Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Eternamente [33]

Volver al universo onírico era fácil.

Lo difícil sería cerrar la entrada, sabiendo lo que estaba dejando del otro lado.

Isla se sentó frente a la puerta, abrazó sus rodillas mientras sollozaba e intentaba encontrar las fuerzas necesarias para bloquear la entrada.

Nada debía salir de ahí.

Y tampoco nada podría volver a entrar.

Estibaliz estaba muerta y Trevor tendría que tomar el lugar del guardian de todos aquellos sueños que ya no tendría.

Recordó cuando él le dijo que prefería un atardecer en tierra firme mientras la tomaba de la mano.

Isla sonrió con tirsteza.

A veces la realidad superaba lo infinito que puede llegar a ser un sueño.

Sobre todo si ese que te toma la mano es la persona correcta y te hace soñar despierta.

Tomó iré y se puso de pie.

Era su lugar, lo dominaba muy bien...

Sería cuestión de segundos, eran sueños al fin y al cabo.

Solo tendría que desear que en lugar de la puerta hubiera un muro de concreto inquebrantable y la casa de las mil puertas quedaría sellada para siempre.

Pero es que no era lo que deseaba...

Quería sacar a Trevor y que Jermaine se quedará dentro...

¿Pero como?

Era demasiado riesgoso.

En el momento que había pensado que Kitty seguía en el sueño de Trevor, el pánico que había sentido no se parecía a nada.

No podía poner en riesgo a nadie más.

Pero...

Había algo que no estaba tomando en cuenta, algo se le estaba escapando...

De esa pieza que faltaba dependía que Trevor volviera o pasara la eternidad conteniendo a Jermaine.

-Eternamente -dijo ella en voz alta-, porque la capacidad de soñar es infinita... Entonces... ¡Entonces! ¡Ya lo tengo!

Se apresuró a entrar a la casa de las mil puertas y lo hizo casi corriendo.

Ya sabía cómo contener a Jermaine sin que nadie tuviera que sacrificarse en el camino.

Corrió por los pasillos que tantas veces había recorrido y que conocía tan tan bien, solo esperaba que no fuera demasiado tarde.

No tenía idea de lo que pudiera estar pasando en aquel momento entre Trevor y Jermaine, le aterraba pensar que había tardado demasiado en ver la solución.

A veces solo hace falta escuchar, a veces las respuestas están ahí dando vueltas en el pensamiento, esperando pacientemente a ser encontradas.

El bucle.

Trevor mismo le había dado la solución.

Talvez Jermaine tenía ciertas influencias proporcionadas por sus demoníacas amistades, pero en el universo onírico, él no tenía la potestad que tenía un viajante.

En el universo onírico el tiempo no tenía importancia, un minuto o la eternidad podían ser lo mismo y solo el viajante poseía la facultad de determinar las reglas del juego en medio de sueños.

Ya le daba igual si nunca podía volver a soñar, si nunca más podía volver a entrar a su universo onírico, ahora solo le importaba construir sueños con Trevor junto a ella.

Mucho mejor si ambos estaban despiertos.

Llegó hasta la puerta del sueño convertido en pesadilla.

Sin pensarlo más giró la perilla y entró.

Un gemido de espanto se escapó de ella en cuanto sus ojos vieron lo que estaba pensando.

De la quietud y la calma de aquella playa paradisíaca ya no quedaba nada.

El cielo se había oscurecido y una tormenta se desataba salvaje sobre el mar que se agitaba y convulsionaba en el rugir de las olas y la ferocidad del viento.

Isla intentó enfocar la vista buscando cualquier cosa que le indicara que aún había algo que salvar.

Echó a correr buscando la cabaña, pero el clima inclemente le estaba impidiendo avanzar.

Se aferró a su último atisbo de esperanza y continúo aún con la vista nublada y el cuerpo adolorido por el esfuerzo de intentar caminar entre ráfagas de viento impregnado de sal de mar.

- ¡Trevor! -Gritó ella desesperada.

