Transiciones [13]
Siempre cabe la posibilidad de que nos movamos durante la noche y por tanto amanecer en posiciones completamente contrarias a como nos quedamos dormidos la noche anterior.
Eso fue exactamente lo que pasó cuando Trevor despertó.
Estaba acostado de frente, la espalda en la cama y los brazos estirados, uno a un costado de su cabeza y el otro lo usaba para cubrirse el rostro... Hasta ahí todo estaría perfecto.
Lo distinto era que esa mañana tenía a Isla acurrucada en su torso, con el rostro descansando cerca de sus costillas y además lo abrazaba por la cintura.
Ok, pensó él, no entres en pánico... Solo tienes que deslizarte lentamente fuera de la cama.
Él hizo un movimiento muy ligero y ella se removió un poco estrechando el brazo en su cintura.
— ¡Rayos! — Susurró él para si mismo.
Ella se removió una segunda vez, ahora rozando muslo contra muslo y haciendo una pequeña caricia con la nariz sobre su pecho.
Él dió un respingo y ella abrió los ojos.
De alguna manera él voló fuera de la cama cayendo al piso.
Ella se incorporó enseguida, se sentó en la cama y encontró a Trevor en el suelo.
— ¿Que pasó? — Preguntó ella confundida entre dormida y despierta.
— Nada... Nada... Nada — Respondió él mientras se ponía de pie y corría al baño a toda prisa.
Ella miró la puerta del baño, estaba desconcertada y tenía todo el cabello en la cara.
Se peinó un poco con los dedos y buscó su teléfono para mirar la hora.
Ya eran los ocho de la mañana.
Tenía sueño aún pero de ninguna manera volvería a dormir sabiendo que Trevor saldría del baño en cualquier momento.
Se estiró un poco y se le escapó un bostezo lleno de pereza.
Se permitió un momento de volverse a hechar a la cama, suspiró pensando en la imposibilidad de aquella situación... Estaba en casa de Trevor, en la habitación de Trevor, en la cama de Trevor y acababa de pasar la noche con él... Además debía añadir y admitir que había dormido muy bien.
Habían pasado solo unos pocos días desde que se hubieran conocido y eso la hacía desconocerse a si misma... Sus hermanas, bueno tal vez ellas eran un poco más intrepidas en ese aspecto.
Recordó aquella vez que Brenda y Kitty decidieron hacer un viaje mochila al hombro sin destino y cero planeación... Según habían contado, durante la experiencia habían pasado noches con montones de extraños durmiendo y conviviendo mientras vivían la vida en libertad... Nada de eso iba con ella.
Talvez por eso le incomodaba tanto reconocer que de hecho confiaba en Trevor... Incluso le agradaba mucho.
No quería perderlo como parte de su equipo...
Él salió del baño y ella giró el rostro para verlo.
— Ehmmm... Voy a la cocina, siéntete libre de salir cuando quieras.
Él procuró no mirarla mucho y dejó la habitación con la cabeza agachada.
Ella sonrió.
Definitivamente no le gustaba la idea de dejarlo ir.
Lo encontró en la cocina un rato más tarde, se había aseado y cambiado de ropa.
Se había tomado la libertad de usar otra de las camisetas de Trevor del armario ya que se reusava a volver a ponerse la misma ropa que había llevado el día anterior.
También agradecía la cortesía que él había tenido en dejarle en el baño un cepillo de dientes de esos tipo viajero que obsequian en los hoteles, estaba sellado junto al tubo de la pasta dental y ese gesto se agradecía bastante a esas horas de la mañana.
— Llamé a mis hermanas — Dijo ella a espaldas de Trevor — Ya están viniendo a buscarme.
— Claro... ¿Desayuno?
— Si, gracias.
— No soy el mejor cocinero del mundo pero es lo que hay... Mamá salió temprano hoy — Decía él mientras ponía sobre la mesa el pan tostado y un bowl con huevos revueltos — Siéntate por favor ¿Quieres jugo o prefieres café?
— Café estaría bien.
— Ok.
Él volvió segundos más tarde con una taza de agua caliente.
La puso frente a Isla y la miró como si estuviera pensando que más podía ofrecerle.
— ¿Mermelada? — Preguntó él.
— Claro — Dijo ella.
Él volvió enseguida con el frasco en la mano.
— ¿Me acompañaras o estarás entrando y saliendo de la cocina todo el tiempo? — Preguntó ella.
— Ehmm si claro... Ya vuelvo.
Él se perdió una última vez en la cocina, cuando volvió llevaba un vaso de jugo en la mano.
— ¿No te gusta el café?
— Si pero no me provoca en este momento...
— Ya...
