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10

Vladímir se interesó mucho en los proyectos de los que le hablo su hijo durante el trayecto de regreso a su hogar, le interesó en especial los productos de belleza; si a su esposa le gustan es casi seguro que las mujeres se pelearán por ellas. Es interesante también la idea del muchacho sobre volver útiles a los esclavos, gracias a esa conversación el tiempo paso rápidamente; fueron trece días de viaje tanto de ida como de vuelta, sumado a los dos días pasados en la capital real suman exactamente un mes de viaje.

Los dos varones aprovechan unas horas antes de llegar a su querido hogar para cortar flores para sus mujeres; en caso de Vladímir lleva azaleas, hortensias, muscaris, orquídeas y en general un enorme ramo de flores azules; César fue más tradicional y llevo rosas de varios colores rosas, amarillas, blancas, rojas, naranjas y también margaritas y algunas dalias. Por una gran coincidencia Heiderose ese día visita la mansión Zoloto como suele hacerlo cada dos días desde que su prometido partió con su padre hace ya tanto tiempo. Aunque sus hijas están encantadas con tener una compañera de juegos tan seguido Miroslava intuye la verdadera razón que tiene la pequeña para estar tan seguido en su casa
-Niñas tomaré prestada un momento a Heiderose ¿Está bien?
-Pero mamá, estamos jugando. Contestan las tres niñas haciendo pucheros.
-Sin peros señoritas, además ya es hora de su siesta. Las tres niñas pese a sus protestas les es muy difícil fingir que no están a punto de sucumbir al sueño, derrotadas dejan que las criadas las lleven a sus camas mientras se dejan llevar al mundo de los sueños.
-¿En qué puedo ayudarla Madre? Pregunta la niña una vez estuvo a solas con la mujer mayor y ambas tomaron asiento.
-Sé hija, y lo sé muy bien por que visitas tan seguido está casa, no te lo prohibire pues yo hice algo parecido cuando Vladímir y yo nos comprometimos.
-Algo me dice que otras zorras lo buscarán y me lo quitarán.
-Te entiendo hija pero recuerda, un hombre podrá amar a muchas pero la que lo lleve al altar será la ganadora; y créeme linda tú ganarás a mi hijo.
-¿Usted cree Madre? Pregunta la pequeña con un nudo en la garganta.
-Desde luego hija, tú llevas kilómetros de ventaja sobre cualquier vulgar cusca; yo lo veo cuando regresa cada vez que te lleva a tu casa, esa sonrisa nunca la verá una golfa cazafortunas. Heiderose agradece en su corazón a la mujer por calmar las dudas en su corazón, en cuanto estás desaparecieron la voz de su intuición volvió a escucharse fuerte y claro. "Tu esposo aparecerá en cualquier momento y te revelará un gran secreto" escucho la pequeña con gran claridad, justo entonces un criado entra al salón dónde las mujeres hablan con una gran noticia.
-Mi señora, el duque y el señorito han regresado.
-¡Que buena noticia Kevin! Que la cocinera prepare una buena comida. El criado asiente y en silencio se va. Casi treinta minutos después ambas mujeres acaban de pararse en la entrada de la mansión y divisan a la distancia dos siluetas, al cabo de unos minutos puede distinguirse la característica cabellera rubia del duque y el inconfundible pelo negro de su hijo. Diez minutos después ambos hombres llegan por fin a su hogar.

Los hombres llevan a sus caballos a la caballeriza, Vladímir deja al suyo a cuidado del caballerango pero César cuida el mismo a su Reisender, en parte debido al carácter del animal y por otro lado ya se acostumbro a hacerlo al punto de considerarlo relajante. Mientras dos mujeres con un gran ramo de flores frescas entre sus brazos ordenan a la servidumbre preparar la mesa, habrá una buena comida hoy, Miroslava pese a estar años casada y en teoría ya acostumbrada a las muestras de afecto de su esposo aún se conmueve como adolescente enamorada ante las atenciones de su hombre; por su lado Heiderose se siente tonta por haber dudado de su futuro marido, aparta de su mente esos horribles pensamientos y se centra en ayudar a su suegra a que la mesa luzca perfecta y constatar que la comida sea exquisita. Ambos hombres comen con voracidad agradeciendo por la comida cuando se sienten satisfechos, Vladímir se levanta de la mesa para retirarse a su alcoba, al parecer el viaje lo canso más de lo que pensó, por su parte César es interrogado por su madre respecto a los pormenores de su viaje.
-¿Entonces hijo tres personas te retaron a duelo?
-Si mamá, aunque solo dos de ellos tienen algún potencial.
-¿Ese muchacho de pelo cenizo y ese mestizo de dragón no? César asiente ante la pregunta de su rosita, algo le dijo en su mente que no debe decir a su madre y prometida que conoció a esa muchacha Veronika Bloodfallen.
-Es sorprendente, el mundo es muy pequeño.
-Y también me pasó otra cosa -Ambas mujeres pusieron cara de espanto-, intentaron robar a Reisender; es una suerte que sea tan salvaje con extraños, los guardias reales determinaron que el ladrón murió por los golpes que sufrió durante la caída del lomo del animal y por numerosas contusiones hechas cuándo el animal galopo con el hombre a cuestas arrastrado como muñeco de trapos.
-Por los dioses hijo, me pregunté muchas veces porque conservas a ese animal pero tienes razón, fue una suerte que sea tan salvaje con extraños. Heiderose permanece callada pero ella sabe algo que su suegra al parecer no, las veces que junto a César monto sobre Reisender siente la misma seguridad que siente cuando está entre los brazos de su prometido, casi como si el animal fuera una parte del cuerpo y del alma del muchacho.

