CAPÍTULO 1

Jimin.

El atardecer pintaba el cielo de mi querido país, el ambiente se sentía muy diferente al de Inglaterra, pero para mi, se sentía estar en casa otra vez. El ajetreado día pasa normalmente en Seúl como de costumbre, nadie de mis amigos sabía que estaba de regreso, así lo quise, porque era una sorpresa para ellos. Por lo tanto mi recibimiento en el aeropuerto fue un poco solitario por esa parte, pero por la otra fue genial, mi hermano y mi madre me recibieron ya que ellos si sabían de eso.

Los extrañé muchísimo luego de un año, no es lo mismo todo a través de una pantalla que en persona.

Se sentía de maravilla volver. Mi madre me pegó un abrazo largo, y mi hermano luego de también hacerlo, me ayudó con las maletas.

Papá me había dejado decidir, el no quería que regresara pues necesita después de todo un sucesor, y como él mayor de los dos soy yo deseaba que me quedara para enseñarme a ser un buen ejecutivo, pero yo decidí que no, ademas, no me gusta mucho esa rama, me gusta más lo contemporáneo, ya saben, el arte y esas cosas, lo tranquilo. De todas formas como aún estaba cursando la universidad él seguía pagándola desde Inglaterra, pero me dijo que pensara bien las cosas, y de todas formas mi hermano es el indicado para seguir los pasos de papá, no yo. A mi se me dan bien los bailes y a él se le dan bien los negocios.

Así que de momento volveré con mi madre y después de terminar mis estudios decidiré qué hacer con mi vida de adulto. Aún no es tiempo de sentar cabeza, todavía puedo gozar más de mi juventud.

Vuelvo con mi objetivo claro desde que salté al avión hace un año atrás, y ahora que vuelvo al mismo lugar sigo con la misma idea. Mucho mejor, logrando las cosas poco a poco, más mentalizado y con más amor hacia mi persona, relamente había crecido mucho ese año fuera de mi zona de comfort, había madurado en muchos aspectos, y era muy responsable en todos los ámbitos. Cabe aclarar que me amo mucho más y de cierto modo estoy bien conmigo mismo.

Me fui del pueblo para sanar heridas, para sanarme a mi mismo y de una buena vez amarme como debía, muchas cosas dejé atrás para ser quien soy luego de un año, por suerte, no todo fue tan malo, porque mi corazón se alegró en los últimos días aquí en Corea, voló hacia Inglaterra agradecido por recuperar en un corto y determinado tiempo mi amistad con Jungkook. Fue algo duro al principio, pues Jungkook se mostraba algo renuente, pero, somos amigos desde que usábamos pañales prácticamente, no podíamos estar enfadados toda la vida. Más cuando me disculpe por el error cometido.

Por otra parte, el tema Yoongi, era un tema zanjado para mi, además de que ya no dolía en lo absoluto, pero como el buen chico que es y el buen novio que fue, debo de admitir que si que le hecho un poco de menos, pero solo porque fue un gran apoyo en el tiempo que estuvo presente en mi vi da, por otra parte eso es algo que me lo guardo para mi, solo Jungkook sabe que a veces le extraño, porque ya pasó. Quedó hace mucho tiempo atrás.

Tampoco es que desee verle y preguntarle esas estupideces de "¿cómo estás?" o esa de "¿ya has encontrado a alguien?" No, porque no va conmigo. Estará bien, es Min Yoongi, siempre está bien.

Suelto un suspiro tras montarme en el auto junto a mi madre y hermano. El chofer comienza a conducir el taxi para llevarnos hacia el hotel. Yo mientras me dedico a mirar a los edificios, observo por la ventanilla pensando en todo.

Mamá nota lo agobiado que me estoy poniendo al no decir nada y solo pensar mientras intento distraerme en la arquitectura de Seúl y me agarra de la mano.

— Estarás bien. Además, él no esta más en el pueblo cariño. — se que se refiere a Yoongi, quito mi vista del paisaje para mirarla a ella.

— Lo se mamá, tranquila. —le calmo— Es solo la nostalgia de regresar. Él para mi ya fue.

Ella asiente y sin dejar de acariciar mi mano, hablamos un poco junto con mi hermano que se suma a la conversación hasta llegar al hotel.

Como mi vuelo se atrasó un poco debido a las turbulencias necesitamos quedarnos esta noche en Seúl para mañana partir para el pueblo.

Tras bajar del taxi y pagarle el viaje al chofer mi hermano vuelve a ayudarme con las maletas mientras mamá y yo caminamos hasta nuestras respectivas habitaciones.

Nos iríamos después del mediodía para Ilsang, así que tendría tiempo de pasar a ver a Jungkook antes de regresarme al pueblo y así ver su cara de sorpresa al verme de regreso.

La habitación del hotel es cómoda. La decoración minimalista y moderna, como a mí me gustaba. La pequeña piscina quedaba justo a la vista desde donde yo estaba. Tenía grandes puertas correderas sobre suelo de granito que daban a un pequeño portal y una enorme cama blanca.

Encima de un apoyamaletas, estaba ya mi equipaje colocado, listo para ser abierto. Entré en el cuarto de baño y me metí en la ducha. Necesitaba quitarme el olor a aeropuerto y avión de encima. Era algo que aborrecía, y necesitaba una ducha calentita para evitar pensar de más.

Me duché deprisa, pues deseaba meterme en la cama. El calor en el exterior era insoportable, por eso agradecí que el dormitorio estuviera preparado, con el aire acondicionado encendido.

Me puse unos calzoncillos blancos y me pasé rápidamente la toalla por el pelo. Me lo dejé totalmente despeinado con cada mechón apuntando a una dirección distinta y me tiré en la cama, sin importarme lo más mínimo que fueran las siete y media de la tarde.

Necesitaba recuperarme para poder gestionar y aceptar cuál iba a ser mi nueva realidad a partir de entonces... o al menos durante los siguientes días. Tenía que acostumbrarme otra vez a Seúl y su gente.

El sonido del celular me despertó a las nueve y media de la noche. Mi hermano estaba llamándome segusaliente para que saliera a cenar algo.

— Dime Jihyun. —contesté con la voz rasposa.

— Hyun, abre la puerta estoy frente a tu habitación. —me levanté con pasos lentos mientras me tallaba los ojos y así ver mejor.

Me desperecé bostezando como un animal que acababa de salir de la hibernación. Las vistas eran espectaculares afuera de mi balcón.

— Vale, voy. —dije y me puse la parte de abajo de un chándal y abrí la puerta.

Mi hermano estaba allí con el celular aún pegado en la oreja.

— Londres te hizo bien. —comentó entrando a la habitación colgando la llamada mientras miraba mi abdomen.

Ah si, también me había fundido en el ejercicio para despejarme, por ende mi cuerpo estaba esculpido.
Solté una carcajada y asentí después de cerrar la puerta.

— Vamos por algo de comer—propuso y yo me senté en la cama para observarlo. —Y después, iremos a beber algo.

— No tengo ganas de.. —me interrumpió negando con la cabeza.

— No hyun, eso no se discute. Iremos. —demandó.

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Jejeje.
Primer capítulo. Listo. Quizás sea un poco soso al principio pero ya verán, ¡ya verán lo que se viene! No tengo portada aún para el libro si saben de alguien que las haga por pedido o un bookcover abierto me avisan porfas. (he llegado tarde pero aquí estoy)