12
Mientras tanto, una vez que Aramis concluyo su horrible misión en la nación teocrática emprende el viaje de regreso al —tan despreciado por él— continente humano, durante todos estos meses el hombre se dedica con ahínco a construir un imperio criminal cada día más extenso, todo con el simple propósito de encontrar al mentado hijo del duque de Zoloto.
La tarea como siempre para el ambicioso pecado de la codicia es sencilla, después de todo su pecado es el habitante más común en el corazón del hombre y él ha aprendido muy bien tras décadas de existir que si le da a un hombre el medio y los recursos para satisfacer su codicia se vuelve un perro hambriento y le será leal a quien llene su plato constantemente. Cuando desembarco en el puerto de la unión Rosas solo con una pequeña maleta y su esclava elfo a cuestas se dirigió directamente a los barrios bajos de la ciudad, sabe muy bien que en esa zona de toda ciudad siempre hay gente dispuesta a seguirlo a cambio de unas monedas. Muy pronto un quinteto de muchachos aterra el país asaltando toda bodega, caja fuerte y escondite donde alguien trate de guarecer Valyutas de cualquier metal.
Hace milenios fueron fundadas doce escuelas donde se transmite a las generaciones jóvenes los conocimientos para manejar adecuadamente las clases exclusivas de los héroes, entre estás estan las clases "ladrón" y "asesino" cuyas ceremonias de graduación consisten en realizar exitosamente un atraco en el caso de los ladrones y llevar muerto a un determinado objetivo, obviamente de ser atrapado el aspirante no se gradúa como profesional y es expulsado en el acto de la escuela. Muchos nobles tienen como esclavos aspirantes de esa clase. La mayoría de los que asiste a esa escuela prefiere quedar como simple aprendiz y unirse a un equipo de aventureros como ladrón para irrumpir en las catacumbas protegidas por no muertos, dónde su trabajo es desactivar trampas y abrir cofres de tesoros. En contraste los asesinos son pocos tanto estudiantes como profesionales y suelen trabajar como guardaespaldas siendo muy pocos los que se dedican a cazar fugitivos u objetivos específicos.
Esos cinco muchachos que aterran la unión Rosas se graduaron hace cosa de meses como ladrones profesionales, al pasar los días y estos se convierten lentamente en semanas y luego en meses el grupo se mudó al reino donde gobierna Marcos, unas semanas después dieron el salto al reino de los caballeros, luego llegaron al reino mágico y finalmente llegaron a Krasivaya, a dónde llegaban los cinco ladrones su patron; a quien solo conocen como Aramis o "el dueño de esa hermosa elfa" llega con ellos y establece con veloz eficiencia una red de informantes, chismosos, detractores, prostitutas y uno o dos asesinos; todos y cada uno gente muy competente en su labor. Tras un año de moverse tras bambalinas el artero hombre logra colarse en cada pueblo del continente excepto en donde más quiere buscar, en Zoloto. De pronto un buen día toda la seguridad desapareció, los siempre alertas guardias que solían patrullar en lapsos regulados con cronómetro y ante cualquier sospecha revisan hasta debajo de las piedras más pequeñas de pronto fueron dominados por la más absoluta desidia y sus movimientos reflejan el más absoluto desinteres. Aramis apenas entró en Zoloto se enteró del porque de semejante cambio tan extremo. A no más de cien metros de distancia de dónde está parado ve a un grupo de cinco o más mujeres vestidas completamente de negro, sombreros y gruesos velos cubren sus rostros y su cabeza a fin de que ojos ajenos no vean las gruesas lágrimas que corren por sus mejillas ni la congoja que abruma sus pobres almas, incapaces aún de aceptar la terrible noticia.
—Disculpen señoras —llama Aramis la atención del grupo—, disculpen la molestía pero ¿Que ha pasado? Pregunta una vez llegó cerca de donde están paradas las mujeres. Estás de inmediato analizan al extraño frente a ellas, por su cara y aspecto es obviamente extranjero; la más joven del grupo estaba a punto de exigirle que se vaya y respete el dolor ajeno, pero la mujer mayor a su lado —seguramente su madre— le indico con ademanes que viera al tipo, su cara, facciones, ropas.
—¿Es usted fuereño verdad señor? Pregunta una de las señoras al hombre quien solo asiente.
—Con razón no sabe, el ducado entero está de luto pues ayer mismo el hijo del duque falleció... A la mujer se le cortan las palabras pues la pena por el pobre muchacho vuelve a inundar sus ojos de lágrimas y el nudo en su garganta se niega a dejar que las palabras salgan.
—Su caballo resbaló hacia un acantilado, buscaba unas cabezas de ganado extraviadas. Completo una tercer mujer, está a juzgar por las arrugas de sus manos es la mayor del grupo, Aramis sabe fingir emociones y dolor ante gentes extrañas lo cual le permite ganarse la confianza ajena de estás. Por lo tanto Aramis se quita el sombrero que cubre su cabeza y finge pena y dolor, lo cuál le ganó la simpatía de las señoras.
—Ciertamente es una pena, me recuerda un poco mi propio dolor; hace años yo también perdí un hijo.
—¡Por los dioses que terrible! Las otras mujeres dieron exclamaciones similares pero no con menos dolor.
—Gracias por sus palabras señoras. ¿Será pronto el funeral?
—La familia lo sepultó está mañana, quizás sea mucho pedirle pero ¿Puede acompañarnos al templo? Todo el pueblo orara por el descanso del pequeño. El hombre asiente y se marcha.
Unos minutos después alcanza a su esclava quien junto con sus ladrones se están registrando en un pequeño hostal, gracias a un ingenioso tallador de madera su esclava tiene ahora unas prótesis de pies que le permiten caminar poco pero es una gran ventaja para él no tener que llevarla cargando a todos lados. La única mujer del grupo Vanessa sostiene a la elfa del brazo y mano derecha besándola de vez en cuando. Una vez que el recepcionista le da a Aramis un par de llaves el grupo se dirige a ambas habitaciones. Los cuatro ladrones varones van a la primera y Aramis y ambas mujeres entran en la segunda. En la noche mientras Vanessa lame la intimidad de la elfa y está le hace una felación a Aramis este último escribe una carta al emperador
Álváró querido
Sacerdotisa muerta, el pequeño duquesito también está muerto pero no por mi mano, espero nuevas órdenes.
Ata la breve nota a la pata de un halcón mensajero y le deja volar, tiempo después el ave entra por la ventana de la única habitación iluminada del castillo, en la cuál hay media docena de elfos hombres desnudos y Aubriana le hace felación a todos ellos, manchas de un líquido blanco espeso cubren su hermoso cuerpo, cerca de la cama Álváró fornica con dos esclavas en el momento que el halcón ingresa al lugar, vuelve a alzar su brazo para que el ave se pose, con cuidado desata el mensaje en su pata y tras leerlo deja que el ave sola encuentre el nido donde descansa. Una vez que el rey eyacula dentro de sus dos amantes les indica que tomen el lugar de Aubriana complaciendo a sus invitados. La emperatriz se pone de pie al notar que es relevada por ambas bellezas, le toma un momento recuperar la movilidad en sus hermosas piernas, es entonces que camina hacia Álváró contoneando sus caderas con sensualidad; mientras camina así deglute gustosa el semen que esos tipos vertieron en su boca, como si estuviera comiendo su postre favorito en vez de la asquerosa gelatina blanca.
—Voy a las catacumbas Aubriana, vigila que esas dos atiendan como se debe a mis invitados.
—¿A qué vas ahí esposo? Pregunta ella aún desnuda pero su pose, el como acomoda sus manos extendidas enfrente de su sexo así como la suave sonrisa tímida denotan total sumisión
"Que efectiva fue la tortura" piensa el depravado hombre.
—Ya pasaron tres días desde que encerré a Afrodita con los niños, quiero ver si se somete como tú o debo quebrarla definitivamente.
—¿Puedo acompañarte? Fui amiga de esa chica y creo poderla convencer, si fracasó solo deberás torturarla más tiempo. El hombre ve un momento a la mujer y ríe para sus adentros, se sorprende de lo que logran unos días de terror extremo, al fin asiente aprobando la petición de la mujer, está da saltitos y palmotea como si fuera una niña que convenció a su papá de comprarle su golosina favorita.
—Abrigate con la bata con encajes.
—No me cubre nada.
—Pero está encantada, te abrigara tanto como el abrigo de piel de Yeti rosa. Ella asiente más por no contrariarlo y sufrir las consecuencias que otra cosa.
En lo más profundo de las catacumbas que atraviesan los cimientos del castillo elfico existe una enorme capilla de cuarenta metros de largo por catorce de ancho y quince de alto; el exterior se parece a la capilla Sixtina pero el interior es más bien austero en lo referente a los adornos en los muros, hace unos siglos este edificio fue el escenario donde sucedió uno de los actos más atroces cometidos por Álváró, él como buen dictador que es encubrió lo sucedido siendo está la razón del porque está en ese lugar un edificio de tal tamaño.
Cuando la pareja real llegó a la entrada del edificio Aubriana le pide algo
—Esposo por favor déjame hablar con ella diez minutos. El hombre solo asiente abriendo la puerta. La oscuridad envuelve el lugar pero cuando la elfo entra un práctico hechizo enciende automáticamente unas luces alimentadas solo con magia aunque la luz poco hace por ahuyentar la oscuridad. Cuando Aubriana llega al final del edificio sus ojos buscan algo encontrándolo en la esquina más oscura.
