Más o menos como dijo el rey Rolando III siete meses después de informarle respecto a la carta de la emperatriz elfo los documentos que validan la existencia de William Steel estuvieron listos e impresos, para la víspera del nuevo año se hizo la farsa del falso funeral de César el hijo del duque de la región y la tristeza envuelve el lugar, al punto de que incluso los guardias que con tanto ahínco vigilan la región se volvieron negligentes en su labor, o así quieren que parezca ante ojos extranjeros. Cuando un guardia disfrazado de campesino vio a un extraño extranjero haciendo preguntas a las acongojadas mujeres del pueblo supo que debía reportar el incidente al duque Vladímir. Así lo pensó y así lo hizo.

Su alteza
Cabo Sun reportando.
Un extraño ha hecho preguntas y platicó con la esposa, hija y nietas del líder de los granjeros del ducado. Adjunto un retrato hablado del extraño.

El papel con el reporte y el retrato fue enviado envuelto y bien oculto en la espalda de un cuervo mensajero, este llegó a su destino en muy poco tiempo . El duque Vladímir está en su despacho junto con su hijo falsamente muerto, se ha quedado César encerrado cerca de su habitación desde el día que fingió su muerte que aunque fue hace apenas un día extraña un poco el poder moverse libremente por la ciudad, al menos la compañía de Heiderose y sus hermanas han aminorado en algo la ansiedad. En esos pensamientos está César cuando Vladímir nota que un cuervo mensajero está parado sobre su escritorio, le ofrece su brazo para que se pose y el animal obedece, tranquilo y manso el ave se deja desatar el pequeño contenedor que lleva el mensaje, este es sacado del  contenedor y Vladímir lo lee, también contempla un momento el segundo papel.
—Hijo acércate. Pide el duque con tono serio.
—¿Que pasa papá? ¿Malas noticias?
—Muy buenas diría yo, al parecer mi temor se volvió realidad alguien llegó a nuestro territorio buscándote pero se encontró con la noticia de tu funeral; parece que los dioses quieren protegerte.
—¿Alguien vio como es ese tipo? Pregunta el muchacho algo nervioso, su padre le muestra el retrato del sospechoso; el dibujo muestra a un hombre más o menos de la edad de su padre o en sus cuarentas a lo mucho, cabello castaño oscuro bien cortado y cuidado; en cuanto al rostro su quijada es cuadrada y el rostro es afilado, sus ojos levemente rasgados también parecen afilados aunque quizás solo se debe al tipo de rostro en el que están, su piel quizás es apiñonada o ligeramente bronceada, su físico en general parece pertenecer a un ex soldado o guardia real. En definitiva a César no le dió buena espina el tipo.

Paso un mes más César reuniendo recipientes dónde colocar las muestras del champú que compra con su habilidad, cada caja de cincuenta recipientes le cuesta una moneda de plata sumado a otra moneda de plata por las botellas de madera con corcho da un costo promedio de cuatro Valyutas de bronce por botella. Por acuerdo con su padre y el rey Rolando como William Steel dirá la mentira de que obtuvo la fórmula de sus productos de un brillante mago que murió envenenado por comer algas marinas crudas. A ojos de su padre y rey él mostró que el "origen" de sus productos, en el caso del champú es una ingeniosa mezcla de aceite bien refinado de varios productos, té muy concentrado de frutos de plantas de jabón y un fermentado de maiz llamado xantano que ayuda a espesar y en el de sus jabones es otra ingeniosa mezcla de manteca, té muy concentrado de Xiuhamolli y aceite aromático bien refinado; para las cremas usa xantano, aceite de aguacate y diversos aceites aromáticos.

Algo que descubrió César rápidamente es que en este mundo usan aceites pero estos son muy crudos, no saben ni quieren aprender a refinarlos para sacar lo mejor de sus propiedades. "En fin es un error que explotaré bien", piensa el muchacho con algo de orgullo. Unos días antes de definitivamente partir en su viaje César y Heiderose visitan por última vez —hasta casarse— el hermoso campo de flores de su primera cita, por casualidad el hada con la que Heiderose hizo amistad e inspiro el vestido que lleva puesto ella en ese momento está jugando entre las flores, la pequeña rosita al verla desde la distancia a lomos del fiel Reisender no oculta su alegría
—¡Amiga Fiorella que alegría verte!
—¡Lo mismo digo rosita! Hace tiempo no vienes a jugar, regañaré a tu marido por no traerte mas a menudo —el hada de azules cabellos se voltea a ver a César para gritarle—¡Muchacho trae a mi amiga más seguido a jugar! Se que los recién casados quieren pasar tiempo juntos pero no me la llevaré a ningún lado. Eso sonroja mucho a la muchacha y pone algo incómodo a César. La chica de pelo castaño superó su vergüenza rápidamente recordando el motivo de su visita, cambio su siempre tierna y amable mirada por una sería, cosa que rara vez ocurría lo cuál notó el hada peliazul.
—¿Por qué cambias tan de repente tu mirada querida? Es aterrador. Pide Fío a su amiga humana
—Fiorella Azzurra por favor escúchame... Y así Heiderose le explica al hada quién es su esposo, la carga que soporta, la importante tarea que le fue asignada y lo más importante la enorme angustia que la pobre niña ha soportado desde hace un año aproximadamente.

—Has soportado mucho querida aunque... —El hada deja a medias su oración pues una idea cruzó por su cerebro— ... ¿Has oído rosita linda de la bendición de las hadas? Pregunta Fío revoloteando alrededor del rostro de la chica, en respuesta está solo niega con algo de tristeza; la pequeña criatura ahora revolotea alrededor de César con cara de "¿Y tú?" A lo cuál él también niega, Fío suspira en resignación y procede a explicar.
—Bueno nuestro mundo rinde culto a una de las fuerzas más absolutas del universo: la muerte; nosotras las hadas también lo hacemos aunque también rendimos cierto culto a la naturaleza, como saben las hadas somos de las pocas razas donde todos dominamos la magia; todas dominamos un elemento y adoramos a la madre naturaleza, mi propuesta es que ustedes dos se casen en una ceremonia oficiada por mi lideresa; no deseo que les pase nada malo pero así al menos a ojos de los dioses ustedes estarán unidos por algo parecido al matrimonio. La explicación de Fío fascina a Heiderose quién sostiene el brazo izquierdo de César acariciándolo.
—¡Es justo lo que quería! ¡Fío parece que me lees la mente! Cariño aceptemos por favor.
—No puedo decirte que no cariño, ¿Cuando la haríamos? Pregunta César a la pequeña criatura.
—Nuestra reina está cerca la llamaré, le tomará como veinte minutos llegar mientras tanto si gustan tengan una cita. Así sugirió Fío y así lo hizo la pareja, pasearon por la orilla del lago tomados de la mano; para la pareja el tiempo paso volando al punto de jurar que apenas pasaron cinco minutos desde el momento en que se tomaron de las manos y empezó su paseo hasta el momento en que Fiorella les dijo que la reina hada había llegado.

Heiderose compartió muchas cosas con su prometido aquél día, una de las que atesora con más cariño es el momento donde supo también el secreto de las hadas; contempla estupefacta como su mejor amiga, una pequeña hada peliazul no más grande que su perrito cuando era cachorro —menos de treinta centímetros— se convierte en una mujer de envidiable figura de reloj de arena un poco más alta que ella —un metro sesenta aproximadamente— con cabello azul largo, sedoso y hermoso; con esa apariencia recibe a otra mujer de su misma estatura pero de cabello rosa con puntas doradas, la mujer voló hacia la mujer con sus hermosas alas delgadas y delicadas como las de una mariposa pero lo bastante resistentes para soportar vientos huracanados en pleno vuelo y, a modo de saludo Fío besa la mejilla derecha de la mujer primero para luego besar la punta de la nariz de la misma mujer, después la mujer hace lo mismo con Fío para después ambas conversan un poco, riendo animadamente para finalizar. Ambas vuelven volando hacia donde están Heiderose y César donde fueron debidamente presentados todos.
—Rosita, César les presento a Saory Reine des Fées, ama y señora de nuestra raza en este continente, su majestad este encanto es mi amiga Heiderose Röslein Rose Morgenschön Morgenstern, y el muchacho a su lado es su prometido...
—Soy César Serdtse Zavodnye majestad, es un honor. Dice el muchacho mientras al igual que su prometida hace una reverencia. Heiderose se aparta junto con Fiorella un momento de su esposo quien conversa con Saory.
—Fío querida amiga ¿Te importaría explicarme por qué ahora pareces más humana? Cómo cuando alguien nota que lleva o hizo algo que no debería solo hasta que otra persona se lo hace notar así hace Fiorella quien solo hasta ese momento se da cuenta que ha revelado sin querer un gran secreto de su raza.
—¿Me creerías si te digo que fue sin querer? La expresión en el rostro de la chica expresa con claridad que no le cree nada a la hada.

Fío suspira resignada y cuenta el secreto, no sin antes asegurar que Heiderose jure no contarle esto a una sola alma. Después de eso la reina hizo con habilidad y rapidez dos coronas de flores las cuáles ahora porta la pareja, antes de dar por iniciada la ceremonia la pareja conversa.
—Parecias muy perturbada por ver a tu amiga de estatura normal.
—Tienes razón, fue sorprendente pero ella ya me explico las razones para mantenerlo en secreto.
—La reina también me contó esas razones ¿Cuál razón te sorprende más?
—Solo son dos pero me gusta la primer razón que me dijo; por practicidad, si volarán a todos lados con su tamaño normal no podrían esconderse tan bien ni en tantos lugares.
—Yo prefiero la segunda razón; dar una falsa idea de su poder. Ambos se sonrieron mutuamente y entonces la reina comenzó la ceremonia.
—Estimados amigos, hermanas mías hoy nos reunimos aquí para atestiguar la unión de esta pareja ante los dioses y la madre naturaleza; sin más preámbulos ¿Podría la prometida decirle a su esposo unas palabras como voto de amor? Heiderose al oír esa petición se sonrojo bastante aunque la sensación paso rápido pues se esfuerza por recordar los versos que leyó en ese libro de poemas que, según el que se lo vendió a su padre, lo escribió uno de los héroes.

—César querido, no sé bien como empezar a decirte lo que siento; en casa cada cosa para mí es un sentimiento o un bello momento a tu lado, creo solo dos palabras pueden decirlo a la perfección: te amo. Heiderose siente mariposas revoloteando en su estómago todo el tiempo que recitó sus votos pero ella está muy satisfecha con lo que dijo, se dio la tarea mental de anotar esas breves palabras y buscar en ese mentado libro formas de mejorar el discursito para el día de su boda.
—Hermosas palabras querida mil gracias ¿César quieres decir algo? César solo finge toser un poco para aclararse la garganta y dice.
—Yo tampoco sé bien como empezar a decirte lo que siento pero creo tener una idea, se que no me cansaría jamás de enredarme entre tu pelo, de perderme sin pensar en tus risas y tus besos, juro querida que estos años por venir querré morir por no despertar y ver tu linda carita.
—Eso fue aún más hermoso, me llegó al corazón eres un poeta muchacho —felicita Saory muy contenta con los votos dichos por la pareja, en la lógica de las hadas eso es indicio de un matrimonio largo, próspero y con mucha prole—, no me queda más que una cosa por decir; por el poder imbuido en mi por la gracia de los dioses yo Saory Reine des Fées reina hada del imperio humano los declaro a ustedes dos marido y mujer, César puedes besar a tu hermosa esposa.

Luego del beso que sella su unión la pareja está muy feliz, en especial Heiderose quién está sonrojada pero con una sonrisa de oreja a oreja. Después de eso las hadas ofrecen un n pequeño banquete compuesto por pan de aguamiel fresco y crocante, mermeladas hechas de frambuesa, toda clase de moras y frutas diversas y de tomar agua fresca y mineral mezcladas con jugo de naranja o limón endulzadas con aguamiel; como una especie de brindis especial antes del banquete Saory reparte a los novios, Fiorella y las hadas que trajeron la comida vasos medio llenos de un liquido color ámbar de olor dulce, Fiorella explica a la pareja que ese líquido es aguamiel sin fermentar, debe su color a que es hervida por horas hasta que se consume la décima parte del líquido; la raza de las hadas ha bebido ese elixir desde antes que aparecieran los héroes.
—Pueden beberlo chicos les aseguro que es delicioso. Asegura Fiorella debido a que César y Heiderose observan el líquido como si tuvieran frente a ellos aguas residuales.
—Propongo un brindis mis amigos; César, Heiderose deseamos sinceramente que tengan un matrimonio largo, feliz y sobretodo próspero. Al momento de acabar su pequeño discurso Saory bebé de un trago más de la mitad del contenido de su vaso, más por no despreciar a quien los casó y les ofreció tan suculentas delicias los ahora esposos beben un poco del líquido, con agradable sorpresa notan que sabe muy bien, dulce y bastante aromático.

—Oiga duque Zavodnye —Saory se acerca al muchacho quien abraza a su esposa mientras está charla muy animada con Fiorella y un animado grupito de hadas, al oir su título él se gira hacia ella y está sigue hablando—, un pajarito me dijo que recibiste de alguien importante en el imperio elfico un mensaje, de seguro estaba oculto en otro ¿Me equivoco?
—Es justo como dice pero ¿Quién se lo dijo?
—No puedo decirte pero si piensas un poco te será fácil adivinar, pero me desviaste del tema ¿Cómo revelaste el mensaje?
—Se me ocurrió tras quemarme las ideas por días, solo marqué con magia la primer letra del mensaje y luego conté ocho palabras y volví a marcar la primera letra; repetí el proceso hasta llegar al final del mensaje, solo salió una palabra "ayúdame", pero eso basto para revelar el verdadero mensaje, varias páginas escritas por la propia emperatriz.
—Tienes mucho ingenio muchacho, mi raza a veces oculta mensajes pero optamos por acertijos; te deseo suerte en tu tarea y quisiera pedirte algo que quizás me haga sonar egoísta o que abuso de tu amabilidad: por favor salva a Linette, es la princesa del reino Almaznoye; ese maldito emperador elfo está sonsacando a sus hermanastros y de seguro se matarán mutuamente hiriéndola de paso o peor.
—Si no recuerdo mal ese reino es vecino de este, nosotros estamos al suroeste del continente y Almaznoye está al sur —al sureste del reino si prefieres—, creo es el reino mejor defendido por la naturaleza; supongo que si viajo rápido cumpliré mi itinerario y hasta tendré tiempo de sobra para visitar Almaznoye.
—Te agradeceré por siempre si la ayudas, y rezaré a los dioses diario pidiendo que ese elfo sea tan estúpido para atacar cuando tú estés en Almaznoye.
—Esperemos que así sea Saory —le dió una pequeña sonrisa a la hada, aunque a primera vista parezca una sonrisa amable en realidad tiene algo de tristeza—, sus guadañas están sedientas de su sangre. Esas últimas palabras las susurra tan bajo que ninguna de las hadas lo escucha, de esa forma se da por terminada la ceremonia y todos se dirigen de vuelta a sus casas.

Dos días después César deja su casa solo por primera vez en su vida, para evitar arruinar el plan y que alguien lo reconozca César anda por un camino poco frecuentado. El camino se extiende hasta el horizonte pero César no teme perderse pues su fiel amigo emplumado lo guía a cada paso. Partió cerca del amanecer para evitar los ineludibles llantos de su madre y de sus hermanas; ya el sol está en el punto más alto del cielo indicando el mediodía cuando cinco voces lo llaman por su nombre.
—¡Señor César! Escucha el muchacho a cada segundo menor distancia, cuando se voltea ve a cinco hadas que se acercan a él revoloteando con sus lindas alas transparentes. Mientras tanto en su humilde mansión Heiderose desde el balcón de su habitación contempla el horizonte acongojada, sus manos juntas con todas sus fuerzas en señal de muda plegaria no se han separado en prácticamente todo el tiempo que la pequeña lleva en ese lugar, cada ciertos minutos una lágrima brota de sus hermosos ojos verdes mientras repite una y otra vez como un rezo.
—Por favor dioses, se los imploro permitan que mi esposo vuelva sano y salvó a mi lado.