Las vacaciones de Navidad llegaron, gracias a que Axel venía mis padres no pusieron peros, aún no les hablaba de Marcos, pero lo haría. El fin de semana antes de noche buena nos fuimos aquel viaje que los chicos habían planificado, lo único que me entristecía es que Beth no venía y es porque aún estaba con la historia de ese profesor, ese que la trae muy mal.

Llegamos a la casa de campo de Liam entrada en el mediodía, las chicas o más bien yo y Luciana nos pusimos a preparar algo de almorzar porque Vero y Sofí no tenían ni idea de cómo prender una estufa así que quedamos en que nosotras cocinamos y ellas recogen y limpian todo.

A pesar de estar en Navidad, aquí no hay frío, más bien hay microclima por lo que por el día hace bastante calor y por la noche hace frío. La cabaña tiene cuatro habitaciones, la cual compartiríamos en pareja. La de Marcos y yo era la del fondo, estaba bonita la habitación y era espaciosa, tenía baño propio, un closet y una cama donde caben más de dos personas, estaríamos muy cómodos aquí.

Mientras yo inspecciono el cuarto de baño que consta con una bañera gigante, tiene secadora, esto parece la habitación de un hotel, era espacioso también al igual que el cuarto, estoy en el lavamanos, para lavarlas antes de ir a comer que dejé a Luciana para venir a ver el cuarto. Es cuando siento las manos de Marcos en mi cintura, puedo verlo a través del espejo, su mano sube hasta mi cuello y su toque es increíble, no creí que se pudiera sentir tanto con solo un roce, cuando veo sus ojos, estos están cargados de fuego.

—Marcos—le digo advirtiéndole, pero parece no escucharme porque empieza a besar mi cuello hasta el lóbulo de mi oreja.  Estoy perdiendo toda la cordura que me quedaba, realmente han pasado dos semanas desde que estuvimos juntos, —Macos el almuerzo ya va a estar, —digo ya para decir que se detenga cuando quiero que termine lo que ha empezado. Parece que toda vergüenza se ha ido dando paso al deseo que tengo de volver a sentir todas esas sensaciones que él, me hace experimentar.

—Debemos estrenar este baño ahora, —lo oigo y mi cara debe ser un tomate, no lo esperaba tan atrevido. —dime que lo deseas Bella, te he extrañado tanto, — dice sin separarse demasiado de mi— he soñado con el día que llegáramos para estar contigo. Jamás se había sentido tan perfecto, eres mi medida Bella—ahí me mató, cierro los ojos cuando su mano va al inicio del cierre de mi pantalón y sin darme cuenta me tiene en ropa interior.

Me volteo para tenerlo frente a frente, es mejor que verlo a través del espejo y tímida pero segura, empiezo a tocarlo.  Me tomo mi tiempo quitándole la ropa para estar parejos al tiempo que lo beso y lo toco en todas partes. Cuando llego a su pantalón puedo sentir su excitación, un poco cohibida lo toco por encima, desde que estuvimos juntos aquella noche de nuestra primera vez y mi primera vez con un hombre, no reparé muy bien en tocarlo así, él como que tomo el control y yo se lo cedí puesto que no tenía ni idea de que hacer, ahora a la luz del día, quiero tocarlo y hacerle sentir tan bien como él me hace sentir a mi cuando estoy entre sus brazos. Evidencio mi inseguridad me ayuda, enseñándome cómo debo tocarlo. Mi mano, en cuanto hace contacto con su piel, lo escucho jadear y eso poco más de avergonzarme, me hace sentir muy bien, porque sus jadeos son por mí y para mí, hago lo que me indica y no me detiene sino que quita su mano y me deja hacerlo a mí, hasta que de un momento a otro me detiene y me siento rara.

—¿He hecho algo malo? —Le pregunto y mi voz detona miedo.

—No, —me dice con esa voz que me enciende—pero si sigues así terminaré antes de empezar y deseo estar dentro de ti—me dice sutil pero no con tanta sutileza. Sin esperar respuesta de mi parte me besa y me sienta en el lavado, en una especie de meseta que hay, se mete entre mis piernas y me besa, lento y despacio para probar mi boca.

—Tu boca y tu cuerpo es un elixir al que me ha vuelto adicto por completo—dice y jadeo, eso es lo más erótico que me han dicho en la vida.

Se agacha hasta quedar a la altura de mis piernas y da un lengüetazo que me hace jadear tan fuerte que yo misma me tapó la boca, cosa que él no me permite.

—No, me gusta escucharte, me gusta saber cuánto te gusta a través de tus jadeos, —realmente es verdad cuando me dijo que lo conozco poco y en este ámbito creo que me llevaré más de una sorpresa agradable, por supuesto.

— Me van a escuchar—digo entre jadeos tan bajo como puedo.

—No se van a sorprender, ellos también lo hacen— dice para seguir en lo suyo.

Siento como mi vientre empieza a pesar y siento unas ganas de liberarme, mis piernas empiezan a temblar y se detiene, gruño de frustración y él sonríe.

—Idiota— le digo molesta.

—Este idiota no te va a dejar a medias, así mismo me dejaste tú a mi cuando te dije que pararas, solo que aún nos sabes cómo es la sensación de un hombre cuando va a terminar y eso no importa, yo te enseño, pero por ahora los preliminares acabaron—dice y veo como busca su cartera que no sé cuándo la puso a mi lado y saca un condón con una agilidad y rapidez que me sorprende lo abre y se lo pone— estas lista— afirma sin preguntarme y sé que lo estoy.

