hora de que nuestro señor regrese, de nuevo a este mundo impuro y se apoderé de él. Por lo tanto... Ya sabes lo que tienes que hacer, Pandora.– Dijo Hypnos con seriedad.
– Hai, como ustedes ordenen... Dios sueño y Dios muerte. Hoy mismo por la noche, me encargare de guiar al joven hacia aquí, para despertar el alma de nuestro señor.– Arrodillándose ante ambos dioses.
– Bien, confiamos en ti... Pandora. Sin embargo, llama algunos espectros para que te acompañen y que cuiden de él, una vez que lo hayas despertado. Yo regresaré de nuevo al castillo y preparare todo para su llegada, aunque supongo que te quedarás hasta que despierte. Cierto, Hypnos.– Mirando a su hermano
– Así es, Thanatos. Recuerda que nos encontramos, dentro del territorio de la facción bíblica de los demonios. Entiendes lo que quiero decir, verdad.– Hypnos le contestó a su hermano gemelo y dios de la muerte.
– Por supuesto... Se bien a que te refiere con esa palabra, querido hermanó.– Contestó Thanatos mostrando su típica sonrisa, antes de ser envuelto en una aura color violenta y desaparece del sótano de la iglesia.
Varias horas después.
6:30.PM.... Residencia Hyodou.
En la gran habitación de cierto joven castaño que se encontraba durmiendo, mientras soñaba y murmuraba varias palabras. El cual término despertando de golpe, dejando ver el sudor en su rostro y su agitada respiración.
– N-No, otra vez de nuevo... De nuevo vuelvo a tener este extraño sueño, no lo entiendo. Grecia, una guerra santa, la diosa Athena, además.... Ese hombre pelinegro con armadura, tan parecido a mi.– Frotando su cabello con ambas manos.– Joder, no comprendo... Porque sueño con algo que nunca he visto o vivido en mi vida, aunque se siente tan real. No, lo mejor será dejar de pensar en eso y bajar para prepararme algo de cenar.– Dijo para si mismo y decidiendo ignorar ese extraño sueño, que desde hace un par de meses comenzó a tener y aumentaba con frecuencia.
– Uh. Que te sucede... te siento agitado, Aibo.– Preguntó Draig quien acababa de despertar.
– Eh... No, no me sucede nada Draig. Solo fue un mal sueño que tuve, no le des importancia.– Respondió un poco mas relajado.
– Umh... Esta bien, si tu lo dices ya no preguntaré. Pero dime, Aibo... Saldrás de nuevo, verdad.–
– Si, tal vez lo haga, pero primero cenaré algo. Así que, lo siento... pero hablaremos después, Draig.–
Issei respondió levantándose de su cama para después cambiarse de ropa, antes de salir de su habitación para bajar ala cocina y preparase algo de cenar. El se detuvo de golpe al escuchar las voces de cierto grupo de mujeres, issei tomo un poco de aire antes de volver a caminar y entrar a la cocina, lo que llamo la atención del grupo de mujeres en el comedor.
– Hummhh... Bueno, parece que este vez falle en no llamar su atención. Pero que mas da, mejor ceno algo rápido para salir de este lugar.
Dijo el castaño tratando de ignorar las miradas de las Gremory sobre él, pero en especial la mirada de su ama. Issei se preparo un poco de pan con mermelada de fresa, para calmar un poco su hambre y poder salir lo mas pronto posible. Terminando de comer varías piezas de pan, disponiéndose a salir de la mansión sin llamar su atención. Aunque con lo que no contaba el castaño, fue escuchar la voz de cierta pelirroja llamándolo.
- I-Ise, espera... por favor. Podemos hablar un momento, a solas... en tu habitación.– Preguntó la pelirroja un poco nerviosa, esperando su respuesta mientras le daba la espalda.
– Huh, lo siento, Buchou. Pero como puede ver, voy de salida para ver a Matsuda y Motohama, por ahora no pudo hablar. Además, en una horas tengo varios contratos por hacer, no lo recuerda.– Le contestó sin dejar de darle la espalda.
– A-Ah... Si. Lo recuerdo, Ise... Solo ten cuidado y no tardes mucho en regresa... para poder hablar.– Bajando la mirada con tristeza mientras las demás los escuchaban.
- Entiendo, trataré de llegar temprano. Aunque, la verdad no se si pueda, pero trataré.
Issei le respondió sin dejar de darle la espalda o siquiera voltear para mirarla, volvió a caminar para salir de la mansión y dejar a la pelirroja mas deprimida por su acción. Rías agacho su mirada con tristeza, sintiendo en sus hombros las manos de su Reina y amiga, que se encontraba detrás de ella y trataba de animarla.
– Vamos, Rias. No te pongas así, solo esperaremos a que regrese para habar con el.– Dijo Akeno tratando de animarla
– Hai, es verdad, Rias-Onee-sama. Y-Yo se que, Issei-san... no se encuentra molestó con nosotras, aunque en realidad... Si nos merezcamos su enojó, por la forma de comportarnos con él.– Habló cierta rubia ex monja con tristeza en su mirada, lo que provoco la misma reacción en Koneko, Xenovia y las demás.
Varias después... 10:30 PM.
En una de las solitaria calles de Kouh, cerca de la abandonada y única iglesia de la ciudad por donde cierto castaño, se encontraba caminando. Mostrando una triste y desolada mirada mientras hablaba mental mente, con cierto Dragón y su perezoso amigo.
– Lo dices de verdad, Aibo. Yo pensaba que querías hablar con la Gremory, para arreglar el problema de su forma de tratarte. Pero ahora, tu fuiste el que te negaste hablar.– Dijo con curiosidad.
– E-Eh... Bueno, solo creo que no tiene ningún caso hablar, Draig. Ya no la quiero molestar más, así que ya no hablemos de eso.
– Esta bien, no diré nada mas sobre ese tema. Pero sabes, que tienes que volver a entrenar de nuevo y de dejar de ponerme excusar, para no hacerlo.– Dijo mas cerio de lo normal
– Lo se, Draig. Te prometo, que desde mañana comenzare a entrenar.– Soltando un cansado suspiro.
– Bien, eso es lo que esperó que hagas, Aibo. Recuerda que no debes descuidar tú entrenamiento, tienes que acostumbrar tu cuerpo para poder utilizar todo mi poder, entiendes.– Dijo con suma seriedad.
– Claro, no te preocupes, no volveré a poner ningún pretexto para evitar mi entrenamiento. Pero, sabes al....–
Issei le respondió sin terminar sus palabras, parando su caminar y dirigiendo su mirada hacia cierta Iglesia. El sintió una extraña sensación recorriendo su cuerpo, sintiendo como si algo nostálgico lo estuviera llamando en la vieja iglesia.
– Mmph... Oye, Aibo. Que te pasa, porque que de la nada te quedaste callado y dejas de caminar, te sucede algo.– Preguntó el Dragón un poco curioso, por sentir el cambio de su portador y su extraña acción. Preocupándose al recordar que su conexión con issei, para sentir sus emociones y poder ver sus sueños disminuía.
– N-No, no se lo que me pasa. De repente siento una sensación extraña y de nostalgia, pero.... Estoy seguro, que algo en esa vieja iglesia me esta llamado, puede sentir como me atrae. Y, yo quiero saber que es.– El castaño le contestó.
Empezando a caminar hacía la iglesia mientras ignoraba las voz de Draig, el cual lo llamaba sin tener respuesta por lo que decidió callar.
Al mismo tiempo.
Cerca de la vieja iglesia, entre un grupo de árboles con un pequeño campo de flores. En el cual se encontraba una hermosa mujer, de cabello negro y piel blanca, vistiendo un llamativos vestido Azul oscuro.
– Umh. Si, final mente... Por fin llegó la hora, para que mi señor regrese a este mundo impuro y cumpla su sueño. Ahora, solo es cuestión de minutos para que ese joven, venga y pueda cumplir con mi trabajo.– Decía la hermosa mujer mostrando una alegre sonrisa, sintiendo la presencia del castaño acercándose cada ves mas.
Ella sonrió de nuevo, después de esperar unos cuantos minutos para levantarse de la gran roca donde se encontraba sentada, mirando la silueta del castaño acercándose poco a poco hasta quedar frente a ella.
– U-Uh... Pero, que pasa. No recuerdo que en este lugar, se encontrará este hermoso campo de flores. Además... Ese rostro, tus ojos y ese color de cabello... los reconozco bien. A-Acaso, tú... Tú eres, esa mujer que me regalo este medallón y me visitaba, cuando era un niño y vivía en ese orfanato.... Pa-Pandora-San.– Dijo Issei con sorpresa, mirado con suma atención a la mujer enfrente de él. Mujer, la cuál reconoció bien y le hizo recordar, el momento en el que la conoció cuando era un niño.
- Si, soy la misma Pandora. Pero, puedo ver que no ha cambiado mucho, desde que lo conocí en ese orfanato y tuve que dejar de visitarlo... Mi señor.– Mostrándole una sonrisa mientras se acercaba a él, pero dejándolo un poco extrañado por decirle mi señor.
- E-En entiendo, pero... Porqué me dices mi señor, no lo entiendo. Además, esta sensación que siento en tu presencia, no es la de...– Siendo interrumpido por la mujer.
- Así es, esta en lo correcto. Yo, no soy una simple humana, pero... Por lo de porque lo llamo mi señor, es porque eso es.– Tocando con ambas manos las mejillas del rostro de un desorientado castaño, que no comprendía la extraña sensación que se encontraba sintiendo.
– Q-Que dices... Que yo... soy tu señor, no comprendo.– Sintiéndose un poco incómodo por la cercanía de la mujer.
Si, usted es mi señor. Aunque... puedo sentir la tristeza y culpa, que llenan y lastiman su noble corazón. Pero, por favor acompañe me... Ya es hora de que usted despierte, y cumpla con su deseo... Hades-sama.– Dijo tomando la mano derecha, de un sorprendido castaño por como lo llamó, llevándolo hacia la pequeña iglesia sin poner resistencia.
Mientras tanto.
En otro lugar lejos de Japón, en el continente de Europa, en Grecia. Específicamente en un gran santuario, cerca de la tranquila y gran aldea de Rodorio. Lugar donde solo los elegidos que custodian a la Diosa, que habita en el santuario junto con los santos que la protegen, pueden entrar a es sagrado lugar.
En la cámara de Athena.
Lugar donde ahora mismo se encontraban, una hermosa mujer pelilila con un vestido griego de color blanco, sentada en su trono. Mientras que a su lado derecho, se encontraba un joven rubio que vestía una armadura Dorada. Mirando lo dos a otro joven, de cabello castaño y vistiendo una armadura diferente, pero del mismo color dorado que la del joven rubio.
– Athena-sama. Yo... Aioria, de leo. He vuelto de la misión que me encomendó, sin ninguna baja del grupo de caballeros de plata que me acompañó.– Arrodillándose ante la mujer llamada Athena.
– Gracias, Aioria. Ahora estoy aliviada, al saber que todos regresaron al santuario con vida. Pero, dime lo que lograste investigar... Es algo importante, verdad.– Preguntó la joven pelilila con amabilidad.
– Si. Así es, es tal como usted lo suponía Athena-sama. La torre, dónde se encontraban selladas las almas de 108 espectros... Sea a roto el sello que los mantenía encerrados, y la torre se derrumbó por completo. Además, durante mi visita al maestro Dohko... nos encontramos con dos espectros de bajo nivel.– Respondió el castaño con respeto y seriedad, mirando a su Diosa.
