Por un puñado de dólares
Capítulo 8: Por un puñado de dólares
.
Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde y María Mamani estaba muy consciente de aquello, ya no solo pensaba en el dinero, se dedicaba a disfrutar la vida, eso sí, con moderación.
Regresaba a su habitación de hotel luego de unas compras y lo primero que vio fue a Fantasma, el gato verde alga veía una página para adultos en la computadora.
—¡Te juro que esta cosa apareció sola cuando cambiaba de páginas!
Se le cayeron las bolsas de las compras.
—¡Una semana! ¡Una semana! ¡No pasó ni una maldita semana y ya tienes que venir aquí!
—Sucedió un imprevisto con el fugitivo transdimensional y necesito tu ayuda.
—¿Mi ayuda? Olvídalo, ya cumplí con mi parte del trato y como de seguro has comprobado, no crucé ninguna línea roja. No hay nada con lo que me puedas chantajear, estoy más limpia que una hoja en blanco.
—¿Y si te dijera que puedes recuperar tus anteriores estadísticas?
—¿Todas ellas?
—Con todo y trampas. ¿Qué dices?
Se maldijo por no responder de inmediato, sacudió la cabeza como enojada consigo misma, después de todo, ¿no se suponía que estaba feliz con disfrutar las cosas simples de la vida? Ella no era de las que se mentía a sí misma o eso creía.
—Estoy bien. Me va bien, no necesito de subidas de nivel o trampas.
—No siempre podrás ganarte dinero con tus traducciones y si vas a volver a ser una ayudante de albañil, necesitarás las trampas, además, de seguro no tienes cosas como una identificación o papeles que acrediten tu existencia en este mundo.
—Yo, me las arreglaré, de alguna forma.
—Seguro puedes hacerlo, pero siempre hay inconvenientes, además, así solo podrías llevar una vida humilde y tranquila.
—¿Qué hay de malo en eso?
—Nada, pero vi tu archivo de cuando vivías en el otro mundo, eso de vivir de forma humilde no es lo tuyo, detestabas vivir así.
—Las personas cambian.
—Pero tú no lo has hecho, estás contenta hoy, pero se te va a pasar luego de que te acostumbres a este mundo. Vamos, si decides ayudarme, no solo te voy a restituir tus anteriores estadísticas y las trampas para vivir en este mundo, también tendrás mucho dinero, ¿qué te parece cinco millones de dólares del país del norte?
—Mejor que sean seis. —Lo hizo, vendió su alma al diablo, aunque se suponía que la criatura felina era un ángel.
María interrumpió a Fantasma, tenía que ir al baño. Con las excreciones, el lavado de manos y de cara, pretendió que se limpiaba de la mugre espiritual a la que ella misma accedió por dinero. Dio un gran suspiro, luego rugió a su imagen en el espejo y salió a enfrentar su destino.
—Bueno, dime más datos, ¿por qué no pudiste atrapar a ese como lo hiciste conmigo?
—El maldito tiene más poderes aparte de poder cambiar su apariencia. Ni yo ni mis chicos pudimos acercarnos, Marvolous tiene un poder llamado Radar, lo tiene activado las veinticuatro horas con una alarma que le indica la proximidad de cualquier ángel, serafín, querubín o afín que pueda acercársele.
—¿No pueden correr hasta él o algo?
—Ya lo intentamos todo, incluso volar muy alto y dejarnos caer en picada. Marvolous activa una magia que le permite alcanzar niveles absurdos de escape y evasión, una especie de suerte muy trucada.
—Vaya, ya quisiera tener eso.
—No sabemos cómo hace trampa, le vigilamos desde lejos, pero no tenemos ninguna pista.
—¿Cómo quieres que te ayude?
—No puedo acercarme a Marvolous, pero tú si puedes.
—Tal vez, pero no soy ni su conocida ni nada. En caso que tenga una presentación de su libro y dé su autógrafo para sus fanáticos, allí podría hacer algo.
—Nada de eso, para esto necesitamos privacidad, no queremos que la televisión filme cuando Marvolous sea capturado para luego ser juzgado, se crearía un montón de problemas.
—Ni que lo digas, sería como si en medio de un partido de fútbol, un ovni aterrizara en plena cancha. Vi un programa de ovnis por la televisión.
—Es cierto, debemos ser muy inteligentes y precavidos. De nuevo necesitaremos tus habilidades con esto que se llama internet.
—Ya te dije que no soy una experta en computación, pero haré lo que pueda. Con un poco de suerte, Marvolous nos dará la ventana necesaria para atraparlo. ¿Puedes darme más datos?
—Aparte de lo que te dije, no pude averiguar nada, no sé si el maldito tiene otros poderes, poderes de defensa o ataque.
—Eso cambia las cosas, sería un suicidio acercarse al hombre sin saber que otros poderes tiene. ¿No puedes hacer algo?
—En un principio pedí al cielo contratar los servicios de humanos mercenarios para acorralarlo y así que él despliegue todos sus poderes, si es que tenía algunos, pero no me dieron autorización para hacer eso. No quieren que personas nativas de este mundo estén involucradas.
—¿Y otra cosa? ¿No pueden hacer trampa o algo?
—¡En el cielo no hacemos trampa!
—Tranquilo que se te van a caer los bigotes o algo. Pues esta misión acaba de complicarse un montón.
—No nos queda otra que confiar en nuestra suerte.
Con esas palabras, se selló el trato, María canceló su último trabajo de traducción y se puso de lleno en averiguar todo lo que podía de Marvolous Lord.
.
.
El escritor de ficción era muy famoso y uno de los hombres más ricos del mundo gracias a sus manuscritos que según la crítica especializada, eran tan realistas, que parecía que el propio autor vivió en sus mundos de ficción.
Con mucho esfuerzo logró tener su cronograma de actividades. Marvolus era el mayor contribuyente de una ONG que buscaba evitar la desertificación en el mundo y la amenaza de la lluvia ácida.
La última serie de libros del autor tuvo una demora importante, los rumores del internet decían que la causa era que sus trabajo con la ONG le causaba muchas distracciones, sin embargo, María sabía la verdadera razón: Marvolous terminó su historia, al haberse isekeado de manera ilegal, ya no pudo ver como se desenvolvía su mundo; inventarse las cosas que pasaban en su planeta natal no tendrían una buena prosa, habría consecuencias económicas para el hechicero.
—Oye, Fantasma, creo que tenemos algo.
—¿Qué averiguaste?
—Marvolous se tomará vacaciones, ¿adivina dónde?
—¿Aquí?
—Cerca, en el país vecino, de paso visitará su ONG ambientalista. Ya puedes pensar en algo para atraparlo.
—Ya te lo dije, no puedo acercarme a él.
—¿Cómo piensas atraparlo?
—Tendrás que ser tú.
—¿Yo? Ni lo sueñes, ese tipo seguro anda rodeado de guardaespaldas y policías.
—No necesito que te abras paso hasta él y luches, solo necesito que le tomes de la cara por un par de segundos.
—¿Y eso por qué?
—Dos isekeados inversamente y sin autorización, no pueden tocarse. Uno debe ir al cielo, me aseguraré que sea él y no tú el que vaya derechito a la oficina de Neko Kamisama, aunque creo que para este caso, seguro lo teletransportarán hasta la cárcel del cielo.
—Igual habría problemas con los testigos, cámaras y otras cosas como los celulares, en este mundo casi no existe la privacidad. Queda también el caso de que no tengo papeles para viajar al extranjero.
—Yo me ocupo de eso, también de lo del plan, no te preocupes.
—Oye, no quiero que solo te concentres en atrapar a Marvolous, también quiero que te asegures que nada malo me pase, ni cuando lo toque ni después. Quiero una vida tranquila con mis seis millones de dólares.
—No desconfíes, soy un ángel, ¿recuerdas?
—Recuerdo que fuiste nada delicado conmigo cuando me encontraste, eso lo recuerdo bien.
—No se podía evitar, eras una fugitiva transdimensional, no sabía si ibas o no a poner resistencia, tampoco sabía si tenías poderes como Marvolous.
—Bueno, depende de ti. Tu plan tendrá que ser muy bueno con alguien tan famoso como Marvolous, no puedes desaparecerlo así como así.
Fantasma se vio preocupado, no podía llamar la atención con este caso, le esperaba un trabajo mental agotador.
.
.
El gato trazó un plan, sin embargo, tuvo que admitir que necesitaría la ayuda de alguien.
—¿Reclutaremos a un demonio?
—¡Cómo se te ocurre! Nada de eso, en el cielo no hacemos tratos con demonios.
—Discriminadores.
—No hables tonterías, créeme, los demonios no cumplen sus tratos, si te ayudan es solo para su beneficio, te apuñalarán por la espalda cuando más les convenga.
—Bueno, ¿a quién planeas reclutar?
—Su nombre es Dorkal aul Var, un hombre zorrillo.
—¿Perdón?
—Un hombre mofeta.
—¿Cómo un hombre lobo, pero en versión apestoso?
—Tú y tu mundo medioeval, todos son unos ignorantes.
—Puede ser, pero al menos no teníamos cosas como esas bombas atómicas de este mundo.
—Si hubieran tenido la tecnología, la hubieran empleado. Ya hubieron otros mundos destruidos por una guerra con esas armas apocalípticas. En fin, no cambiemos de tema. Dorkal no es un isekeado, él vino a este mundo mediante un portal creado con tecnología. Se enamoró de este planeta y decidió jamás retornar a su mundo.
—¿Cómo harás para reclutarlo?
—Mi antecesor forjó una relación de trabajo con él. Los hombres zorrillo viven setecientos años.
—Oye, ya quisiera poder vivir tanto.
—Si haces un buen trabajo, no solo te devolveremos tus estadísticas y trampas, te prometo que hablaré para que te den una extensión de vida de al menos doscientos años.
—Que amable, ¿quién eres tú y que hiciste con el verdadero Fantasma?
—No eres graciosa. En un par de días te doy una nueva identidad con papeles en regla, lo del dinero vendrá después de que tengas éxito en la misión.
—No te olvides de lo demás.
—No lo haré, desconfiada.
—Bien, háblame más de ese hombre zorrillo, supongo que ya tienes un buen plan para atrapar a Marvolous y hacerlo parecer como un accidente para que nadie se haga preguntas extrañas de su desaparición.
—Curioso que hayas empleado la palabra accidente, verás...
María escuchó atenta al gato, tendría que hacer algunas cosas que nunca hizo antes, pero no tuvo alternativa, ninguno la tenía, la captura de alguien como Marvolous no sería poca cosa.
CONTINUARÁ...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro