Era domingo,pero alguien no me quería dejar dormir mi preciada mañana porque me ha despertado tocando mi puerta bien duro para que despierte.

—¡¡¡Que!!!— Digo lanzando las almohadas contra la puerta.

— Verónica esta abajo— me dice mi madre del otro lado de la puerta.

— Le hubieras dejado subir sin despertarme, quizás hubiera sido más sutil para despertarme, dile que suba y me tumbo en la cama molesta, ya me arruinaron el día cuando me despiertan de esa forma él único día que puedo dormir me levanto de mal humor, pero trataré de controlarme Verónica no pudo haber dormido en toda la noche pensando en su bomboncito Liam y por eso está aquí tan temprano, cuando veo mi móvil son las 8:30am,joder que la que la va a matar soy yo, no podía esperar a las 9:30am o las 10:00.

Entra por la puerta con una sonrisa de oreja a oreja y tras cerrar me mira.

— ¿Por qué traes esa cara de amargada? — Me pregunta.

— Porque has venido a mi casa a despertarme a las 8:30am,—  le digo mostrándole el reloj— cuando sabes que hoy es el único día que puedo dormir. — Le digo molesta, a mas no poder.

— Isa disculpa, pero no podía seguir esperando, no he podido dormir en toda la noche— dice con una sonrisa.

— Me imagino,— le digo ya más calmada— haber cuéntame ¿Qué tal te fue?

— Te juro que al principio cuando los he visto allí, no lo podía creer y peor cuando nos llamaron y tú que aceptaste, lo que más me dejo sorprendida fue cuando Marcos nos presentó, te llamo Bella nena, me puedes explicar ¿Por qué no le dijiste nada? — Me dice.

— Esto no se lo puedes decir a nadie, me oyes porque si no te ahorco.

— De acuerdo, pero ya dime — dice loca de curiosidad.

— Yo se lo permití— dije.

— ¿Qué estás diciendo Isabella? —Dice ahora molesta y sé por qué.

— No te molestes, la primera vez que me llamo así, me gusto como se escuchaba en sus labios y no le dije nada, sé que estas molesta, pero en aquel momento cuando era tan reciente todo no lo soportaba, pero Marcos hizo que ya lo haya superado, es diferente, no lo sé.

— Te gusta, — afirmó sin tener la más mínima duda, ¡Qué bien que me conocía esta chica! Vamos que por algo es mi mejor amiga— Marcos te gusta, todo lo que has dicho no son más que excusas baratas para negar la verdadera razón, el chico te gusta ¡¡¡¡Ya era hora amiga!!!!— Dice sonriendo.

— ¿Entonces no estas molesta? —Le digo, sin afirmar ni negar lo que ha dicho sobre Marcos, ella me conoce y sabe que ya debe dejar el tema por la paz.

—Solo un poquitín— dice.

— Me alegra, ahora cuéntame ¿Qué tal con Liam?

— Perfecto, cuando me saludo y me dijo eso de preciosa, me derritió todita— dice y me alegro mucho por ella—hablamos de gustos y cosas así, me pidió el teléfono, yo no se lo di tan rápido, no quiero parecer una facilona, pero al final se lo di y me prometió que me llamaría para quedar a nuestra primera cita oficial— dice contenta.

— Me alegro por ti nena, pero ándale despacito, ¿Vale? Sé que te gusta, pero hazte un poquito la difícil— y aquí yo dándole consejos a mi amiga con su futuro novio para ligar cuando yo nunca he hecho nada de eso de salir de citas reales porque lo de Nicolás fue todo montaje. Vamos, como de película.

Al final el día no le lo pase de perros como esperaba, Verónica supo quitarme mi mal humor por lo de la mañana e incluso me prometió que no lo volvería hacer.

Nos pasamos la tarde en mi casa, estábamos solas, mi hermano de seguro andaba con Luciana, aún no le he contado nada de eso a Vero porque de seguro que pone el grito en el cielo en cuanto se entere y con ella tengo que entrarle con este tema despacito para que comprenda la situación.

Una nueva semana comienza y algunas cosas han cambiado es increíble la primera semanita que hemos tenido, ha estado bien cargada de nuevos acontecimientos estoy segura que ni Verónica ni yo la olvidaremos nunca habían pasado tantas cosas en una puñetera semana, pero así es primero Sofía anda toda rara luego llega Marcos y me pone tontita, luego Vero con el amigo, un incidente llamado Nicolás, un notición llamado Luciana+ Axel, por último pero no menos importante, el plan de marcos para unir a Vero y Liam que ha funcionado bien y creo que será el comienzo de  ¡¡Una bonita historia de amor!! Pero que cursi que me pongo.

Cuando llegamos a la escuela ya los chicos nos están esperando junto a Beth y Sofía, todos nos saludamos en cuanto hemos llegado. A los pocos minutos más bien segundos en mi opinión se estaciona el auto de Marcos lo puedo reconocer porque fue el mismo en el que me llevo a casa el sábado, junto a él se baja del auto Liam y esta mira en nuestra dirección para ubicar a Verónica hasta que lo hace, pude darme cuenta al ver como sonreía levemente y mi amiga en cuanto lo ve cierra el pico y se le olvida de todo lo que estaba hablando con Beth.

En un momento nuestras miradas se cruzan y ella mueve su cara algo nerviosa para decirme que voltee, esta vez con más cautela lo hago, porque recuerdo que la última vez lo hice con total descaro en cuanto me dijo, al darme vuelta veo como se dirigen hacia nosotras y ahora las nerviosas somos dos, vamos que Vero sabe que Marcos me llama la atención y aunque no lo he dicho con palabras ella no necesita que se lo diga con solo verme y oírme hablar lo supo.

Mi mirada se encuentra con la de Marcos, él siempre con ese rostro hermoso que tiene y esa sonrisa, en cuanto llegan ellos son los primeros en hablar ya que para el otro lado Vero y yo como que estamos un poquito, chiquitito embobadas mirando a nuestros queridos príncipes, no sé si azules o verdes, el color nos da igual.

— Hola nena— le dice Liam a Vero con un tonito de voz súper sexy, ya saben ese que hace que se te revuelva todo por dentro.

— ¿Cómo estas Liam? —Le dice Vero después de haberse tomado algunos segundos para relajarse y no parecer helado derretido, bien por ella, una respuesta segura para que el señorito no se crea que se la va a poner fácil.

—Bien— dice Liam, ahora un poco más serio, al parecer no se esperaba esa respuesta de mi queridísima amiga.

Entonces un pequeño sonido llama mi atención, cuando le doy cuenta es Marcos que intenta reprimir sus ganas de reírse de su amigo, porque sabe que esta vez no funcionará como con las demás.

— ¿Qué tal Isabella? —Bien, ahora, ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué Marcos me ha llamado por mi nombre completo? A lo mejor no es nada, volteo y Vero me mira preguntándome lo mismo que me pregunto yo, y como respuesta me encojo un poco por no saber qué respuesta darle.

— Todo bien, y tú ¿Cómo andas? — Le digo, sin añadir nada más.

—Lo mismo de todos los días nada nuevo— dice como respuesta.

En ese momento aparecen a nuestro lado Beth y Sofía y esta última no ha reaccionado como creíamos, normalmente cuando conocemos chicos nuevos y hay que añadir tan guapos como los que tenemos delante Sofía suele saludarlos con bastante entusiasmo y alegría, ella está apagada, necesito saber que pasa de una maldita vez y por otro lado Beth se decide a romper el silencio.

— Hola chicos yo soy Elizabeth— dice y señala a su lado-— y esta es Sofía— termina por añadir.

— Hola chicas, -mucho gusto dice primero Marco.

— Hola— le dice Liam.

Luego de esa presentación siento tras de mi como alguien hace eso como que está tosiendo para que el resto se dé cuenta de ¡Hey estoy aquí!, y me doy cuenta de que fue Leo quién lo hizo.

— ¡Oh! —exclamo al haberme olvidado de ellos—chicos, ellos son Marcos y Liam, son nuevos en el instituto—digo a Leo y Saúl, el último le da un apretón a Marcos mirándolo de forma que asusta, pero Marcos no se deja amedrentar y le responde su saludo igualmente parece que aquí estos como que no se agradan, en cambio con Liam no hay problema y por parte de Leo con ninguno lo hay.

Después de las presentaciones hechas por mi suena la campana indicándonos que es hora de comenzar el día.

Después de la mañana de clases me reúno con los chicos en el comedor y al poco tiempo veo a los recientes amigos entrar también, volteando para ver que Verónica les hace una seña para que sienten en nuestra mesa, en eso escucho un gruñido y veo luego que fue Saúl, ellos vienen hasta nosotros y Vero hablar.

— ¿Quieren sentarse con nosotros? —Les dice a ambos, ellos se miran entre sí.

— Si claro, gracias— responde Liam para seguido sentarse justo al lado de Vero, esto va por buen camino y Marcos se sienta a mi lado, Vero al ver lo que hace me guiña un ojo a modo de ¿Complicidad? No se, pero de seguro es porque no conoce a nadie más que a mí en el grupo, cuando volteo a ver a Marcos este tiene una pequeña sonrisa en sus más que apetitosos labios ¡Oh Dios Isabella! ¡Qué estás pensando mujer! Que tu gustes de él no significa que él sienta lo mismo, me estoy volviendo loca.

Justo cuando iba a levantarme para ir a mi casillero a buscar los libros de la clase de literatura que tenía a continuación Saúl me llama.

— ¿Isabella podemos hablar un momento? — Me pregunta y eso es extraño.

— Sí, vamos afuera— le digo y él me sigue, al llegar a un lugar apartado volteo a verlo ya que estaba de espaldas.

— ¿Qué ocurre? —Le digo.

— No me gusta ese Marcos— dice directamente.

— No te ha hecho nada para que te caiga mal, no has ni cruzado cinco palabras con él— le respondo.

— Simplemente no me guste que este cerca de ti— se queda callado un minuto como analizando lo que dijo y añade— de ninguna de ustedes.

— No ha hecho nada, Marcos es mi amigo y seguirá siéndolo, pero ¿Qué te pasa?

— Nada, olvídalo— dice, pero sé que hay algo mal, pero no puedo seguir la conversación porque suena la campana y yo aún no he recogido mis libros.

Cuando entro choco con alguien y veo que de nuevo es Marcos.

— Te iba a buscar— me dice.

— ¿Para qué? — Le pregunto.

— Para ir a clases juntos, tenemos literatura los dos, ¿Lo has olvidado? — Me pregunta.

— Claro que no, ni tampoco lo haré—vale no tenía que haber dicho eso.

— ¿Vamos? — Dice.

— Sí, pero ¿Te importaría que nos detuviéramos en mi casillero a recoger mis libros?

— No, vamos— dice.

Caminamos rápido por el pasillo, agarramos mis libros y para mi sorpresa los cogió de mis manos y los llevo. Casi llegamos tarde un minuto más y no nos dejan entrar.

Nos entretuvimos un poco en clase charlando, creo que este es el principio de algo, que aún no defino que será, porque lo que yo quiero, no lo creo....