Capítulo 37
Habíamos llegado todos a la escuela después de Marcos pasara por mí en su auto. Al llegar al instituto las miradas de todos se centraban en nosotros, cuando digo nosotros me refiero a mí y a Marcos. Somos el centro de atención.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué todos nos miran? — Digo mirando a Marcos.
—No lo sé Bella. — Dice encogiéndose de hombros.
En ese momento el auto de Liam da un frenazo frente a nosotros que llama la atención de todos los estudiantes que están en el patio.
— Liam, ¡Caray! Podrías parquear de una forma menos llamativa. — Dice Marcos a su mejor amigo.
— Marcos tengo que decirte algo que no te va a gustar. — Dice Liam obviando las palabras que le dijo mi novio.
— ¿Qué sucede? — Pregunta directamente. Verónica que no había dicho palabra alguna se para a mi lado y me mira con pena...pero ¿Qué es lo que está pasando?
—Marcos, Laura Cristina está aquí. — El rostro de Marcos se transforma por completo.
— ¿Quién es Laura Cristina? — Digo tocando el hombro de Marcos. Su mirada me asusta. Creo que algo no está bien con esa chica quien quiera que sea.
—Mi ex-novia. — Dice y yo abro mis ojos sin creerme que esto esté sucediendo.
¿Qué sucederá ahora? ¿Qué pasará ahora? Porque tiene que suceder esto en el momento que más feliz estoy.
—Bella, Bella. — dice tomando mi rostro entre sus manos— mírame amor, mírame preciosa—me dice con dulzura. — Pequeña ella no significa nada para mí, forma parte de mi pasado, yo no siento nada por ella, ¿Me entiendes? — Me pregunta—Necesito que creas en mi Bella, eres la única mujer que quiero a mi lado. Ella puede estar aquí o en donde sea que no hará diferencia para mí. Por favor, dime, ¿Me crees? —Me mira suplicante.
—¿No sientes nada por ella? — Es lo primero que sale de mis labios.
— No preciosa. Yo te quiero solamente a ti, eres la única mujer que está en mi corazón. —me abraza y es todo lo que necesito para creer en él.
—Te creo— digo al fin y él suspira como si estuviera aguantando el aire, me he dado cuenta lo importante que soy para él, él necesitaba escuchar que yo le creía para poder estar tranquilo.
— Nada cielo, nada ni nadie acabará con lo más lindo que he tenido en mi vida, y eso es por ti preciosa, eres lo mejor que me ha pasado. —Me abraza.
— Déjame dudarlo cielo, —dice una voz melosa tras de mí. Automáticamente me giro soltándome de su abrazo, para ver de quien proviene esa voz y me encuentro con una joven de cuerpo de modelo, pelirroja, con cara de ángel, pero su mirada está vacía...llena de maldad.
— Tú no sabes nada sobre mí. — Escupe Marcos con un tono que conozco bien, ese que emplea cuando está enojado, cuando quiere lastimar.
— Sé lo suficiente de ti Marcos, no olvides que tuvimos una relación.
— Una relación que se fue a la mierda por tu culpa.
— Amor eso forma parte del pasado. — Dice tratando de acercarse a Marcos, pero él la esquiva con asco y toma mi mano.
— Escúchame bien lo que voy a decir porque no pienso repetírtelo. Tengo novia, una chica que me trae completamente enamorado, más de lo que una vez lo estuve de ti, no sentí por ti ni la mitad de lo que siento por ella, lo que hubo entre nosotros se acabó. Estoy con Isabella ahora, y no intentes interferir en mi relación porque no pienso permitírtelo.
— Vaya que has cambiado amor. Ya no eres el chico tímido de hace un año. El chico bueno que me hipnotizó se ha vuelto un chico malo, me gusta la nueva versión. —Dice la muy estúpida con burla.
—Si mi novio ha cambiado o no, eso no es tu problema. Ya te dijo que no le interesas. Lo más inteligente que puedes hacer ahora es darte la vuelta y no volver a joder, — todos me miran con los ojos abierto, hasta yo me sorprendo de lo que acabo de decir. No soy la clase de chica que dice estas cosas, soy más pacífica, pero no por eso voy a permitir que se metan entre nosotros.
— Vaya Marcos, te buscaste una como yo, quien sabe y no te haga lo mismo. — Estoy a punto de responder cuando Marcos toma mi mano como para detenerte.
— Isabella no tiene nada que ver contigo, tú eres una maldita arpía que supo envolverme...Ella me envolvió de otra manera, con amor sincero, con un sentimiento puro, algo que tú nunca hiciste. Mi novia no tiene comparación ni contigo ni con ninguna otra, ella es única en su especie. —Dice Marcos, jamás me han dicho palabras tan hermosas, dios como lo amo, quisiera decírselo, pero no creo que este sea el momento oportuno.
— Esto no se quedará así, tú volverás a ser mío, para eso volví, sabes que siempre obtengo lo quiero, y a ti te quiero, a esta, — me señala, — la mandaras a volar muy pronto. — Dice tan segura, que da la vuelta y se va, pero aun así no pienso permitir que sus palabras me asusten.
Todos nos hemos quedado en silencio después de su advertencia, veo con Marcos y Liam se miran entre ellos, al parecer se leen tan bien que de un momento a otro Liam cierra sus ojos y asiente. Vero y yo no nos perdemos ese pequeño contacto visual donde los chicos se dicen todo sin decir una palabra, por la mirada que me da mi amiga sé que comprende, al igual que yo, aquí hay gato encerrado.
De un momento a otro Marcos me toma de la mano haciendo que nos alejemos de todo el grupo, llegamos a la parte de atrás de las gradas que nos permite estar a solas sin que el resto de los estudiantes sepan que estamos aquí puesto que aún no es hora del entrenamiento.
— Bella, ¿Tú me crees verdad? — Pregunta por enésima vez. No sé por qué le han asaltado estas dudas.
— Si amor, te creo todo, estoy segura que lo que hubo entre ustedes forma parte de tu pasado, un pasado donde yo no estaba, —digo mirándolo, pero lo noto afligido por algo—mírame cariño, —lo tomó del mentón para que me vea— esa chica puede intentar lo que su mente retorcida quiera, pero yo creo en ti.
Él no responde solo me toma en brazos y me sienta sobre él tomando mis labios en un beso urgido, como si necesitará sentirme. Yo sigo su beso con el mismo ímpetu del suyo, me he vuelto adicta a su boca...Siento como el beso sube y sube la temperatura corporal de mi cuerpo.
— Marcos, Marcos, amor detente—digo en un intento de que deje de besar mi cuello, pero parece no querer, cuando llega a ese punto sensible que me hace delirar y retorcerme encima de su cuerpo.
— Preciosa te necesito ahora. — Dice Marcos con la voz entrecortada. Suelto un gemido ronco al escuchar lo que acaba de decir, es una completa locura tener sexo aquí.
—Amor nos pueden ver, —digo aún con la poca cordura que me queda, la cual él con sus besos está logrando que mande al mismísimo diablo.
—No hay nadie Bella, quiero tenerte aquí y ahora, tú también lo deseas, no lo niegues, tú cuerpo me lo dice, -— mientras habla logra meterse por debajo de mi falda hasta el inicio de mis bragas, jadeo y me retuerzo encima suyo para lograr más fricción entre nuestros sexos. Cuando su mano da con el punto sensible de mi cuerpo debo esconder mi cara entre su cuello para evitar gritar, me sigue tocando logrando que en vientre coja una presión acercándome cada vez al precipicio. — todavía no Bella, tengo que estar dentro de ti cuando termines, lo haremos juntos.
En un ágil movimiento me levanta un poco para desabrochar su bragueta y de un solo movimiento lo siento como me llena, ya ahora no hay una pisca de incomodidad como las primeras veces, ahora todo lo que siento es un placer indescriptible, me muevo sobre él aún con mi rostro entre su cuello para no hacer más ruido, solo espero que nadie nos esté viendo, ahora mismo poco me importa. Salgo de mis pensamientos cuando la voz de Marcos me susurra en mi oído.
— Bella no sabes todo lo que me haces sentir, soy la persona más feliz del mundo al tenerte. — No es él te amo que tanto me muero por escuchar, pero aun así es perfecto. —Venga cariño termina conmigo. — Dice en el momento que sus dedos me acarician y eso es lo que necesito para terminar abrazados, agotados pero felices.
Nos quedamos abrazados hasta que escuchamos como suena el timbre que anuncia que nos hemos perdido la primera clase del día. Es increíble.
— No puedo creer que haya hecho esto, —digo cuando mi respiración se encuentra normalizada. Marcos sonríe con picardía.
—Y las que te haré hacer Bella, me fascinan tus facetas de niña tranquila y buena, es una de las cosas que me hizo fijarme en ti, pero tu rostro cuando estas al borde del éxtasis es mi delirio, de solo imaginármelo vuelvo a excitarme como un idiota, como mismo te convencí para esto lograré convencerte para mucho más, somos jóvenes y tenemos que explorar, y todo quiero hacerlo contigo.
— Eres un pervertido. —Digo dándole un pequeño empujón.
— Tu pervertido preciosa, —me da in pequeño beso. — Ahora será mejor que salgas de encima mío si no quieres un segundo round.
— Ya basta Marcos, tenemos que ir a clases y ya nos hemos perdido el primer turno.
Regresamos al pasillo y nos integramos entre todos los estudiantes a ver si de esa manera logramos pasar desapercibos de nuestra pequeña travesura.
¿QUÉ LES PARECE LA LOCURA DE MARCOS?,JEJEJE.
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