JiMin vuelve a soñar con eso, la luz al final del túnel brilla con fuerza en sus sueños, haciéndolo tan real. Se despierta algo agitado y con el corazón latiendo a mil por hora, y el dolor vuelve a su pecho como cuchillas. Trata de regular su respiración para poder tranquilizarse. 

El sudor baja por su frente y sus manos tiemblan. El menor miró la hora en el reloj a lado de su cama, dándose cuenta de que era de madrugada. No quiere molestar a YoonGi con sus problemas, pero no se siente bien. 

Han pasados dos semanas desde que sigue soñando lo mismo, y ya no puede seguirlo ocultando. 

Se levantó con cuidado, sintiendo el frío del suelo al pararse, salió rápidamente de su habitación para correr a la de YoonGi y abrir la puerta con cuidado. Era de madrugada y el mayor debía estar durmiendo cual bebé por haber trabajado tanto, pero sus ganas de obtener respuestas eran más grandes. 

Cerró la puerta con cuidado de no hacer ruido, caminando lentamente hasta que llegó a la cama del mayor. Sin decir absolutamente nada, se subió en esta con dificultad, haciendo que el colchón se removiera ante su batalla por subir. 

YoonGi tenía el sueño pesado, pero por alguna extraña razón, siempre que JiMin venía  a su habitación lograba despertarse rápidamente, algo atontado, pero lo hacía. 

El alfa soltó un quejido cuando JiMin aplastó sin querer su costilla, haciendo el pequeño riera pidiendo perdón en susurros. 

—¿Otra pesadilla?— preguntó el mayor, abriendo sus brazos para dejar que el menor se hundiera entre ellos. 

JiMin afirmó mientras se escondía entre su pecho, escuchando el suave latir de su corazón. Tener la compañía del alfa después de un sueño como ese era reconfortante. YoonGi siempre sabía como hacerlo sentir seguro. 

—Algo así... — el menor murmuró, perdido en sus pensamientos mientras se debatía entre sí decirle o simplemente guardarselo —, YoonGi hyung... ¿puedo preguntarte algo?

—Mmn... — YoonGi musitó entre el sueño —. Es demasiado tarde para preguntas, mañana hay que trabajar. 

—P-pero quiero saber... — el menor susurró, saliendo de su escondite para tratar de llamar la atención del alfa —, ¿cómo murieron mis padres? 

El cuerpo entero del alfa se tensó ante la pregunta del cachorro, probablemente era porque lo había agarrado desprevenido, pero no se esperaba con que JiMin saliera preguntando eso a altas horas de la madrugada. Además, contarle exactamente cómo sucedieron las cosas no sería agradable, sobre todo si le decía que murieron porque ambos autos chocaron. 

YoonGi sabía que no fue su culpa, pero de alguna manera las cosas se veían diferentes. Aunque no hubiera sido error de él, dos personas habían muerto ese día dejando huérfano a un recién nacido. 

JiMin pudo sentir la duda en YoonGi, sobre todo porque ahora se veía completamente despierto. El alfa se removió un poco en su lugar y bajó la mirada para encontrarse con el pequeño de 9 años. 

—¿Por qué preguntas algo así justo ahora?— cuestionó. 

—Es que yo... he estado soñando cosas raras últimamente, en mis sueños, aparece una mujer llamando a su hijo, no logro escuchar el nombre, pero lo llama con cariño, también puedo ver la figura de un hombre, un alfa, pero... no es tan agradable a la vista, escucho gritos y cosas rompiéndose, también logró escuchar el rechinar de las llantas de un auto y luego, todo se vuelve demasiado brillante. 

YoonGi guardó silencio durante el sueño que JiMin le estaba contando. Sabía que, aunque el menor en esos años hubiera sido un bebé, tendría presente el accidente de sus padres a como diera lugar, probablemente no tan visible pero algo le daría indicaciones de cómo habían sucedido las cosas. El pelinegro suspiró, abrazando el cuerpo del menor para dejar suaves caricias en su espalda. 

—Ven aquí. — murmuró con dificultad, levantándose sobre la cama para acomodarse de modo que su espalda quedara sobre la cabecera.

JiMin se movió junto a él, quedando sentado a su lado en aquélla cama, siendo cubierto por las sábanas mientras esperaba paciente por lo que quería escuchar. 

—No sé mucho sobre la situación con tus padres, cuando decidí quedarme contigo, estuve investigando junto con mamá para poder estar seguros sobre si tienes o no otra familia, es decir, abuelos o tíos, algo que nos ayudara. Pero cuando estuvimos buscando, nos encontramos con la noticia de que tu madre había huido de Busan, el lugar en donde vivía. Su madre estaba en un asilo para personas con alzheimer, y su padre había muerto hace muchos años, tiene un hermano que vive en otro país, pero se apartó mucho de su familia, no logramos dar con el paradero directo de algunas de esas personas, así que seguimos con el plan de adoptarte, conservamos tu apellido porque sinceramente, no quería quitarte lo más cercano a tu madre — YoonGi suspiró, tomando la mano de JiMin mientras le daba leves caricias —, tus padres murieron en un accidente que yo... bueno, un accidente en el que yo también salí envuelto. 

JiMin escuchaba con atención, sin interrupciones, pero cuando YoonGi mencionó el accidente, se sintió un poco más intrigado al escucharlo decir que también estaba involucrado. 

—Yo regresaba de una fiesta, vi el auto de tus padres a lo lejos, me sentía muy cansado y aunque no había bebido nada aquella noche, no pude evitar el impacto contra su auto. Según los reportes de la policía, tu padre estaba alcoholizado, tuvieron que hacer una pequeña investigación para descartarme como el culpable del accidente, aunque traté de ayudar a tu madre, no pude hacerlo — el soltó un fuerte suspiro, como si recordar aquello fuera igual de doloroso para él —, después de que no pude ayudarla, escuché el llanto de un bebé en el auto, así que traté de sacarte, busque la forma de hacerlo hasta que lo conseguí. 

JiMin podía sentir un fuerte dolor en su pecho, tal vez por recordar a su madre, o porque en sus sueños recordaba los gritos y peleas que llevaban dos personas sobre la calle a altas horas de la noche. Tal vez no podía recordar nada de aquel entonces porque era sólo un bebé, pero de alguna manera, los gritos estaban presentes cada vez que soñaba con ellos. 

—Gracias, YoonGi hyung —  se abrazó a su cuerpo con lentitud —. Sin tu ayuda yo también hubiera muerto. 

YoonGi negó mientras una sutil sonrisa se dibujaba en sus labios. Correspondió el abrazo del menor para dejar un beso sobre sus cabellos revueltos, cerró los ojos recordando aquel día en que JiMin llegó a su vida. 

Aunque no fue de la mejor manera, aunque fue un accidente horrible en el cual también pudo haber muerto, estaba agradecido de cierta manera por haber sido él quien estuviera ahí. 

—¿Algo más que quieras saber? 

JiMin lo pensó durante algunos segundos para después negar, YoonGi asintió y se removió en la cama para volver a acostarse sobre ella. 

—Entonces vamos a dormir, niño, que mañana hay muchas cosas por hacer. — dijo, palmeando el lado solitario de la cama. 

JiMin sonrió y se acostó, abrazando la mitad de su cuerpo por la diferencia de tamaños. 

—Hyung — susurró después de algunos minutos, escuchando el suave mujido por parte del mayor —. Te quiero. 

YoonGi guardó silencio, no contestó durante bastante tiempo, al menor no le importó mucho, así que sólo se acurrucó y cerró sus ojos para poder dormir. 

—Sí, yo también te quiero. — susurró el alfa, más para él mismo que para JiMin.