Cuando nuestros cuerpos se unen siento una leve molestia que tras entrar y salir muy lentamente, a pesar de ser delicioso y sumamente placentero, también es agonizante. La molestia se va y el placer toma lugar, lo siento más rápido, ya ahora no me interesa y jadeo, grito, me dejo llevar sin importarme nada, incluso siento como me levanta del lavado para aumentar el ritmo y yo tengo los ojos blancos, no veo nada, aquella sensación vuelve a hacerse presente en lo bajo en mi vientre. Los minutos pasan y la respiración de ambas se escucha fuera de si hasta que un grito por mi parte le anuncia que me he liberado, logrando que me acompañe apenas unos segundos después. Mi orgasmo se prolonga más de lo que hubiera imaginado, mis gritos deben de haberse escuchado en todo el lugar, me importaba muy poco. Caí laxa sobre él, tras un momento después, él recuesta su cabeza sobre mi pecho tan cansado como yo. Me abraza cuando su respiración se ha compensado y yo sonrió, me siento feliz.

— Si volvemos a venir reinauguraremos este lugar de nuevo— dice Marcos y yo no puede evitar soltar una carcajada, se le ocurren cada cosa.

—Estaremos aquí cuatro días, esta noche podremos inaugurar el resto de la habitación— cuando me he dado cuenta de lo que he dicho, escondo mi cara en su cuello mientras él se ríe a carcajadas de mi comentario y yo más vergüenza, no puedo sentir.

—Puedes estar segura que así será, hoy lo que menos haremos será dormir— dice como promesa que estoy segura de que cumpliera y yo no puedo esperar a que lo haga.

Tras unos minutos nos vestimos entre miradas, besos robadas y sonrisas, tuve que usar todo mi autocontrol y convencerlo de que salgamos almorzar cuando yo quería repetir. Es demasiado bueno como para no volverse adicta, sonrió ante mis pensamientos, ¿Quién lo diría? Yo la inocente Isabella pensando en sexo, la verdad me estaba perdiendo de un gran placer, aunque no me arrepiento de haber esperado mi primera vez, es un suceso digno de ser recordado, mejor no pudo ser.

Cuando salimos tomados de la mano, todos nos miran con caras de pocos amigos y me da vergüenza que me hayan escuchado a pesar de que son mis mejores amigos.

—¿Ya terminaron de follar o necesitan un poco más? —dice Saúl, él sin filtro al igual que Sofía que me mira con los ojos abiertos al igual que Lu y Vero, pero ¿Qué les pasa?

—Como si ustedes nunca lo hubieran hecho—responde Marcos.

—Cuando vemos que se demoran de nuevo les dejaremos la cena servida —dice mi hermano serio, nunca creyó escuchar a su hermana en plena acción y eso le molestó un poco, aunque no lo admitiera, ella su hermanita pequeña...

Nos sentamos almorzar tranquilamente y conversamos un rato de temas triviales,  planeando que vamos hacer durante los días que estuviéramos aquí.

Mañana iríamos a conocer un pequeño pueblo que según mencionó Liam, tiene unas vistas hermosas, después estaremos un rato en la piscina climatizada que hay detrás de la casa por lo que no habrá problema con el frío y el ultimo día iríamos a la pista de patinaje que hay en el pueblo.

Cuando terminamos de almorzar las chicas empezaron a recoger todo, Lu y yo nos quedamos sentadas en los taburetes tras la encimera de la cocina, terminaron bastante rápido.

—Isa no puedo evitar decirlo ¡Cómo gritas! —Dice Vero y mi cara debe estar bien roja.

—Chicas lo siento, trataré de controlarme y de ti no puedo hablar porque no te he oído, pero no soy la única, mi amiga-cuñada aquí a mi lado da un espectáculo digno de admirar. — Digo señalando a Luciana.

— ¡Oh dios mío! —Dice la susodicha— ¿Y tú cuándo me has escuchado? —Me pregunta y río ante el recuerdo.

— ¿Te acuerdas del día que tú y Axel iban bajando de la segunda planta de mi casa y yo estaba llegando? —Dije haciendo comillas en la última palabra, ella asiente—Pues yo llegué antes y cuando me acerqué a las escaleras, te escuché dando lo mejor de ti—digo y ahora la sonrojada es otra—  para darles privacidad me fui, no pensaba seguir escuchando eso, incluso me pregunté porque tan fuerte y ya pude comprobarlo. Y ustedes no se hagan, estoy segura que también lo hacen.

—Yo si lo acepto, por eso me quede callada—dijo Sofía— todas lo hacemos eso significa que estamos disfrutando y a ellos les gusta oírnos porque saben que estamos gozando es su forma de saberlo — dice Sofí y estoy de acuerdo, por eso me quito la mano de la boca cuando quise amortiguar el grito.

—Bueno es verdad, es que es raro porque siempre eras tan seria y controlada que fue impactante. Y ahora cuenta que tal fue, aunque podemos imaginarlo.

—Perfecto, lo adoro, estoy feliz y eso es todo lo que me importa—digo feliz.

—Eso es lo importante. — Dice Sofí.

SIENTO MUCHO LA TARDANZA A LA HORA DE PUBLICAR, NO HE TENIDO TIEMPO DE SENTARME A PUBLICAR PORQUE AUNQUE YA LA HISTORIA ESTA EDITADA, WATTPAD ME HACE CAMBIOS QUE DEBO ARREGLAR DIRECTAMENTE DESDE LA APLICACIÓN. ESPERO QUE PUEDAN ENTENDERLO.

BESITOS, KYA😘❤