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03

—¿Te tienes que ir bien amado esposo? Pregunta Miroslava exagerando su angustia al mismo tiempo que acaricia su vientre, desde hace días en el reino soplan vientos de incertidumbre, algunos aseguran que se avecina una guerra; más no saben definir quienes serían los contendientes. Dicha incertidumbre ha hecho que varios condes y barones sonsaquen la mente del duque al que rinden cuentas y estos a su vez envenenan la mente del rey. Entre esos duques se encuentra Vladimir duque del ducado de Zoloto, quien al igual que los nueve duques que regentan nueve de los diez territorios en los que está dividido el reino de Krasivaya tuvo que dirigirse a la capital real Platina, a comparecer ante el rey y de ser necesario planear juntos una estrategia eficaz en caso de un levantamiento armado.

Mientras Vladimir parte a comparecer ante su rey, su pequeño primogénito César repasa y vuelve a practicar las pocas lecciones que su padre pudo darle durante esas breves tres semanas posteriores a su sexto cumpleaños; del mismo modo su madre se esmera en buscarle tutores que ayuden a fortalecer sus muchas clases, todos los tutores contratados fueron magos experimentados y todos coinciden en qué el niño es un prodigio, y tanto si decide dedicarse a la magia o a la espada no dudan que podría crear un hasta ese momento único estilo de lucha con espada mezclado con magia. Ningún adulto sospechó, ni sospecha que el pequeño ha recibido entrenamiento para entender sus habilidades desde que nació, eso que los adultos a su alrededor llaman talento es solo el resultado de poco más de un año de prácticas sin descanso por parte del niño de ahora siete años de edad.

Pocos meses después de su sexto cumpleaños ocurrieron un par de muy curiosos incidentes, en primer lugar el niño paseaba la mañana de su séptimo cumpleaños con un par de sirvientas por un camino poco transitado de su territorio cuando el niño se adelantó al paso de sus mayores ocupado en sus juegos, no anduvo mucho cuando un extraño objeto llamo su atención; se trata de una enorme pila de rocas, cada una de ellas más grande que el cuerpo impúber del niño; en la cima de esa pila está clavada una espada larga de las que llaman bastarda, ese dato se sabe pues la espada está clavada en la roca pero sobresalen unos centímetros de la hoja, la cuál se observa con claridad que tiene filo en ambos lados de la hoja. El niño subió por la mole de piedras aprovechando cualquier grieta para apoyarse, para cuando llegó a la altura de la hoja las sirvientas que lo acompañaban pudieron llegar al lugar, lógicamente se asustaron y temen por la integridad del hijo de su señor. Al ser evidente que ninguna de ellas tenía la condición para subir por el niño lo llamaron desde la base, ofreciéndole toda clase de dulces, golosinas y chucherías a cambio de bajar. El niño parecía no escuchar nada del mundo que le rodea durante varios minutos, en opinión de las aterradas mujeres el pequeño parecía hechizado por el arma y así se lo contaron a la duquesa cuando volvieron. Sin embargo lo que en realidad sucedió fue que César hablo con la espada por telepatía
¿Hola me escuchan? Pregunta el pequeño con miedo
—¿Quién osa interrumpir mi sueño? —Responde una apenas discernible silueta más negra que el ébano
—¿Que hace un niño en mi espacio mental?
Solo me preguntaba, ¿Eres tú las guadañas del segador?
¿Cómo demonios sabes ese nombre niño?... —la silueta parece meditar durante unos momentos tratando de recordar algo y, tras varios minutos al fin parece que un recuerdo vuelve a él —A menos que ¿Tú eras aquel hombre al que le hable en el tribunal de los dioses? Pregunta la silueta entre sorprendido y avergonzado. El niño solo asiente y la silueta hace visibles ademanes de maldecir a alguien
¡Malditos dioses! ¿No pudieron tomarse dos minutos para avisarme cuando aparecerias? Ni siquiera esas florecitas de Persefone o Brigitte se molestaron en avisarme. Parece que la silueta tiene quejas para rato pero César lo interrumpe.
Entonces ¿Esta bien si te tomo de una vez? Pregunta inocente pero la silueta hace un ademán que cualquiera puede interpretar como un ¿En serio?
Sera mejor que te muestre. Dice el niño para romper el vínculo telepático. De vuelta en el mundo real César extiende sus manitas hacia la espada; logrando asirla con gran firmeza para ser tan pequeño, entonces posa sus pies con firmeza en la piedra y jala la espada con todas sus fuerzas, la hoja va saliendo unos centímetros con cada tirón; al cabo de una media hora el niño saco completamente la hoja de la inmensa mole de piedra. La imagen de un niño sosteniendo una espada casi tan grande como él es algo bizarra y hasta chusca, pero no cualquiera se mofaria del niño pues este descendió de la roca de un salto con la espada aún en sus manos, logrando en el aire maniobrar su cuerpo para que la hoja se clave primero en la floja tierra; de esa forma logrando aterrizar sano y salvo.

