〔 76 〕
Ya habían llegado a Volterra, los días llegaron demasiado rápido, y viaje aunque hubiera sido tenso igual las cosas estaban sobre la marcha. Ya se encontraban frente a los Vulturi, Yiara y Luca cuidando a sus protegidos.
—Y bien, cuentanos a qué se le ofrece la visita Alfa Ginonix. —dice Caius Vulturi.
—Hace 6 meses y 3 semanas, unos nómadas rondan mis tierras, sus nombre son Victoria y James, estos mismos hace 8 meses atrás me emboscaron. Sabrán que dañar a mi especie implica una falta a nuestro tratado de paz, al igual que les di una advertencia en su debido tiempo de su existencia como Reyes. Sus acciones por mis tierras han estado levantando sospechas de vuestra existencia con los humanos, tal vez no afectará a mi raza sus acciones impulsivas pero a vosotros si. —cuenta sin mediar mas demora.
—La historia que nos han revelado es distinta, ¿Cómo podría confirmarnos la falta que ...?—empezó a decir Aro.
Sin embargo, Leongina ofreció un pergamino y en esta iban incluidas las fotos de las heridas ocasionadas en el pelaje del lobo albino. Al igual que una hebra pelirroja y rubia que enlazaba perfectamente con los vampiros nomadas. Logrando callar de inmediato al Rey Aro, quién observa con aquellos ojos rojos a la vampiro victimizada, quién intenta no demostrar su miedo ante la prueba, mientras que James empieza a sisear su rabia hacia aquel adefesio -osea al Alfa-.
—Retracto mi duda. Se le concederá la infracción que demanda. Sin embargo, ¿son las mismas pruebas para los avistamientos?—pregunta Aro, receloso de saber realmente si valía la pena exponer sus cabezas por los que pedían su protección.
Marcus se encuentra leyendo los papeles previamente recaudados de los avistamientos, que habían sido mandado por el mismo Beta del dichoso Alfa, entregándoselos, encontrando perfectamente fotos de los nombrados plasmados en borrones que podían distinguirse perfectamente los rasgos de los nomadas. Aro y Marcus comparten una mirada con Caius, que resopla y hace un ademan hacia Demetri y Alec, quienes someten e inmobilizan a sus pares(nomadas).
—¡Le vas a creer mas al enemigo que nosotros, desgraciado!—rugió James totalmente enervado.
—Ellos nos arrebataron a un compañero del Clan, ¡Es lo menos que pueden hacer por nosotros, sus iguales!—sisea la pelirroja, Victoria.
Sin embargo, ante tales asperezas Jane le infringe dolor a ambos para hacer respetar a su Rey, quién no la detiene, ya estaba empezando a aburrirse de la situación con relación a los nomadas.
—¡Aaagh!—ambos cegados y adoloridos nomadas, se sentían estupidos.
Creyeron que muy fácilmente iban a ser respaldados por sus reyes, creían que ese alfa no tenía pruebas. Creían muchas cosas incompletas de verificar.
Bella se quedó intimidada ante tales acciones de los reyes vampiros. Mientras que la diplomacia, postura y seriedad con las que Leongina se expresaba le hacían sentir cierta atracción, como si le fuera a parecer sexy. Maxam estaba divertido en percibir esa sensación y mirada en su Luna, lo cual lo hacía tener mas fuerza y orgullo en demostrárselo. Como un guerrero Rey Oscuro debía ser delante de incompetentes.
—En vista de que tus pruebas son verídicas, me temo que no podremos hacer nada por nuestros pares, te ofrezco sus existencias, a modo de pago por las faltas realizadas. —dice Caius, sin ningún apice de empatía por los suyos, estos no tendrían ni un grano de esperanza de vida.
«Mi Luna, a continuación tendrás que ser fuerte. No te ocurrirá nada, pero quiero que te entregues absolutamente a la nieve, no abras los ojos por lo que más quieras. Si no acababamos con esto ahora, no habrá tiempo después.»intermedia por la conexión Leona hacia Bella.
Ella la mira extrañada, pero asiente, confiando en la cautela de su Alfa, cerrando sus ojos, percibiendo perfectamente como sus propios sentidos auditivos se van ahogando con una sensación similar a los dedos finos de su Leona taponando sus oídos. Se queda tras su albina figura, mientras Yiara y Luca se hacen presente a sus costados, protegiendo a la Luna. Mientras que Leongina se acerca a los nomadas, estos cegados e imposibilitados de sus sentidos, y en un cambio feroz los dos vampiros se congelan inmediatamente de pies a cabeza, Jane se queda paralizada al ver como aquel hombre de cabellos albinos se convertía en un gran lobo albino y de sus fauces escupe una saliva oscura en dirección a los vampiros congelados. Este líquido oscuro enseguida corroe como ácido ardiente ambos fuegos, quedando solo una viscosa sustancia encima del hielo restante, seguidamente Demetri incendia los restos con fuego. Terminando por finalizada la sesión.
«¿Leona, Maxam? ¿Todo bien, ya puedo abrir los ojos?»pregunta Bella irrumpiendo aquella imagen gloriosa de empoderamiento del Yin&Yang.
Los Vampiros que fueron testigos quedaron estaticos ante lo realizado, habían sentido horror y un abrumador poder por venir de la figura masculina frente a ellos, a tal punto que la Lealtad, admiración y respeto que tenían los guardias hacia los de su especie titubearon, querían seguir a esa figura. Mientras que los actuales reyes se sintieron desprotegidos, sabían que el Elegido era distinto pero no que fuera tan letal. Nunca lo vieron así de imponente, estaba marcando una advertencia, era muy obvia.
—Huelo vuestro miedo, me encanta.—dice el imponente lobo sacandole alrededor de dos metros cincuenta. Un poco mas altos que un lobo Quileute.— Ahora que hemos solucionado este problema, nos gustaría charlar de otro tema importante a solucionar.
Aro, Caius y Marco-el no estaba tan afectado, pero si maravillado-, los tres reyes Vulturi fueron tomando consciencia del shock y miedo que transpiraban su expresión facial, asintiendo para acomodarse mejor en sus asientos, intentando recuperar sus posturas serias.
—Como siempre tan elocuaz y directo, Alfa Ginonix. Estoy al tanto de su enemistad hacia el Clan Cullen, su hijo mayor ha tenido problemas con su... Luna, si no me equivoco. —dice Aro con diplomacia, mientras une sus manos de manera natural, uno de sus tics.
—En pocas palabras podría decirse así, en cambio, para profundizar los detalles le comentaré la situación. Desde la concepción de mi Luna, ella desde que abrió sus ojitos fue reclamada como la Luna Ginonix; ella creció como debió ser, siempre estuve a su lado y su puesto ha estado esperando por ella. —explica con total seguridad y dominio en el asunto.—Se le avisó con antelación a los Patriarcas del Clan Cullen de la situación, se les proveyó la información de que Isabella Swan es la Luna de mi manada, y que mantuvieran sus acciones limitadas. Se hizo el seguimiento parental y vigilancia por mi territorio, pero aún así el hijo mayor realizó acoso al igual que utilizó su fuerza sobrenatural frente a un civil humano, expuso su naturaleza. Les advertimos, el viernes pasado lo dejamos incapacitado en defensa de su agresión a nuestra persona, exigió temas impertinentes, pot ende, espero pueda comprender nuestras acciones, no toleramos la actitud de Edward Cullen.
Aro Vulturi todo el tiempo de descripción de los hechos, al igual que las acciones los escuchó a detalle. Caius no pudo evitar regocijarse en el hecho que aquel petulante mocoso al fin había sido interceptado por una mano dura. Mientras que Marco, solo observaba a la mujer joven en busca de los hilos de conexión, notando como un hilo rojo, envuelto con finas hebras doradas la conectaba al Alfa, al igual que un hilo grisáceo se deslizaba y tildaba en alguna parte fuera del salón, un color que muy pocas veces había visto en su eterna existencia, esto significaba: punto neutro, revelaba un símbolo de paz futura. Pero no creía que fuera a provenir del corazón de la joven Luna, sino que dentro del vientre en relación a alguna persona del Clan Cullen.
—Bien, ahora escucharemos la versión de nuestro querido Carlisle. Adelante. —dice Aro tras tomar un momento para procesar dicha información.