– Entiendo... Así que, las 108 estrellas malignas al servicio del dios del inframundo, si sean liberado. Por lo cual debemos esforzarnos mas, en buscar al joven que en esta era, Hades eligió como su recipiente para su alma.– Liberando un pequeño suspiro– Pero... Por ahora pueden volver a la casa de leo y virgo, Aioria, Shaka. Necesitó pensar una buena estrategia y alistar todo, para ésta guerra que esta por comenzar.– Dijo la diosa con seriedad.
– Hai... Como usted ordene, Athena-sama. Con su permiso, nos retiramos.
Contestaron ambos jóvenes, haciendo una reverencia antes de retirarse del lugar y dejar sola a la pelilia. La cual se levantó de su trono y se dirigió hacia la parte trasera de su habitación, en donde se encuentra un gran balcón.
–Humph.... Vaya, parece que mi vida como, Athena... no me permitirá descansar, y tampoco vivir mi vida como humana. Aunque, solo esperó que esta guerra no sea tan violenta, como la fue la anterior. Sin embargo... Ya puedes salir, Seiya. Sabes bien que puedo sentir tu cosmos, no tiene caso que sigas escondido.– Mirando hacia uno de los pilares, del cual salio un joven castaño.
– Jeje... Perdón, Saori. No era mi intención, venir asta aquí sin tu permiso.. Pero, como no hemos podido hablar desde hace varias semanas, yo...– Siendo interrumpido por la joven.
– Está bien, Seiya. No tienes porque disculparse, sabes que puedes venir cuando quieras. Es demasiado aburrido, estar sola en este lugar todo el tiempo.– Le dijo con amabilidad.
– Comprendo, pero dime... En que tanto piensas. Aunque, supongo que es por esta guerra que se acerca, verdad.– Preguntó acercándose a la diosa.
– Si.... No me sentiré tranquila, hasta que podamos ganar esta guerra que se avecina, como lo hemos hecho con Poseidon. Pero, también me he puesto a pensar y preguntarme, si el... Si mi hermano se encuentra bien, y en que lugar estará.– Le respondió mirando el cielo con una expresión de culpa y tristeza, que el joven castaño noto y no le agrado mirar.
– Te entiendo... Yo también me lo he preguntado, sin olvidar mencionar que no he dejado de buscarlo. Pero no te pongas triste, te aseguró que lo vamos a encontrar... Saori.– Dijo tratando de animarla.
– Si, tienes razón. Solo espero que mi hermano, me puedan perdonar por lo mal que lo traté. (Issei-Nii-san, te prometo que...)– Hablo Saori con tristeza mencionando en su mente, el nombre del joven que es su hermano mayor.
La pelilila no término de decir sus palabras en su mente, sintiendo junto con el castaño un enorme cosmos lejos de Europa, que ella reconoció a la perfección y los preocupo.
– Saori... Acaso, este enorme cosmos que se siente a lo lejos... Es.– Mirando a la sería pelilila.
– Si, Seiya, no hay duda. Este oscuro cosmos que se puede sentir, le pertenece al mismo rey del inframundo...Hades. Ya ha dado comienzo esta Guerra Santa.– Dijo con seriedad mirando el cielo, reconociendo el lugar en dónde se sentía el oscur cosmos.
Cambio de escena.
10 minutos antes...
En Japón, ciudad de Kouh.
– Hu-Huhh.. P-Pero... qué dices, no te entiendo. Porque dices que soy tu señor y me estas llamando, Hades.– Mirando a la pelinegra que lo guiaban hacía la iglesia y que paro su caminar, al estar enfrente de ella.
– Aquí estamos, mi señor. Lo qué tanto lo llama y busca, se encuentra dentro de este lugar.– Respondió la pelinegra, caminando hacia la entrada de la iglesia.
– Huh. Pero, que significa esto... Se supone que este lugar estaba abandonado, además de estar dañado. Entonces, porque...–
El castaño hablo con sorpresa al mirar que la iglesia se encontraba en perfecto estado, mirando a un joven de cabello rubio parado enfrente de la entrada. El joven rubio le habló.
– Bienvenido, lo he estado esperando con asías joven señor. Pero adelante, pase por favor ... Lo que usted esta buscando y lo llama, se encuentra en el sótano de esta iglesia.– El rubio dijo entrando a la iglesia junto con la pelinegra, siendo seguidos por el castaño que ignoraba por completo la divina aura del joven rubio.
Issei solo los siguió en silencio, sintiendo como se hacia mas fuerte la presencia que lo llamaba, mientras mas bajaba al sótano de la iglesia. El siguió caminado he ignorando la voz de Driag, que lo estaba llamando al sentir la verdadera presencia del joven rubio.
– E-Eh... P-Pero que significa esto, el hombre de esa pintura... Porque el hombre de esa pintura, tiene mi rostro. A-Además... esa espada.–
El castaño preguntó mas que sorprendido y quedando inmóvil, al mirar la gran pintura de un joven pelinegro quien vestía una armaduras negras, con tres pares de alas muy parecidas a las de un ángel sobre su espalda. Pero lo que mas lo sorprendió y llamo su atención, era la imponente espada encajada sobre el suelo, en el centro de la figura de una estrella.
– Adelante, mi señor. Esa espada... es la que lo ha estado llamado, y por lo que usted vino hasta aquí– Acercándose mas al sorprendido castaño– No tiene nada de que preocuparse, tome la espada, esa persona que mira en la pintura... es usted, es la imagen de nuestro salvador... Usted es el encargado, de otorgarle a este mundo mortal la verdadera salvación. Por favor, mire la pintura con atención.– Dijo el rubio con amabilidad.
Al mismo tiempo que el sótano desaparecía y aparecían la puerta de la entrada, de una mansión que le castaño reconoció a la perfección. Mirando en shock como todo el vecindario, se encontraba destruido y rodeado de grandes llamas, las cuales quemaban las casas un seguían en pie.
El castaño sujeto su medallón con fuerza, para después abrir la puerta y quedar en un completo shock emocional. Mirando con horror los cuerpos sin vida de sus padres, Rias y las demás, tirados sobre sobre el piso de la sala de la mansión.
– N-Noooooo....... E-Esto, esto no puede ser verdad, ellos no.... Porqué...– Acercándose a los cuerpos sin vida de sus padres, de Rias y las demás.
– Por favor, no tiene porque llora y lamentarse por sus muertes, señor. Ellos son los que recibieron su salvación, como para aquellos que no son humanos... Usted les puede otorgar su salvación, por medio de la muerte.– Dijo Pandora abrazando por la espalda al castaño, que no dejaba de llorar y lamentarse mientras acariciaba el rostro de sus padres y de Rías.
–Así es, tan solo mire de nuevo la pintura por favor– Desvaneciendo la cruel ilusión– Quiero que vea de nuevo esa imagen y se de cuenta, de que usted es el elegido para limpiara este mundo impuro, y otorgarle su salvación a través de la muerte.–
Dijo el rubio acercándose mas al castaño, que dejó de ser abrazado por Pandora y levantó su mirada, para ver que de nuevo se encontraban en el sótano de la iglesia. Issei se puso de pie, mirando de nuevo la pintura para mostrar una cálida mirada. Al ver como la imagen cambiaba y le mostraba, una pacífica ciudad, con hermosas flores que adornaban sus calles y casas.
– Esto, es demasiado calido y... tan hermoso. Todos en esa ciudad, están sonriendo y conviven unos con otros, sin ningún tipo de mal. Ya no tienes que vivir con miedo, ni sufrir el dolor del mundo y del temor a la muerte.– Mirando al bella ciudad.
– Así es, mi señor. Este, es el nuevo mundo que usted puedes crear, castigando y purificando el pecado que a forjado la humanidad.– Afirmó el rubio poniendo sus manos sobre sus hombros.
– Ya veo, entonces yo... Yo puedo brindarles un mundo mejor, dándoles la salvación y creando un mundo sin dolor. Si de verdad es posible, yo... Yo voy...–
El castaño sonrió con calidez mirando como una gran cantidad de personas corrían, sonreían, y disfrutaban la armonía del la ciudad. La cual era adornada por un hermoso río que pasaban por la ciudad, y desbocada sobre un hermoso lago a lado de esta.