Cómo cualquier niño corrió emocionado hacia su madre a presumirle a esta su más reciente logro, y como toda madre no le creyó aunque si fingió hacerlo, la mujer pidió al pequeño niño que saliera de su habitación para hablar con sus niñeras, el niño obedeció y las dejo solas; la mujer, cuyo vientre visiblemente amplio debido a su embarazo le restringe mucho la capacidad de moverse solo giro su cabeza hacia las dos mujeres quienes repitieron casi palabra por palabra la historia del pequeño César obviando aterradas el hecho de que el niño al parecer fue hipnotizado o hechizado por esa extraña arma. La mujer decidió que lo mejor era traer un herrero o a un armero para saber el origen de la misteriosa arma, mientras tanto en el mismo pueblo donde hace poco tiempo César acudió a su ceremonia de "bautizo", al día siguiente corrió como el agua el rumor de que al fin alguien saco de su prisión de roca la "espada del heroe"; todo el pueblo se quema sus neuronas tratando de dilucidar la identidad del misterioso personaje que logro lo que casi doscientas generaciones de seres humanos, elfos y demás especies han soñado con lograr.

Un par de días después del incidente con el pequeño César el duque finalmente regresa a su hogar, más lamentablemente no trae consigo buenas noticias; siguen soplando en el reino vientos de sospecha, incertidumbre y paranoia; aunque no todo es malo, esos vientos no avivaron la hoguera de la guerra aunque la amenaza de que eso pase es muy real. Cuando el hombre llegó a su hogar fue recibido por su hijo sosteniendo una espada casi tan grande como él, creyó que está era de madera muy bien disfrazada pero cuando le pidió a su hijo que le preste un momento su juguete ocurrió algo que no debería pasar. Apenas sus dedos rozaron la elaborada empuñadura cuando sintió un inenarrable dolor, casi como si algo succionara la vida de su cuerpo y alma. De inmediato retiro su mano para tomar al niño y envolverlo entre sus brazos, para dejar tirada en el medio de la habitación el arma maldita y buscar a su esposa. La mujer estaba en los aposentos nupciales cuando su esposo entró abruptamente demasiado asustado para notar que ella estaba vomitando en un orinal, en cuanto pudo tranquilizarse le contó Vladimir a Miroslava lo ocurrido, lógicamente ella también se asusto y le contó el incidente que le narraron las sirvientas. Cómo la mujer no había llamado a un armero y a un herrero para saber que es esa misteriosa espada, la necesidad y el miedo movilizaron a la servidumbre del castillo. Por si se llegará a necesitar el duque Vladimir también le pidió al mayordomo que además del herrero y el armero, trajera también a un mago.

