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Choque de tensiones [8]

La cámara estaba lista y fija en el trípode.

Los testimonios se grabarían en el segundo piso de la casa, en aquel salón donde todo estaba cubierto por sábanas blancas... Y al parecer así se quedaría.

Las sábanas blancas sobre los muebles eran un recurso para variar los escenarios sin perder el aspecto tétrico que Isla siempre buscaba en sus videos.

Trevor estaba sentado en una silla junto a su cámara, callado y a la espera de recibir órdenes.

El equipo estaba completo y por fin estaban listos para comenzar la reunión.

Demarco hacía reír a Brenda con una historia muy extraña acerca de la insistencia que tenía la mujer de la compañía celular en la que él tenía cuenta para que accediera a las fabulosas promociones y beneficios a los que él y exclusivamente él había sido seleccionado y su incredulidad al escucharlo rechazar los increíbles y maravillosos beneficios.

— ¡Que mujer tan insistente! Me llama todos los días, no entiendo cómo es que es tan difícil de entender que no quiero cambiar el plan del celular...

— ¡Pero es que los beneficios son increíbles! — Se burlaba Brenda — Pero ya en serio... A lo menos escúchala, a veces en realidad te ofrecen mejoras en los planes de telefonía.

Demarco la miró incrédulo.

Félix por su parte estaba recargado contra una de las paredes concentrado al máximo en su teléfono.

De vez en cuando sonreía de manera sospechosa para luego escribir a toda velocidad.

Parecía algo ansioso pasando el peso de su cuerpo de una pierna a la otra incesantemente... Pero por la sonrisa que se negaba a abandonarlo, aquella ansiedad no parecía molestarle.

Kitty estaba acomodando las sábanas que cubrían el mobiliario para que según ella se vieran "estéticas"

Ella se aseguraba que todo se viera perfecto, no quería una sábana colgando de un lado en uno de los muebles dejando al descubierto la otra parte... Eso se vería horrible y descuidado.

— Ya estoy lista — Dijo Isla en ese momento.

Se fijó en su equipo, todos estaban en lo suyo excepto Trevor.

Él se veía ausente.

Sentado ahí sin moverse, sin expresión en la cara mirando el piso.

No pudo evitar sentirse mal por él... Básicamente Kitty había decidido que en realidad no quería involucrarse con él y estaba siendo obvio que eso no le había sentado nada bien.

Ser rechazado nunca era fácil.

Pero tampoco podía negar que aquello era un alivio a nivel personal.

Así lo prefería.

Debió sentir su mirada sobre él.

Trevor levantó la vista y sus ojos se clavaron en ella.

Se paralizó por un segundo... ¿Por qué estaba mirándola de ese modo? ¿Que era? Parecía rencor... Pero...

Había sido tan sumiso hasta el momento que nada parecido al rencor tendría cabida en su mirada y sin embargo... Ahí estaba.

Eso la molestó.

Muy a pesar de todas sus convicciones y de jamás atreverse a aceptar que aquella mirada la había intimidado, ella se irguió en toda su altura y le devolvió la misma frialdad.

— Ya estoy lista — Repitió ella elevando la voz.

Trevor se puso en pie sin dejar de mirar a Isla, ella se reusava a ser la primera en ceder, si él quería un duelo de miradas... Bien.

— ¿En el cuarto rojo? — Preguntó Brenda al descuido.

— Claro... Traje el almuerzo — Dijo Félix.

— ¿Del restaurante cajun que tanto nos gusta? — Preguntó Demarco.

— Obvio — Respondió Félix.

Kitty se detuvo un momento cuando notó el juego de miradas que se estaba llevando a cabo entre su hermana mayor y su lindo camarógrafo.

Prefirió rodearlos y no interrumpir la magia del momento.

¿Quien sabe?

Talvez esa era la forma en que Isla seducía a sus víctimas...

— ¿Dónde está Isla? — Preguntó Demarco cuando Kitty entró al cuarto rojo.

— Afuera intimidando a Trevor.

A nadie la pareció que eso tuviera nada fuera de lo común.

Aunque Félix rodó los ojos y suspiró.

Si era honesto consigo mismo sus motivos para que querer que Trevor se quedara en el equipo eran totalmente personales... Pero aún así, no estaba dispuesto a dejar que aquella enemistad con Isla lo arruinara todo.

— Voy a traerlos — Dijo el chico un momento después.

Salió de la habitación y lo que encontró no fue precisamente a Isla intimidando a Trevor...

Ella estaba de espaldas a él abrazando su propio cuerpo mientras que Trevor la mirada como si hacerlo le causara mucha angustia.

— Ehmmm ¿Estoy interrumpiendo algo? — Preguntó Félix.

— No — Respondió Trevor.

— ¿Me permites hablar un momento con Isla?

Trevor asintió al tiempo que se encaminaba al cuarto de la puerta roja acolchada a la que todos llamaban cuarto rojo.

Cuando Félix se aseguró de que Trevor había cerrado la puerta se acercó a Isla.

— Nena... Necesito hablar contigo... Es importante.

Ella asintió.

Él la vió limpiarse el rostro con las manos.

— ¿Estás bien? ¿Trevor te hizo llorar? — Preguntó aunque la pregunta en si sonaba muy tonta en voz alta.

— No, claro que no... Es que... Me pareció... No importa — Dijo ella negando — ¿Que querías decirme?

Félix la miró inquisitivo, aunque ya sabía que insistir no serviría de nada, Isla era sumamente hermética cuando quería serlo.

— En realidad venía a interceder por Trevor... Pero si se portó mal contigo y te hizo llorar...

— No me hizo nada, te lo aseguro... Lo otro me da curiosidad ¿Interceder por Trevor? ¿A qué te refieres? Por favor no vayas a decirme que te gusta.

— ¿Gustarme? Bueno claro que es lindo pero no... Es decir si me gusta como amigo y todo eso...

— ¿Te pusiste nervioso?

Félix tomó aire mientras se retorcía las manos.

— Te diré... La forma en que más me gusta Trevor sería como cuñado...

Isla lo miró sin entender durante un momento.

— Oooooh — Dijo ella cuando lo entendió.

Félix asintió.

— Cuéntame — Pidió ella.

— La versión corta es que lo llevé a su casa y conocí a su hermano y pues....

— Ok... Cariño tómalo con calma.

— ¡No puedo! Sabes que soy un romántico sin remedio y talvez ahora...

— Félix no quiero que vuelvan a romper tu corazón... Te enamoras muy muy rápido y siempre de chicos hetero.

— Lo sé.

— ¿Pero?

— Así soy, supongo que nunca aprendo... Llámame loco si quieres, pero está vez hay algo especial que no puedo explicar pero que puedo sentir tan claramente...

Ella sonrió sin poder contenerse, los ojos de Félix brillaban haciendo resaltar esa mirada soñadora.

— Lo destruiré si te hace daño — Dijo ella.

— Trevor me contó que Fausto nunca ha tenido novia... Ni una sola... Y fue tan lindo conmigo, como si ya fuéramos amigos... Todo fue tan natural... Y me escribió está mañana, él a mi.

— ¿Que dijo?

— Me envió unos planes de entrenamiento... Ah porque seguramente lo contrate como entrenador personal.

— No quiero sonar cruel... Pero... ¿Has considerado que solo sea interés profesional?

Félix asintió.

— No soy tonto Isla, mi mente lo tiene claro pero mi corazón es sordo... Cómo sea Trevor es un buen lazo conector.

— Tranquilo, no voy a despedirlo.

— ¿Quieres contarme lo que estaba pasando entre ustedes?

Ella suspiró.

— El impertinente me estaba mirando de una manera que no me gustó, así que básicamente decidí acabar con él usando mi mirada de hielo.

— Tu ataque más fulminante.

Ella asintió dándole la razón a Félix.

— Entonces... No sé explicarlo, pero los ojos de Trevor dejaron de ser sus ojos y vi los de Jermaine... Me asusté Félix, muchísimo.

Ambos se quedaron en silencio.

Félix pensó en las tarjetas de frases que habían aparecido entre las cosas de Trevor sin explicación aparente.

— Desde el fin de semana vienen pasando cosas extrañas con Trevor que involucran a Jermaine... Creo que quiere usarlo como vía de contacto, quiere comunicarse conmigo usando a Trevor de intermediario... No lo entiendo.

Félix pensó que ella enloquecería si supiera lo de las tarjetas.

Un escalofrío le recorrió la columna.

Talvez Isla tenía razón.

Definitivamente no le gustaría ser Trevor en ese momento.

— Ehmmm... Seguramente nos estén esperando para almorzar — Dijo Félix esperando cambiar ese tema.

Ella asintió.

Félix la tomó de la mano y así entraron juntos al cuarto rojo.

Brenda estaba distribuyendo platos y cubiertos sobre la mesa mientras Kitty buscaba las bolsas que Félix había llevado con el almuerzo.

El cuarto rojo era probablemente la habitación más grande de la casa, era por eso que lo habían acondicionado como sala multipropósito.

