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¿Captaste eso? [5]


Isla despertó un rato más tarde y se encontró con la tarjeta en la cama.

Se llevó la mano a la boca mientras sentía que los ojos se le aguaban.

¿En serio esa?

¿Acaso intentaba decirle algo?

— ¿Jermaine? — Dijo ella en voz baja.

Cerró los ojos.

No necesitaba ver, solo sentir.

Su cuerpo temblaba y su corazón se agitaba.

Nada.

No había nada.

Se secó los ojos y se puso en pie, tenía que ir a la cena.

Abrió la puerta y ahí estaban sus hermanas hablando entre ellas.

— Isla — Dijo Brenda — ¿Descansaste?

No pudo... Se echó a llorar sin antes poder decir una sola palabra.

Brenda y Kitty se acercaron enseguida y abrazaron a su hermana, ella aún tenía la tarjeta en la mano.

— ¿Que pasó? — Preguntó Kitty.

— Estaba sobre la cama — Dijo ella.

Ambas chicas la leyeron.

— ¿Cómo llegó a tu cama? — Preguntó Brenda, se había puesto un poco pálida.

— No lo sé... Yo estaba dormida.

— Bueno... Puede haber alguna explicación — Razonó Kitty.

— ¡Listo! — Dijo un sonriente Félix haciendo su entrada en ese momento.

La sonrisa se le borró enseguida cuando vio el rostro de Isla.

— ¿Que pasó nena?

Kitty le pasó la tarjeta.

— Pero... Ya habías leído la de hoy y no era esta.

— Apareció sobre la cama — Explicó Brenda.

Félix se estremeció.

— ¡Genial ya despertaste! — Dijo Trevor que había entrado al escuchar las voces — ¿Todo bien? — Preguntó al ver las caras serias del grupo.

— No es nada — Dijo Isla tomando la tarjeta de la mano de Félix mientras volvía a la habitación — Voy a cambiarme para ir a la cena.

Luego cerró la puerta.

Trevor se quedó a medio camino.

— Solo quería sacar mi bolso — Se giró y vio que los demás seguían pálidos — ¿Que sucede? ¿Que pasa con esas tarjetas?

— Fueron un regalo que le hicieron a mi hermana — Dijo Brenda.

Isla salió de la habitación en dirección al baño.

— Cinco minutos — Dijo ella.

Trevor entró a toda prisa a tomar su bolso y la camisa que había ensuciado esa tarde.

La guardó con cuidado de no ensuciar lo demás y luego buscó su teléfono.

Su madre le había escrito muchos mensajes y tenía algunas llamadas perdidas.

Hizo una mueca de angustia y salió con el teléfono en la mano.

— Lista — Dijo Isla — ¿Y Demarco?

— Estaba afuera hablando con el maravilloso capaz — Dijo Félix.

— Bueno... Vamos.

Salieron y se encontraron con Trevor al teléfono.

— Mamá... Lo siento tengo que colgar te hablo al rato — Terminó de decir antes de cortar la llamada.

Isla lo quedó mirando sin entender que estaba pasando.

Él se sonrojó.

— Yo... Mi mamá... Ella se preocupa por mi... Soy su hijo menor y....

— Da igual... Creí que tenías permiso de viajar.

— No pido permiso... Soy adulto.

— Claro...

— Voy a cumplir 23 en tres semanas.

— Me alegro por ti.

Brenda soltó una risita.

Kitty sonreía... Él era muy tierno y muy lindo.

— Muy bien escuchen — Dijo Isla — El primer turno Brenda y Kitty de once a una... El segundo turno Félix y Demarco de una a tres... Y el último turno de tres a seis, el adulto y yo.

Trevor resopló.

Se encontraron con Demarco en el camino hacia la casa principal.

Se unió al grupo pasando su brazo por los hombros de Kitty.

— ¡Buenas noches! Es un gusto tenerlos aquí, pasen por favor.

El grupo saludó con los Quinn y pasaron directamente al comedor, era bastante grande la mesa estaba dispuesta hasta para doce comensales, esa noche eran solo ocho.

— Me encanta su casa — Dijo Brenda — Es de muy buen gusto.

— Gracias — Dijo una sonriente Karina Quinn — Espero estén disfrutando la visita.

— Mucho — Dijo Félix — Sobre todo las vistas... Son espectaculares.

Kitty le guiñó un ojo a Félix.

— Tomen asiento por favor — Pidió el señor Quinn.

Demarco ya había anticipado las intenciones de Kitty y él planeaba frustrar su intento de sentarse junto a Trevor.

Pero no lo logró... De alguna manera la veloz chica anticipó dónde se sentaría Trevor y en un segundo ella ya estaba ocupando el asiento junto a él.

Demarco la desaprobó con la mirada, ella le lanzó una sonrisa divertida.

Aunque felizmente a Isla no pareció importarle, estaba más interesada en la información que los Quinn tuvieran para darle.

— Aquí todos los trabajadores dicen haber visto a Nicolás y a Paloma... Justo antes del amanecer en un punto entre las cinco y media y las seis de la mañana — Contaba Karina.

— Aunque también nos han expuesto que se escuchan ruidos durante la noche — Acotó Cristian — Una vez se encendió una luz en la habitación de la esquina... Lo cual no deja de ser extraño si consideramos que las casa no tiene energía eléctrica.

— ¿Una vela tal vez? — Preguntó Isla.

— Podría ser... La luz era algo intermitente como titilante se podría decir.

— ¿Estás apariciones suceden todos los días?

— No... No es raro que suceda y la mayoría ya no se asusta, aunque nadie es muy dado a acercarse a la casa roja, aún así creo que los trabajadores preferirían que no sucediera nada.

— Debe resultar inquietante para la mayoría.

— Yo incluida — Confesó Karina — Casi no duermo en esta propiedad, no si puedo evitarlo... Esta noche después de la cena me retiraré a la otra finca que es de nuestra propiedad, pero Cristian se quedará por si sucede algo durante su investigación nocturna.

— De más está decir cuánto agradezco su hospitalidad y su cooperación con nosotros — Dijo Isla.

— Por supuesto, encantados de ayudar.

La cena transcurrió con aparente normalidad, aunque Isla no pasó por alto que una de las manos de su hermana siempre estaba bajo la mesa.

Miraba fijamente a Trevor en busca de algún indicio... Aunque fuera el más mínimo... Un solo gesto y el hombre estaba fuera del equipo.

Él pasó la prueba, con Kitty ya tendría tiempo de hablar.

Más tarde esa noche Brenda y Kitty se marcharon a vigilar la casa roja.

Su turno terminaba a la una en punto cuando serían reemplazadas por los chicos.

— ¡Feliz turno! — Dijo Félix mientras agitaba su mano desde la puerta.

Isla ya había entrado a la habitación cuando se dió cuenta que las cosas de Trevor no estaban.

— ¿Que pasó con tu bolso? — Preguntó ella.

— Lo saqué... Necesitaba mis cosas.

— Déjate de tonterías y entra ya — Dijo ella.

Trevor miró a Félix en busca de una explicación.

El chico solo se encogió de hombros.

— Mejor hazle caso — Sugirió.

Trevor tomó su bolso y volvió a la habitación con Isla.

— ¿Te manoseó? Dime la verdad... Sabré si mientes — Dijo ella en cuanto él entró.

— ¿Que? ¡No! ¿De que hablas?

— De la mano de Kitty bajo la mesa.

— No... Ella no me ha tocado... Oye... No me conoces y lo entiendo, pero soy respetuoso con las mujeres... Mis padres me educaron para ser una persona de bien... Apenas los conozco a todos ustedes desde ayer... No estaría bien que ella me tocara.

Isla no esperaba esa respuesta...

Fernando el camarógrafo número tres había tocado mucho a Kitty...

Aunque no en el primer día eso era cierto... Pero si en la primera semana.

Suspiró.

— Lo siento — Se disculpó ella — Puedes dormir aquí... Pondré almohadas en el medio.

— Puedo dormir en el suelo o en una silla de las de afuera... No quiero incomodarte.

— No será necesario mientras te mantengas de tu lado.

Él asintió.

— ¿Podrás dormir? — Preguntó ella.

— No estoy seguro... Lo de hoy... Talvez no logre dormir nada.

— Inténtalo, puse la alarma diez antes de las tres.

— Ok.

Ella se acostó dandole la espalda, ya no le dijo nada más.

Lo siguiente que sintió fue que ella lo tocaba en el hombro.

— Trevor despierta ya.

Él abrió los ojos... Estaba cansado, tenía mucho sueño y sentía mucho frío.