Un incómodo silencio se apoderó del momento, solo se escuchaban los tintineos de los cubiertos chocando con los platos y tazas, lo cual de alguna manera volvía todo más incómodo aún.
— ¿Dormiste bien? — Preguntó él finalmente.
— Muy bien — Respondió ella siendo sincera.
— ¿Si? — Dijo él realmente sorprendido.
— No hubiera pegado un ojo si no hubieras estado conmigo... Gracias.
— ¿Dónde dormirás está noche?
— En casa de mis padres seguramente... Mis hermanas no aceptarán otra cosa de todas formas — Dijo ella encogiendo un hombro.
— ¿Volverás a la casa Darkness?
— Voy para allá ahora...
Él desvío la mirada y suspiró con tristeza.
— Entiendo que no lo entiendas...
— Isla... Yo...
— Buen día — Interrumpió Fausto en ese instante.
— A lo menos podrías ponerte más ropa — Se quejó Trevor mirando a su descamisado hermano.
— Isla... Pregunta seria... ¿Te ofende mi torso desnudo? — Preguntó Fausto.
— La verdad no... Y es más, puedo incluso aceptar que no estás nada mal — Dijo ella jugando con Fausto.
— Gracias... Pero, aunque me eches todas las flores que quieras, sabes que no le permitiré volver a tu casa de locos...
— Esa decisión no depende de ti — Dijo ella dándole un sorbo al café.
— No volveré — Confirmó Trevor.
— ¿Puedes a lo menos pensarlo? — Pidió Isla.
— Nop — Dijo Fausto.
— Lo siento... Es que no tengo nada que pensar — Insistió Trevor.
— ¿Tanto te asusta lo que hacemos?
Él negó.
— Me asusta saber que terminarás hecha pedazos y que eso no te importe.
— No puedo abandonarlo... Era mi novio... No me abandones también tú.
— Está muerto... Jermaine está muerto... Ya entiéndelo.
— Lo entiendo demasiado bien, ese es el problema.
— Haz lo que quieras entonces... Pero no volveré a ofrecerme como recadero del Inframundo.
Trevor se puso de pie y tomó dirección a su habitación.
— Adiós Isla... En serio me gustó conocerte... Fue... Interesante.
Un rato más tarde Kitty y Brenda llegaron a recoger a Isla.
Fausto la acompañó hasta la puerta, además tenía curiosidad de conocer a las otras chicas.
— Hola — Dijo él desenfadado y relajado.
— Uhhhhh Hola lindo — Dijo Brenda con su ya usual coqueto estilo.
— Es de Félix — Advirtió Isla antes de hacerle un guiñó a Fausto.
— ¡Vaya! — Dijo Kitty — Eso si que es una novedad... ¡Me encanta!
Fausto no pudo evitar sonrojarse.
— Aún así me parece lindo — Dijo Brenda — Y ya sabíamos que Félix tiene buen gusto.
— Muy cierto — Concordó Kitty.
Las dos chicas rieron mientras Isla negaba fingiendo que las reprobaba.
— Gracias por todo Fausto... En serio, lo que pasó... Si pudiera regresar las horas y evitarlo juro que lo haría...
— Lo sé... Aún así lo lastimaste y no me refiero al hecho de que casi muere...
Ella agachó la mirada.
Brenda y Kitty cambiaron el semblante en segundos.
— Parece que lo de anoche fue más serio de lo que dijiste — Dijo Brenda.
— Si... Les cuento en el camino a casa.
— ¿No esperamos a Trevor? — Preguntó Kitty.
— Él ya no es parte del equipo — Dijo Isla.
— ¡No! — Se quejó Kitty — ¿Por qué? ¿Que le hiciste?
— Daño... Le hice daño — Aceptó Isla.
— Discúlpate... No vas a morir si te disculpas.
— Ya lo hice... Le pedí directamente que no renunciara, pero no quiere y no puedo obligarlo.
— ¿En serio? ¿Desde cuándo aceptas un no por respuesta? Te desconozco hermana...
— No te ofusques... Tú seguramente seguirás viéndolo... Va a invitarte a salir — Dijo Isla.
— ¿En serio?
— Si, lo hablamos anoche... Tú le gustas.
— ¿Yo? Pero ¿Y tú?
— ¿Que pasa conmigo? Está bien Kitty... Él es bueno y quiero lo mejor para ti.
— Si pero... No me refería a eso... Yo... Olvídalo...
Kitty suspiró su frustración.
Isla era una cabeza dura, eso ya lo sabía... Siempre lo había sido, talvez no debería sorprenderle que al final ella hiciera que alguien tan dulce y paciente como Trevor terminara por querer alejarse... Y no podía culparlo.
— Nos vemos — Le dijo Isla a Fausto.
— Si... Seguramente si — Aceptó él.