Pasaron un par de horas durante las cuáles Vladimir y César se enteraron que Miroslava está encinta desde hace unos meses, claro que su abultado vientre debe ser indicio de ello, también la mujer anuncio que daría a luz muy pronto siendo esto parte del segundo curioso incidente. Finalmente media hora después llega el mayordomo con los tres hombres quienes solo vieron el arma, aunque la analizaron minuciosamente ni el herrero ni el armero supieron determinar su origen; el armero solo pudo acertar a elogiar a quien sea que forjo esa magnífica arma. El mago, quien es un hombre de edad tan avanzada que tiene canas, determinó que la espada en efecto es la que estaba clavada en esa mole de piedra; también prometió investigar más a fondo el origen de la espada, para lo cuál pidió al duque Vladimir permiso para buscar en los archivos del notario del ducado. Al mismo tiempo usando sus magias envío mensaje al notario real usando el nombre del duque de Zoloto.

Al día siguiente el anciano mago presento a Vladimir y su esposa Miroslava los resultados de su búsqueda. Encontró que la mole de roca y la espada apresada en esta aparecieron misteriosamente hace tres mil seiscientos años después de que el último héroe desapareció,y durante un par de siglos fue la pieza central en torno a la cuál giro un importantísimo festival semestral. En dicho festival se reunían miles de humanos, gentes bestia, semi dragones, dragones y todas las razas que habitan el mundo; se reunían a compartir su cultura con el resto del mundo, siendo el evento principal que miles probaron su suerte intentando sacar la espada de la piedra; de más está decir que nadie lo consiguió en estos siglos. Hay registros de que todos los ancestros del duque Vladimir intentaron sacar la espada al igual que los ancestros del actual rey de Krasivaya y de los otros reinos humanos.

Vladimir estaba visiblemente sorprendido por su hijo César, claro que cualquier padre desea que su hijo logré más que él; pero esto que está ocurriendo es inmenso, quizás su pequeño sea la pieza fundamental que necesita para detener de una vez y para siempre esas malditas incertidumbres entre los numerosos nobles de este reino -y de todos los reinos humanos-. De ser ese el caso podría arreglar un matrimonio con la hija de alguno de sus nobles, bueno ese asunto lo discutirá largo y tendido en otra ocasión con su esposa al respecto. Pero pese a la explicación del mago aún algo no cuadra en la cabeza de Vladímir
—Perdona que interrumpa Igor el mago, pero hay algo que no me explico y me parece que no has mencionado ¿Que fue ese dolor que sentí cuando toque la empuñadura del arma?
—Justo a eso iba su alteza Vladímir, al parecer los cuatro héroes magos entre las miles de ideas que nos legaron encontré una que encaja en lo que le ocurrió a usted —mientras habla el hombre saca del interior de su túnica unos pergaminos muy antiguos a juzgar por el color que tiene la piel con la que fueron hechos— se trata de un hechizo de brujería llamado "caricia de Tanatos", el cuál puede aplicarse en objetos y necesita para activarse la condición de tocar el objeto encantado; también puede aplicarse una condición restrictiva, es decir una regla para que alguien o varias personas puedan tocar o coger el objeto encantado; parece ser que el héroe segador encantó las pertenencias de los trece héroes con ese hechizo para evitar que fueran robadas. Fue la respuesta del hombre mayor.
—¿Me estás diciendo que está espada le perteneció a un héroe? Pregunta Vladímir extasiado y orondo.
—Es lo más seguro, parte de los tesoros o colecciones de los doce héroes. Responde Igor muy seguro de sí. Vladímir no cabe en sí de la emoción, definitivamente su hijo es lo que su nación, ¡No! Lo que la humanidad necesita para poner fin para siempre a tantas estúpidas disputas, juegos de poder, hipocresías y horrores sin nombre.