— Levántate de la cama... Vamos es nuestro turno.

Ella lo dejó solo un momento y él se sentó, se veía la extensión de tierras de la finca desde la ventana de la habitación.

— ¿Demarco? — Dijo en voz alta cuando le pareció verlo de pie a unos metros desde la ventana.

— ¿Te cepillarás los dientes? — Preguntó Isla volviendo a la habitación — Y lávate la cara también pareces muerto en vida.

Unos minutos más tarde salieron de la casa de huéspedes con dirección a la casa roja.

Él llevaba la cámara en la mano por si algo sucedía.

— Creo que ví a Demarco fuera de nuestra habitación — Dijo él.

— Imposible, nadie deja el turno hasta que llega el relevo... Seguro soñabas.

— ¿Con Demarco?

— No te juzgaré, mi amigo está bastante bien.

— Nada en contra pero no es lo mío.

— Bien... Tampoco tengo nada en contra de la heterosexualidad.

— ¿Tú? Espera... ¿Te gustan las chicas?

— ¿Eso haría alguna diferencia?

— No en realidad.

— Bien.

Llegaron frente a la casa roja y encontraron a Demarco y a Félix viendo una película en la portátil.

— ¿Que hacen? Se supone que miren la casa no una película — Se quejó Isla.

— Captamos algo — Dijo Félix mientras se ponía de pie — Lo grabé con el teléfono... Pusimos la película para relajarnos en lugar de salir corriendo.

— ¿En serio? En ese caso... Los perdono... Ahora vayan a dormir, intercambiamos impresiones en la mañana.

Demarco y Félix se despidieron y fue el turno de Isla y Trevor de sentarse en la manta y mirar la casa roja.

— ¿Por qué no te dijeron lo que vieron?

— Nunca lo hacemos hasta que no terminan los turnos... Así no nos sugestionamos... De hecho ni siquiera debió decir que captaron algo.

— Entiendo... Tiene sentido.

A esa hora de la madrugada el único sonido que se escuchaba era el aullar del viento.

Ella parecía súper cómoda y relajada.

Él honestamente no quería estar ahí y mucho menos quería escuchar al viento quejarse... Odiaba ese sonido desde niño.

— ¿Tienes frío? Está helando — Dijo él.

— Mi abrigo es grueso.

— También el mío pero soy friolento.

— No te abrazaré...

— No era lo que sugería...

— Solo estaba bromeando... No soy tan mala.

— Tampoco dije eso.

Él tomó su cámara y la encendió, la conectó al portátil que los chicos habían dejado.

— ¿Quieres ver lo que grabé esta tarde?

— ¿En serio quieres que critique tu trabajo a esta hora y en este lugar?

Él sonrió.

— Si te gusta te gustará a cualquier hora y en cualquier circunstancia.

— Ok... Si eso crees, muéstrame.

El vídeo comenzó a reproducirse en la pantalla del portátil mientras ambos miraban la imagen.

— ¿Grabaste en calidad cine?

— El factor visual es importante para lograr captar la atención de tus subscriptores y futuros subscriptores, la calidad de la imagen y el detalle te puede dar un plus entre otros canales que generen este tipo de contenido... Calidad cine para los que disfrutan de las películas de terror... Aunque puedo cambiarlo si lo prefieres.

— No... Me gusta, nunca lo habíamos usado, los otros camarógrafos no lo habían sugerido pero creo que se ve interesante... ¿Puedes adelantarlo hasta la parte de la habitación?

— Claro.

Él puso la parte que Isla quería ver, ella sonrió.

— Me encanta... Eres bueno... Por favor no lo arruines acercándote a mi hermana...

— No lo haré... Creo que me gusta esto, es más divertido que las fiestas y las bodas... Y mucho más interesante... Incluso si estoy a punto de morir congelado a las tres de la mañana en medio del campo frente a una casa embrujada... Pero si necesito saber por qué...

— ¿Por qué que?

— ¿Por qué no soy bueno para tu hermana?

— No eres tú... Ni es ella... Soy yo y lo lamento.

— Supongo que no puedo preguntar...

Ella lo miró mientras él apagaba el vídeo y cerraba la portátil.

La escuchó suspirar.

— No es un buen momento para mi — Dijo ella — Había alguien... Una persona importante... La persona más importante.

— ¿Tu novia?

— No me gustan las chicas Trevor...

— Pero... Dijiste... Pensé... El porno lésbico es sexy...

— En serio...

— Yo... ¡Lo lamento! Cuando me pongo nervioso no sé ni lo que digo y empiezo a decir montones de tonterías.

Ella lo miraba sin decir nada.

— Ok... Novio... Tenías un novio... ¿Terminaron?

Ella negó.

— Él murió.

— Isla... Lo lamento, en serio lo siento mucho.

— Pasó hace casi un año... Diez meses y ocho días para ser más específico.

— ¿Cómo?

— Accidente de auto.

— Asumo que era una relación importante...

— Iba a casarme con él... Me lo había pedido un par de semanas antes del accidente.

— Vaya...

Entonces algo en su cabeza hizo las conexiones que faltaban.

— Es el otro... ¿El otro hombre en los retratos de tu casa, los que están en la escalera?

— Jermaine... Si... Era el hermano mayor de Demarco y el mejor hombre del mundo.

Ella agachó la mirada.

— Demarco y yo nos conocimos casi que desde niños... Tenía doce cuando él entró al colegio donde yo estudiaba y ya ves que en todas partes hay gente tonta... Demarco fue víctima de racismo y yo me indigné... Mis amigas dijeron que no debía ser amiga de un niño de color y yo me indigné aún más... Hemos sido mejores amigos desde entonces... Luego conocí a su hermano mayor y me deslumbró desde el primer momento... Siempre estuve enamorada de él, al principio no me hacía caso, yo era muy niña pero resulta que crecí y finalmente pasó... Se enamoró de mi — Dijo ella eso último con voz quebrada.

Ella hizo una pausa para mirar la casa, específicamente la ventana del lado derecho en el último piso.

— ¿Sabes lo que se siente ser feliz? — Preguntó luego — Yo lo supe el día que cumplí 16 y él me dijo que me amaba... No volvimos a separarnos... Era el amor de mi vida... Diez años... Y un segundo lo arrancó de mi lado... 

— ¿Fue tu novio diez años?

— Si... Y sería mi esposo el resto de mi vida, ese era el plan.

— ¿Él también hacía esto?

— Claro que si... Fue su idea, teníamos este gusto por lo inexplicable y siempre buscábamos casos extraños para comentar entre nosotros, a él se le ocurrió el nombre del canal y también fue su idea el personaje de Lady Darkness... Me daba un poco de vergüenza salir en los vídeos y esa fue la solución... Luego se unieron mis hermanas y Demarco claro... Félix llegó igual que tú... Hicimos audiciones buscando personal que tuviera una van y que estuviera dispuesto a viajar... Todo iba de maravilla y era perfecto.

— No se que decir... Creo que decir que lo lamento no es suficiente y ni se acerca.

— ¿Sabes cómo fué? Es increíble... Parece mentira pero cuando escuchas cosas así te das cuenta que quizás eso del destino es real... Él tomaba el mismo camino todos los días para ir a trabajar, era maestro de ciencias en un colegio... Ese día su camino habitual tenía una calle cerrada y tuvo que desviarse... Unas cuantas calles más allá una mujer olvidó que la cerradura de la puerta de su casa estaba dañada... No tomó las precauciones debidas y la puerta se abrió... Ella tenía un hijo de cinco años que ese día debía estar en el preescolar pero había amanecido con fiebre así que se quedó en casa... Jugaba en la sala de su casa con una pelota, de alguna manera la pelota encontró la puerta abierta y salió rebotando de la casa y el pequeño salió detrás de la pelota... Esquivó al niño... Murió salvandole la vida a un niño que no debía estar en la calle en una calle que no estaba en su ruta normal para ir a trabajar... ¿Que se supone que significa eso?

— Tienes razón... Parece mentira.

Ella sonrió con tristeza.

— Se que nada de eso tiene que ver con Kitty y menos contigo... Pero... Algo está mal dentro de mi, lo sé... Algo se rompió y... Amo a mis hermanas, se que es irracional pero no soportaría que a ellas les pasé nada parecido a lo que me pasó a mi... No tiene el menor sentido... Lo sé, lo entiendo pero no puedo evitarlo... Si ellas quieren tener novio, Ok pero lejos de mi... Que yo ni me entere... Me pongo muy mal y empiezo a revivir todo el dolor y...

— Está bien, tranquila, lo entiendo.

