CAP - 3 Primer amigo.
"Pueblo Vellcog, al borde de la muralla"
A un paso de entrar a territorio desconocido, mucha gente observa de reojo al chico semidesnudo que se encuentra en una de las entradas del pueblo.
Emmet: (No puedo ir así por todo el mundo, necesito arreglar esto).
El chico camina sigilosamente entre los jardines cercanos de los edificios de madera, usando su precaria vestimenta como camuflaje.
Emmet: Parezco un acosador o algo por el estilo.
Mientras avanzaba con la autopercepción de un ninja, logro encontrar un cordel de ropa y unas cestas en un patio. En dicho lugar había prendas de colgadas, casi iguales entre ellas pero de diferente colores. Además, en la casa cercana a la cual pertenecía aquel patio parecía tener personas adentro.
Emmet: (No tengo tiempo para pensar en moralidad).
Tomando una prenda al azar de color verde, unos pantalones y calzado que había por ahí, el joven salió corriendo con un puñado de harapos.
Emmet: Es por una buena causa...
Rápidamente el joven se vestía como podía mientras avanzaba por los arbustos, también escuchaba a personas discutiendo en dirección a la casa donde había tomado prestada estas pertenencias.
Emmet: Bien, creo que por ahora esta decente.
Ahora vestía con una camiseta verde, unos pantalones bien puestos y una cinta roja en la cintura. El joven guardo el conjunto de hojas como recuerdo, quizás tenía algún trastorno de apego.
Emmet: Ahora... A explorar con decencia este lugar.
"Vellcog, Mercado"
Emmet había llegado a una parte del pueblo donde había mucha gente, todos parecían muy concentrados en lo que hacían. También había puestos en toda la zona, sin duda alguna era un lugar de compras.
Emmet: Sin duda, esto debe ser el mercado local.
El joven no notó el letrero arriba de su cabeza que lo confirmaba...
Emmet: Tal vez pueda obtener mas información.
Acercándose a unos de los puestos el chico trato de parecer confiado, se dirigió hacia un señor entusiasta que vendía plantas.
Emmet: Buenas.
Vendedor: Buenos días, que desea comprar. Mi mercancía es la...
El joven interrumpió con la mano al vendedor amigable que tenia frente a el.
Emmet: Sabe buen hombre, vengo desde muy lejos. Así que quisiera hacerle unas preguntas sobre el lugar.
Vendedor: (¿Desde muy lejos?) Oh... ¿Desde donde tengo el placer de conocerlo?
Emmet: Eh... (Decir Amberrico podría llamar la atención otra vez). De tierras las cuales perdería mucho tiempo tratando de pronunciar.
El chico sonrió, despreocupado para parecer confiable.
Vendedor: Oh... ya veo. ¿Del extranjero verdad? Lo noté por su cara.
Emmet: ¿Qué tiene mi cara?
Vendedor: Nada malo, se lo puedo asegurar. Bueno, que es lo que quiere saber.
Emmet: (Hagamos esto lo mejor posible). De camino aquí encontré esto.
El joven aspirante a aventurero puso en el mostrador un puñado de hojas, las mismas que formaban el taparrabos que usaba hasta hace unos minutos.
Vendedor: ¿Hojas medicinales? ¿Usted paso por el Core forest?
Emmet analizo la información tratando de no poner su cara concentrada que siempre sobre sale en el.
Emmet: (Hojas medicinales, debe ser un objeto básico de curación. Hice bien en guardarme el antifaz para mi). Así es, recogí de sobra y no creo que sea correcto desperdiciarlas.
Vendedor: La verdad es que son muy comunes en el pueblo, ya tengo un distribuidor.
Emmet: No busco hacer un negocio, solo quiero deshacerme de ellas de la mejor manera.
El vendedor observo las hojas con cuidado.
Vendedor: ¡Están en su punto mas maduro! Usted debe ser un experto al igual que mi distribuidor.
Emmet: Claro, como dije. Iban a ser de uso personal... ¿Cuánto estaría dispuesto a darme?
Vendedor: Ya que es una compra casual... cuatro monedas de cobre.
El vendedor estaba siendo lo mas generoso posible, pues era raro ver extranjeros en este pueblo.
Emmet: Esta bien. Aun que debo advertirle que están manchadas de un liquido pegajoso.
Vendedor: ...
Emmet: ...
Hubo una mirada rara de parte de ambos, por lo extraño que sonó eso.
Emmet: Culpa de los insectos.
Vendedor: Oh, entiendo. No se preocupe, se que se tienen que hervir antes de usar. No soy un novato, jajaja.
Emmet: Es cierto, es algo que todo el mundo sabe jajaja. (Sera mejor anotar eso).
El vendedor noto que Emmet no traía un saco donde poner sus monedas, así que le regalo uno por cortesía.
Emmet: Muchas gracias, señor...
Vendedor: Trek. A su servicio, joven...
Emmet noto que Trek esperaba escuchar su nombre.
Emmet: Em... (Tal vez no sea buena idea decir mi nombre..)
El joven mira su ropa notando el claro color verde, lo que hace que recuerde el nombre de un mineral.
Emmet: Emerald, Un gusto.
Trek: Emerald... Si que eres extranjero ja.
Emmet: Bueno, nos vemos.
El joven se despide del vendedor mientras mete las monedas en su nuevo saco, luego sigue caminando entre la multitud de manera pensativa.
Emmet: (Core forest, ¿Por qué desperté en ese lugar?)
Por andar sumergido en sus pensamientos choca sin querer con alguien, otro joven con túnica que deja caer sus lentes debido al choque junto a un libro.
Lyman: Perdón...
Emmet: Discúlpame a mi, no me fijé por donde caminaba.
El joven aventurero ayuda a levantar las pertenecias del extraño y se las entrega en las manos.
Lyman: Hey, esa bolsa de cuero la reconozco. Las vende Trek en su tienda.
Emmet: ¿Lo conocés? Fue un vendedor muy amable.
El otro joven se coloca sus gafas perfectamente y mira con curiosidad al aventurero.
Lyman: Es mi vendedor de confianza, aún que... No suele ser muy amable. Lo regular.
Emmet: Uhm... Supongo que fue por ser extranjero.
El joven de anteojos mira aún más curioso a Emmet, lo examina de arriba a abajo. Emmet le devuelve la mirada analizadora, es la primera persona que ve con una túnica.
Lyman: Pues si pareces extranjero.
Emmet: (No sé si debería ofendeme).
Emmet frunce el seño y esto pone un poco en alerta al otro joven.
Lyman: ¿Dónde están mis modales? Me llamo Lyman, un gusto.
Emmet: Pues yo soy Emerald, nuevamente te pido perdón por interrumpir tu paso.
Lyman: No te preocupes por eso, si no era contigo probablemente hubiera chocado con otra persona. Por eso siempre le compro hojas medicinales a Trek.
Emmet: Oh... Jajaja. ¿Te refieres a unas como estás?
El aventurero autoproclamado Emerald saca de sus bolsillos las hojas que conformaban el antifaz de su antiguo disfraz, al mostrarlo provoca que el su acompañante se asombre.
Lyman: Vaya... ¿Por qué están pegajosas? No me digas que Trek...
Emmet: Las recogí yo, estaba de paso y recogí solo las más maduras. Pero no pude evitar que no estuvieran sucias.
Lyman sostiene sus gafas mirando con apreciación dicho material curativo.
Lyman: Fascinante, debió tomarte años poder notar la diferencia entre una hoja medicinal madura y una que aún no lo está.
Emmet: Oh... De hecho... De dónde vengo no crece está planta.
Lyman: ¡Qué!
Todos voltearon a ver el grito del chico en túnica.
Lyman: Perdón por gritar...
Emmet: Mejor vamos a un lugar donde no nos miren feo.
Dicho y hecho, ambos jóvenes caminaban sin rumbo mientras conversaban. Justo como dijo Lyman, este último choco un par de veces con la gente a pesar de ya no haber mucha.
Lyman: ¡Está planta crece casi en todo el mundo! Excepto en los glaciares y desiertos.
Emmet: No vengo de ninguno de esos lados... (¿Debería revelar tanta información?)
Lyman: Entonces... ¿De dónde vienes?
Lyman mira curioso a Emmet una vez más.
Emmet: Ehm... No siento la suficiente confianza para decirlo.
Lyman: Oh... Entiendo. Es la curiosidad, sabes...
Emerald recuerda que también sentía curiosidad hace unos instantes por cierto objeto.