Habían muebles, un refrigerador, una mesa, un librero que en lugar de libros era usado como organizador de cintas y documentos que recopilaba toda la información de los casos que Isla de fantasmas había investigado.

Además también habían dos escritorios dónde se encontraban los computadores, micrófonos y todo aquello que usaban para la producción de los vídeos.

Trevor se había sentado en uno de los muebles frente a una mesita que usaban para poner bebidas y snacks cuando las reuniones eran más informales, en ese momento sobre la mesa había un tablero de ajedrez con algunas piezas faltantes.

Talvez se había concentrado tanto en mirar esas piezas que no notó cuando Isla y Félix entraron.

— ¿Trevor, vienes a almorzar? — Preguntó Félix.

Él tomó a la reina blanca en el tablero de ajedrez.

— ¿Es a propósito? — Preguntó él sosteniendo la pieza entre los dedos.

Todos lo miraron sin entender de qué podía estar hablando.

— ¿Dónde están la piezas faltantes?

— No estaban — Dijo Brenda.

— ¿Casualidad? No lo creo... La reina blanca, la torre negra... Un caballo y muchos peones... ¿Dónde está el rey?

— Muerto — Respondió Isla.

Trevor giró a la reina entre sus dedos antes de volver a dejarla en su lugar en el tablero.

— La reina — Dijo él, luego tomó la torre — Este es tu reino, tu casa Darkness... Tu isla de fantasmas... Y los peones claro... Listos en fila esperando sacrificarse por su reina...

— ¡Ya basta! — Dijo Demarco levantando la voz — ¿Crees que porque sabes dos cosas tienes derecho de juzgar a Isla? ¡Tú no nos conoces!

— ¿Que pasa contigo Trevor? — Preguntó Félix.

Él agachó la cabeza... Era obvio que se había pasado.

— Lo siento — Decía mientras se ponía de pie — No creo que esto resulte... Mejor que busquen el siguiente camarógrafo... Gracias por todo.

Salió del cuarto rojo dejando a todos sin palabras.

Le hubiera gustado salir de la casa a toda velocidad pero tenía que llevarse sus cosas.

Estaba sacando la cámara del trípode y buscando el bolso para guardarla, cuando se agachó para recogerlo otra de las tarjetas cayó del bolsillo de su camisa.

Él dejó escapar un suspiro antes de recogerla y leerla.

"Con el tiempo todo pasa. He visto,con algo de paciencia, a lo inolvidable volverse olvido, y a lo imprescindible sobrar"... Gabriel García Márquez.

— ¿Por qué tienes eso? — Preguntó Isla a su espalda.

Trevor se giró bruscamente.

Miró a Isla sin saber que decir, era difícil de explicar por no decir imposible y sin sentido.

— Yo no la tomé — Fue lo que dijo antes de extender la tarjeta entregándosela a Isla.

Ella la tomó algo ansiosa y enseguida la leyó.

— ¿De dónde la sacaste?

Él encogió los hombros.

— ¡Trevor! Esto es importante... Dime por favor de dónde la sacaste.

Fue testigo de la angustia que ella estaba sintiendo en ese momento, era evidente en su mirada y por un instante sintió la necesidad de abrazarla.

Claro que no lo hizo.

— No lo sé y por más absurdo que parezca esa es la verdad... Simplemente aparecen...

— ¿Aparecen? ¿Hay más?

Él asintió. 

— Esta tarjeta no es mía... Esta frase no estaba en mis tarjetas.

Él encogió los hombros.

— ¡Puedes dejar de hacer eso! Es irritante.

— No sé que quieres que te diga... No puedo explicarlo.

— Dame las otras tarjetas, dime cómo las obtuviste.

— Ya te lo dije, solo aparecen entre mis cosas... Y ahora aparentemente también aparecen en mi.

Ella era una mezcla entre incredulidad y enojo apunto de hacer ebullición.

Él lo notó.

Talvez huir a toda prisa no era tan mala idea... Talvez Félix podría recoger sus cosas por él y llevárselas luego... O simplemente talvez debería dejar de pensar tonterías.

— Isla discúlpame... Debí decírtelo.

— ¡Claro que debiste!

— Te preguntaré algo y se honesta por favor... ¿Me odias?

— Que absurdo — Respondió ella con fastidio — El odio es un sentimiento demasiado fuerte para sentirlo por alguien que en realidad no te genera gran cosa...

— ¿Me respetas al menos?

Ella se quedó callada por un momento.

— Escucha... Primero vas a contarme a detalle lo de las tarjetas... Luego podemos hablar de respeto — Dijo cuando finalmente habló.

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