Apretó los dientes y siguió, sentía que no avanzaba nada, la desesperanza empezó a ganar terreno y ella comenzó a llorar, jamás se perdonaría saber que el final pudo ser diferente y que había llegado demasiado tarde.

- ¡Trevor! -Gritó una vez más.

Se dejó caer de rodillas sintiéndose derrotada.

-Por favor -suplicó bajito.

Entonces sintió que la tomaban de los hombros, un agarre firme pero cuidadoso.

Enseguida se abrazó fuertemente a él.

- ¿Por qué volviste? Sé que eres la jefa, pero debiste hacerme caso.

-No podía, no podía. Yo te amo.

Sentir en ese momento que él la estrechaba entre sus brazos valía cada segundo de estar en el centro de aquella horrorosa tormenta.

-Isla...

-El bucle infinito ¿Lo recuerdas? Estibaliz te encerró.

- ¿Que?

- ¡El bucle! ¡Trevor, el bucle!

Ella no tuvo que explicar nada más, él entendió enseguida lo que Isla estaba pensando.

-Pero yo no puedo... No sé cómo.

Isla le devolvió una mirada exasperada.

Era cierto que Trevor acababa de describir sus capacidades de viajante onírico y apenas había intentado un par de cosas.

Construir una prisión onírica y atrapar a Jermaine en un bucle infinito no debía ser tarea fácil.

Pero seguía siendo una solución y ella se aferraría a esa esperanza hasta las últimas consecuencias.

Entonces la quietud.

Era tal el silencio que resultaba inquietante en los sentidos, como si algún elemento de la realidad hubiera desaparecido y en su lugar quedara un vacío que causaba escalofríos.

- ¿Que está pasando? -preguntó Trevor.

Isla apretó los puños.

La figura alta, fuerte e imponente de Jermaine se fue dibujando y materializando de a poco delante de ellos.

Sonreía socarron y emanaba un aire de seguridad y confianza que hizo que Isla sintiera náuseas.

Talvez ya habían perdido y cualquier intento por detenerlo sería inútil.

- ¡Mi querida y preciosa Isla! - Dijo Jermaine con burlona suficiencia-, por un momento pensé que ya no te vería, pero en realidad era muy evidente que tu nuevo novio jamás me enfrentaría él solo... Mejor si se esconde tras tu falda...

-Deja las provocaciones Jermaine, Trevor no reaccionará ante esa clase de ataque ridículo.

Jermaine sonrió de medio lado antes de empezar a caminar hacia Isla.

Trevor intentó protegerla con su cuerpo, pero ella lo tomó fuerte de la mano para indicarle que estaba bien y que debía confiar en ella.

-Escucha... Dejaré que él se vaya y dejaré este lugar si a cambio tú te quedas conmigo.

- ¿Que? -preguntó ella sorprendida por esa propuesta.

Trevor negaba incrédulo, en realidad Isla nunca consideraría semejante proposición ¿Cierto?

-Lo que oíste, le devolveré su cuerpo, incluso permitiré que Demarco vuelva, no molestaré a tus hermanas, ni a nadie que sea importante para ti, la única condición es que vengas conmigo.

El futuro soñado pasó frente a ella como el perfecto montaje de una película romántica en dónde solo se ven imagines de los momentos más felices.

Claro que ella no había vivido nada eso.

Eran solo ilusiones y fantasías de una soñadora dejando salir su parte más sensible, esa que no mostraba mucho, pero que hubiera amado compartir con Trevor.

Casi pudo sentir la calidez de cada abrazo que nunca le daría y el sabor de cada beso que ya no probaría, la sensación maravillosa de cada mirada que roba el aliento al perderte en unos ojos que gritan amor en silencio.

Esa ya no sería su historia de amor, pero él sería libre.

Estaría vivo y estaría bien, su familia y sus amigos lo estarían también.

Eso era lo único que importaba.

-Acepto -dijo ella sin siquiera mirar a Trevor.

- ¡No! -lo escuchó rugir desesperado.

Luego la risa macabra de jermaine y después la oscuridad.

Seis meses después.

Trevor despertó sobresaltado.

Enseguida intentó normalizar su respiración, ya era lo usual. Sabía que soñaba y sabía que eran pesadillas, pero no lograba recordar nada.

Suspiró resignado, la vida seguía y aunque estaba seguro que dolería siempre, tenía que aceptar que Isla ya no estaba.

Ella le había regalado la oportunidad de volver y también le había regalado parte de su valentía y tenacidad al momento de afrontar la vida.

Dejó la habitación y se encontró con Félix preparando café, eso también se había vuelto usual.

-Buen día encanto ¿Descansaste?

-Empiezo a hacerlo -dijo él dejandose caer en una de las sillas del comedor.

Félix le devolvió una sonrisa triste.

-Era mi amiga y la amaba, y juro que también la extraño, pero tenemos que aprender a dejarla ir.

-Es que duele tanto...

-Si lo sé, ella no volvió, tomó su decisión y tenemos que respetarla, se sacrificó por tu bienestar y el de todos nosotros, creo que le debemos hacer el mejor esfuerzo de seguir adelante.

Sabía que Félix tenía razón, aun así, se sentía tan culpable...

Había pasado todo tan rápido, Isla había aceptado la propuesta de Jermaine y lo que siguió era confuso y borroso.

No pudo hacer nada, no pudo opinar, no pudo despedirse, no pudo darle un último beso.

Lo siguiente que supo fue que despertó y que Isla no lo hizo.

El corazón de Isla se había detenido y ya no hubo forma de hacerla volver.

Lo había intentado todo, pero nada funcionaba, era incapaz de volver al laberinto de puertas y había perdido su capacidad de soñar, ya no podía viajar por el universo onírico.

Félix se acercó y acarició el hombro de Trevor.

- ¿Sabes lo que yo creo? Creo que dónde quiera que esté, está bien... Es Isla Montgomery y más que nadie, ella es valiente y sabe prevalecer.

-Me gusta pensar que le hace la vida imposible a Jermaine -confesó Trevor.

- ¡Oh sí! Te aseguro que lo hace.

Trevor sonrió.

Fausto le había preguntado si se arrepentía de haber conocido a Isla, si hubiera preferido ir por otro camino.

Y no.

No lo hacía.

Conocer a Isla y enamorarse de ella sería siempre la gran aventura de su vida.

Además también su hermano había conocido a Félix y aquello iba viento en popa.

Demarco había vuelto también, despertó justo donde se había quedado, en medio de la casa Darkness.

No pudo quedarse, a Demarco le costó mucho aceptar que Jermaine hubiera cambiado al punto de tomar la vida de Isla.

Tal vez con el tiempo aprendería a aceptarlo, de momento se había marchado sin explicación alguna y nadie tenía idea de su paradero.

Brenda se había dedicado a trabajar, era lo que la mantenía animada y la ayudaba a sobrellevar lo que había pasado.

Y no se quejaba, se había unido a un grupo de organizadores de eventos y estar ocupada y con la mente activa la alejaba de la tirsteza.

Luego estaba Kitty. La más fuerte.

Estaba orgullosa de su hermana y se había jurado a si misma que nadie la olvidaría.

Kitty estaba siguiendo el legado de Isla de fantasmas, ella se había convertido en la nueva lady Darkness.

En eso estaba pensando Trevor cuando una notificación en el teléfono lo distrajo.

"¿A qué hora vienes hoy?"

Kitty...

¿Le molestaría a Isla?

No lo había planeado y no lo había buscado, solo había sucedido.

"Voy al conservatorio, cuando salga paso a buscarte"

Aun no sabía si eso funcionaría, apenas y estaba comenzando.

Se vistió a toda prisa.

Recuper su beca en el conservatorio había sido lo suficientemente complicado como para darse permiso de llegar tarde a sus clases.

Ya más tarde iría a buscar a Kitty, esa noche tendrían la cita número tres.

Y el fin de semana como para no perder la costumbre, saldrían en la van a investigar un caso paranormal.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro