El día siguiente la joven Swan había despertado mejor, no había contactado de primeras a su amiga Yiara, quería primero comprobar unas cosas por su propia cuenta, una vez que se sintiera incapaz de poder seguir pediría ayuda a otras fuentes. Tomó su desayuno alicaída con su padre Charlie, quien la miraba de reojo entre su café y al este terminarlo sólo depositó un pequeño beso en la sien de la hija, antes de marcharse directo a su trabajo. Una vez que ella terminó su café con leche, agarró una barrita de cereal y sus pertenencias tales como: las llaves del auto, billetera con su credenciales, y por últimos detalles una chamarra rompe viento junto con una gorra y bufanda. Una vez lista, partió rumbo a la biblioteca que, según había investigado, estaba en el centro de Fork a lado de la florista Copito, y en definitiva el apellido del señor Jonas estaba involucrado, según las fuentes de Internet.

[...]

Máximo el tiempo que transcurrió tras el viaje de su casa hasta la biblioteca había sido sorprendentemente alrededor de 200km o más tal vez, en una hora y media, creía que sería más lejos la verdad pero estaba más cerca de lo que se esperaba. Siendo así, que cuando bajó y cerró sus puertas del coche; un fuerte golpe de escalofrío que subió desde su nuca y recorrió todo su cuerpo como si su leona alguna vez hubiera estado allí, así se sintió la primera vez que vio a su cachorrita en brazos de su padre. En cuanto entró al lugar con temática bastante naturalista por la predominancia de troncos de madera y terciadas por todos lados, el aroma a bosque y libros antiguos era tal que se sintió como si fuera un refugio especial para ella en esos momentos, sin embargo, apenas ingresó una señora de cabello blanco trenzado con un vestido largo azul cobalto acompañado de un cinto blanco cielorazo la recibió con una suave sonrisa, agradable y cálida.

—Buenos días, señorita. Bienvenida a la biblioteca Ancient Snowy, ¿en que le puedo ayudar?—anunció con tal voz raspada de un acento antiguo el nombre del lugar, pero la mirada con la que se dirigía a la castaña era tan gozosa que se sintió la ansiedad.

—B-buenos días... M-me gustaría ver o si podría prestar el libro de: yin-yang of Forks y Yin-yang Iko Runx.

La señora de cabello blanco trenzado la observa con una suave sonrisa ante lo pedido por lo que asiente.

—El primer libro puede acceder a leerlo dentro del establecimiento ya que es una de las últimas versiones que yace en nuestras manos, mientras que el segundo es una de las versiones únicas por lo que su tiempo para prestar es solo de semana y media. —comenta mientras camina perdiéndose en el fondo del pasillo que conectaba con la entrada.

—Perfecto. H-hasta que hora se podría...

—Por ser su primera vez aquí jovencita, puede quedarse lo que necesite de tiempo. —la interrumpió dulcemente la bibliotecaria, trayendo los ejemplares, mientras le indicaba gestualmente las sillas pequeñas envueltas en cómodos cojines azules.

Bella no lo entendió pero accedió para ya no perder tiempo ante la extraña actitud, empezando a buscar primero en el book: Yin-yang of Forks.

«Prólogo.

La mujer de las nieves que envuelve a Forks no es más que un mito, es nuestra esperanza de vida. El mundo la convirtió en nuestra llave a la salvación. Su maldición sólo es un camino para encontrar la respuesta para seguir cuerda ante la salvación que debe otorgar a los que se merecen y se arrepienten. No todo lo que te digan es cierto, pero donde abunda tanta fantasía también puede haber un mundo tan importante y verdadero al cual desde siempre has pertenecido. En esta recopilación de historias conocerás como llegó a la tierra nuestra salvación pero todo lo que tuvo que pasar para ser hoy en día, nuestra guardiana de los soldados de hielo y llave incompleta para la entrada a la salvación.

La mujer de las nieves o guardiana de los soldados de hielo, es aquella mágica mujer diferente y única que pisa la tierra cada mil años con el objetivo de sanar las raíces del mundo, ya han descendido 10 generaciones que han buscado la manera de salvarnos de una cruel e inminente extinción natural. Según el libro de las leyendas de Quileute, se describe a esta mujer con una característica maldita que posee dos caras, el tan aclamado y religiosamente por muchas culturas al nombrado Yin-yang.

Yin-yang es un símbolo muy mencionado en otras culturas, dentro de Forks, es expresamente el bien y el mal personificados en dos entes espirituales en un mismo cuerpo, malditos por haber hecho cosas en contra de sus propias culturas mágicas, el amor los setenció a ser uno para estar contra la extinción de la humanidad.»

Tras leer aquellos primeros y únicos párrafos del prólogo, Bella se quedó con el entrecejo fruncido, dejando un rato su dedo índice marcando la página para pensar en tres cosas: «¿Extinción de la humanidad? A qué se referirá o cuán profundo puede presentar esa frase afirmada?» «¿Llave incompleta? Eso es extraño», «Yin-yang en un mismo cuerpo... Uhm... En esto se inclina a leona.»

Al llegar a ese último hilo de pensamiento, un escalofrío recorrió su espalda y tragó saliva en cuanto levantó la mirada y pudo identificar un gran cuadro de un gran lobo albino, magestuoso que estaba colgado en medio de la sala, casi podía decir que se parecía a su leona pero no podría ser el mismo, pues, este poseía un imponente color ámbar en sus ojos, mientras que leona los tenía de color celestes pálidos.

—Es nuestro imponente líder y protector de estas tierras, Maxam. En esta zona del pueblo no somos muy actualizados a las modernidades y aún creemos fielmente en nuestro protector mágico. ¿Verdad que es hermoso?

Al escuchar las palabras tras ella, su cuerpo se exaltó asustado, junto con su corazón pero mucho más se sintió sorprendida y estática al ser capaz de reconocer el nombre del lobo pintado con tanta imponência pacífica pero caótica a la vez. Se veía indomable.

— ¡Oh! Perdón, te asusté. No fue mi intención, jovencita.

Bella se llevaba la mano a su corazón y luego sin querer tuvo ese recuerdo de tener al lobo días atras, justo antes de que se marchara Leona de la casa.

—Yo... No se preocupe. Solo me distraje, no la sentí llegar.

La bibliotecária lá vio ciertamente algo afectada por lo que con cierta disculpa se acercó a Bella y acarició suavemente el mechón suelto para colocarlo tras su oreja.

—Tranquila, Maxam parece indomable, pero es usted quien puede salvarlos. Eres la parte faltante.

Bella al escuchar esas palabras, retrocedió con miedo como si fuera que la señora la conociera. La brutalidad de las palabras con las que se había dirigido a ella, eran como si le estuviera dando esa seguridad que necesitaba para seguir escarbando en este tema.

—¿Q-quien eres?

—Soy Urana Ginonix.

Enseguida el recuerdo de las palabras de Luca surtieron como latigos: "solo quien tenga el apellido Ginonix puede dirigirte al Consejo que deseas escuchar, solo actúa con cautela y propiedad, y las respuestas llegarán."

La bibliotecaria Urana se fijó como la mirada de la castaña titubeó en confusión, miedo pero luego con un especial brillo y coraje cerró sus ojos por un breve momento y al abrirlos, notó la decisión en ellos.

—Soy Isabella Swan, y quiero saber porque me dicen "Luna". Si no es mucha molestia, podría guiarme a las respuestas a los espacios vacíos, por favor. —pidió con todo el respeto que podía juntar de su parte.

Siendo así como la dulce señora de cabellos blancos, sonrió con total confianza y ternura, el ambiente pareció pausar se en cuanto, miró un poco más allá del pasillo. Donde cinco animales los observaban al haber entrado por la puerta como si fuera común hacerlo. Bella quedó extasiada por la presencia y porte de los animales que se iban quedando a unos metros de ellas.

—Bienvenidos sean, consejo Ginonix. La señorita Swan, ya está lista para la verdad, mis señores. —dijo Urana tras abrazar suavemente el hombro izquierdo de la castaña a modo de apoyo.

El venado, la ardilla, el zorro, el conejo de nieves y el oso se quedaron observando con total curiosidad pero sólo el zorro los observó con suma intriga y diversión. El consejo había llegado más temprano de lo que esperaban.