Era el mediodía del primer día del mes del zorro y en el castillo del duque de Zoloto nuevamente hay una gran actividad e inquietud alrededor, principalmente se ve a varias mujeres yendo y viniendo desde y hacia la habitación de los duques; resulta que en la mañana de este día la duquesa Miroslava entro en labor de parto y justo al medio día la partera anuncio que el parto fue exitoso
—Felicidades alteza, es una hermosa y saludable niña. Exclama la mujer entregándole la bebé envuelta en una acogedora y cómoda sábana de algodón. El duque Vladímir de Zoloto está extasiado, demasiadas emociones tan intensas inundan su corazón en un lapso de tiempo demasiado breve para procesarlas bien. Con su hija recién nacida aún entre sus brazos se acerca a la cama dónde su exhausta esposa yace, el sudor aún cubre su hermoso rostro mientras el esfuerzo del parto aún castiga su cuerpo. La mujer quiere dormitar un poco pero el ver a su esposo e hija la mantienen despierta.
—Hola pequeña, te presento a tu hermosa mamá. La mujer todavía tiene las suficientes fuerzas para sonreír con los piropos y halagos de su marido, así que decide contraatacar.
—Y ese guapo hombre que te carga es tu papi. Sonríe Vladímir pues recuerda que hace muchos años, cuando cortejaba a su hoy esposa, ambos solían tener batallas de halagos; las cuáles siempre terminaba ganando Miroslava, quien todavía merece el apodo con el que siempre se refería a ella en sus años mozos princesa de las rosas.
—Ganaste como siempre princesa ¿Has pensado en algún nombre?
—¿Que te parece Sofía Guadalupe? Vladímir sonrió pues el primero era el nombre de su abuela y el segundo era el nombre de la madre de Miroslava.
—Me gustan ¿Y pensaste en algún título?
—Como es el primer mes de la primavera pensé en Blumenprinzessin.
—Es perfecto, bienvenida a la familia Sofía Guadalupe Blumenprinzessin. La pequeña pareció sonreír cuando sus padres le dijeron su nombre, para la gente de este mundo suele considerar eso como una señal de buen augurio, después de eso la mujer —que estaba desnuda desde que empezo el parto— amamantó por primera vez a su hija mientras Vladímir sale junto con la partera a hablar de algunas dudas del hombre; tras una charla algo larga el feliz padre volvió a la habitación, tomo a su hija y ambos dejan sola a la exhausta mujer para que pueda dormir al menos unas horas para el dedicarse a mostrarle a su hija su hogar, a la pequeña todo le llama la atención y parece gustarle lo que su padre le muestra. Casi al final de su paseo se encuentran con César quien acaba de terminar de practicar con su espada, su padre se acuclilla para que la bebe pueda verlo mejor, en cuanto la pequeña ve el rostro de su hermano mayor sonríe y empieza a dar palmadas de alegría
—Parece que le agradas hijo. El niño solo vio a la pequeña y frágil criatura en los brazos de su padre y no pudo evitar sonreír y un poco de la alegría de la pequeña se le contagio a su hermano mayor; al final César quiso acariciar con su dedo la mejilla de la bebé pero está logro atrapar el dedo de su hermano con su pequeña manita y trata de llevarlo a su boquita, cosa que ambos varones impiden. Ambos hombres notan que sus cuerpos les piden alimento así que se dirigen ambos a la cocina buscando algo con que llenar sus estómagos, una vez satisfechos aprovecha César y sirve algunos bocados en un plato y se los lleva a su madre, cosa que la mujer agradece aunque debido a su condición el niño tuvo que pedirle a una sirvienta que trajera mucha más comida. Un rato después aparecen la sirvienta y Vladimir con su hija en brazos. Mientras Miroslava come su hija también lo hace y ambos padres se entretienen con los relatos de su hijo, dichos relatos emocionaron a su padre de manera que parece más cariñoso con su madre.

Las siguientes siete noches el niño durmió junto con su hermanita, en parte debido a que asumió muy rápido su deber de hermano de proteger a la niña y principalmente debido a que la pequeña rompe en llanto cada que pierde a César de vista. Al final de esa semana por fin volvió a ver a ambos padres aunque la mujer sonríe mucho más y su alegría es casi contagiosa. Siete meses después en la noche del último día del décimo mes se entera que tendrá más hermanos. A la mañana siguiente, el primer día del onceavo mes, saludo a sus nuevas hermanitas Aida Herzogin y Aidé Herzogin.

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