Para variar la rutina está vez Heiderose lleva a César del brazo paseando por las calles de la capital de su territorio, la ciudad de Zoloto es bastante próspera, segura y cómoda en opinión de sus habitantes y de los muchos visitantes que acoge a diario la ciudad. Muchos de esos visitantes son campesinos que vienen a la capital a vender sus cosechas o vienen a adquirir cosas para su familia, ya sean dichas cosas utensilios de cocina, ropa o herramientas para el campo o incluso animales para ayudar a arar los campos o como simples bestias de engorda. La pareja camina tranquila siendo saludados por todos los mercaderes y guardias de la ciudad, en algún momento a la chica le llama la atención un escaparate donde exhiben majestuoso un vestido largo con los hombros desnudos y hermosos guantes de seda con encaje.
—¿Ese vestido te gusta rosita? Ella solo asiente en un reflejo automático, César sin dejar que las delicadas manos de su prometida suelten su brazo ingresa junto con ella al establecimiento, la dependiente del lugar al parecer reconoce al hijo del duque dueño de toda la zona y presurosa corre a atenderlo.
—Bienvenidos señor, ¿Busca algo para la señorita?
—A ella le gustó el vestido del escaparate, el gótico sin hombros.
—Es mercancía recién llegada, hecho de seda de primera calidad; su esposa brillará aún más con él puesto.
—Estoy de acuerdo, ella brilla por si sola. El comentario sonrojo notablemente a la niña quien solo oculto su sonrojado rostro entre los brazos de su pareja. La amable dependiente mostró a la pareja el vestido y Heiderose quiso probarselo, realmente ambos -mujer y vestido- se complementan mutuamente, el vestido no tiene una falda tan vaporosa como dicta la última moda, los botones al frente y los hombros al descubierto añaden belleza, los guantes y la gargantilla con hermosos encajes añaden glamour; en definitiva es el vestido para ella.
—Entonces rosita, ¿Te gusta? La muchacha solo contempla embelesada su reflejo admirando cada ángulo, César solo sonríe
—Lo tomaré como un sí— César ve lo holgado que le queda el vestido a Heiderose y añade —; imagino que le tomarán medidas para que luzca más como el del aparador ¿Verdad? La muchacha solo sonríe mientras saca de su delantal una cinta métrica.
—¿En qué color lo quieres? ¿Solo rosa o algún otro? Pregunta César a la chica.
—Azul, como el pelo del hada con la que jugué esa vez; y otro del color de mi cabello; y uno negro con plata por favor esposo.
—Ya la escucho señorita, que hagan el vestido en cuatro colores; envialos por favor a la mansión de Zoloto junto a la cuenta. La dependiente sonrió con sinceridad y se apuro a tomar las medidas de la muchacha. Dos horas después de haber entrado la pareja salió del local sonriendo, pasaron el resto de la tarde visitando la docena de cafeterías que ofrece la ciudad.

—¿Ya viste a esa parejita?
—¿Hablas de ese enclenque y la mocosa? El primer hombre asintió
—Por los trapos que viste parece rico y el escudo en su ropa indica que es noble. Ambos maleantes se acercan a paso tranquilo esperando que César y Heiderose no volteen para así atacar por la espalda al muchacho y limpiarlo de todo su oro, dinero y joyas.
—"Señor unos maleantes lo siguen." escucha César en su mente.
—"Gracias Shaytan."
—"Reisender ¿Me escuchas? César escucha en su mente un relincho.
—"Deje mi espada en tu espalda ¿Puedes hacer que aparezca en mi mano?" Mientras piensa eso de la mano izquierda de César surge una pequeña flama pálida que lentamente envuelve su mano y toma la forma de una espada, cuando César siente que los maleantes están a unos metros de distancia le susurra a Heiderose.
—Nos siguen rosita, quédate detrás de mi. La pequeña se asusto un poco tomando con más fuerzas el brazo del muchacho. Solo un par de pasos después la pálida flama cambio de color para volverse negra como la brea, tomo la forma de una espada de poco más de un metro de largo y en cuanto el arma se materializó el fuego desapareció. Solo un golpe basto para detener a los maleantes y dejarlos inconscientes a disposición de los guardias.

—Esposo ¿De dónde sacaste tu espada si es obvio que la dejaste junto a tu caballo? Pregunta Heiderose curiosa
—Supongo que no puedo ocultarte nada linda rosita, ¿Confías en mí rosita? Ella solo asiente para, al momento siguiente sentir como es llevada en brazos por su futuro esposo "me empieza a gustar estar entre sus brazos" pensó la chica sonrojada. César anduvo un par de pasos con Heiderose en brazos antes de meter los dedos pulgar e índice de su mano derecha en su boca y silbar con fuerza. Solo un momento después bajo los pies de César se formó en un instante un círculo del mismo fuego pálido que trajo su espada, de pronto el circulo se convirtió en un portal del cuál emergió una bestia infernal, pálida y delgada como un cadáver era la bestia sobre la cuál ahora César cabalga con su princesa en brazos, a esta montar en aquella bestia horrible le pareció demasiado para soportarlo y busco protección aferrándose aún más al cuerpo de César, a ojos de Heiderose esa horrible criatura parecía nunca querer irse pero en un segundo notó que César y ella montan sobre Reisender quien como siempre va a todo galope. Tras unos minutos llegaron al mismo lugar donde han tenido tantos hermosos recuerdos y donde surgió el amor entre ellos.

—¿Por qué me trajiste aquí esposo?
—Hay demasiada gente en tu casa y en la mía, y lo que voy a mostrarte quiero que solo quede entre tú y yo.
—Dejate de tanto misterio y solo dime por favor. Suplico la chica y justo entonces paso, una cúpula de oscuridad envolvió a César y a Reisender durante lo que dura un parpadeo, cuando la oscuridad se fue César y Reisender se fueron con ella; en lugar de su prometido Heiderose ve una criatura pálida y delgada, y en lugar de Reisender había una criatura mortalmente pálida rodeada por ese fuego pálido en especial en sus pezuñas y crin.
—Esto quería mostrarte rosita. Por primera vez la criatura habló, o eso pensó Heiderose a juzgar por el movimiento de la máscara que lleva está, viendo que la chica no dice ni hace nada la criatura se acerca a ella y coloca sus huesudas manos envueltas con algún tipo de magia en las sienes de Heiderose y la muchacha se vio a su misma en un espacio que en definitiva no es su hogar, ni siquiera parece su mundo. Pero algo hay aquí que a ella le basta para considerarlo algo parecido a un hogar, su querido César la ve sonriendo, ella por instinto corre hacia él y lo abraza como si lo necesitará como sus pulmones el aire puro.
—¿Dónde estamos? Susurra ella cuando al fin puede hablar. Y así él le contó sobre su clase y además le habló del incidente que vivió en la capital con ese maldito tratante y lo que hizo para atraparlo, ella pese a ser una niña le gusta buscar lo bueno en todos pero de ese horrible hombre no tenía nada que decir.

De todas las posibles preguntas que Heiderose podía hacerle a César eligió dos que nadie esperaría.
—¿Lo sabe tu familia? ¿Por qué tú? César solo pudo responder a la primer pregunta.
—Solo mama lo sabe, papá salió del templo apenas supo mi primer clase; mis hermanas lo ignoran y no sé si pueda decirles algún día. Rosita solo se limito a abrazar a su principe y tras sollozar un poco musitó
—¿Por qué te dieron está carga a tí de todos los hombres?
—No lo sé rosita, quizás cuando vea a los dioses les pregunte.

Después de eso una luz intensa iluminó todo el lugar, tras unos minutos la luz se apagó poco a poco y Heiderose volvió a ese pequeño campo de flores, tanto la criatura como su corcel se habían ido pero algo dentro de ella le dice que ninguno de ellos es malo ni le hará daño jamás.
—Gracias por compartir ese secreto conmigo César. Le dijo ella después de volver a abrazarlo.
—Volvamos a casa rosita. Ella solo asiente. Vuelven al hogar del duque solo para que Heiderose se despida de sus cuñadas y suegra, inmediatamente después Heiderose volvió a montar a Reisender aferrándose más aún al cuerpo de su querido príncipe y en cuestión de minutos Heiderose es recibida por su madre y algunas criadas en las puertas de su mansión.
—En un mes llegarán los vestidos que te compre princesa, yo mismo te los traeré. Dijo César cómo despedida, la niña contó a su madre toda la historia y mientras tanto cenó y se vistió con su ropa de dormir.

En medio de una gran tranquilidad el tiempo pasó y César festejo su décimo quinto cumpleaños, casi sin notarlo en un parpadeo su familia celebra el último día del calendario y dan la bienvenida a un nuevo año lleno de esperanzas y promesas por cumplir.

Mientras tanto en el único puerto del continente humano un pequeño barco del imperio elfico quiere arribar en este, la autoridad del país, la unión comercial Rosa debido a las nuevas normas impuestas a consecuencia del infame tratante obligan a demostrar sin el menor atisbo de duda que cualquier esclavo que lleve la tripulación o algún pasajero ha cometido un delito en perjuicio de su ahora amo. El barco solo lleva un pasajero y este además de su equipaje lleva una esclava.
Un lector de pensamientos debidamente uniformado espera paciente la orden para hacer su trabajo mientras un guardia inspecciona el pasaporte del elfo y la ficha de la esclava.

Nombre Coyolxauhqui
Edad 800 años (16 ciclos elficos)
Estado esclava
Razón hurtar parte de una vajilla de plata.
Fecha del incidente 04/02/3960

Forrest revisa la mente de la chica, en específico retrocede veinte años. Forrest el lector de pensamientos solo asiente y procede a trabajar, mientras tanto un mago revisa que la esclava no sea controlada mentalmente ni por algún otro método.
—Sus recuerdos coinciden señor, ella robó al caballero. El guardia asiente y con la vista busca algún detalle que detecte el mago. Tras varios minutos el mago solo niega con la cabeza.
—Gracias por esperar señor Aramis. Menciona el guardia con la frialdad típica de la gente acostumbrada a la disciplina militar mientras al mismo tiempo que habla le entrega su pasaporte y el documento de la esclava, la cual en todo el rato que duro la inspeccion no dijo una sola palabra. El hombre Aramis agradece al guardia y aprieta después con fuerza una de las nalgas de su esclava, ella gime pero nada puede decir así que sigue al hombre como un cachorro a quien le arroja un hueso.
Tras andar varios minutos por el puerto Aramis, cuyo verdadero nombre es Aram busca un nuevo transporte que lo lleve a la isla de la teocracia.

En la isla donde se ubica la nación teocrática su líder actual Verónica Andrea ahora luce una adorable pancita de embarazada, Sakura su aprendiz está a su lado siempre esperando cualquier petición
—Sakura, linda, ven por favor.
—Digame señora.
—Quiero decirte mi última voluntad, como sabes mi fin está cerca, así lo vaticinó mi clarividencia. La pequeña niña pelirrosa no pudo evitar romper en llanto pero la mujer mayor la consuela.
—No llores mi linda niña, iba a pasar tarde o temprano; ahora escucha por favor, voy a parir pronto y mi instinto de mujer me dice que eso pasará después de eso— la niña dejo salir un par más de lágrimas —, quiero que mi bebé sea criado por mi hermana Rosario Andrea; la encontrarás en el distrito de clase alta aquí en nuestra nación. Sakura asintió muda, dando a entender que cumplirá al pie de la letra, pero al mismo tiempo también piensa en su familia, sus padres y sus tres hermanos mayores se mudaron al país poco después de que sus habilidades fueran descubiertas. Poco tiempo después el día tres del mes lobo nace Luis Miguel Andrea, unigenito de la sacerdotisa Verónica. Ese mismo día llega en un barco el falso Aramis a las tierras santas. Solo él desciende a tierra y unas horas después vuelve a subir a bordo del barco de regreso al continente humano.

Tres días después Sakura toca una puerta de una bonita casa.
—Señorita Sakura, pase ¿A qué debo el placer?
—Esta vez no es visita social Chío, tu hermana falleció —el aire de pronto se congeló y todo enmudeció—, pero traigo una última voluntad. Debajo de sus ropas la niña saco un bulto envuelto con sumo cuidado, la mujer lo recibe triste y algo curiosa, al retirar una parte de las telas asoma el tierno rostro de un bebé.
—Es tu sobrino querida amiga.

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