Emmet: Por cierto, que es ese libro.
Lyman: Un grimorio.
Emmet: Ah, un grimorio...
Emmet voltea rápidamente a mirarlo con asombro y algo nervioso.
Emmet: ¿Un gran libro de magia?
Lyman: Magia básica... ¿Por qué estás tan emocionado?
Emmet: Nunca había visto uno, ni sabía que existía aquí.
Lyman: ¿Qué?
Ambos parecían confundidos, cada uno de ellos no sabía nada del otro. Dos jóvenes de diferentes realidades interactuando con tanta naturalidad, parecían el comienzo de una buena amistad.
Emmet: Decías que buscabas hojas medicinales. ¿No?
Lyman: Si.
Emmet: Puedes tener estás.
El joven vestido de esmeralda le entrega las hojas al chico con lentes.
Lyman: ¿En serio? Gracias.
De manera incomoda, la barriga del aventurero resuena con fuerza.
Emmet: Ay. (No puede ser, me estaba viendo tan genial).
Lyman: Mmm... Ya que no eres de por aquí. ¿Qué tal si te invito un almuerzo en el bar?
Emmet: ¡En serio!
Lyman: A cambio que me cuentes más de ese lugar raro de dónde vienes.
Emmet: Ah... (Bueno, en el peor de los casos puedo mentirle). ¿Pero dónde está ese bar que mencionas?
Lyman: ...
El joven de anteojos señala una gran cabaña enfrente de ellos, con un gran letrero que pone "Bar" arriba.
Emmet: Debo aprender a alzar la vista mas seguido.
Emmet mira el letrero y ve símbolos raros que rápidamente toman sentido para el joven.
Emmet: (Eso fue raro...)
"Bar, Vellcog"
Sentados en una mesa cerca a la entrada, Emmet conversa con Lyman mientras sigue aprendiendo lo fantástico de este pueblo de otro mundo.
Lyman: ¡Mesero!
Tan rápido como Lyman grito, un señor con bigote apareció para tomar la orden de ambos.
Mesero: Dígame que van a ordenar.
Lyman: ¿Ves algo que te guste?
Emmet: Soy extranjero... Así que escoge tu.
Lyman: Es cierto, dos corderos pantanosos por favor.
El mesero anota la orden en una libreta y se va, Emmet sigue mirando por la ventana mientras piensa en voz alta.
Emmet: Me olvidé que aquí también existen animales normales...
Lyman: Emerald, dices cosas sin mucho sentido a veces.
Emmet: Si... Para mí el termino "Cordero pantanoso" es el que no tiene sentido.
Lyman: Ah... Es carne sumergida en un guiso que simula un pantano.
La descripción de la comida hace que la impresión de Emmet por la gastronomía de este mundo mejore.
Emmet: Eso suena delicioso.
Lyman: No lo es.
El joven de anteojos mueve la cabeza mientras sonríe.
Emmet: ¿Qué?
Lyman: Últimamente hay un bajón de calidad en todos los aspectos, por la crisis que enfrenta este lado del país.
Emmet: Oh... Eso es muy duro.
Lyman sigue sonriente, mientras sigue hablando.
Lyman: Si no fuera por algunos aventureros, Vellcog estaría en un caos.
Emmet recuerda lo estricto que fue el guardia Guiller, nunca se puso a pensar en el porque de tanta seguridad.
Emmet: En ese caso, no tengo otra opción.
Lyman: ¿Uhm?
Emmet: ¡Me volveré un aventurero!
Alzando el brazo lo más alto que puede, el joven vestido de esmeralda hace brillar los ojos de su compañero quien se inspira en su confianza. Este momento tan magnífico es opacado por las risas de todos los que estaban en el bar, rápidamente Emmet bajo el brazo avergonzado.
Lyman: Sabes, yo también quiero ser un aventurero.
Emmet: ¿En serio?
Lyman: Soy aprendiz de mago, mi especialidad será lanzar hechizos poderosos.
Emmet: Eso sería increíble.
El joven de anteojos nota que Emmet no trae ninguna pertenencia, salvó por las hojas que le entrego y una bolsa de cuero de la tienda de Trek.
Lyman: ¿Y tú? ¿Qué clase de aventurero serás?
Emmet: Obviamente un espadachín.
El joven sonríe con confianza.
Lyman: ¡Sabes usar espada!
Emmet: No.
Lyman: ...
Emmet: Pero. ¿Qué tan difícil puede ser?
Lyman: Me gustaría tener tu confianza.
Emmet: A mi también, todo es gracias a que estamos en un isekai.
Lyman: ¿Un qué?
Emmet: Olvídalo.
Justo cuando el joven de anteojos iba a insistir con sus preguntas, la comida llegó. Justo como lo había descrito Lyman, carne de cordero sumergida en guiso de mal sabor. Ambos comieron riéndose de la cara de asco que ponía el otro, pero que más podían hacer si entre todas las opciones esa era la mas decente.
Una vez terminado de comer, el mesero se acerca con la cuenta.
Mesero: Son veinticuatro monedas de cobre.
Lyman busca su saco de monedas, y para mala suerte de ambos no lo encuentra.
Lyman: Oh no.
Emmet: ¿Qué sucede?
Lyman: Alguien debió haberme robado el saco cuando chocamos saliendo del mercado.
El mesero pone una expresión de desagrado tal escuchar tal declaración.
Emmet: Jajajaja...
Lyman: ...
Emerald saca de la túnica de Lyman su antifaz de hojas y se lo coloca, luego mirando al mesero comienza a hablar con una gran sonrisa.
Emmet: Ay, Fulano que mala suerte tienes estando solo.
Lyman: (¿Fulano?)
Emmet: Tienes suerte de que yo, tu buen amigo Mengano haya traído un saco lleno de monedas de cobre. Que para sorpresa del destino, tiene exactamente veinticinco monedas de cobre.
Aún que parecía calmado, Emmet nerviosamente saca su pequeño saco que le regaló Trek. Aún que inicialmente estaba medio vacío, Lyman pudo notar lo lleno que estaba en este momento. El chico sacude el saco enfrente del mesero haciéndole escuchar el ruido de las monedas, y luego se lo entrega.
Emmet: Veinticuatro monedas de cobre para la cuenta, y una de propina. Por el susto que le dimos, buen hombre.
La sonrisa nerviosa y a la vez confiada de Emmet hizo que el mesero sonría.
Mesero: ¿Le importa si las cuento?
Emmet: Para nada, mientras lo hace déjeme acercarme a la puerta para perder menos de mi valioso tiempo. Vamos Fulano.
Emmet le hace una mirada de señalización a Lyman mientras el mesero abre el saco para contar de una en una las monedas. Cuando el joven de anteojos alcanza a su compañero en la entrada del bar, este último le pone la capucha de la túnica. Luego se saca el trapo que usa como cinturón y lo pone en el cuello de su compañero con la intención que sobresalga.
Mesero: Una.
Lyman: ¿Qué está sucediendo?
Emmet: Corre antes de que llegue a las cuatro.
Mesero: Dos.
Lyman: ¿Eh?
Emmet abre las puertas silenciosamente.
Mesero: Tres.
El joven esmeralda es el primero en correr, mientras que Lyman trata de seguirle el paso.
Mesero: Cuatro...
El mesero mete su mano para sacar la quinta moneda pero solo obtiene una piedra.
Mesero: ¡¿Eh?!
El mesero voltea el saco y solo caen piedras pequeñas. Rápidamente gira y ve las puertas abiertas, esto provoca que se asome mientras grita.
Mesero: ¡Vuelvan aquí! ¡Fulano y Mengano!
Emmet: Jajajaja.
Lyman: Ya entiendo, por eso los nombres falsos y el cambio de apariencia.
Ambos chicos corrieron sin parar hasta perder de vista al mesero y el bar.
Lyman: ¿Por qué tenías piedras en el saco?
Emmet: Quería coleccionarlas...
Ambos chicos aún recuperaban el aliento.
Lyman: Me pregunto si nos excedimos.
Emmet: Tranquilo amigo, primero recuperemos tu saco y luego le pagaremos a ese hombre. Además, le dimos lo que vale su "Cordero pantanoso".
Lyman: Jajaja, es verdad. (No puedo creerlo mi primer amigo).
Emmet: (No puedo creerlo, tengo mi primer amigo magico en este mundo de fantasía).
Y así, estando al borde de los límites del pueblo Vellcog. Emmet y Lyman se volvieron grandes amigos.
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