Tras las puertas, se muestra solo un numero de 4 personas, conformadas por Carlisle Cullen, Alice y Jasper, y finalmente Edward Cullen.
—Querido Aro, gracias por recibirnos. Espero aún poder apelar por los hechos en armonía. —saluda Carlisle, sin poder siquiera mirar sin sentir vergüenza hacia la figura del Alfa.
Mientras que Jasper toma por los hombros a Edward quien lo tenía dopado en emociones silenciadas. Edward aún así tenía la mirada ambar fija en Bella como si fuera lo mejor que le hubiera pasado, queriendo ir y proclamarle su amor. Alice por su lado, se encontraba abrazandose a si misma, temiendo que el veredicto no sea bueno para su familia, ya hace un tiempo no podía ver sus futuros, esto lo culpaba por la presencia de lobos en la zona.
—Grandes palabras, pero tan poca relevancia, querido Carlisle. Vemos la discordancia visible entre ambos polos en los jovenes, pero aún así, contadnos su versión. —dijo Aro con una sonrisa nerviosa y divertido-ante la pena que aquel "amigo" pasaba-, ante la dichosa situación.—Ven y muestrame lo que en realidad ha pasado.
Siendo así como a través del don vidente de Aro, este se enfrenta a conocer los hechos ocurridos: desde el encuentro del Alfa Ginonix con el tema de la advertencia de un posible acoso con la joven Luna, hasta el fatídico hecho del hijo mayor decapitado por las fauces del lobo ante haberlo atacado. Sin duda, pudo ver la intervención de Carlisle en cada una de ellas, pero todas eran con esperanza débil de que su hijo cumpliera sus órdenes, sin notar que este parecía cegado a sus propios deseos por el aroma y sangre de la Joven Luna.
—Vaya, ¿Cómo soportas ahora estar tan cerca de su aroma, joven Edward?—pregunta Aro, soltando la mano de su querido amigo Carlisle.
Quién enseguida vuelve a estar junto a sus hijos, en un intento de su propio espacio y protección a ellos.
—Con dificultad, su sangre me llama, sus ojos velan por mi presencia. ¡Ella es mi compañera, Alice la ha visto!—dice con una expresión de necesidad imperiosa, al igual que aquellos ojos dorados se vuelven negros de deseo.
Jasper intenta calmar esa ansiedad, tomando la mano de su compañera, quien trata nerviosa de transmitirle seguridad de que nada malo ocurrirá, pero lo cierto era que nada poder prever, ni siquiera darse la idea de lo que podría salvarlos ahora.
Aro sabía del don de Edward, lector de mentes de manera conciente y sin tacto alguno, por lo que fue pensando de manera cautelosa. Observando cada rasgo de los miembros del Clan Cullen, al igual que los de la manada Ginonix, que estaban impertubables. Isabella ni siquiera miraba a Edward, sino que observaba con curiosidad a Alice.
—Podrá ser que te equivocas, joven Edward. La joven Bella no observa en tu dirección, sino que a la hermosa Alice. Ven aquí, querida. —expresa Aro con gracia.
Alice con cierta valentía se despega de Jasper, quién se mantiene inquieto y nervioso, tratando de menguar a Edward y así mismo en la situación. La joven de cabellos cortos, se coloca frente a Aro y ofrece com respeto su mano para que observe los hechos desde su punto de vista.
—Luna Isabella, veo la curiosidad iluminar sus ojos al observar a nuestra querida Alice, por lo que estoy seguro que no sabes acerca de su don. ¿Es así?—pregunta Aro, tratando de interactuar con la futura soberana Ginonix.
—Es así, ¿Podría saberlo?—pregunta algo intimidada Bella.
—Claro que usted puede, está en su derecho como pareja del Alfa Ginonix. —concede Aro, cauteloso— Alice, tiene el don vidente, puede observar atisbos de lo que ocurrirá en el futuro, muy útil de hecho. Y el mío, se trata de observar los hechos mediante el contacto de mano para escarvar la información verídica. Así puedo saber todo lo que ha acontecido.
Tras esa explicación, Bella se queda mirando aun mas interesada, siendo así como Aro busca toda información de cómo comenzó la fijación de Edward Cullen en la joven Luna, hasta el punto de fricción a hoy día. Quedando totalmente extasiado de lo que vio, de lo que aconteció, y de lo que podría ser una grave malinterpretación de hechos.
Soltó muy abruptamente la mano de Alice, quién se sintió herida ante la acción, temiendo por ella y su familia. Retrocediendo hasta quedar cerca de su pareja. No sabía que iba a pasar, pero sabía que su fin podía ser dictado a partir de ese momento.
—Esa es toda nuestra verdad Aro, solo seguimos la guía de la visión, sé que mi hijo no se comportó de la mejor manera, pero estoy seguro que podrás colocarlo a trabajar como más gustes. No he podido manejar la situación como debió ser, pido disculpas por mi incompetencia. —dice Carlisle asumiendo los hechos, tratando de desviar la carga negativa que poseen en su hija Alice.
—Sabias palabras honestas , querido Carlisle. —espeta con parsimonia Aro.
—¡Eres un inepto! No tienes la mano dura y capacidad de mantener a rayas a los tuyos. —bramó Caius, totalmente impulsivo y con ganas de terminar con su vida pacifica e ideal.
—Caius, calma. Sé que los hechos dicen más que mil palabras, querida Alice, ¿Alguna vez sopesaste la idea de equivocarte en la interpretación de tus visiones?—pregunta Aro, tratando de menguar sus propios impulsos. Estaban nerviosos, esto si antes sabían podría haberse solucionado, pero muy reservados fueron los Cullen con el tema que no podían haber sabido más.
—No... Yo... De verdad e investigado, y mis visiones siempre enlazaron nuestro futuro con Bella en ellos. No, no puede ser que me haya equivocado, Aro. —expresa preocupada Alice.
—Hermano, Marcus... ¿Que ves en los Jovenes Edward e Isabella? ¿Que enlace tienen?—pregunta Aro ante lo dicho. Estaba visto que el miedo ya la tenía cegada, la vidente no era tan prodigio como pensaba antes.
—Un lazo gris. No es amor, no es pareja romantica ni fraternal, es un lazo muy exótico a decir verdad. —comenta Marcus— es neutral, un lazo simbólico de enlace de paz y equilibrio futuro.
—Curioso sin duda. Entonces no podremos ofrecer su exterminación por todas las infracciones realizadas. —admite en voz alta Aro, mientras Caius maldice por tal conexión.— Esto nos deja en mano del Alfa.
—Concuerdo con usted. Desde que osó atacarme, la Luna Isabella intervino no muy satisfecha ante la sensación, pero me dijo que era como si no pudiera dejar que lo mate. —dice el Alfa explicando lo que había pasado en aquel tiempo.
—Entonces podría ser una futura alianza, es lo que más se acerca. —dice no tan agraciado Aro, Caius tenía una mueca de desagrado.
Maxam trata de mantener la postura, pero el frío se va sintiendo en el ambiente. La molestia estaba palpante, mientras que Edward sonríe con petulancia hacia el albino.
—Disculpen mi ignorancia pero...¿Eso que quiere decir? —pregunta Bella sin comprender nada.
—Posiblemente su próximo hijo o hija, sea la conexión de alianza entre nuestras especies. —dice Marcus Vulturi compadeciendo aquella alma.
Edward se ensombrece ante la revelación, eso no lo esperaba, la quería a Bella no al fruto de ambos. Por lo que cae rendido al suelo, mientras que el rugido del Alfa es de total molestia, molestia que provenía de Maxam, mientras que Leongina se encontraba en shock, por un momento quería reírse de la estupida situación pero a momentos también quería dejar de existir por ser tan compleja su vida.
Mientras que por el lado de Bella, se sentía perdida, tocando su vientre y viendo a Edward, totalmente en shock entendiendo porque algo en ella la limitaba ver sufrir al vampiro, por mas repugnancia que le transmitiera la mirada de él.
—Aún no estás preñada. Pero como se ha dicho, es en un futuro próximo. —explica Yiara, interviniendo a la Luna, quién parecía que estaba a punto de desmayarse de la impresión.
Mientras que Luca, se encontraba bastante tenso al ver como las manos de Leongina parecían las de un licantropo, mientras que su cabello albino se esponjaba. Pero el resto en su alfa se mantenía estable si es que se podría decir.
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