Sintiendo la profundas paz sin ningún tipo de sentimiento negativo, entre las personas mientras convivían entre ellas y se ayudaban entre sí. El dirigió su mirada hacía un gran castillo, concentrando su visita en el mismo joven pelinegro de la pintura, que observaba la ciudad desde uno de los grande balcones de su castillo.
Hypnos y Pandora sonrieron satisfechos, mirando la imagen desaparecer y aparecer de nuevo la pintura del pelinegro con armadura. El cual era la viva imagen del castaño, pero con el cabello mas largo y de color negro. Issei miró la espada clavada sobre el suelo debajo de la pintura, sintiendo como su cuerpo lo impulsaba a caminar hacia ella.
– Ya veo... ahora lo entiendo. Esos sueños, esa sensaciones que sentía, y las imágenes que miraba de ese hombre con armadura... Era yo. Por que yo... Yo soy...– El murmuro varias palabras quedando en frente de la llamativa espada, la cual desprendía una poderosa aura que resonaba en armonía con la suya.
El castaño estiro su brazo derecho para empuñar el mango de la espada, mientras que una oscura aura color violeta cubría su cuerpo. Cambiando su cabello castaño por un profundo color negro, volviéndose mas largó hasta llegar por debajo de su espalda, al igual que sus ojos se tornaban azules y su mirada se volvía sombría. Pero, también dejando ver como ocho piezas de peón, salían agrietadas de su cuerpo y caían sobr el piso.
– Y bien... Ahora recuerda quien es usted en realidad, maestro.– Preguntó Hypnos mostrando su satisfecha sonrisa.
– Humph... Por supuesto, se bien quien soy. Yo soy el señor que reina sobré la muerte, el rey del inframundo... Soy Hades.– Issei respondió desencajado la espada del suelo, al mismo tiempo que una increíble aura oscura se liberaba de su cuerpo.
La cual se dejo sentir y sorprendió a la mayoría de las facciones, en especial cierta demonio pelirroja y ex valquiria, que se encontraban despiertas en la sala de la residencia Hyodou. Pero también cierta diosa, que sintió una nostálgica y triste sensación, al sentirse el enorme y oscuro cosmos de issei. El ex-castaño miro a Pandora arrodillarse ante el, ofreciéndole la misma vestimenta que viste Hypnos, para que se cambiara de su ropa como mortal.
– Es un honor tenerlo de nuevo con nosotros, Hades-sama. Desea que prepare su carroza, para partir ahora mismo a su castillo, mi señor.– Preguntó con una feliz sonrisa.
– No, por ahora permaneceré un poco en este lugar... Tengo algo importante que hace antes de partir a mi castillo, y empezar a divertirnos con esta nueva Guerra Santa. Es hora de que esa persona, que salvo mi vida antes de que despertara como, Hades... Lo regresé a la vida de nuevo, como una mas de mi fieles y mas fuertes espectros. Porque esta guerra santa, que yo mismo provoque... Ya ha comenzado.– Dijo el ahora pelinegro con una oscura sonrisa, usando su poder para cambiar su ropas por las que le dio Pandora.
Fin del capítulo 2.
Bueno, hasta aquí dejo el segundo capítulo de esta historia, que yo esperó les haya gustado. Además que a diferencia de la saga de Hades, que ya conocemos, los signos de Cáncer, Acuario y Pisis. Si tendrán su portador de su armadura, los cuales decidí poner para que este más pareja la guerra.
Además de que los tres sucesores serán mujeres, ya que me gusto la ideas de tener una que otra mujer entre los caballeros dorados. Pero también quiero dejar en claro, que esta Saori no sera como la del canon, que no pelea y al final termina siendo secuestrada xd.
Mas bien tendrá un poco de la actitud de Sasha, y la forma de ser que yo le daré. Así que sin tener nada mas que decirles, yo me despido y hasta la próxima, nos vemos.
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