El día siguiente llegó, ambas habían dormido relajadas, Bella y Leona estaban con muy buen humor.

La husky se adelantó y bajó las escaleras para dirigirse junto a Charlie, quien al verla enseguida se deshizo de su cara adormilada, apresurandose a tomar del café para despertar y atenderla. La perra albina se sentó sobre sus patas traseras y lo vio tranquilamente a los ojos comenzando su comunicado mental:

«Ya hablé con el joven Jonas, puedes tomarte un retraso en la jefatura. Me tomé estas molestias porque me gustaría que nos llevaras al Instituto Forks, quiero mirar algunas cosas. Claramente no voy a llamar la atención de mi gente, aun no quiero dar señal que estoy de vuelta hasta que Bella tenga la edad adulta.»le explicó Leona.

—Entiendo, ¿Irá también el joven Marchelo? Digo, porque lo vi esta mañana ya esperando en la entrada. Es un buen chico. —dice Charlie, remediando su pregunta con timidez.

«Es su guardia personal, es su obligación protegerla mientras no estoy cerca a su hija. Mi luna, necesita siempre estar cuidada, y no tomaré ningún riesgo que la exponga» sentenció mientras se rasca un poco tras su oreja, con un pata.

—Perfecto. Ya sabes... Lo agradecido que estoy con ver que la cuidas.

«Ya sabe usted es un placer para mí realizarlo, amo a su hija. Y la seguiré esperando lo necesario hasta que pueda convertirse en su luna y Reina.»piensa mueve su cola emocionada.

Charlie le dedica una sonrisa leve, y asiente, ese momento pronto llegaría y solo quería ver cual era la reacción de Bella, fielmente confiaba en su hija para que realmente ayudara a su Reina Alfa, ha sobrellevar el peso de sus complejos físicos y emocionales. Sabía que ahogaba sus malas emociones, pero no siempre estaría la Alfa de buen humor, sabía que cuando su paciencia rebosara el vaso no había otra persona capaz de calmarla que no fuera su propia hija. Ese era una de las tantas cosas que había descubierto de los lobos y manadas del mundo sobrenatural.

—Buenos días, papá.

—Buenos días, hija.

Ambos distante pero cariñosos a su forma se dedican una sonrisa tímida y muy leve, mientras la castaña saca unos cereales y leche, siendo ese su desayuno al menos por hoy. Mientras que a su vez, nota como Charlie le llena el plato con las croquetas de carne y pollo, a la husky siberiano.

Esos pequeños momentos en el que ambos tenían una rutina era realmente hermosos, capaz no muy afectivos pero ya era un gran avance. Ya que después de la separación por tiempo remoto y estar solo con su madre había desarrollado una independencia extraña ante sus figuras paternales.

—¿Papá, hoy podrías llevarnos?

—Si, sin problema Bells.

—Ok, gracias. Te devolveré el favor en cuanto me digas, papá.

Charlie estaba contento cada vez que escuchaba el como lo llamaba, aveces le decía por su nombre y sentía que capaz la distancia había estropeado demasiado la relación padre e hija que alguna vez tuvieron.

Tras esos momentos humanos, cómodos y tranquilos se gozaban, el tiempo pasaba y pronto sería hora de comenzar el plan.

[...]

Una hora y media después, ya se encontraban de camino al instituto, Chelo ya se encontraba listo pero esta vez se presentaría en su forma humana. Esta vez no iría de forma encubierta, por órdenes impuestas por inquietud en su alfa, algo había que la estaba colocando así en un día tan bueno como hoy. La había visto relajada, pero en cuanto llegaron al parquet siendo despedidos un momento por la misma y Charlie.

Aclarando que "Leona" su alfa, había sido muy mimosa con la luna, como si estuviera dejando demasiado su aroma en ella y claramente, apestaba a su alfa, el aroma que desprendía su alfa era imponente y tranquilizador. Esta le había dejado lengüetazos en la mejilla a Bella, como si le dijera que la extrañaría mucho. Algunos alumnos veían la escena con ternura y risas, mientras que otros con mueca y envidia, y los vampiros, uff, ellos si que estaban tensos como una liña.

Los Cullen habían sentido la presencia imponente de su alfa, pero no sabían si sólo era sus imaginaciones, pero para Chelo o Luca, sabía que sólo había dejado fluir su naturaleza en ese Clan como advertencia. Porque el resto de lobos de la manada que estaban dispersos dentro de la institución no la había percibido.

—Tranquila Leona, ya nos veremos a la vuelta, así que no llores tanto por mi. —bromea un poco, Bella.

La mirada y ladrido que le había dado la husky siberiano se había tomado como si fuera:«ya veras mocosa».

Poco después Charlie hizo el amago de llamar y encubrir la escena como la familia que era, llamando a su mascota para que viniera al trabajo con él, dejando a su hija en el instituto. Una escena digna de admirar y una que guardaba protectoramente la realidad de los hechos. La mente de Charlie estaba protegida del lector de mente mientras la husky estuviera siempre en contacto con el Sheriff.

—Nos vemos en la cena, hija.

—Chao papá, Chao leona.

Enseguida Bella agarró su mochila y se dirigió a su respectiva clase, seguida del castaño de piel pálida y labios carnosos, la acompañaba mientras ambos estaban envueltos en una conversación sobre su próxima clase. También estaban hablando que más tarde le mostraría la moto que tenía a su cuidado y que ese sería su medio de transporte. Bella estaba algo insegura nunca había subido a uno, pero sentía que podía confiar en su guardia Luca, así que, aún se encontraban hablando de ello.

La clase de Historia era sin duda interesante para la castaña, mientras que para Luca era una situación de sumo aburrimiento, pero todo sea por cuidar de la luna. El vampiro Cullen parecía incomodo al verlo muy cerca de Bella, por lo que seriamente lo amenazaba en silencio con la mirada. Algunos sabían dónde meterse, y pos supuesto, era no molestar al exigente entrenador de la manada.

Y si lo hicieran, recibirían un entrenamiento duro en las noches, como en las vacaciones. Por lo que, siempre lo trataban como el respeto que este se los daba.

Dos horas después, habían ya culminado las clases de historia, para tener otra clase incomoda de biología donde Bella seguía teniendo al Cullen como compañero, había visto la molestia en las facciones de Luca al tener que separarse a tantos metro de ella y no poder cuidarla de ese molesto chico. Tanto que sin saber, comenzaron una conversación tras este disculparse por sus acciones anteriores, preguntando cosas que sin duda la extrañaban pero en cuanto esté no la miraba veía como disimulaba rascarse la nariz por tal vez molestias o una alergia.

Creía fielmente que no era ella, pero para buena serte el aroma de la alfa incomodaba y parecía funcionar como aroma molesto para sus narices. Sabía Edward Cullen, que provenía del husky siberiano. Sabía que su familia estaba ante la mirada de seres que gobernaban la protección de los pueblerinos de Forks. Y sabía que alejarse de la que le llamaba la atención como su Tua Cantante, sería una acción de protección pero era egoísta, queria conocerla un poco. Saber porque no le podía leer la mente.

En cuanto todas las clases habían terminado, Luca y Bella habían salido en dirección a la moto que particularmente ya había estado mucho antes en el parquet de la institución, como si ya antes hubiera tenido el plan de ese transporte para ese día. Ambos estaban tan concentrados entre escuchando música y Bella atendiendo las directrices para subir con el castaño a la moto que cuando menos se lo esperaban un auto empezó a derrapan hacia ellos, por lo que las acciones fueron tan rápida para Bella, que solo pudo sentir que Luca la cubrió completamente con su cuerpo, como escudo humano. Mientras que para molestia del lobo, el Cullen estaba siendo atrapado por sus hermanos ante tal crítico accidente.

Bella sentía sus latidos del corazón por todo su cuerpo, el ruido de los chirridos de las chantas la habían aturdido mucho, pero el sonido del craquelado de la chapa contra el cuerpo y quejido de Luca la preocuparon mucho, ella estaba intacta sentía una presión en el estómago como si tuviera ganas de vomitar por la tensión pero temía moverse y dañar más la situación.

—¿É-estas bien... L-luna?

—Si... ¿Puedo.. M-moverme?

—Tch... Espera un poco... Ugh... Tremendo karma tienes, Luna.

Bella sonríe tensa, aunque triste por escucharlo tan aflijido, sentía la calidez que desprendía el hombre que con sumo cuidado y lentitud la UE soltando, al punto que Bella pudo ver como el castaño estaba incrustado en la chapa de la puerta del auto, y el charco de sangre no se había hecho esperar. El chico que los había casi matado pedía disculpas horrorizado, al igual que Bella, quien temía demasiado por su amigo.

—¡OH Dios! Donde está mi teléfono.

Busca rápido su luna, con las manos temblorosa, reaccionando del shock y horror, empezando a llamar una ambulancia. Mientras que otros se quedaban sin moverse pero preocupado en la situación. Algunos intentando ayudar a Luca y otros ayudando al conductor.

Ese día había sido un completo caos, y que si no fuera por Emmett y Jasper, Edward Cullen los había puesto a la luz con el secreto familiar. Alice estaba petrificada por no poder ver más el futuro de Bella.
Por lo que en cuanto lograron quitar a Luca con cuidado y ponerlo en una camilla, estos subieron a sus respectivos autos dirigiéndose junto a su padre, para saber la situación de la humana.

Mientras que en otro lado, la alfa sintió un pequeño atizon doloroso de horror provenir de su luna. Alertando a su beta y resto de guardias, con los que estaba manejando un asunto.

Los rumores llegaron rápido a sus oídos. Mientras que Jonas pudo ver perfectamente cómo su alfa se le iba el color por el horror.