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✧ 43 ✧

Se puede jugar con cualquier cosa. Con una pelota, un juego de mesa, juguetes y con lo que sea.

Menos con el destino.

No puedes ser capaz de borrar lo que ya está escrito, incluso si no eres creyente y crees que todo es mera coincidencia, no puedes escapar de tu destino.

Solamente que, si había una forma para cambiarlo, era una especie de ritual extraño que estaba escrito en el libro del abuelo de Taehyung.

Quizás Kim Namjoon se acercó a esa familia por pura conveniencia o de verdad quería recuperar a su padre; se acercó por ambas razones, pero por distintos objetivos.

Nadie nunca sabe las verdaderas intenciones que tienen las personas contigo, ¿eso es malo? no tanto, pero hay veces que no te imaginas en el gran conflicto en el que estás metiendo sin siquiera saberlo.

—¿Estás seguro de que ya quieres regresar? No hemos visto bien la ciudad —Seokjin colgó el teléfono para dirigirse a Taehyung, quién estaba en el balcón del hotel con la mirada perdida.

—No vine de paseo, Seokjin —Taehyung contestó con voz monótona y algo apacible, como si no hubiese llorado a mares horas antes.

Seokjin le dedica una sonrisa a medias y continúa empacando las cosas en su maleta.

—Creo que es lo mejor, vine a verlo y él no quiere verme a mi, así que no tengo nada más que hacer aquí.

—Hey... todo estará bien, ¿de acuerdo? —Seokjin se acercó para acariciarle el cabello.

Mientras tanto, Jungkook bajaba las escaleras apresurado, colgando el teléfono luego de llamar a Namjoon y preguntarle sobre el hotel en que Taehyung se quedaría y que cuando regresaría.

El corazón le latía demasiado rápido al enterarse que se iris en menos de tres horas, debía apresurarse.

Maldecía tanto en estar en esa estúpida y gigantesca ciudad, sería casi imposible llegar hasta a su hotel.

Si, había cambiado de opinión de repente, luego de la conversación con su madre, no quería que la historia se repitiera, es por eso que lucharía por él.

Salió, prácticamente corriendo de la mansión, avanzó un par de calles sin detener el paso, ¿que si estaba cansado? Absolutamente, ¿debía tomar un taxi? Claro, pero él conocía la ciudad, el tráfico era horrible, quizás no llegaría más rápido a pie, pero lo intentaría, lo haría todo para por lo menos ver al amor de su vida una última vez.

Le pediría un último día para que ambos estén juntos, un último día para tomar su mano, acariciar su rostro y besarle.

Corrió por la ciudad, mirando cada cinco minutos el teléfono para asegurarse de que estaba yendo a la dirección correcta, no se detuvo, ni cuando creyó que sus piernas iban a colapsar.

Sus esperanzas aumentaron cuando llegó a la calle en dónde estaba el hotel, se detuvo abruptamente cerca de la entrada, sujetó sus rodillas para permitirse respirar por el cansancio, ni el mismo había creído que podía correr así.

Unas voces en la parte superior del hotel llamaron su atención, caminó un poco lejos de la entrada para ver si se trataba de Taehyung.

Efectivamente, era Taehyung, pero no estaba él solo, Seokjin le abrazaba.

¿Qué carajos...?

—Vamos abajo, el taxi que nos llevará al aeropuerto llegó —Seokjin se separó de él y ambos bajaron las escaleras para salir del hotel.

Seokjin, quién llevaba la delantera, no tardó mucho en darse cuenta de la presencia de Jungkook.

Mantenía el ceño fruncido, la mandíbula tensa y los puños cerrados.

—¿Jungkook? —Seokjin le llamo confundido, Taehyung enseguida volteó a ver hacia enfrente cuando escuchó ese nombre.

—¿Q-qué haces aquí? —Taehyung dio un paso al frente.

—Vine a buscarte.

Taehyung abrió la boca para querer decir algo, pero simplemente no pudo pronunciar alguna palabra.

—Taehyung vino hasta aquí para verte y lo echaste, ¿ahora vienes tú para decir que viniste a buscarlo? Creí que eras diferente, Jungkook, pero resultaste ser una mierda —Seokjin espetó, pero Jungkook apenas escuchó sus palabras, no paraba de dejar de ver a Taehyung, suplicando con sus ojos que le diera otra oportunidad.

—Taehyung... porfavor, me comporté como un idiota pero, tenía mis razones, porfavor comprende —Jungkook dijo con voz entrecortada.

Más Taehyung desvío su mirada para evitar llorar, ¿que se suponía que debía hacer en una situación como esa?

—Vamonos, Taehyung, él no te merece —Seokjin subió al taxi que les esperaba, dándole una mirada rápida a Taehyung para que le siguiera.

—Taehyung, porfavor —Jungkook pidió.

-—Taehyung, nos esperan —Seokjin apretó los labios.

El chico no sabía que mierda hacer, por un lado, quería estar con Jungkook y por otro, quería regresar a Corea lo más pronto posible.

En el momento en que Taehyung se volteó con intención de caminar hacia el auto, Jungkook volvió a hablar.

—Vamos a jugar basquetbol —Taehyung se quedó perplejo ante la repentina petición.

—¿Recuerdas como nos conocimos? Juguemos una última vez.

Taehyung aguantó las lágrimas y entró al auto sin titubeos, sin retroceder, dejando al pobre chico sin palabras.

El auto comenzó a avanzar, pero Taehyung negó con la cabeza repetidas veces. —¡Detengase! —Taehyung exclamó.

—¿Taehyung? —Seokjin le miraba confundido.

—Quiero estar junto a él, por lo menos una última vez —Taehyung le dedicó una pequeña sonrisa y abrió la puerta del taxi, corriendo hacia dónde Jungkook estaba, pero se detuvo a una distancia prudente, era capaz de abrazarlo ahí mismo.

Ambos se miraron, la calle estaba completamente sola, acompañada por el intermedio de un verano, que tenía de rehén a un par de locos adolescentes enamorados.

—¿Por una última vez? —Taehyung preguntó dudoso.

«No, Taehyung, por siempre estaré junto a ti» Jungkook pensó.

—Por una última vez —Terminó de decir y tomó su mano para comenzar a caminar.

Caminaron hacia el centro de la ciudad, se permitieron disfrutar y pasear como si de turistas se trataran. Pasaron por el museo del louvre, entraron y Jungkook, quién llevaba una cámara en su mochila, tomó varias fotos de la espectacular ciudad, incluso fotos de Taehyung cuando esta distraído, quería apreciar cada momento con él, puesto a que solo le había pedido un día más.

Iba a disfrutar cada maldito segundo a su lado.

Entrelazaron sus dedos al llegar cerca de la Torre Eiffel.

—Es maravilloso —Taehyung sonrió admirando la gran atracción principal de la ciudad de París, la razón por la que muchas personas quieren ir a ese lugar.

—No tanto como tú —Jungkook dijo orgulloso.

—Deja de ser tan cursi —Taehyung rodó los ojos fingiendo molestia.

—Me impresiona que hayas venido hasta aquí —Jungkook se sentó en una de las bancas que habían por ahí y Taehyung le imitó.

—A mi me impresionó más cuando me rechazaste.

—No hice eso —Jungkook giró a verle.

—Entiendo tu situación... pero eso no quita el hecho de que me lastimaste —Taehyung dijo casi en un susurró mientras bajaba la mirada.

—Lo lamento... joder, fui un completo idiota —Jungkook ocultó su rostro con ambas manos.

—Al menos lo aceptas —Taehyung sonrió.

—Ven acá —Jungkook le jaló del brazo para qué el chico se acercará un poco más a él, colocó la cámara frente a ellos, mientras le miraba con amor.

—¿Qué haces?

—¿Eres ciego acaso? Voy a tomar una foto de ambos, pero no mires la cámara, mírame a mi —Jungkook pidió.

—Jungkook...

—Porfavor.

Taehyung le miró, una sonrisa leve se asomó entre sus labios, fue entonces cuando Jungkook capturó la foto, el rubio parpadeo confundido por lo repentino qué fue.

—¿Ya lo tomaste? Seguramente no salí bien —Taehyung se quejó.

—Cariño, tu siempre sales bien en todo, eres, básicamente perfecto —Jungkook dijo con toda la seguridad del mundo sin dejar de mirarle.