—Dita, querida soy yo ¿Estás bien? El gimoteo de la figura no alienta mucho las esperanzas de la reina, solo cuando está toca el cuerpo inerte este reacciona con una violenta sorpresa, como si ante sus ojos este su peor temor.
—Alejelos de mi por favor. Suplica y logra arrastrarse hasta la débil luz, revelándose que la figura es una elfo, pero sus hermosas facciones se atenuaron debido a su extrema desnutrición, es entonces que a espaldas de Aubriana la prisionera cree ver varias docenas de sombras blancas lo cual la aterra; lo cual es notado por Aubriana "es cierto entonces que esos pobres niños embrujaron este lugar" piensa la reina y cree entender porque la demacrada mujer ante ella está en ese estado. Los fantasmas la han torturado desde que fue encerrada aquí prohibiendolé incluso el poder dormir más de unos minutos al día.
—Mira Dita afuera de esta puerta está Álváró y está dispuesto a dejarte aquí hasta que tu mente se rompa, le suplique hablar contigo antes para convencerte de ser sumisa, ¿Me harías ese favor Dita? Te lo suplico rindete no quiero que termines como Quetzalli. Aubriana pensó entonces en esa mujer, encadenada en un calabozo a unos cientos de metros de dónde están en ese momento; su pobre mente está tan rota que cree que está en un campo de flores donde todo el día los pétalos acarician su piel desnuda, también cree que los penes que la violan sin piedad a todas horas son mariposas que acarician sus agujeros
—Acepto, Bri por favor sácame de aquí. Suplica la mujer queriendo salir de ahí aunque deba arrastrarse hasta perder toda la piel de su cuerpo. Álváró observa complacido como su esposa ayuda a la mujer a caminar, tendrá una nueva y sumisa esclava. Hizo muy bien en darle a los niños el hechizo para torturar mente y espíritu.
Desde que César fue incluído en el plan para atacar la corrupción de los cinco reinos humanos hubo un inconveniente que le ha impedido avanzar en la operación tan siquiera unos pasos, necesita una coartada que justifique su ausencia de casa y otra que explique la presencia de su falsa identidad, la cuál él mismo eligió será William Steel. Fue su propio padre quien le hizo ver los peligros de cometer la negligencia de simplemente lanzarse a la aventura sin pensar en que podría poner en peligro a su madre, hermanas, prometida o a su familia entera; es por ello que su mente dedica grandes esfuerzos en encontrar una solución que no ponga a los suyos en peligro. Seis meses después de haber aceptado investigar posibles delitos finalmente hay una idea respecto a la coartada para su misión de investigación sobre los sospechosos de acusar falsamente a alguien de robo. La idea se le ocurrió al mismo César, fingira su propia muerte lo cual desata una lucha por el poder entre los nobles de su ducado; la posible guerra obliga a su padre a exiliar a su mujer e hijas al continente teocrático, lo cual es imitado por el padre de Heiderose. Enmedio de la fachada de una guerra interna y un posible golpe de estado aparece su alter ego William Steel como un humilde comerciante que recién empieza su negocio.
—¿Cuándo empiezo a moverme su alteza? Pregunta César al rey en cuanto sabe el rey del plan.
—En cuánto me entregen los documentos falsos que prueban tu segunda identidad.
"—En ningún mundo puedes andar por ahí sin papeles." Piensa el muchacho con cierta amargura pero también cierta nostalgia mezclada.
Pero lo que no le da descanso a su mente es el mensaje enviado por esa reina elfo el cual le parece muy simple y a la vez incongruente.
"—Tiene que haber algo oculto". Piensa para sí todas las noches durante a veces hasta una hora antes de caer dormido. Del mismo modo que hace años entreno su magia y sus habilidades dentro de su mente en esta ocasión habla con Shaytan y con Zheytan tratando de descifrar el mensaje. Finalmente Shaytan sugiere algo que la mente del César original nunca pensó, pues en su mundo natal la encriptación y descifrado de mensajes se hace mediante computadoras que realizan cálculos muy complicados que, de hacerse a mano tardarían muchísimo tiempo.
En la mañana siguiente César uso la sugerencia del demonio Shaytan, puso en su dedo índice izquierdo magia de oscuridad e inyectó un poco de dicha magia con su dedo en las letras correspondientes, una vez terminado el proceso un fuego negro empezó a arder en las letras marcadas y este devora lentamente el papel; César creyó que una vez consumido por las llamas el papel solo quedarían unas pocas cenizas aún ardientes pero en vez de eso apareció algo increíble, al menos media docena de hojas de papel de una calidad que solo un monarca puede comprar aparecieron en su mesa. Al revisar el papel César nota que la caligrafía escrita en las hojas es muy parecida a la del mensaje original, es decir elegante y femenina además estos nuevos papeles huelen aún más al perfume que usaron en el papel original. Sin más que hacer, decir o pensar César prefirió leer los papeles antes de hacer ninguna otra cosa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro