•CAPÍTULO XVI•
"Mi Pasado"
"No me siento culpable por nada. Siento lástima por las personas que se sienten culpables"
—Ted Bundy
ISABELLA
Cuando me recuperé del todo, de repente, sabia que el único lugar donde me sentiría segura era donde Christian, porque hasta ahora todos me habían traicionado, porque hasta ahora, la decepción había sido parte de este pequeño periodo de tiempo donde todos me habían traicionado, y la chica que comenzó buscando respuestas de lo que había pasado con su hermana, lo único que encontró fue más interrogantes.
Por lo regular siempre me dirigía al bonito lago cerca de la mansión de Christian, pero esta vez era diferente, esta vez ese lugar que tiempo antes me transmitía tranquilidad, ahora solo lo veía como un más. Ignorando el extraño sentimiento que recorrió toda mi espina dorsal, entré por la degastada puerta, para luego subir las escaleras y sin si quiera tocar la puerta, abrirme paso para su habitación secreta.
Él estaba recostado en su cama, al parecer había hecho ejercicio porque tenía al descubierto su trabajado abdomen mientras pequeñas gotas de sudor resbalaban por su frente.
Cuando me disponía a devolverme con decepción, un brazo me detuvo mientras que Christian acercaba su boca a mi oído, dejándome percibir su cálido aliento que de inmediato me erizó.
—No suelo recibir visitas Bella — Susurró — Creí que nos veríamos más tarde.
—Algo ha pasado — Dije mientras intentaba controlar mi respiración — Nicholas sabe mucho más de lo que dice y...
—Decidiste ir por tu cuenta a ese lugar — Completó por mi sorprendiéndome — Se suponía que iríamos juntos ¿Qué pensabas? — Su voz era lo suficiente ronca como para tender a ser sexy, y yo no podía moverme, me sentía como una adolescente hormonal, lo cuál era irónico porque solía criticar esa etapa de la vida del ser humano ya que me parecía ridícula — Estuviste expuesta a mucho Bella.
—¿Cómo lo sabes? — Pregunté disimulando el nerviosismo en mi voz.
—Te dije que estaría al pendiente, y mira mi sorpresa verte entrando a ese lugar — Esta vez su tono cambió a uno más seco — Bella pudiste haber muerto.
—¿Y qué? — Respondí — No pasaría nada en absoluto, porque ya no veo una razón para continuar con esto, yo... No quiero vivir — La realidad me golpeó sintiéndome de repente sin razones para continuar, ni siquiera, Scarlett que había sido mi mayor motivación hasta entonces.
—Bella, tienes que seguir — Suspiró mientras lentamente me giraba hacia él — No puedes irte así como así, ¿Sabes que estamos cerca de la verdad no?
—La muerte es mi verdad Christian, ya no puedo más — Se alejó unos metros para que su respiración se acelerara.
—Yo había prometido protegerte — Dijo agitado — Pero he fallado, continúo fallando, yo...No puedo proteger a las personas que quiero, por eso es que los asesinaron a todos, por eso es que sigo sin encontrar a mi hermana— Se acercó a la pared para recostarse y caer en el suelo, por lo que de inmediato sabia lo que estaba pasando, Christian tenía un ataque de ansiedad. Me acerqué con intenciones de intentar calmarlo de la misma manera en que él lo había hecho, pero había algo extraño en su actitud. — Le he fallado a todos...
—Me estás protegiendo — Lo abracé — En este momento estoy desanimada, y tiendo a ser una idiota, perdón — Sabia que estaba mintiendo, pero también que quizás de esa forma lo iba a tranquilizar, porque la realidad era que lo que había dicho anteriormente era cierto, así me sentía.
—Ambos sabemos que no es verdad Bella — Se apartó de repente, para ir directo hacia el otro lado y golpear con fuerza la pared, luego gritó, estaba fuera de control y yo no sabia como ayudarlo, lo cual me hizo sentirme peor.
Christian continuó con su respiración agitada por unos momentos para luego calmarse poco a poco, aunque tenía los puños con sangre, y una de las paredes estaba agrietada, él se acercó nuevamente hacia donde estaba.
—¿Sabes Bella?, vamos a descubrir la verdad de una vez por todas, yo voy acabar con los asesinos de mis padres y tú vas a encontrar la verdad de lo que le pasó a tu hermana. Eso te lo prometo.
—Perdón por no ayudarte...
—Tranquila, ya estoy acostumbrado, así que puedo controlarlos mejor, además, con tu sola presencia me ayudaste mucho — Sonrió ladino transmitiéndome cierta tranquilidad — Bella, no vuelvas a arriesgarte de esa forma.
—Está bien, lo prometo — Nos sumimos en un silencio, mientras la mirada de Christian estaba en el suelo, pero entonces acerqué mis manos para que me enfrentara. En los ojos de él siempre había algo más, uno de esos secretos que se impregnan en tu alma y quizás, solo las personas que se atreven a ver a través de la máscara de protección que solemos crear, se dan cuenta de eso, se dan cuenta que eres mucho más, y él era un interrogante para mi, porque sabia su historia, pero no lo conocía por completo.
—Una vez me dijiste que te hiciera olvidar todo lo que ellos te habían hecho, y te juro que ese beso, solo fue un adelanto — Se abalanzó contra mis labios, yo no pensaba apartarme, porque él lo había logrado, Christian de alguna manera, había hecho que no me sintiera incómoda con su presencia, que de repente a pesar de mi depresión, tuviera confianza en mi.
Me llevó hasta la pared para recostar sus antebrazos en ella mientras me besaba, porque era agresivo, porque cada tacto con él, provocaba miles de sensaciones de mi parte, entonces me separé para tomar un poco de aire, pero él sin dejarme oportunidad se acercó de nuevo, su lengua pasó lentamente por mis labios, y justo cuando profundizó el beso, me robó todo el aire que tenía en mis pulmones.
Sus manos se aventuraban por todo mi cuerpo, aunque para su satisfacción, mi desesperación fue tal, que me halé la camisa liberando algunos botones, pero no me importaba, en ese momento nada tenía importancia para mi. Christian se tomo un momento para observarme solo con el sostén, había un brillo muy peculiar en sus ojos, porque no veía ternura, esa expresión era de satisfacción, y algo más intenso, maldad.
—No voy a preguntarte si estás segura — Susurró — Porque sé que lo estás, pero si voy a advertirte, en el momento en que te haga mía por completo, no pienso dejarte, no pienso dejar que te vayas a ningún lado y peor aún que alguien intente dañarte, porque para ese momento, tú serás toda para mí, y esta vez, no permitiré que dañen lo que más amo — Me levantó para que rodeara su cintura con mis piernas, yo estaba sorprendida con lo que me había dicho, y de alguna manera, su tono amenazante, por más enfermizo que suene, me hizo sentir tan excitada que suspiré en forma de respuesta, lo que le sacó una sonrisa.
Me recostó en la cama, mientras mis pantalones desaparecían, de su parte solo tenía la pantaloneta con la que había hecho ejercicio, por lo que en un arrebato hice un intento de retirarla, pero me detuvo, tomó mis manos encima de mi cabeza con su sonrisa complacida intacta.
—¿Ahora se supone que no puedo tocarte? — Pregunté recordando los términos de mi padre cuando él....
—Todo lo contrario, Bella no voy a detenerte, pero antes quiero hacer algo — Acercó sus labios a mi cuello mientras dejaba pequeños chupones — Soy todo tuyo, ¿Cómo no voy a dejar que me toques?, además estoy seguro que querías mucho más que eso — Me observó mientras esquivaba su mirada, porque tenía razón, y el hecho, de que fuera tan obvia me sonrojó — Y no me molesta, en efecto, me encanta, porque ahora sé que puedo sacar tus peores demonios a la luz, y déjame decirte amor, que no pienso dejarte ir.
—Y yo no pienso hacerlo — Respondí jadeante.
Su mano se posó en mi cuello, el agarre no era tan fuerte como para dejarme sin respiración, pero si lo suficiente como para limitarla, sus ojos estaban fijos en los míos, y por lo visto disfrutaba veme de esa forma.
—No soy un ángel Bella, no pienses que seré gentil, no pienses que será suave —Apretó un poco más su agarre — Pero sí que vas a tocar el mismísimo infierno y que no vas a querer irte, porque te gustará.
—¿Crees que esperaba que lo fueras? — Pregunté casi ahogada.
—Para nada — Sonrió de nuevo — Solo te estaba dando una cordial bienvenida al infierno — Entonces en un rápido movimiento bajo su mano a mi entrepierna — ¿Sabes que es lo mejor? — Preguntó rozando sus dedos encima de la fina tela de mis bragas — Que solo estamos en el comienzo, y al parecer, estás mojada para mi Bella — Terminó para ingresar sus dedos en mi interior provocando un gemido de mi parte. Sus movimientos eran lentos, por lo que sentí como si me estuvieran castigando lentamente — ¿Así mi amor? — Su tono era divertido, lo que me estresó porque disfrutaba de mi sufrimiento.
—¿Este es tu infierno? — Pregunté retándolo lo más neutra posible a pesar de que se notaba mi excitación — Porque entonces todo esta.. — No me dejó terminar la Frase porque entonces aumentó su ritmo, y cuando estaba a punto de llegar al orgasmo se detuvo.
—No he ni siquiera entrado — Dijo agitado mientras ahogaba un gemido de mi garganta. Christian se retiró la pantaloneta dejando a la vista su miembro para entrar de repente sin ninguna delicadeza — ¿Qué es lo que quieres exactamente Bella?.
—Quiero ser tuya — Susurré mientras una sonrisa ladina se formó en su rostro.
—¿Quién dijo que ya no lo eras? — Preguntó cuando de repente entró.
Sus embestidas eran fuertes, de hecho, entraba violentamente provocando un gemido de mi parte, yo no podía controlarme, ya no había límites en mi mente y para ese momento, el solo tacto de sus labios en mi cuello me enloquecía, quería más, quería muchísimo más, era como si no me sintiera completa todavía, sentir su miembro dentro de mí era una explosión de sensaciones tan adictiva que me preguntaba si en algún momento me cansaría de eso.
—Chris — Jadeé — Por favor...
—No sabes como me prende que estés de esa forma — Dijo mientras masajeaba mis senos y aventuraba sus manos por cada parte de mi cuerpo provocándome cierto temblor — Bienvenida a tú mayor infierno Bella — Susurró para hacer la última embestida logrando que llegáramos los dos al orgasmo — Recuérdalo, una vez adentro, no podrás salir nuevamente porque estarás tan a gusto que antes me pedirás quedarte.
Su respiración estaba agitada al igual que la mía, mientras que pequeñas gotas de sudor caían por su marcado abdomen, era una imagen que realmente daba gusto admirar, Christian me miraba fijamente con el color de sus ojos más oscuros, y luego, esa sonrisa que demostraba la maldad, esa que tanto me gustaba sentir, esa que de alguna otra forma hacia que quisiera más.
—¿Qué pasa Bella? — Preguntó en un tono inocente —¿Quieres más? — Como no podía hablar, decidí asentir en respuesta, por lo que en un rápido movimiento el se había sentado a mi lado — Vas a tener que convencerme.
Sabia muy bien lo que pedía, además de que, siempre lo tuve en mente, así que me arrodillé mientras él me seguía con la mirada, Christian tomó mi cabello en forma de puño mientras me acerba a su miembro erecto. Era prominente, no iba a negarlo, pero mejor aún, verlo en esa posición, ver como llevaba su cabeza hacia atrás de la excitación al sentir mi boca rozar su miembro, era increíble, era un juego dominante que sentía estar ganando.
En propósito de hacerlo pasar por ese lento castigo que me hizo a mi, adentré mi boca todo lo que pude provocando un gruñido de su parte, así que él comenzó a llevar el ritmo, no era despacio, no era suave, eran fuertes, a una velocidad desmedida, y sabia que lo disfrutaba más que nada, porque yo era la causante de los roncos gruñidos que salían de su boca. Así que de repente, me detuve, por lo que él abrió los ojos con sorpresa, y en una sonrisa, pasé mis labios lentamente provocando una mueca de su parte.
—No juegues conmigo princesa — Dijo agitado — Porque sabes que vas a perder — Entonces sin esperarlo me adentró en un movimiento rápido logrando que se viniera en mi boca, así que ingerí el líquido derrotada mientras sonreía triunfante.
—¿Cómo es que estás tan seguro de que voy a perder? — Pregunté limpiando mis labios mientras ocultaba un jadeo. — No me conoces lo suficiente — Pasé mi pulgar por sus carnosos labios en una caricia.
—Pero no me gusta perder — Su seguridad me excitó de alguna manera, y él lo notó, así que se abalanzó contra mis labios mientras me levantaba dirigiéndome fuertemente hacia la pared — Porque eres mía amor, solo mía.
Y lo era... En ese momento me estaba entregando del todo, porque me permití ignorar todo mi alrededor, me permití ignorar el desastre que se avecinaba, y es que Christian me estaba transmitiendo un poder que no había sentido jamás, así que no pensaba abandonarlo, e iba a hacer lo imposible para seguir así, porque ya nadie me iba a pisotear, estaba tocando el mismísimo infierno con las manos, ya la cuenta regresiva para mi ritual había comenzado, no me iban a quitar eso...
—Ya lo veremos — Susurré.
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