Taehyung se sonrojó un poco y apartó la mirada, no era el momento indicado para ponerse tímido y nervioso, pero vaya que Jungkook le hacía sentir así cada que le hablaba de tal forma.

No podía evitarlo, se había enamorado de él.

Luego de una hora, ambos se fueron de ahí, tomaron un taxi para ir hacia algún lado el cual Taehyung desconocía, pero confiaba en Jungkook.

—¿Una cancha de basquetbol? —Taehyung preguntó confundido cuando llegaron al lugar.

—Sí, ven —Jungkook le tomó de la mano para entrar.

—La primera vez que te vi, tenías el ceño fruncido al saber que habría un nuevo capitán en el equipo y ya no sería tu amado Seokjin —Jungkook tomó una pelota y la tiró directo a la canasta.

—Lo recuero muy bien... —Taehyung murmuró.

—Acércate, vamos a jugar una última vez como dije hace un rato —La sonrisa sincera de Jungkook lo decía todo, quería volver al principio de todo, como si no hubieran problemas.

Como si siguieran siendo esos dos adolescentes problemáticos que les encataba retar al otro sabiendo que ambos tenían un temperamento casi de la misma forma.

Taehyung no dijo algo y le arrebató la pelota repentinamente, comenzaron a jugar, pero no podía evitar el dolor creciente que tenía en el pecho, Jungkook jugaba como siempre: a la perfección.

No tuvo compasión, fue como si estuvieran conociéndose de nuevo.

—Vaya, Kim Taehyung, juegas pésimo —Jungkook tragó saliva, tratando de sonreír ante todo.

—Eres muy insoportable, Jeon Jungkook —Taehyung pudo encestar a la canasta y volvió a mirarle.

—¿Por qué siempre peleas conmigo? Traté de ser amable, pero no colaboras —A Jungkook se le quebró la voz.

—Eres estúpido.

—¿Por qué me odias tanto, amigo?

—N-nunca seremos amigos —Taehyung dejó caer la pelota de sus manos cuando sintió que iba a romper a llorar.

Jungkook lo notó, él también se estaba aguantando el deseo de llorar, pero en vez de eso, recogió la pelota y la rebotó contra el suelo para volver a encestar.

—2-3, nada mal, Kim Taehyung —Los ojos le brillaban por las lágrimas contenidas.

El cielo anaranjado y rosa les abrazaba, indicando que pronto debían dejarse para siempre y volver a sus vidas de antes, como si fueran dos extraños.

—Kim Taehyung, eres muy mal jugador —Jungkook volvió a hablar al ver que Taehyung se quedaba quieto en su lugar.

—T-te odio, Jungkook —Taehyung caminó con cautela hasta llegar a sus brazos y aferrarse con fuerza a ese perfume varonil que siempre portaba en su ropa.

Tratando de recordarlo por siempre, no quería ni siquiera olvidar el sonido de su voz.

—No quiero irme, Jungkook, te amo demasiado —Taehyung confesó, dejando que sus lágrimas cayeran, sin importar que estuviera mojando la espalda de Jungkook.

—Lo sé, cariño, lo sé, se que es bastante difícil dejar ir, pero, promete algo, ¿si?

Taehyung asintió con la cabeza sin dejar de sollozar.

—Tú y yo nos encontraremos en nuestra próxima vida, en la siguiente de esa y en todos los universos existentes, quizás duela ahora, pero el dolor no es eterno, encontrarás a alguien más por ahora, pero te prometo que volveré a buscarte en mi otra vida, lo prometo, carajo —Jungkook dejo de hablar para permitirse llorar junto a Taehyung, le abrazó con todas sus fuerzas, porque ahora si, sería la última vez que le vería.

Su vida estuvo incompleta por mucho tiempo, hasta que conoció al chico rubio que siempre protestaba a sus órdenes como capitán, en ese momento de otoño, nunca se imaginó que iba a cambiar su vida por completo.

Joder, se enamoró, encontró al amor de su vida, dejarlo ir no iba a ser tan fácil.

Salieron de la cancha para ir de nuevo enfrente de la torre eiffel, el punto en dónde iban a separarse para siempre.

—Ya casi son las 11 de la noche, es tarde, tengo que irme antes de que mi padre se de cuenta de que no estoy —Jungkook sonrió a medias.

—Está bien... —Taehyung murmuró.

—Supongo que aquí debemos de separarnos —pero incluso después de decir eso, se aferró mucho más a la mano de Taehyung.

—Sí... nos vemos —Taehyung trató de safarse de él, con mucha dificultad, sus manos dejaron de tocarse, todo en él se sintió frío sin el toque de Jungkook, incluso cuando había calor.

—Ve tu primero —El rubio agregó.

—No, quiero ver que te vayas tu primero —Jungkook esbozó una sonrisa ladeada, en el fondo quería aferrarse a él de nuevo.

—Está bien... nos vemos, Jungkook —Taehyung le dedicó una última mirada y avanzó con pasos lentos.

No pudo evitarlo, llevó una mano hasta su boca para comenzar a llorar, no le importó las miradas de la gente que iba pasando, lo único que quería era volver al principio de todo.

Jungkook dejó caer un par de lágrimas por su rostro, antes de darse la vuelta para irse, en lugar de caminar lento como Taehyung, aceleró el paso, creyendo que de esa forma el tiempo iba a correr igual de rápido que sus pies.

Taehyung no pudo resistirse a voltearse, así que lo hizo, ver la espalda de Jungkook haciéndose cada vez más pequeña ante sus ojos debido a la distancia, hizo que su voz actuará antes que su razonamiento.

—¡¡Jeon Jungkook!! —Exclamó.

El mencionado se volteó con rapidez al escuchar su nombre dicho por la preciosa voz de su Taehyung.

Taehyung comenzó a correr, sin importar las consecuencias, sin importar que chocará con un par de personas que se oponían a su camino.

Jungkook se dio cuenta de lo que estaba haciendo, entonces, una vez más, se permitió ser humano y poner sus deseos primero antes que lo que de verdad debía hacer, así que corrió a su dirección.

Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, ambos se abrazaron con tal fuerza que, Taehyung creyó que podía con cualquier cosa que se pusiera en su camino, mientras Jungkook le abrazara de esa manera.

Jungkook se separó un poco solo para tomar su rostro en sus manos y dejar pequeños besos por todo el rostro de Taehyung, quién no dejaba de llorar.

—Lo siento... no puedo estar sin ti, eres mi destino, Jungkook —Taehyung confesó con inocencia, en ese momento no le importaba nada más que Jungkook.

—Y tú eres el mio, volvamos a Corea y superemos toda esta mierda —Jungkook le miró una vez más para comenzar a besarle con descaro.

—Mierda, me vuelves loco, quiero besarte todos los días de mi puta vida, deseo tomar tu mano y caminar por las calles sin importar las miradas de la gente, necesito abrazarte con fuerza, te necesito a ti y a nadie más —Jungkook le tomó se los hombros para verle a los ojos.

—Entonces será en esta vida y no en las próximas, ¿Verdad?

—En esta y en las que siguen, siempre serás mio.

🌹🌹🌹

—Señor, Jeon, tengo noticias de su hijo —El guardaespaldas entró al despacho de Jong-hoon.

—Dígame.

—Acaba de tomar un vuelo a Corea hace una hora, llegará en la madrugada.

Jong-hoon tragó en seco, ¿en que momento había hecho tal cosa?

—¿Pero qué carajos? ¡¿Cómo permitieron eso?! —El Sr. Jeon se levantó de su asiento y alzó la voz.

—Salió desde la mañana y no regresó —El empleado bajo la cabeza.

—¡Debieron avisarme! No importa, algo se me ocurrirá.

—Señor, si me permite, estuve pensando en algo para encontrarlo apenas llegue.

—Habla.

—Digamos que... está desaparecido y necesitamos encontrarlo, así los noticieros estarán pendientes en el aeropuerto, los empleados de Corea podrán detenerlo y así evitar que huya con el chico llamado Taehyung.

—Debí saberlo, se fue con ese jovencito —Jong-hoon masajeo la punta de su nariz.

—Es buena idea, que nadie deje que salga de ese aeropuerto —Agregó.

—Así será.

𖦹

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Fotografía tomada por Jeon Jungkook.

«Te conocí entre las hojas del otoño y ahora te beso frente la torre eiffel en el atardecer de un verano incierto.»

𖦹

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𖦹

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