Fausto volvió a la casa sintiéndose aliviado.
Isla lo ponía muy nervioso.
Y sinceramente lo tranquilizaba saber que Trevor ya no estaría involucrado con ella.
Incluso si eso significaba que su hermano se había quedado oficialmente sin trabajo.
— ¿Ya se fue? — Preguntó Trevor.
— Si, hace unos minutos.
— No sé si hice lo correcto...
— Lo hiciste...
— ¿Entonces porque me siento tan mal?
— Porque la señorita Montgomery es una manipuladora con linda sonrisa y mirada expresiva... "No me abandones también tú" — Dijo Fausto imitando a Isla — Y tú eres muy inocente... Por eso te sientes mal, ya se te pasará.
— Dormimos juntos anoche — Confesó Trevor.
— Lo sé — Dijo Fausto.
— ¿Cómo? Pero...
— ¿Que? Mira... Honestamente no se que le pasa a esa chica y esa relación amor odio que tienen ustedes dos es muy muy extraña... Estás mejor sin ella, confía en mi.
— ¿Relación amor odio? Yo no la odio...
— No, claro que no... Ella te odia a ti y aún así... "No me abandones" y no se que más...
— ¿Que insinuas?
— Tú sabrás...
— Fausto... ¿Has estado prestando atención? Ella hace lo que hace porque aún está enamorada de su novio muerto... Tus insinuaciones quedan sobrando, no deberías expresarte así de ella.
Fausto resopló y luego sonrió irónicamente.
Miró fijamente a su hermano que parecía genuinamente molesto por la osadía que tenía al atreverse a juzgar a Isla.
— ¿Te has planteado preguntarte qué estás sintiendo tú por ella?
Trevor lo miró bastante sorprendido.
La pregunta en si lo había descolocado.
— Nada... Digo... Apenas la conozco.
— Y ya has dormido con ella dos veces...
— Ha sido un asunto circunstancial... Pero nada ha pasado ni pasará... Tanto así que no planeo volver a verla.
— Pero si planeas salir con su hermana... Isla lo misma lo dijo.
— Kitty... Si... Es probable, me gustaría salir con Kitty.
— No me hagas mucho caso, es solo una idea vaga... Pero... Si sales con Kitty lo más probable es que vuelvas a ver a Isla... Digo, con eso de que son hermanas...
— Isla no tiene nada que ver.
— Son hermanas — Repitió Fausto — Además te debe tus tres días de trabajo.
— No me debe nada... Estoy bien así... Aunque si tengo que hacerle llegar el vídeo... No alcancé a descargarlo en su equipo.
— Convenientes excusas...
— Ya deja de ser tarado.
— ¿Te gusta dormir con ella?
Apenas terminó Fausto de hacer esa pregunta y Trevor sintió mariposas volando en todo su sistema... Ella acurrucada en su costado... El roce de su pierna en la suya... El brazo que lo estrechaba por la cintura... Y esa pequeña caricia con la nariz... Se erizó sin poderlo evitar.
— ¡Deja de decir tonterías! — Increpó Trevor antes de dejar solo a Fausto.
Isla acababa de entrar en su habitación seguida de Brenda y Kitty.
— Era en serio eso de que reventó la bombilla — Dijo Brenda cuidando de no pisar los trozos en el suelo.
La cama estaba toda revuelta.
Isla recordó fragmentos de la noche anterior que no había querido asumir como reales.
Le estaba costando mucho aceptarlo aún cuando ella había estado ahí con Trevor.
Se fijó en las sábanas arrugadas que llevaban las marcas que habían dejado el cuerpo del muchacho al perder el sentido.
Ella se llevó la mano a la boca para acallar un lamento.
Los ojos se le aguaron enseguida.
— ¿Estás bien? — Preguntó Kitty.
Isla negó.
— Casi muere... Temblaba y se sacudía... Eran casi convulsiones... Si hubiera estado sola... Yo... No sé... No sé...
— No estabas sola — Dijo Brenda — Intenta serenarte... Ya pasó, no estabas sola y Trevor está bien.
Isla se sentó en el borde de la cama mirando las sábanas arrugadas.
— No quería lastimarlo.
— Lo sabemos — Dijo Kitty — Eres algo malvada pero no llegas a psicópata.
— ¿Que pasará ahora? — Preguntó Brenda.
— No lo sé — Aceptó Isla — Según Trevor hay una "cosa" aquí que quiere dañarme.
— ¿Le crees?
— ¿No debería?
— Nosotras no estuvimos aquí anoche... Pero por lo que dices fue aterrador... Supongo que sí deberías creerle y hacerle caso.
— No dejaré a Jermaine.
— Obvio no — Dijo Kitty algo molesta.
— ¿También ustedes me juzgarán?
— No te estamos juzgando — Dijo Brenda — Pero esto se está volviendo una locura... Ya no es seguro lo que estás haciendo y te estás metiendo con cosas que no entiendes.
Isla miró a su hermana menor y luego a Kitty.
Las ignoró y volvió los ojos a las sábanas arrugadas.
Algo había pasado ahí, eso era seguro... Ahora sabía que Jermaine estaba cerca, en otro plano de realidad pero cerca.
Trevor le había dado esa certeza.
Ahora solo tenía que comprender el misterio de la casa de las mil puertas... Esa era la clave para recuperar a Jermaine.
— No me importa si nadie lo entiende — Dijo Isla.
— ¿Y que pasa con Trevor? — Preguntó Kitty directamente.
— ¿A qué te refieres? Me ayudó anoche y luego renunció... Intenté que se quedara pero no quiso, ya les dije todo eso.
— Pero... ¿Que pasa con ustedes dos? — Insistió Kitty.
— Nada... ¿Que debería pasar?
Brenda sonrió al ver la frustración en el rostro de Kitty.
— Sabes que... Yo si quiero seguir viéndolo... Es más, voy a llamarlo justo ahora y lo voy a invitar a salir — Anunció Kitty.
Isla la miró sin entender que se suponía que debía sentir al respecto.
"No quiero que te hagan daño" la voz de Trevor resonó en su cabeza al tiempo que recordaba que se lo había dicho mientras le tomaba la mano...
Entonces también recordó esa extraña sensación de no querer que Kitty saliera con él...
¿Pero por qué?
— Hola lindo — Escuchó decir a su hermana al teléfono.
¿Que era ese recuerdo?
¿Lo había abrazado durante la noche?
— Si... Ya nos contó lo que pasó ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?
¿Le había hecho ella esas preguntas?
— Eso es bueno... No sabes cuánto me alegra saber que estás bien — Seguía diciendo Kitty — Está bien... Ya sabes, necia como siempre.
¿Estaba él preguntando por ella?
El corazón le dió un vuelco.
— Oye... Con eso de que ya no vas a trabajar con nosotros, estaba pensando que no necesariamente tenga que significar que no vamos a volver a vernos ¿Te gustaría que saliéramos por ahí a tomar algo o a dar una vuelta?
Isla frunció el seño.
— ¡Si! ¡Es genial!... Ok... Claro que sí, sé dónde es... Te veo esta noche.
Kitty terminó la llamada y enseguida dirigió su mirada a Isla.
— ¿Esta noche?... No pierden el tiempo ustedes dos.
— Yo nunca pierdo el tiempo ni las oportunidades — Dijo Kitty.
— Solo no juegues con él — Dijo Isla antes de salir de la habitación.
Brenda y Kitty la siguieron con la mirada hasta que se les perdió de la vista.
— Le gusta mucho — Dijo Brenda.
— Sip — Confirmó Kitty.
— Debe sentirse terriblemente confundida.
— Y súper culpable con Jermaine.
— Amabamos a Jermaine... Todos lo hacíamos pero ya no está... ¿Por qué le costará tanto aceptar que merece ser feliz?
— Iban a casarse... Debe ser horrible sentir que lo está traicionando.
— ¿En serio vas a salir con Trevor?
— Obviamente... Él parecía bastante interesado en el estado de Isla... Creo que es mutuo...
— No lo sé... Isla lo ha tratado muy mal todo el tiempo.
— Lo sé y por eso voy a salir con él... Necesito información verídica y de primera mano.
— Trevor es encantador... Ten cuidado y no vayas a salir encantada tú también.
— ¿Estaría mal? Isla ya nos dijo que no lo quiere y me lo cedió.
— Es un chico no una cosa, no puede cedertelo...
— No te adelantes a los hechos... Ya veremos qué pasa esta noche.
Isla respiraba agitada... No lo entendía.
Estaba conciente que le daba exactamente igual lo que Trevor hiciera con Kitty...
¿O no?
Se acercó a su tarjetero... Su amado tarjetero.
No había tomado una tarjeta desde el día en que conoció a Trevor.
¿Casualidad?
No estaba segura.
Sacó una tarjeta.
"Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla aunque sea un poquito es la única manera de probar que la realidad es transformable... Eduardo Galeano."
Ella suspiró.
— Pero es que no quiero cambiar mi realidad... No te dejaré Jermaine... No lo haré... No te preocupes amor.
Volvió a dejar la tarjeta con las demás y pensó en Trevor.
— Lo siento... No hay manera de que esto pase... No pasará.
Se limpió una lágrima que se había escapado involuntariamente.
Tomó aire y se recompuso.
Tenía mucho que hacer y nada de tiempo para perder.
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