— Se que no es justo... Lo sé... No es que no quiera que ellas sean felices... Claro que lo quiero... Mi terapeuta me explicó que es parte del estrés post traumático... Hice tranferencia de mis emociones y mi dolor a mis hermanas como una manera de protegerme... Si ellas están bien yo también lo estaré.

— Entonces ellas no pueden tener novios....

— No si yo lo sé... Por eso sería tan complicado que el hipotético novio esté en el equipo... ¿Lo entiendes?

— Ya... ¿Y que pasa contigo?

— ¿Que conmigo?

— Talvez ese temor se vaya cuando tú tengas novio.

— Ya tenía un novio... No quiero otro, ese no es el problema, se que Jermaine era... Es el amor de mi vida, nunca lo reemplazaré.

— ¿Nunca? Entiendo que perderlo fue terrible y aún lo es... No digo que debas olvidarlo o fingir que nunca existió... Pero eres joven y muy linda, mereces otra oportunidad.

— No... Eso no pasará.

— Tal vez es solo que aún no llega alguien que sea digno de hacerte desear esa oportunidad... Pero pasará.

— Nunca pasará... A veces aún puedo sentirlo cerca... Él fue quien me dió las tarjetas, leo una cada día... Él las hizo para mi... Se supone que es solo una cada día pero hoy... O bueno ayer hoy ya es domingo... Ayer leí una en el auto, la que Brenda no entendió.

— Lo recuerdo.

— Luego había otra en el suelo... La que tú encontraste y después cuando volvimos de la visita me quedé dormida y cuando desperté había otra sobre la cama ¿Lo entiendes? Eso es algo.

— ¿La de las almas gemelas?

— ¿La viste? Esa era su frase favorita.

— Isla... Fuí yo quien la puso sobre la cama.

— ¿Tú? ¿Pero como? ¿De dónde la sacaste?

— Cuando volvimos de la visita a la casa roja, Demarco fue a darse una ducha y yo me senté en una de las sillas del comedor, sabía que dormías y no quería molestarte... Pero de la nada la puerta se abrió, pensé que eras tú y yo quería sacar mi teléfono del bolso... Cuando me acerqué a la habitación te ví durmiendo en la cama y entonces una corriente de aire muy frío entró por la puerta de la entrada que permanecía abierta y luego entró a nuestra habitación... Entonces miré hacía abajo y ahí estaba la tarjeta, la recogí y la leí... Luego la dejé sobre la cama.

— Yo no lo entiendo... ¿Por qué a ti? ¿Por qué?

— ¿De que hablas?

— De Jermaine... ¿Por qué haría contacto contigo?

— Isla... Fue el viento. 

— ¿En serio? ¿Cómo puedes decir que fue el viento?

— Porque lo sentí... Entró una corriente.

— Tú no sabes nada — Dijo ella antes de comenzar a ignorarlo.

Él lo entendió cuando ella se giró y se abrazó a sus rodillas con la mirada fija en la casa roja.

Ya no volvieron a hablar por el resto del turno.

A las cinco y media él encendió la cámara y grabó hasta las seis en punto... Era el margen de tiempo del que habían hablado los Quinn.

No pasó nada.

A las seis con cinco minutos ella se puso de pie, tomó la portátil y sin decir palabra comenzó su camino de regreso a la casa de huéspedes.

Trevor la miró alejarse por un momento, luego regresó la mirada a la casa roja... Nada pasaba.

Se puso de pie, tomó su cámara y recogió la manta.

— Adiós Nicolás y Paloma... Espero que estén bien y que estén juntos — Dijo mirando la casa por última vez antes de seguir el camino de Isla.

Entró a la casa, ella estaba en la cocina preparando café.

No lo miró.

Siguió de largo hasta la habitación para guardar su cámara en el bolso.

Lo que vió no lo esperaba...

Otra de las tarjetas estaba en el forro de la cámara...

No era posible.

¿Cómo había llegado ahí?

La tomó cuidando que ella no lo notara.

"Ella está loca pero es mágica, no hay mentira en su fuego"... Charles Bukowski.

Levantó la mirada.

Ella le estaba dando un sorbo a la taza.

Le dió un par de vueltas a la tarjeta entre sus dedos sin saber que pensar.

La guardó en su bolso y no dijo nada.

¿Sería posible?

Era su primer día de trabajo y alguien del otro lado estaba intentando comunicarse con él.

¿Sería posible?

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